Entro, me ducho y salgo.
Salgo de casa con unos pantalones negros y una camiseta de mangas cortas con un payaso pintado, solo con la nariz y la pajarita coloreadas, y una chaqueta negra en la mano. Me habría gustado vestir de otra forma, y más sabiendo que iba a la playa, pero si luego iba a acompañar a Jayden al homenaje al entrenador, sentía que debía mostrar algo de respeto.
-Ey Morgan. -Me acerco apartándome el pelo y le doy dos besos con una sonrisa, de forma cordial. -¿Dónde vamos a ir al final?
Hola Amber, dijo Morgan con un rubor en las mejillas, bueno, iremos donde quieras, ese era el plan, yo traigo comida y tu las sorpresas, jejejej
-Bueno... Me gustaría ir a la montaña o el bosque, pero no se muy bien como llegar y creo que está lejos, y si traes comida el Sandys queda descartado, así que... Bueno, era sorpresa, ¿No? Tampoco es que yo sea muy original, jeje. -Sonrío, sin decirle donde vamos a ir, aunque me parezca bastante obvio.- ¿Vamos?- Digo poniéndome la chaqueta, dejándola abierta.
Subo a mi cuarto y me quito los zapatos, la chaqueta y el cinturón, acomodándome. Luego enciendo el reproductor de música, sin ponerlo muy alto, y pongo la silla contra el pomo para bloquear la puerta y comenzar a hacerme un peta de los que me quedan, 3, 4 si estiro, y fumarlo en la ventana para que el olor no se pegue en el cuarto mientras trasteo el teléfono móvil.
Termino de fumar, me vuelvo a vestir y dejo el cuarto tal y como estaba, me pongo las gafas de sol y salgo de casa a pie.
Aparco el coche justo en frente de la casa de Amber, apagando el motor un momento. Me estoy arrepintiendo de haberle contado nada de lo de David. Parece que este chico es importante para ella, y no debería meterla en estos marrones. Con lo bien que ha ido la tarde, y lo bien que se lo estaba pasando, no me gusta que se vaya disgustada para casa.
Sobre todo, con cómo se ha comportado conmigo, justo cuando más lo necesitaba.
Oye, Amber... -Fijo la mirada en la carretera, comenzando a hablar, pero finalmente bajo un instante la mirada como avergonzado, tratando de buscar las palabras adecuadas, hasta que me giro y la miro a los ojos directamente- Gracias. P-por todo. -Por ir al acto del entrenador. Por esta tarde maravillosa. Por las bromas, por las risas, por ser como eres y hacer que olvide lo demás- Eres una buena amiga.
-No pasa nada Jay, está bien.- Contesto un poco más tranquila tratando de quitarle hierro al asunto cuando lo oigo decir que no debería haberme dicho lo de David. De hecho prefiero saberlo, pero es normal que el chico piense así tras ver mi reacción.
Después de dejar a Diana en su casa, es mi turno esta vez. El chico me lleva a casa en su cochazo. Cuando llegamos y para llama mi atención, lo que provoca que lo mire, curiosa, al ver que parece que le cuesta arrancar. Sonrio entonces cuando continúa, asumiendo en un principio que se refiere a lo del entrenador de esta mañana, pero entendiéndolo algo mejor cuando continúa.
-Tú también lo eres, así que estamos en paz, no tienes porque darlas, ¿Vale?.- Pongo una mano en su hombro y sonrío al chico, agradecida por sus palabras y el transporte a casa.
-Bueno... Voy a ir entrando ya en casa. - Me despido -Nos vemos mañana, Jay - Le doy dos besos y me dispongo a salir del coche para entrar en casa. Me apetecía más darle un abrazo, pero en el coche será incómodo. -Avísame si necesitas cualquier cosa.- Termino antes de salir, recordando lo del entrenador.
Amber y yo nos despedimos dentro del coche, ya que se apresura a salir y, tras sacar el tema de David y darle las gracias, no me da tiempo a salir del coche y abrirle la puerta como a Diana. Nos damos dos besos, que hoy tienen un sabor especial para mí, porque ella se ha vuelto especial en estos momentos. Me dice que yo también soy un buen amigo, aunque yo no lo veo así. Doy consejos que son de pura lógica y no aportan nada, me entero de los problemas de mis amigos sin encontrar la forma de ayudarles...
Demasiada gente lo pasa mal a mi alrededor, y yo no logro hacer nada.
Lo mismo te digo, Amber -Respondo a su ofrecimiento. Si necesitas algo llámame- Hasta mañana, guapa.
Arranco el motor en cuanto se encamina a su casa, pero espero poniendo algo de música a que llegue a la puerta y entre. Sólo entonces enciendo los faros y me alejo por la carretera.
Entro a casa y me dirijo a mi cuarto, dándole vueltas a lo de David.
Dejo la chaqueta con desgana sobre la cama, y saco el móvil para mirar si tengo algún mensaje nuevo, extrañándome al ver los nuevos mensajes de David ¿Serán más paranoyas suyas? No vino a la reunión del teatro, no coge el móvil, están buscándola, publicado en la web... Sí que parece ir en serio, como sean invenciones suyas me voy a enfadar... Más. Rápidamente me pongo la chaqueta y me dirijo a coger la moto para salir en su búsqueda junto a los chicos, no sin antes tomarme un zumo, pensando sobre lo que me ha dicho Jayden.