Partida Rol por web

Miro a André, luego a Chris, mi rostro se sonroja unos segundos...

De-De acuerdo... vayamos al puente entonces... si es lo que crees más sensato, pero André también tendría que venir - añado, sin cortarme.

- ¡Vale, vale, voy, pero vámonos ya!

En marcha, antes de que nos vean , cojo a Chris del brazo y voy tras el .A mi lado Elise hace lo mismo y Andre. Nos damos prisa antes de que lleguen

Los caballeros aparecen en vuestro campo de visión. Vosotros les veis a ellos, y ellos os ven a vosotros. Os disponéis a empezar a correr hacia el puente, que todavía está muy, muy lejos, cuando, desde el interior del bosque escucháis que alguien os grita y veis aparecer una cabeza pelirroja con los cabellos revueltos y los ojos brillantes.

La chica os habla en su idioma, que inmediatamente es traducido por los aparatos que lleváis en los oídos.

- ¡Por aqui! ¡De prisa! ¡Podremos despistarlos!

Miro al resto, me encojo de hombros y sigo a la chica.

Sigo a Kate, cogiendo a André del brazo, y corro tras ellas.

Mierda, están mucho más cerca de lo que pensaba, por un momento me quedo parado, pero el tirón de Kate me hace reaccionar, no había visto a la chica, no parece que tengamos muchas opciones.

Una carrera sin sentido, gente que mata porque si, Dios, demasiado poco ha durado la excitación de estar en otra época, de hacer algo que nadie había hecho con anterioridad, aunque se complica el hecho de regresar para contarlo.

A buscar un escondrijo, no queda otra.

- ¡En el bosque! - oís que grita uno de los caballeros a vuestras espaldas, no bien habéis atravesado la linde del camino.

- ¡Que el diablo se los lleve a todos! - maldice otro, al tiempo que espolea a su caballo.

Si hubieseis seguido por el camino, los caballeros sin duda os habrían alcanzado en uno o dos minutos, puesto que mientras vosotros corréis a pie, ellos van sobre briosos corceles. Sin embargo ahora los árboles caídos, las ramas del grosor de un muslo y los zarzales dificultan el paso de los caballos entorpeciendoles y dandoos ventaja.

Entre tanto, la chica corre a toda velocidad, sin volverse a mirar si le seguís o no. Aunque tratáis de alcanzarla, mantiene en todo momento una ventaja de unos cinco metros por delante de vosotros, en dirección al pueblo. A vuestras espaldas quedan vuestras huellas, claramente visibles sobre el terreno embarrado, y el sonido de los caballeros, que, aunque que cada vez se encuentran más lejos, no parecen dispuestos a cesar la persecución. Después de todo, saben que vosotros terminaréis cansandoos antes que sus monturas.

Y cuando parece que la cosa no podía ir peor, os dais cuenta de que la chica ha desaparecido entre la maleza.

Desde las ramas de un árbol, la chica observa con una expresión divertida al grupo de cuatro forasteros despistados que se han quedado clavados en el sitio como pasmarotes mirando en todas direcciones, sin acertar a saber qué hacer a continuación.

Un silbido os llama la atención y volvéis a localizarla.

- ¿A qué estáis esperando? ¡Subid! ¡Hay que esconderse!

Corriendo detras de la chica , me giro a mirar al resto de mis compañeros ,cuando vuelvo la mirada a ella veo que a desaparecido. Anonadada incrédula lo único que me sale de mi boca Donde puñetas se a metido.
Miro al rededor y no la veo .
Esto no puede estar pasando.
Cuando voy a preguntar al resto si la a visto ,oigo un silbido y la veo , nos apremia para que subamos al arbol.
Me encojo de hombros y cojo mis ropas para remangarlas para subir mas rapido.

El silbido, miro en la dirección en la que proviene, un rápido vistazo hacia atrás, ¿subir a un árbol?, bueno, no es tan diferente de escalar vallas, y escapar de padres psicópatas no es tan diferente de chiflados con espadas, o más bien si, puff.

Venga Elsie, Kate, supongo que la americana no tendrá demasiado problema en subir, ya que la he visto otras veces haciendo cosas mucho más difíciles, así que intento sobre todo echar una mano a la otra chica, que seguramente estará menos acostumbrada. De todas formas, no empiezo a subir hasta que el resto se encuentre ya encima.

Vuelvo a mirar atrás, trago saliva

¡¡¡Vamos a morir!!! - pensé alarmada al ver que había desaparecido la chica delante de nosotros y que no teníamos escapatoria posible.

Pero luego miré hacia arriba - ¿Có-Cómo vamos a subir hasta allí? - pregunto, mirando a los demás, completamente estresada.

Aun así, volviéndome a girar y viendo que los jinetes estaban cada vez más cerca, propuse intentar subir al árbol.

Ya arriba de una rama que me parece segura , veo como se acercan Chris y Elise . Veo en la cara de Chris la contrariedad de la escalada de Elise, así que aseguro mis piernas y extiendo los brazos hacia ella para ayudarla a subir si Chris le da un empujoncito ,Vamos Chris se todo un caballero e iza a Elise

- Venga coño, daros un poco de prisa.

Digo empujando hacia arriba a los lentos.

- ¡No! ¿Pero que hacéis? - exclama alarmada la chica - ¡Las manos, usad solo las manos! Sois estúpiods. Fijaos en las marcas de vuestros pies sobre le tronco.

Kate, que ya había escalado medio metro, baja la vista y observa las huellas que sus pies embarrados han dejado sobre la corteza. Cualquiera que no estuviera ciego se daría cuenta de donde estaban escondidos los fugitivos.

- ¡Vive Dios, ahora si estamos perdidos! - exclama la muchacha, balanceándose en su rama para saltar a tierra ágilmente.

Segundos después, la chica se aleja ya a todo correr por entre las zarzas, llendo de un árbol a otro, buscando un nuevo refugio al que encaramarse. El estrépito de los caballeros se escucha cada vez más cerca.

Tras recorrer unos cien metros, llegáis a una parte más expuesta y soleada, poblada de espesa maleza y pinos achaparrados. Tardáis unos segundos en daros cuenta de que os moveis al borde de un precipicio desde donde se divisa el pueblo y el río.

La chica, al notar que le da la luz del sol, se pone a cubierto, y casi inmediatamente encuentra un árbol que parece ser de su agrado. Os llama por señas.

- Subid primero vosotros. ¡Y nada de pies!

Kate intenta subir al árbol sin usar los pies, pero es más difícil de lo que parece. Por más que lo intentas, el cansancio y los nervios le están jugando una mala pasada, y no es capaz de levantar su cuerpo hasta la primera rama.

Entre tanto, Chris ayuda a trepar a Elsie, que, gracias al impulso del muchacho, se encarama en el árbol como un mono, sin dejar ni una sola huella de pies.

Desde ahí arriba, la grafóloga observa como Marek, trata de encontrar, sin éxito, un buen asidero al que agarrarse para subir por pura fuerza.

La chica ve vuestros esfuerzos con desesperación, mientras el ruido de los caballos se acerca un poco más.

- ¡Válgame Dios! Esta vez sí que estamos perdidos - entonces, mirando al precipicio, se le ocurre una idea - Decidme ¿sabéis nadar?