Partida Rol por web

Bajaré contigo Marcus, no es conveniente que vayas solo.

Esperad, ire yo tambien con vosotros - comienzo a adoptar mi forma corporea de nuevo - El resto vigilad desde arriba que teneis una vision mas global por si acaso

Cargando con mis compañeros tan alto, confundiendome entre las nubes, miro hacia abajo...

-Piensas saltar pequeño Marcus?- Dificilmente tenga una buena caída. No, realmente tendrá una buena caída, Ja.

-Me haré invisible y bajare detrás del pueblo... agarrense fuerte- Y conjurando unas palabras, mi cuerpo empieza a desvanecerse entre los nervios de mis compañeros de sujetarse de algo antes de que desaparezca.

Desciendo a las afueras del pueblo, donde dificilmente puedan ver a un pequeño grupo de personas cayendo del cielo.

Me agarré fuerte y esperé a llegar abajo... aunque la verdad es que sí  pensé saltar en algún momento...

En cuanto nos posamos en el suelo salté y rodé para colocarme en posición...

Desenvainé mi estoque e hice un gesto a mis compañeros para que esperaran a que me adelantara a explorar...

Desde las afueras comencé a adentrarme sigilosamente en el pueblo a ver si detectaba algo...

Bajo y dejando algo de distancia a Marcus para que investigue vigilo atento por la zona sin perder de vista al picaro y preparado para acudir en su ayuda si lo necesita

Desciendo y hago que mi cuerpo vuelva a su forma original preparado por si hiciera falta mi ayuda.

El constructo siguió a sus compañeros completamente apático.

Marcus se acerca de los primeros al lugar y al poco rato hace una seña para que el resto les siga. Os encontráis en Molnar, un conjunto de 13 edificios completamente abandonados. No se percibe actividad alguna. Las puertas que no están sujetas, se abren y cierran dando fuertes golpes por culpa del frío viento. Por las calles vuelan todo tipo de desechos y los campos que pueden verse en la cuesta de la colina están desatendidos.

No se percibe peligro por las inmediaciones... a decir verdad, no hay nadie que pueda ser una amenaza.

Sigo a Marcus cada vez mas preocupado. Es muy extraño no ver a nadie en un pueblo

busco rastros de carros o algo asi que pueda indicar un exodo del pueblo o que se los hayan llevado por la fuerza y tambien si hay alimentos muy podridos o demasiado polvo en las casas que me permita intuir hace cuanto tiempo el pueblo esta en estas condiciones

Por el aspecto de las cosas, el pueblo parece haber sido abandonado hace muy poco. El examen de las casas saca poco a relucir, salvo que en algunas de ellas se dan claros signos de violencia: una ventana rota aqui y allá, una vajilla desparramada, y un par de animales domésticos asesinados.

Sin embargo, es la tosca representación del símbolo del Devorador arañada en una de las paredes interiores de una cuadra lo que os señala el culpable del abandono del pueblo. Aparte de este símbolo, no hay ninguna pista mas.

El Devorador... - susurro pensativo - Espero que estemos cerca y no sea que su huella se extiende ya largamente. Gunther, es esta la boca que te arranco el brazo?

Deberiamos seguir y darnos prisa en hablar con la mujer

recupero mi forma nebulosa y me preparo para continuar el viaje

Si, justo esa- responde Grunther, que observaba con recelo el símbolo en cuestión.

Asentí de acuerdo con Tolmir. - Marchemos, aquí no podemos hacer nada... -

Volví a subir a la espalda de Amon y me preparé para continuar el viaje.

-Se los comió a todos...- Digo con cierto celo y envida, mientras me hago paso entre las casas, metiendo la trompa por las puertas, destrozando algunas bisagras y portales... 

Al menos algún animal asesinado, pienso entre Marcus trepa mi espalda y me ergullo uno que había por ahí tirado...

-Cada vez tengo mas interés en conocerlo...- Menciono entre tomo carrera para despegar nuevamente.

Volvéis de nuevo a remontar el viaje. Ya quedaba poco para llegar a Pitchfield, por lo que el viaje no iba a durar mucho. Decidís parar antes de entrar en la ciudad: era mejor cumplir todos los posibles requisitos que podrían ponerte en las puertas principales que no hacerlo volando. Así pues, a pocos cien metros decidís ir a pie hacia la ciudad. 

El espectáculo que os encontráis os sorprende: por la ciudad salen una gran cantidad de carros y carretas, los cuales están a rebosar de pertenencias y personas. Preguntéis al respecto por que tal huida y la respuesta es sencilla: la peste. 

-O tal vez estén aquí...- Digo mencionando a los habitantes de aquel pueblo desierto antes de llegar a este... Ya otra vez en forma humana...

-Hacia donde van todos?- Pregunto a los primeros que se me cruzan.

¿Donde estan los afectados? tal vez podamos hacer algo por ellos- pregunto a la primera persona que parezca menos presa del pánico

¿Hacia donde os dirigis? - pregunto a otro grupo de gente

¿Quien manda aqui? - me dirijo a otra persona distinta

¿Donde podemos encontrar a Sather? - insisto hasta que alguien me responda algo concreto

Al poco rato tenéis mas o menos el conocimiento de la situación:

 Hace unos días llego una enfermedad desde el gran pantano al sur de Pitchfield (o eso dicen los rumores). Al principio no se le dio mayor importancia ni a eso ni a la enfermedad, pero tras la desaparición del soberano de la ciudad, el conde Hazendel y de todos los miembros de su casa y familia (a excepción de la mascota a la cual se halló sin vida) es lo que ha provocado la huida. La mayoría no tiene un destino fijo, simplemente quiere salir de allí.

Tras recibir toda esa información Grunther os dice que le sigáis. Él sabe donde se encuentra la mujer que buscáis. Os adentráis en un barrio de calles excepcionalmente estrechas y caminos embarrados. Muchos edificios parecen estar abandonados e infestados de ratas. Llegáis a su pequeña casa. Una gruesa puerta de roble cubierta de infinidad de glifos y runas, cuya naturaleza deducís que es protectora protege la puerta.

El constructo se adelantó con curiosidad a la puerta. Aquello era algo digno de observar con detenimiento. Sus lentes se movieron aviesos en todas direcciones registrando los glifos y leyendo arriba y abajo. 

Me tapé la boca y la nariz con un pañuelo desde que nos enteramos de la peste... Fuera o no verdad no tenía intención de caer enfermo por ello.

Al ver a Rob examinando la puerta me pudo la curiosidad y decidí no hacer nada, aunque normalmente era yo el que se acercaba a examinar las puertas aunque tuvieran protecciones mágicas.