Partida Rol por web

28 de Mayo de 1985

Kovaliev había sido invitado al despacho del misterioso director del CCPE. Algún subordinado le había dicho algo y aparte había recibido una nota, sin embargo no sabía el porqué de la reunión y la nota de tan escueta podría haberse resumido en una sola frase...

Una hermosa chica con cuello de cisne, que resultó ser la secretaria del doctor, le escoltó hasta la puerta del despacho. El despacho resultó ser una habitación cuadrada decorada con un gusto clásico. Múltiples archivadores se apilaban en el fondo, el amplio escritorio incluía además de la habitual lampara y la también habitual maquina de escribir uno de esos modernos ordenadores con pantalla monocroma y blanca carcasa de sobremesa. Aparte había un teléfono, de un color rojo sangre, parece que los teléfonos importantes deben ser de dicho color por un motivo no especificado.

El buen doctor estaba concentrado en una carpeta cuando su secretario dio paso a Kovaliev, cerró la carpeta y se levanto, pareciendo contento de poderle ver al final.

-Gracias Alexa. Señor Dimitri Kovaliev, encantado de poder verle por fin.- Dijo estrechando su mano. -Nos vimos en el helicóptero, pero no pudimos hablar en esas circunstancias. Le he requerido por una cuestión que considero de su incumbencia. ¿Vodka?- Dijo mientras de un caon sacaba una botella de artesanal factura y dos vasos de cristal.

El enjuto hombrecillo entró en la sala con la vista puesta en la hilera de archivadores que jalonaba la pared del despacho. Estrechó sin mucha convicción la mano del doctor Grigorovich y carraspeó tímidamente antes de rechazar su oferta.

-No, gracias, camarada doctor: no bebo por prescripción médica. Mi hígado... en fin. Digamos que no tuve una infancia demasiado sana. Pero no quiero entretenerle -Kovaliev se saca sus gafas para limpiarlas nerviosamente y deja ver dos ojos diminutos y miopes-, estoy a su disposición, camarada doctor. El ministerio de propaganda está determinado a que este proyecto suyo reciba la mayor prioridad. Sólo dígame en qué puedo ayudarle.

Guarda un vaso y llena solo el suyo. Da un simple sorbo.
-Bien, seré breve, se ha convocado una Exposición Internacional de las Ciencias Aplicadas en Ginebra para este julio. Yo acudiré con la representación de la Academia de la Ciencias Sovieticas.

El mundo ya sabe que los NOVAs existen, no es un secreto después del desfile. Sin embargo esto puede ser una enorme victoria propagandistica para la causa comunista si sabemos como llevarlo. Estamos hablando de una oportunidad única para promocionar la ciencia rusa.

Tengo preparado una conferencia para dar un buen golpe de efecto en la opinión mundial. Pero como ciudadano ruso que soy debo contar con el Ministerio de Propaganda, por eso le he mandado llamar, juntos podemos trabajar para poder maximizar el efecto que puede tener este hito histórico en los países capitalistas. ¡Ya jamás se burlaran de nuestros esfuerzos y nuestra dedicación! ¡Es más! ¡Posiblemente muchos acabaran pensando en pasarse a nuestras fuerzas!-

El enclenque hombrecillo tose levemente, llevándose un pañuelo a su boca para sofocar el ruido y no molestar al doctor mientras finaliza su perorata. Parece congestionado, pero no podría decirse si es a causa de la tos o de cierto entusiasmo férreamente disimulado.

-Como ya he dicho, camarada doctor, el Ministerio está firmemente decidido a darle a este proyecto la máxima prioridad. Yo mismo he sugerido en alguna ocasión a mis superiores esto mismo que acaba de decirme: sin duda el impacto de nuestras nuevas... armas... puede tener un efecto desestabilizador en la ideología corrupta y caduca de Occidente, pero para capturar la atención de sus clases oprimidas debemos hacer más que eso. Debemos dar ejemplo. Sus pueblos son tan esclavos del consumismo y del afán de lucro como de la política imperialista de sus dirigentes, y por eso han olvidado la existencia de sus propias cadenas. Quizá la actuación de sus NOVA pueda recordarles esa gran verdad... y hacer por fin realidad el sueño de la emancipación de todos los trabajadores... -Kovaliev ha pronunciado su pequeño discurso en voz bastante tenue, sin ningún tipo de aderezo retórico o ademán de soflama política: realmente parece creer firmemente en lo que dice.

-Por todo lo dicho, camarada doctor, me pongo a su disposición como enlace con el Ministerio y a sus órdenes directas para ocuparme de todos los asuntos que deriven de la repercusión pública de los NOVA. Estoy a su servicio. ¿Desea que le acompañe a Ginebra?

-Por supuesto, contaba con usted y su talento. Vamos a tocar la fibra más sensible de la humanidad, su miedo a la muerte. No vamos a amenazarles, ni a asustarles, vamos a enseñar las bondades de la nueva ciencia soviética. Fruto de los cuales soy yo.

Según mis propios cálculos puedo recuperarme de las heridas cinco veces más rápido que una persona normal, a veces incluso más rápido. También tengo la capacidad de fatiga de diez hombres y lo mejor de todo... según mis estimaciones, usando la observación de mi propio ritmo de envejecimiento como base, tengo una esperanza de vida un 120% más alta que un ser humano normal y sano.

Y eso debido a un accidente, un error, imaginaos adonde nos puede llevar la tecnología NOVA dirigida por las mentes más brillantes del Bloque Comunista. Enseñemos esta posibilidad a los esclavos del sistema capitalista y vendrán corriendo, derribando zanjas y muros incluso, hacia nuestra Utopia.-