Partida Rol por web

HORA: POR DE LA TARDE.

LUGAR: CUEVAS COLINA NEGRA.

CLIMA (EN EL EXTERIOR): INVERNAL. CIELO LIGERAMENTE NUBLADO.

Y tras una reyerta se hizo el silencio. Se escucharon voces más relajadas de compañeros y supuso que el peligro había sido abatido. El "no veo, no veo" de Alexa y Shidi y el "chicos, ayuda" de Equilibrium suponían un revés en lo que se refería a la intención de ir con rapidez por las cuevas. Daeron retrocedió hacia el pistolero y la ranger y vio cómo el primero cargaba con Vicky, en lamentable estado.

- Vaya, ¿Qué nos has hecho, Vicky? - preguntó el joven ayudando a cargar a la mujer que apenas podía moverse. Pareciera como si se hubiera dado un buen trompazo, a juzgar por las contusiones y las suciedad de barro. Posiblemente al intentar subir por el terraplen. Escuchando el tono bromista de Equilibrium, sin duda para relajar la difícil situación, el arcano sonrió -. Oh, vamos, Equil. Lo dices como si sufrieras cargando con ella pero destilas una sonrisa de oreja a oreja - comentó el supuesto mago. Poco a poco avanzaron por el angosto acceso de estalactitas y llegó a tiempo de escuchar sobre las pociones, la repartición de las mismas y el no usarlas. Daeron llegó, vió e incrédulo parpadeó.

- Con el debido respeto, Emil, yo creo que o se usan o Vicky y Raxus no van a aguantar una mala corriente de aire subterránea - opinó observando el lamentable estado de ambos.

Sonrío, divertido, al escuchar las palabras entre Daeron, Equilibrium y Vicky.

- Equilibrium, qué te he hecho yo, truhán, para que me trates con tan poco respeto... Ains, ¿veis amigos cual es el resultado de la sinceridad? ¿acaso te desagrada tocar con tus manos el cuerpo de nuestra ranger preferida? ¿hay desánimo en cargar con su cuerpo de armoniosas proporciones? Triste, triste es sin duda el mundo en el que a la sincerida admiración por la belleza se la tacha de felonía- quedó un momento pensativo y luego tarareó una de esas canciones arcaicas (¿serían en este mundo y tiempo, por contra, absolutamente futuras?) que tanto le gustaban desde que había encontrado esa pieza de arqueología.- Yo le quería contar la verdad por amarga que fuera. Contarle que el universo era más ancho que sus caderas-  niega con la cabeza, falsamente entristecido y con una franca sonrisa. Pero al punto vuelve la seriedad.- Creo que es obvio que un solo combate puede hacer que alguien los necesite más que ellos, Daeron, tal como acabamos de comprobar. Si se quedan en retaguardia no deberían necesitarlas, salvo que algo se nos "cuele" en nuestra investigación y termine aquí. Y con Equilibrium y Halberd sin heridas y sin ceguera, deberían tener al menos el tiempo necesario para tomarse sin problemas la poción.

Mientras habla arranca del monstruo batracio todos los puntiagudos dientes, con ayuda de su daga mágica, que luego guarda, para usarlos como indicación de dirección.

- Los colocaremos a la derecha de la entrada de cada corredor o puerta que vayamos a seguir.

Y dicho esto, cuando todos están en este lugar, reanudan la marcha conforme al orden que indica por la única salida restante.

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El fragor del combate se fue apagando y gracias a las indicaciones del elfo consiguió llegar a una pared, donde al apoyar la espalda tras girarse, de alguna manera sintió que estaba más seguro. Con el escudo alzado delante de sí y el martillo bien aferrado, el joven guerrero esperó a la que negrura se fuese acabando mientras apretaba los dientes. Tenía la esperanza de que su ceguera fuese temporal, porque de lo contrario, sería un total y absoluto estorbo.

— ¿Habéis acabado con esa cosa? Joder, espero que sean solitarios o estaremos jodidos, ese fogonazo no ha sido nada agradable. El dolor fue pasajero, se va diluyendo, ¿Todos bien por ahí? — Preguntó al poco. No le gustó saber que Alexa también había caído bajo el mismo mal, de alguna manera, se sintió culpable.

Durante el tiempo que sus compañeros intercambiaron impresiones, permaneció recostado y taciturno. Emil, con criterio, le había movido al grupo de retaguardia, señalando la suficiencia de otros para solventar cualquier contratiempo. Con el orgullo herido, el mercenario no dejó pasar la ocasión y rompió su silencio. — Que nadie me considere un jodido lisiado, aún ciego puedo darle más de una lección a cualquiera de vosotros, de modo que si hay problemas contad conmigo. Avisadme, guiadme y seré vuestro escudo. Aún no ha llegado la hora de enterrar a James T. Shidi, ¿Entendido? — Quiso dejar claro, recuperando la total verticalidad mientras sacaba pecho.

— Ahora, dejad de jugar a los médicos y a la misión, buena suerte a la vanguardia. — Les deseó.

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Equilibrium se estaba comportando como un caballero al cuidar de Vicky.

-Vas a hacer que me ponga celosa, cuando te he pedido que me subas a hombros a mí para tener ángulo de disparo me he sentido ignorada.- Decía la maga sonriente a tono de broma, aunque no estaba segura de si siquiera el loco la había escuchado en aquella oportunidad anterior. -La verdad que estos corredores estrechos dificultan mucho el combate, si siguen así no todos los combatientes melé podrán hacer contacto para luchar, ni los de distancia conseguir ángulo para disparar. Harían una buena combinación juntos.- Vicky era excelente disparando y Equilibrium demostraba tener una fuerza impresionante para llevarla en hombros.

-Recuerdo haber visto en películas y en libros de historias tácticas antiguas que serían útiles, si ahora estamos en la antigüedad quizás podríamos usarlas. Como arqueros que se paren arriba de plataformas y son elevados por otros dos para disparar, la tapa del barril serviría.- Y el escudo de James, quizás. Humm, sino, ¿Se molestaría si le voy indicando por dónde caminar mientras voy encima de sus hombros? Dudaba, olvidando por un momento que el ex-comando había sido designado a aguardar en la playa.

Emil ordenaba la marcha y Muxu se colocaba donde el líder había indicado, con ballesta en mano. ¿Que tal lo haré disparando? Tengo buenos reflejos y soy inteligente, a ver, ¿Que tan difícil puede ser? Si la masa y el radio de la tierra es igual al de dónde provenimos, y la gravedad entonces es la misma como parece, con la tensión actual de la ballesta y a pocos metros de disparo del objetivo, la parábola decreciente del proyectil no debería ser significativa. Hmm... Apuntar un grado y medio por encima del objetivo por cada veinte metros debería bastar. Calculaba mentalmente la estudiosa.

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-Ni en las peores avenidas de Darkgate ví un embotellamiento como el que estamos teniendo aquí. A ver... que tal si me adelanto un poco.- Muxu caminó por el oscuro túnel en la dirección por la que tenían que seguir avanzando, y un escalofrió le recorrió por toda la espalda hasta la nuca por la sola idea de pensar que un bicharraco podía aparecerle por detrás.

-No penséis que me he vuelto loca y que quiero abrir la vanguardia.- Reía. -Pero así dejo paso a James para que a su vez haga paso a los demás.- El ex-comando estaba en una posición vital, y la otra opción era que Thomas se corriera, pero no parecía buena idea, ya que solo podría hacerlo por la sucia, tóxica y nauseabunda agua que era tan nefasta, especialmente para un mago. -Eso sí, no vayan a taparme el paso que tengo que retroceder después de que se abra el camino.- Le hizo un gesto táctil al cegado para orientarlo mejor.

-Por cierto, James, ¿Crees que sería posible que me lleves en hombros? Creo que entre dos incompletos, tú por la ceguera y yo por la falta de ángulo con la ballesta, haríamos uno. Al menos mientras duren estos estrechos túneles, ¿Qué dices?- Tenía pinta de que Daeron estaba muy lejos para incorporarse a la marcha, y en todo caso, se ocuparía el mismo lugar que tenía planeado ocupar Muxu. ¿Lo aprobaría Emil si el ex-comando estaba de acuerdo en intentarlo?

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"Otra muesca en mi pistola... Solo que no tengo pistola" pensó Briaeros, con una leve sonrisa, tras ver como aquella cosa caía por fin. Asintió ante la felicitación, valorando aquella cosa antes de pincharla levemente con el estoque, para comprobar si había reacción. No, muerta. La verdad es que, si no tenía en cuenta la malsana paliza entre una docena de cretinos, y la operación sin anestesia, no se le estaba dando mal el camino por aquellas tierras tan raras. Quizás hasta se acostumbrara a combatir de aquel modo tan primitivo y todo. 

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Y de repente Equilibrium la había convertido en el centro de atención, muy a pesar de la ranger. Apenas tuvo tiempo de abrir la boca que Emil ya estaba de nuevo bromeando sobre su supuesta belleza y todo lo que eso suponía para el elfo.

- Parece que este mundo me odia tanto como lo odio yo a él, Daeron. - contestó a su pregunta, intentado mantener humor, y tal vez, dignidad. 

- Bájame, loco... Ya me las apaño para caminar.  - le pidió Vicky, visiblemente incómoda con la situación que se había formado, sobretodo tras la intervención del elfo. No iba a entrar en el trapo, y menos en aquél momento. -  Y gracias. - añadió finalmente mirando a Equilibrium.

No era una damisela en apuros, y aún necesitaba que la cargasen. Se suponía que era una guerrera y que se valía por si sola. Aún así era consciente del mal estado en el que se encontraba. ¿Se habría roto alguna costilla? Una contusión en la cabeza también era posible. Aún así Vicky se recompuso cómo pudo, con la dignidad que le quedaba y aceptó quedarse en la retaguardia. Se convenció a si misma que era para proteger a los compañeros que aparentemente habían sido cegados por una bestia. Realmente se había perdido mucho por culpa de su fallido intento en escalar una maldita roca. 

No le hacía mucha gracia eso de no poder tomarse la poción aún. Buscó a Raxus en el grupo, se había perdido la batalla y no acababa de entender qué había pasado. Tal y cómo había dicho Daeron estaban mal. No podrían defender mucho al grupo en esa situación, pero no iba a pelearse. Aceptó la poción que le repartieron, dispuesta a vaciarla de un sorbo si alguna amenaza entraba en el claro de la cueva que se encontraban. Emil podía decir lo que quisiera, pero Vicky sabía que en su actual estado un golpe mal dado la mandaría a echarse un sueñecito, o peor. 

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Raxus no estaba teniendo muy buena suerte en aquel lugar, así lo atestiguaba su cuerpo bastante maltrecho tras el combate con aquella bestia inmunda que apunto acababa con él. Menos mal que Briaeros gano estado soberbio en el combate y había logrado acabar con la criatura sin ayuda.

Agradeceria tu armadura, si. Un golpe más de esa criatura y no lo cuento- le dijo a la maga para acto seguido mirar a Briaeros- buenas hostias le has dado. Te debo una. 

Tras decir esto, escuchó las palabras de Emil y sus órdenes y tan solo pudo asentir. En estos momentos debía recuperarse un poco de sus heridas. 

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Tras bajarla, hago un gesto con la mano quitando importancia a lo dicho por Vicky.

Luego miro a Muxu. Perdona, ¿cuándo me dijiste eso? Hum... Recuerdo que cuando te ayudé a subir estabas diciendo algo, pero no llegué a escuchar qué era. En cualquier caso, podría ser una buena estrategia siempre que no pueda utilizar mi sigilo natural. En cualquier caso, eso será si estamos en el mismo grupo, y ahora me temo que estaremos en grupos distintos.

Una vez el grupo de vanguardia se marche de la pequeña cala, sacaré mi hacha y mi daga y me quedaré vigilando el túnel por el que se van así como otros alrededor. Lo cierto es que mis heridas siguen doliendo, y descansar un poco me vendrá bien.

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La voz de Muxu llamó su atención cuando la vanguardia estaba a poco de partir. Los ojos de Shidi tornaron en su dirección, pero estos estaban algo enrojecidos, siendo visibles múltiples venas que resaltaban sobre el blanco del fondo ocular, una señal de cierta irritación. Cuando su compañera terminó de explicarle su alocado plan, él, no tuvo más remedio que esbozar media sonrisa.

— Gracias, no veo un carajo ahora mismo. — Se dejó guiar para evitar ser un estorbo en el pasillo. — En cuanto a esa propuesta, mírame, llevo encima casi cuarenta quilos de peso entre pertrechos, armadura y armas, el terreno es irregular y me cuesta avanzar un ritmo normal, además, no veo nada, sería un problema extra. Dime, socia, ¿Cómo esperas que avancemos siguiendo al resto según me propones? En otras circunstancias, no sería una mala idea, pero desde un punto de vista táctico, me parece una locura. — Su voz, baja, no contenía pizca alguna de sorna o ironía. — Cuando salgamos de aquí, quede o no ciego, te subiré en mis hombros si te hace ilusión. — Prometió.

— Ahora, ve, mantente viva ahí delante. Liquida algunos monstruos por mí. — Añadió por último.

Se mantuvo firme en su nueva ubicación, tratando de detectar a quienes tenía alrededor. Había pedido que le orientasen hacia la entrada del pasillo por el que se adentraría el otro grupo, de esa manera, podría tratar de llegar para taponar con su cuerpo el acceso. Confiaría otra vez en esa armadura arcaica, la misma que le falló frente a una de esas marionetas de Agrio.

Cuando Alexa se disponía a repartir las pociones curativas, declino en favor del resto. — Estoy bien, salvo por lo evidente, sugiero que las tengan aquellos que vayan a estar en segunda fila o tengáis heridas, como Raxus. — Fue su postura inicial, solo cedería ante mucha insistencia.

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Mientras se reorganizaron Halberd pudo ver el resultado de la contienda contra el monstruo que al parecer se habían encontrado, que era Raxus algo herido -para lo que él era- y por otro lado Alexa y el humano ese sieso, Shidi, aparentemente ciegos. A Halberd le preocupaba mucho que dos Rift Warriors se hubieran quedado ciegos. ¿Sería permanente? Esperaba que no, pero nada le indicaba lo contrario viendo cómo Alexa buscaba a tientas su lanza luminosa con esos ojos tan abiertos.

La alegre Muxu por otro lado proponía subirse a hombros de alguien para hacer una especie plataforma móvil humana para un tirador de ballesta. Y la idea no le parecía del todo mala salvo por lo angostas que eran esas cavernas. Con la poca luz que había y lo irregular del techo podrían acabar descalabrándose si al de abajo le daba por correr. Salvo si era bajito, supuso.

— Muxu, tu idea no me parece mala del todo para un momento puntual, pero pienso que sería más práctico subirme yo a Equilibrium... Aunque claro que me podría quedar atascado entre dos estalactitas, con los pies colgando. — suspiró resignado ante la ridícula imagen— No me hace ni pizca de gracia, pero si llega la situación en la que me tenga que subir a hombros Equilibrium para tirar con la ballesta... Pues te avisaré, compañero. — indicó a Equilibrium.

El enano miró entonces hacia la caverna por la que habían venido y vio a Alexa moviéndose a tientas por allí, camino a la cornisa. Se apresuró a coger su lanza y fue donde estaba, alcanzando a la mística casi en la cornisa. Se podría haber precipitado dándose un buen costalazo de no haber llegado a tiempo. Devolvió su lanza a su dueña y la dejó agarrarse a su camisa.

— ¿Estás bien, Alexa? ¿No ves nada de nada...? — preguntó preocupado, agitando una mano ante sus ojos. — Eso, agárrate de mi camisa y volvamos.

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-Me confundes James.- La ex alcaldesa se reía. -Primero has estado tan optimista diciendo que no te consideremos un lisiado y que estabas como para darnos lecciones aún, y ahora me sales con esto.- La maga había creído que su ceguera se trataba de una simple molestia, un manchón oscuro que seguro le dificultaría mucho para pelear y haría que se moviera más lento, aunque quizás para llevarla en hombros, al no tener que luchar, podría enfocarse doblemente en solo moverse.

-Igual no he considerado lo de tu carga, tienes toda la razón.- Tal parecía que solo Equilibrium con sus implantes era el único que podía cargar a alguien con relativa comodidad.

El ex-comando le dijo que cuando salieran de aquí podría subirse a sus hombros si le seguía haciendo ilusión.

-Oh, vaquero.- La maga enarcó una ceja luciendo una media sonrisa. -Ese es un tren que solo pasa una vez.-

Su gran amigo Halberd le comentaba sobre subirse a hombros del loco justiciero pero que la presencia de las estalactitas serían un inconveniente.

-En esta zona de delante ya se terminan amigo mío, así que puedes estar tranquilo si es por eso.- Le respondió. Muxu medía solo metro sesenta de estatura, pero sin dudas Halberd sería mejor opción para ser cargado, aunque la experta tiradora era Vicky, y Alexa que seguro lo hacía bien también.

A Muxu solo le interesaba una cosa: volver a ser el grupo de héroes tan eficientes como letales, un grupo que no perdía contra bandidos ni se obstruían en una caverna. Poco a poco, seremos lo que fuimos, y más.

Se movió para dar paso a James, luego tocaría retroceder para que la vanguardia pase por el estrecho túnel sin explorar. Ojalá la caverna se abra en algún punto, sino esto si que será complicado.

Emil recordó como estaban conformados los grupos, y a la maga le dió la sensación de que había muchos magos en el equipo de vanguardia, deseando tener algo más de fuerza bruta. Parecía que había un enemigo nuevo a cada paso que daban. Quizás Equilibrium, o Raxus si estuviera curado harían muy bien. De seguro Emil ha querido dejar a los heridos bien defendidos, supongo que tiene sentido.

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-Gracias, Helberd. -Respondió al enano, que se había ofrecido a ayudarla.- Estoy ciega, sí, creí que podía ver formas o resplandores, pero ni eso. 

Se agarró a la camisa y le siguió, a tientas, hasta el lugar que le indicó, y donde podía sentarse a esperar.

-Emil ha ordenado que reparta las pociones, yo tengo cuatro sólo, las otras las tiene Daeron. Me quedaré con una, de las otras tres quien quiera una que venga a buscarla, porque si me empiezo a mover por ahí igual acabamos poción y yo hechos trizas...

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— Pues no te confundas, vaquera, aún puedo ayudar aunque no tengo nada de Hércules, que más quisiera. Te agradezco el cumplido de todas formas. — Le guiñó uno de aquellos ojos temporalmente muertos.

La opinión de Halberd le dejó a medias, aunque la escena del enano encima de Equilibrium debió resultarle cómica, ya que le arrancó una risa seca. Sin embargo, estaba percibiendo cierta relajación en varios miembros del grupo, como si en lugar de encontrarse en las entrañas de la montaña estuvieran de parranda en la taberna de Val. Se tuvo que ver en la obligación de aportar algo de disciplina, ya que el puñetero elfo estaba muy relajado. — Venga, concentraos, que no estamos de excursión de espeleología. — Dijo finalmente.

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Vicky se acercó a Alexa, que al parecer había perdido temporalmente (o eso esperaba) su visión. 

- Alexa, ¿Cómo estás? - preguntó la ranger sentándose a su lado, para no asustarla. Debía de ser frustrante, incluso aterrador, no poder ver nada cuándo estabas acostumbrado a depender de ese sentido más que de ningún otro. Añade una cueva llena de monstruos a la ecuación y tenías una pesadilla en tus manos. Esperaba que al menos saber que sus compañeros estaban a su lado le ayudase - No me iría mal tener una de esas pociones a mano, ¿te importa?  - preguntó mientras cogía la mano de la mística con delicadeza. Una vez le entregó la poción, Vicky dejó su ballesta descansando sobre sus piernas y observó la cueva. No estaban en un lugar idóneo para una pausa, pero podría ser peor. Si se acercaba algo que no fuese un Rift Warrior, Vicky había decidido usar la estrategia "dispara primero, pregunta después". No estaban en situación de permitirse la duda.

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Muxu vió como Raxus tomaba una de las pociones que Daeron llevaba, y de repente la luz comenzaba a irse. Ese solo segundo de distracción había bastado para quedarse atrás en la marcha, obstruyendo el paso a los que venían detrás.

-Voy, voy...- decía hacia dónde iba Thomas mientras avanzaba dando pequeños saltos. -Chicos, deberían juntarse ahora que solo les quedará una sola fuente de luz.- Parecía que el enano titan juicer no había necesitado la luz antes, pero no podía decir lo mismo de Vicky. Los dos más heridos en la oscuridad separados del resto no es bueno. -¡Vamos Callahan! Tu tampoco te quedes.- Le decía al mercenario que también parecía que se había distraído como ella. Espero que aún pueda vislumbrar el paso.

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Emil se había ido desplazando con lentitud, aprovechando sus sentidos casi sobrenaturales para tratar de localizar cualquier amenaza. Tal vez por eso pudo percibir, apenas, una sombra humanoide, vagamente femenina, que se deslizaba confundiéndose perfectamente con el entorno, moviéndose hacia el sudeste. Se acercó Emil al montón de chatarra y recogió siete discos de plata que había visto y que sí debían tener valor, esperado unos segundos tanto a que los rezagados llegaran como a que la hembra huidiza se marchara. Solo entonces, en un susurro, dijo al grupo de vanguardia.

- Nos han visto. Una hembra camuflada. Probablemente de esa raza que vive en las profundidades. Ha ido al sudeste.

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Briaeros avanzó, con paso firme y el estoque en mano, llegando a una sala que pronto fue alumbrada por la luz que llevaba en el casco. Sin embargo, por su parte, fue consciente de poco en esa sala. Parecía vacía, así que se mantuvo alerta, al menos hasta que llegó la voz de Emil avisando de que no estaba tan vacía como aparentaba. ¿Una posible emboscada más adelante? Solo había un modo de saberlo. 

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El sonido húmedo y repugnante de alguien pisoteando un cadáver, el cadáver, y el olor a putrefacción que le llegó momentos después le hizo arrugar el gesto.

— Eh, muchachos, si tenemos que esperar, ¿por qué no vamos donde estaban los demás hace un momento? Estar cerca del cadáver ese podrido me da un poco de mal rollo, y si tenemos que ir a echar un cable corriendo a los del otro grupo estaremos más cerca, y no con estas estalactitas de por medio.

Desde donde estaba no veía con claridad, pero donde antes estaban los otros tenía que haber algo de espacio, estarían un poco más lejos de la muerta y más cerca de los compañeros.

Qué tampoco es que en su grupo estuvieran para correr mucho, pero bueno había que estar preparados.

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La maga avanzó a través del estrecho corredor, por suerte parecía ensancharse llegado a un cruce en el que Thomas aguardaba por dónde moverse.

Muxu observó que el líder de los Rifts Warriors encontró unos discos plateados entre un montón de chatarra, siete si no contó mal mientras el elfo los guardaba. Deben ser valiosos. -Seguro que el vendedor Sanvil Trett estará interesado en ellos al ser tecnológicos, a no ser que nos sirvan, parece que tuvieran alguna clase de ciruitería que debería conducir energías, aunque están apagados.-

Pronto debían de llegar a las compuertas que nombró la Concejal Dolga, había dicho que una de ellas estaba abierta, pero la otra no. ¿Qué habrá detrás de ellas? Si realmente son de adamantina quizás podríamos reciclarlas para hacer equipo útil de calidad. ¿Nos dejarán? La recompensa por salvar a esta ciudad de su pésimo destino cada vez tiene más sabor a poco, deberían.

A la ex-alcaldesa le pareció oír pasos apagados que se alejaban al sudeste y le entró un poco de escalofríos al recordar las palabras de la concejal Dolga.

-Chicos, cuidado, no descartemos una emboscada. Dolga comentó que había un nido de gremlins y unos humanoides que se desvanecían con las sombras de las paredes.- Continuó siguiendo la marcha, atenta a cada sombra y ruido.