Partida Rol por web

acerco mi rostro a Erikha y susurro lo que he visto, antes de ponerme en marcha hacia la garita.

Hay grandes trasgos en la garita de la entrada, no se cuantos, vamos a ver.

a los que están detrás les indico por señas mi intención, señalando a erikha, a mi mismo, llevando el dedo a los labios y señalando la puerta del templo, no se si desde donde están pueden ver la garita.

Asiento con la cabeza y procedo a seguirlo. Cada paso que doy resuena como un trueno en la cabeza, pero eso solo hace que me aplique aún más en esconderme mejor de la vista desde la garita.

 Os acercáis sin ser detectados por los trasgos y podéis contar que en total hay cuatro trasgos.

levanto 4 dedos hacia mis compañeros y luego pregunto silenciosamente a erikha, sólo con la mirada y los gestos, ni un sólo sonido surge de mis labios.

Vemos algún método de alarma? Campanas, gongs...

Señalo a Vannael y luego a los demas, como indicando que él vuelva. Luego me señalo a mi misma y al suelo, diciendo que me quedo para atacarles por la espalda cuando salgan a ver quien hay fuera.

vuelvo hasta donde están los demás.

Erikha se ha quedado allí. Dentro de la garita hay al menos cuatro grandes trasgos, esperará a que nosotros ataquemos para emboscarlos. Vayamos hacia allí, como si no supieramos nada. Solkar, una de tus brillantes pelotitas que hacen BUM... será bonita ahora, los pillarás a todos juntos y las paredes cubrirán del fuego a Erikha, ¿no? - los miro esperando sus opiniones

¿solkar?

Asombrado del mutismo de mi compañero decido ponerme en marcha arrastrando al resto de mis compañeros en el entusiasmo. Indico a Quantho que me siga, cosa que el hace sin preguntar, como siempre y me dirijo en silencio de nuevo hacia donde está Erika, tratando de no desvelarla. Antes de partir, hablo en susurros con Roghar, aquel que llevará gran parte del trabajo.

Roghar, ahora te toca entrar en acción. Voy a ir hasta donde está Erika - levanto la cabeza levemente y la hago señas de que aguarde la señal - Id vosotros tres hacia el templo, haced como que vais en silencio, por si hay guardias, pero que no habeis visto ninguno. De esta manera, Erika podrá aprovechar al máximo su entrenamiento para afectar a órganos vitales y Quantho y yo los sorprendermos por la espalda. Cayo durante unas decimas de segundo. Sabes que la protección de Solkar y en menor medida de Rhuk depende de tí y todos contamos con ella.

Dicho esto vuelvo a la posición de la pícara. Estoy convencido de que todo saldrá bien, somos un grupo que nos conocemos y sabemos cuidar los unos de los otros. Con este pensamiento en la cabeza me preparo con mis filos para el combate que empezará.

 Roghar comienza a moverse, seguido de Rhuk y Solkar. Siguen el plan al pie de la letra y los grandes trasgos, que no os han llegado a ver, pican en el anzuelo. Tres de ellos se mueven hacia la dirección de los guerreros mientras uno de ellos se queda dispuesto al parecer a avisar al templo...

El plan funciona como la seda y los otros atraen a la mayoria de los trasgos. Entonces salgo a su espalda y le clavo mi estoque en la espalda. El metal se hunde casi hasta el mango arrancando un chorro de sangre y dolor de la boca de mi víctima.

Cuando me dirigia hacia el vigia veo que erika da buena cuenta de él rápidamente. Vaya por Dios - la susurro con una sonrisa en los labios y salto hacia los tres que avanzaban hacia Roghar y el resto - Buenos Dias - le digo mientras le golpeo - espero que tengas un gran último dia.

ya he cambiado el mensaje

Roghar que avanzaba como su compañero le había dicho ve como Erika se deshace de uno de los trasgos y Vannael ataca a otro de ellos. En ese momento, Roghar saca su espada y se dirige en ayuda de sus compañeros mientras dice:

- Rhuk quédate con Solkar y protegelo mientras nos encargamos de esas bestias.

 Erikha corta antes de tiempo la posibilidad de que el gran trasgo avise a sus compañeros. Mientras, Vannael se acerca sin problemas hacia la retaguardia del grupo y con un rápido movimiento acaba con otro de los grandes trasgos que se encuentran ahora en inferioridad numérica y rodeados. Por si esto fuera poco, la posibilidad de pedir refuerzos es imposible.

En lo que mis compañeros se lanzan a la carga, prosigo con mi mortal danza. Me situo entre los dos Grandes trasgos que apenas se habian dado cuenta de la desaparición de sus dos compañeros y descargo una secuencia de cortes contra ellos

Me deslizo tras Vannael, usando su capa para enmascarar mi aproximamiento. Entoces ataco a al trasgo que hay tras él. Mi hoja dibuja un arco plateado y pronto brota la sangre. Otro grito hiende la quietud del lugar. Veo como Vannael despliega una tormenta de acero, un huracán que se traga anuestros rivales. Al combate le queda poco.