Partida Rol por web

Miro el último mensaje que me ha llegado y alzo una ceja al ver venir a al resto de los chicos de clase, bueno, a parte del resto al menos. Por desgracia llegan justo cuando yo me voy ya que me ha surgido algo importante en otro sitio. Hola Kae, bienvenida la saludo sonriente pero miro mal a Yamato, este chico es cada día más hipócrita y mentiroso. Yamato, hace no mucho dijiste en el comedor delante de todos que no querías estar con Hugo, que preferías estar solo a estar en la habitación de el y que tanto el como yo eramos malas influencias para ti, pero ahora vienes aquí demostrando que no tienes ni un ápice de dignidad.

Recojo mi sombrero y tras ponerme la chaqueta me acerco a la puerta a paso lento para salir no sin antes decirle unas últimas palabras. Además. ¿Has preguntado a Hugo si te acepta aquí? dudo que después de aquello te quiera pisando su suelo y compartiendo el oxigeno de su habitación.  Es como mínimo una situación incomoda para los dos, especialmente después de que la hayas provocado tu. Eres un poco rastrero ¿no crees?

Antes de cerrar la puerta me doy la vuelta para despedirme de Hugo y darle unas últimas indicaciones. Hugo nos vemos tio, me ha surgido algo, ahí te dejo los refrescos y los aperitivos, disfrutadlos casi todos, a otros espero que se les atraganten.

Después de que Ranmaru saliese por la Puerta todo parece en paz hasta que algo lo interrumpe, este era Shintaro, el Chico que lleva esa chaqueta roja y sus lentillas del mismo color.

Shintaro aparece como de la nada, como se hubiese tele trasportado tras Kae y Yamato, con la mano en la barbilla frotándosela como si estuviese analizando algo detenidamente – así que esto es una fiesta privada ... interesante... – dice rompiendo su Don/maldición de ser impredecible a la vista humana. Seguramente ha seguido por curiosidad y ha entrado tras los dos chicos.

Los compañeros de su clase pueden ver que hasta tiene una bolsa de patatas en la mano libre, seguramente los aperitivos que ha traído Ranmaru, entonces, coge una patata y se la come como si nada.

¿Queréis? – dice moviendo la bolsa de patatas ofreciendo a los demás con una cara de empanado con ojeras y todo, seguramente se ha pasado el viaje pensando y estudiando.

Era la primera vez que mi ''presa'' me sorprendía tanto. Normalmente los novatos eran fáciles de manipular y se dejaban llevar, pero Steph hacía continuamente movimientos que me sacaban de mis esquemas. Tal vez fruto de su inexperiencia hacía lo primero que se le ocurría, pero estaba resultando novedoso. Por regla general, era yo quien arrinconaba, no al revés. 

Recibí sus besos y su arranque de iniciativa con placer. Le faltaba técnica para besar y un poco más de ímpetu a la hora de arrinconarme, pero no le faltaba entusiasmo. No tardaría en hacerlo bien si seguía dejándose llevar como hasta entonces. Le devolví cada uno de sus ataques a cada cual más intenso, dejándola meter las manos donde quisiera,y me encontré de pronto besando el aire. 

Con cara de tonta, me quedé mirándola con una postura que momentos antes había sido de un beso. Dándome cuenta de mi ridícula postura, bajé los brazos y carraspeé un poco. No lo había hecho a posta, por lo que no la miré mal, pero no pude evitar una mirada molesta. Empieza a hacer gestos raros, como si pensara, y mi mirada molesta pasa a una desconcentrada, y luego a una divertida.

- ¿Ser mala? Steph, no sé lo que una chica buena como tu podría considerar ser mala, pero por mi no te cortes. Me gustaría ver hasta qué punto puedes ser mala.

Tenía muchísima curiosidad por saber a qué llamaba ella ser mala, y hasta qué punto querría llegar en su ''maldad''.

-Yo quiero una, Sintaro.

Acerco la mano a la bolsa que sujeta el chico invisible y tomo una patata. Detrás de mí entra Himeko a la habitación. Miro alrededor, aunque es muy parecida a la mía, y me siento en uno de los almohadones del suelo, a lo indio.

Juraría que no había nadie delante nuestra, per ola puerta se ha abierto y parece que acaba de llegar Sintaro...¿Cómo lo hace?

Sin embargo, no es cómodo sentarse así con las botas. así que me subo al borde de la cama y alzo una pierna hasta ponerla casi en el pecho de Yamato. Si no se me ve nada bajo la falda es solo porque la mantengo colocada con una mano.

-¿Me ayudas con la bota, por favor?- sonrío dejando caer un poco las pestañas.

Kyaaa....seguro que estoy quedando ridícula del todo >.<.

Me cuesta horrores no mostrarme nerviosa y avergonzada.

-Humm….y…yo…c…con permiso…-Murmuro Yamato rojo como un tomate mientras entraba en la habitación, no le hacía gracia estar aquí…básicamente porque no conocía muy bien a los demás…pero la señorita Bellow se lo había pedido, “confianza” pensó mientras intentaba mostrarse algo más relajado.

Aunque poco le duró cuando Stephany le apoyo la pierna y la bota en el pecho.-¿Q…Q…que?...-Murmuro.-T…Tano-san…-Declaró mirando a Kae, pero comprendió que tendría que hacerlo.

Lentamente y con unas manos temblorosas empezó a deshacer los cordones de la bota de Stephany, la muchacha tenía unas piernas muy bonitas, era una chica muy hermosa...y aunque Yamato obviamente no era la persona más fuerte del lugar, y tener apoyada la pierna de una chica tan guapa como el…siendo como es y por lo tanto…

-¡M…m…me caigo!.-Gritó mientras se agarraba de la pierna de Steph y tiraba hacía el en un intento de no perder el equilibrio, pero no resultó. En unos instantes estaba Steph encima de Yamato que estaba temblando y rojo como un tomate.

Sonrío a Kae cuando entra pero al ver a Yamato a su lado no puedo evitar el fruncir el ceño. Me sorprende que este aquí, sobre todo después de que Kae dijera que se negó la primera vez que lo invito a venir. No me extraña nada cuando Ranma decide marcharse al ver que llega por la puerta. Por un momento me planteo el echarle de mi cuarto. Aun recuerdo lo sucedido cuando le ofrecí la batería y la forma en la que nos mira siempre a Ranma y a mi, como si no fuéramos lo suficientemente buenos para el o temiera que le pegásemos algo. Y por supuesto, sigo pensando que es un racista.

Abro la boca y voy en su dirección para echarle a patadas de mi cuarto, literalmente ya que no le tengo ningún cariño al chico, cuando veo la forma en la que me mira Kae. A veces hacemos el tonto por las chicas o tal vez en esta ocasión me salve de hacerlo.

Aun así, con lo supuestamente educados que se supone que son los japoneses me sorprende un poco que nadie me salude al entrar. Al fin y al cabo es mi cuarto.

Ademas, no se que narices decirle o como tratar a Yamato. Quizás si le digo hola salte por la ventana o si le ofrezco una bebida tema que le envenene.

Me fuerzo a sonreír. Bienvenidos todos...me callo al ver en lo que andan Steffy y Yamato y miro al techo un segundo antes de seguir. Sed...bienvenidos todos. Hay cosas para picar y beber sobre la cómoda. Cuando estemos todos comenzaremos los juegos si os parecen bien...Claro que Ranma los había preparado casi todos......Hay que joderse...

Luego suspiro y siendo Ranma mi amigo no puedo dejarle irse así sin mas. Bueno, tengo que ir a ver si logro que Ranma entre en razón...así que os va a tocar esperarme a mi un rato... Si queréis comenzar sin mi, yo habia pensando jugar a la botella, a verdad o reto...pero bueno.

Me acerco a la puerta y tomo la llave. Si viene Himeko decidle...no, ya se lo diré yo mismo...

Salgo de mi cuarto en dirección a la de Ranma.

-Wa...¡Waaa!

De alguna manera acabo sobre Yamato, en el suelo. Mis manos descansan en su pecho mientras estoy algo inclinada sobre él, dejando a la vista un digno canalillo. Por la caida repentina, una de mis piernas está algo enredada con la suya de manera que, además de a horcajadas encima suya, mi pierna también está debajo de la suya al menos de rodilla para abajo.

Me lo quedo mirando con los ojos bastante abiertos, por unos instantes, sonrojada. Pero lo que dije hace no mucho resuena en mi cabeza. "Ser mala". Aunque no me es nada fácil, aprieto un poco con mis dedos en sus pectorales, "arañando" con mis uñas a la vez que agito mi cabeza para echarme el pelo atrás. Al agitarme, claro, también lo hacen mis pechos.

-Qué impulsivo, Yamato-kun.- dejo mi mirada en la suya unos instantes antes de pasarla a Hugo. -No tardes mucho, hay un león aquí.- me echo algo atrás, dejando caer más peso directo en su entrepierna.

Espero no estar quedando demasiado ridicula >.<

La tensión se podía cortar con un cuchillo…Yamato tenía los ojos abiertos como platos, estaba temblando y sudando levemente.

Cada tembleque aumentaba cuando Stephany se movía de esa manera. “P…p…parece que me este pr…provocando” Pensó angustiado…realmente se dio cuenta cuando dijo esas palabras y…le araño los pectorales

-K….k…ky…kya….-Murmuro casi en una especie de gritito mono e infantil, como una llamada de socorro, la profesora Bellow le habló sobre la confianza…”T…tal vez tengo que hacer lo mismo”

Yamato alzó levemente las manos y apretó los pechos de Steph.-A….a…¿m…miau…?-Mauyo como si se tratara de un “león” aunque más bien era un gato…fuera como fuera, tal vez eso le hacía sentirse menos tenso. “N…no está ayudando para nada…” Pensó tragando saliva forzosamente y mirándola con los ojos casi fuera de las orbitas.

La profesora habló de confianza…pero esto ya era pasarse.

Apenas estaba entrando, saludando a los dos que habían dentro cuando Yamato se cruzó con ella con prisas para salir. Al girarse para cederle el paso se sorprendió de ver a Kisaragi allí de pie. ¿Cómo demonios se estaba enterando todo el mundo de la reunión en la habitación de Hugo? Parpadeó al ver que ya había cogido rápidamente la bolsa de patatas. Negó con la cabeza, sin apetito.

-No, gracias Kisaragi-kun-le agradeció con una sonrisa, divertida al ver como invitaba a las patatas de otro. Escuchó la voz de Ste, entrando a la habitación directa. La siguió con la mirada y cuando levantó la pierna para posar el tacón en el pecho de Yamato no supo si sorprenderse más por ella o por él, pero estaba sorprendida. Cuando él la buscó con la mirada como buscando auxilio por un momento dudó si era la señal que habían acordado, pero luego accedió a la petición de su compañera.

Su rostro siguió sorprendidoy cuando cayeron aparatosamente no pudo contener una carcajada. Las palabras de Hugo cortaron su risa y se giró hacia el, haciendo una leve reverencia con la cabeza.
-Claro, ve-le animó. Aun así cuando habló del juego de la botella y verdad o reto se le pasó la sonrisa. ¿Teniendo 18 años aún tenían que jugar a ésos juegos?

Volvió a mirar a Yamato y Ste y vio la escena de flirteo más absurda posible. Ambos con personalidades cohibidas intentando coquetear mútuamente, casí buscando el modo de excitar uno al otro. Permaneció expectante hasta que Yamato maulló. Maulló. Sufrió mucho, le costó horrores no reír a carcajada limpia para no incomodar al pobre Yamato, que no tenía claro si estaba en el infierno o en el cielo.

Avanzó hacia ellos y se agachó, dejando la cara a la altura de las suyas, casi en medio.
-¿Así que empezásteis a jugar? ¿Es sólo para dos o yo, Kisaragi y Himeko quedamos fuera?-preguntó sonriente. Yamato había pasado de estar envuelto en la manta a estar debajo de Ste, y ella de sollozar a ir de femme fatale. Era cuanto menos curioso, aunque si ésa iba a ser la tónica no le entusiasmaba mucho.

Al sentir el apreton en los pechos, salto asustada dos metros hacia el techo.

O lo habría hecho de no estar mi pierna enredada con la suya, es una suerte porque justo Kae se agachaba y nos habríamos golpeado. Como consecuencia, con el "salto", quedo tirada en el suelo y me arrastro lejos de Yamato abrazándome mis pechos y con los ojos muy abiertos. Quedo bajo la cama, solo se ven mis ojos.

O__________________________O No me esperaba eso. No me esperaba eso. Nomeesperabaesonomeesperabaesonomeesperabaesonomeesperabaesonomeesperabaesonomeesperabaesonomeesperabaesonomeesperabaesonomeesperabaesonomeesperabaeso.

Aún noto sus manos apretándome, y me pone supernerviosa.

¿Por qué actúo así?

....

¡Es la ropa maldita! ¡Mamá! ¿Se la compraste a un faraón muerto o algo?

Me...gusta lo que me hizo Kae. E Himeko. Es...guay besar. Pero pasar de eso parece que me va a ser imposible.

Al menos sin el "click". ¿Por qué pasaría eso?

Yamato se mantuvo unos segundos con las manos en el aire, luego las bajo y se quedó como un gatito en el suelo, con las manitas pegadas al pecho como si se tratara de una tortuguita boca arriba*.

-C…confianza…c….c…confianza…-Murmuraba una y otra vez con los ojos abiertos como platos  a la vez que una gota de sudor caía por su frente.

Una vez más calmado se incorporó lentamente y se arrebujo más en la manta.-P…p…perdona…-Se disculpó sin mirar fijamente a Steph, pero obviamente la disculpa iba dirigida a ella.

Yamato tenía una verdadera confusión encima. La profesora Bellow le dice que tiene que tener confianza…hacer amigos…relacionarse con los demás, y buscarse una chica.

 “Es…espera…ella no dijo que le agarrara los pechos a nadie…” El muchacho se quedó pensativo unos segundos y se dio cuenta de su error.

“Amabilidad+confianza+respeto = Amistad…. Tocar pechos+bromas guarras+ timidez = Soledad” Lentamente el muchacho se miró las manos y flexiono los dedos.-Ojala pudiera hacer todo bien…-Murmuró mientras se arrebujaba más en su manta, ahora estaba realmente incómodo.

Suspiró sonoramente y se acercó a Yamato, pasándole la mano mano por el pelo, despeinándolo. Luego le puso la mano al hombro.

-Te irá saliendo mejor, no te preocupes Buki-se agachó para darle un beso esporándico en la sien y luego incorporándose de nuevo para ir a buscar a Ste. Se quedo a gatas delante de la cama donde estaba refugiada, apoyó los brazos quedando solo la cadera alzada y la cabeza a ras de suelo.

-¿Toc toc? ¿Is there anybody at home?-bromeó viendo los ojos asustados de Ste. La pobre avanzaba con una de cal y otra de arena-¿Pasarás el resto de noche aquí debajo?-.