Partida Rol por web

Cuando aludió a sus talentos asimiló que la habría visto por las competiciones de atletismo, ya que las de Kyudo no solían ser retransmitidas por un medio como la televisión. Eso hizo que se sintiera más cómoda con la situación, el primerio de los misterios ya había sido solucionado.

Disfrutó al ver cómo se le borraba la sonrisa burlona al chico cuando se acercó a él, como si realmente no se lo esperase. No se ponía nervioso, o al menos no tanto como otros chicos. De haberlo hecho no se habría sentido decepcionada, habría sido algo como una victoria moral; pero el chico aguantaba. Cuando quedaron cara a cara se dio cuenta de que a pesar de que ella era alta para la media de chica nipona él era aún más alto. Posiblemente como ella fuera sólo medio japonés. De todos modos al levantarse el chico le había seguido la corriente, quizás animado por el gesto, pero resolvió el segundo misterio, que era su nombre.

-Mucho gusto, Levi...-ésta vez sonrió ella burlona. Aunque para sostenerle tenía que levantar la mirada no se sentía cohibida en absoluto. Podía sentir su olor, incluso el calor que suelen desprender los cuerpos. Pero a diferencia de eso, la mirada era un témpano de frío. Cuando la aduló levantó una ceja, escéptica. ¿Tanto carácter por un piropo? Ella buscaba que fuera mordaz, que le devolviera el veneno-Eres tan amable que me dan ganas de darte una piruleta...-sonrió con desdén, sarcástica. Entonces cayó en algo. ¿Jaeger? ¿Familiar de Hugo? Desvió la mirada a su cabello pelirrojo. De pronto por alguna razón ni el parche, ni la altura, ni el ascensor ni que estuviese tan cerca de ella parecía más relevante que su nombre o su cabello. Tras un vistazo volvió a mirarle, posiblemente no debía quedar mucho para su planta, que al fin y al cabo la primera parada era sólo la quinta. Aun así en su cabeza rondaba algo, ¿otro enigma?

-Ciertamente espero no aburrirme en este viaje y tener que pasarme el día en el gimnasio. Si te hace un cara a cara, te tocará buscarme-lo miró desafiante con una sonrisa de lado. Esperó: a su respuesta o al timbre del ascensor indicando la llegada.

Había seguido sus instintos tal como siempre hacía, el ser un caballero amable y siempre estar con una actitud positiva ante las personas y sobre todo las mujeres. Su padre le había enseñado de tal manera que siempre tuviera mayor oportunidades con las mujeres, si bien todo esto siempre era para guardar las apariencias con los demás, si alguien llegase a saber la personalidad que había formado el pelirojo tras años y años de maltratos por parte de los entrenadores, criados y personas expertas en el asunto sería un caos total para quien estuviera frente. Quizás esa era la única manera de explicar que sus ojos fueran tan pétreos pero la actitud extrovertida.

Las miradas continuaron unidas un rato más, no le molestaba en lo absoluto la presencia de la chica pero si era visible para él ciertas inconsistencias, el como la joven provocaba cada situación, si bien le parecía entretenido la gente de ese tipo le parecía peligrosa, que ocultaban demasiado y tendían a ser hábiles controladores, completamente distinto a como era Levi. Escucho la tenue oración de la joven, el sarcasmo estaba marcado en su totalidad lo que inmediatamente le hizo interpretar lo que la joven deseaba, se alejó como si le hubieran realizado una ofensa pero su rostro no parecía demostrarlo y no era así, simplemente deseo realizar aquella acción a la par que sacaba las manos de su pantalón. –No tengo nada contra ti, ni tu instituto como para no ser así. –Aludiendo a lo que había pasado recientemente. Desvió la mirada para verse en el espejo del ascensor, la mueca neutra y los ojos verdes fríos. Le hacía recordar el cómo era en realidad, volvió a mirar a la joven esta vez de reojo. –Si quieres que te respondan con idioteces entonces deberías de buscar a algún idiota. Creo que deben haber varios en Suiroku o Rakusen –Luego esbozo una leve sonrisa al escuchar la insinuación de la joven, le parecía entretenido el cómo actuaba, era peligrosa, punzante y por sobre todo diferente a como le había visto. Su mano izquierda se posó en la bandana que llevaba en la frente. –El gimnasio es demasiado aburrido, Kae Yusei. Demasiado Común –Cuando pronunciaba el nombre de la joven lo hacía con cierto tono diferente al habitual, como si estuviera intentando que ella le tomase con más seriedad. –No me agradan las cosas comunes, por eso voy a la azotea a entrenar. –Apunta con la mano derecha hacia arriba a la par que su mano izquierda se quitaba la bandana, los cabellos pelirrojos cayeron por su rostro en una mar de cabellos lacios color sangre. Éste había bajado la mirada al quitarse la bandana verde. –Además no podría competir contigo. Porque si lo hiciera, a la primera oportunidad que tuviera… -Elevo la mirada con los cabellos tapando el parche por completo y levemente el ojo izquierdo, una mirada punzante y un cierto brillo en los ojos de éste, como si lo que estuviera diciendo hubiesen despertado cierto deseo en él. –Te destrozaría. –La saliva del joven se sintió cálida y se aguantó las ganas de sacar la lengua para intentar alivianar un poco la sensación de satisfacción al decir aquellas palabras. Fue completamente sincero y tajante dejando salir por un instante la personalidad bestial que guardaba dentro, pero a la vez que dijo esas palabras sonó el timbre que daba con el quinto piso y apenas la chica de cabellos morados desviara un tanto la mirada por este ruido, Levi ya habría vuelto a la normalidad, con un rostro más amable y acomodándose los cabellos hacia atrás con la mano derecha.

Cuando se separó de él lo miró sorprendida, como si hubiera accedido a una retirada. Eso sí sería una pena, puesto a pesar de ser del Rokusen prometía, ya que era la primera persona que se cruzaba con aquél temple. Kae se mantuvo en silencio ante sus argumentos sobre la paz mundial. Para ella simplemente era cuestión de no aburrirse. Desde que entró en el Suiroku que había notado la palpable rivalidad con el Rokusen y aquel ambiente había dado pie a entretenidas competiciones.

¿Buscar idioteces? Hizo rodar los ojos. Ni de lejos buscaba éso. Sencillamente sentía una apatía permanente que necesitaba rellenar con algo que la entretuviera. La gente era un buen recurso, pero siempre bajo la norma de oro de nunca herir a nadie. Pero las idioteces le molestaban, hacían que sintiera que perdía el tiempo.

Cuando mencionó su nombre lo volvió a mirar fijamente.  Notaba como si la conversación tomase un camino inesperado y lo miró atentamente. Por alguna extraña razón, la visión de aquellos cabellos cayendo fue visualmente placentera, agradable. Pero aquella bandana fue como si hubiera estado contentiendo alguna cosa no palpablem, porque algo en él pareció cambiar. Su mirad fría volvió destelleante, incluso el timbre de su voz le pareció algo más profundo.

Al terminar su frase, ella sintió un leve escalofrío. No era de miedo, era un cara a cara. No lo había pronunciado de forma burlona, sin fundamentos, o por el mero hecho de ofrecerle una respuesta. Si no porque lo creía firmemente. Lo disfrutaba. Fuere lo que fuese que le pasaba por la cabeza a aquél chico, para ella era desconocido.  Le sostuvo la mirada y se humedeció los labios; justo entonces escuchó que habían llegado a su planta. Cuando volvió a mirarle algo había distinto. Sintió un cosquillero en su piel y sonrió ampliamente, complacida por haber encontrado a alguien interesante, y sin ningún titubeo ante aquellas declaraciones. Luego rió; con una carcajada cantarina, desenfadada y rompiendo totalmente con su expresión fría hasta entonces.

Antes de hablar, inclinó la cabeza hacia un lado. La sonrisa, la mirada, todo en ella parecía dotarle de un aire intrigante. Era el cliché de chica misteriosa del Suiroku, y no en balde. Levantó el dedo íncide y lo posó sobre sus propios labios.
-Si me alcanzases-puntualizó ella guiñándole el ojo de forma cómplice-Buenas noches, Levi Jaeger-se giró, volviéndose a acomodar el cabello. Cruzó la puerta y se giró, esperando a que se cerraran las puertas mirándole fijamente. Hasta lo vio atractivo, con aquél gesto de acomodarse el pelo hacia atrás-Me gustas más sin la banda-y ésta vez el tono fue juguetón, divertida.

Se estaba acomodando los cabellos cuando pudo darse cuenta que ya estaba la puerta abierta, el ascensor ya había llegado a su destino y para mala suerte de él se trataba del piso de la joven que le acompañaba, se había dejado llevar por las palabras de Kae y el solo escuchar que le pusieran en una situación defensiva o de competición le hacía despertar aquel estado, la violencia pura en la cual se había criado desde pequeño, generalmente su cuerpo asimilaba que se encontraba en peligro y todo lo que rodease era una potencial amenaza y en esos pocos segundos vio a Kae Yusei como una.

Recordaba todo como si no hubieran pasado, como si el actuar que había tenido hubiese sido una mala jugada de su imaginación pero cuando escucho la melodiosa risa de su contraparte le hizo entrar en razón de que todo había sido real. El rostro del muchacho era un poco más de sorpresa, la reacción de la joven no la esperaba ni en lo más mínimo pero por dentro sintió cierto alivio al notar que la situación no había sido muy extraña. La expresión de la pelimorada había cambiado levemente, ya no era como antes si no que un tanto más expresiva, aquello le hizo sentir un poco más extraño debido a la diferencia de actitudes que poseían, ella misteriosa y con un gran talento para ocultar las cosas mientras que él completamente honesto diciendo las cosas que se le venían a la cabeza. Un par de mechones rojos se volvieron a quedar sobre la cara mientras intentaba colocar una sonrisa ladeada, las actitudes de la chica le causaban cierto interés culpable. No necesitaría alcanzarte, solo acercarme… -A pesar que no quisiera su mente estaba llena de maneras de inutilizarle, si bien ella practicaba atletismo el solo acercarse le serviría para inutilizar su cuerpo, el más mínimo impulso podría terminar en un accidente. Intento olvidar todo ello y fue gracias a la despedida de la joven que logró hacerlo. Que se quedase esperando frente al ascensor no se lo esperaba, como si fuese una joven entretenida con un juguete nuevo esperando a poder utilizarlo de nuevo. –Buenas noches. –Dijo sin quitar su ojo de encima de ella. Y antes de que la puerta comenzase a cerrarse le lanzó con la mano izquierda la bandana. –Ten. Es tuya ahora si quieres. –No fue por el halago que le lanzó la bandana, si bien tenía más dudaba que utilizara alguna durante un par de días, le recordaría ésta situación en la cual dejo salir un poco de su personalidad oculta, se preguntaba que podría pasar durante esta semana de viaje con aquello, el solo hecho de no entrenar a la hora le había causado tal estrés que casi se lanza encima de ella. Justo cuando la puerta se estaba cerrando el joven se llevó la mano derecha hasta el parche, cosa que la joven pudo ver pero la puertas se cerraron un instante después.

Yamaguchi agarro al recepcionista de las solapas de la chaqueta y le dedico una mirada fría y amenazante, entonces, le soltó viendo que ya había echo su Trabajo – que no se te olvide que la única que puede castigar a los chicos del Rokusen soy yo! – menciona poniéndose en pie en el mostrador y de un sato bajo.

Suspiro pesada y se acercó a Hiro – ¿Estas bien Hiro? ¿Te ha hecho mucho daño? – pregunta ella algo curiosa y muy preocupada por el estado de su alumno

Hiro, ven conmigo, iremos al parque de aquí al lado .. – menciono ella mientras caminaba a la Puerta del hotel saliendo, esperando que el la siguiese

- Estoy bien- dice guardando el movil y yendo con ella- Me ha hecho mas daño del que se considera civilizado, pero dentro de lo que se considera una agresión ha sido leve.

Le contesta con una sonrisa dulce y mientras va con ella le dice otra cosa

- Gracias por la ayuda -dice son su sonrisa calida, que luego pasa a una expresión apenada- Y...lo siento, por causarte estas molestias...

Cuando Hugo va tras Ranmaru lo puede alcanzar a la recepción lleno en dirección a la puerta de salida, al parecer esta de mal humor y quiere ir a a calmarse.

pero que se ha creído? Es un falso! Encima viene como si nada

Va murmurando mientras mete la mano en el bolsillo de la chaqueta para ver si tiene su material

Alcanzo a Ranma antes de que salga y le detengo con una mano en el hombro. Tio, a mi tampoco me cae bien Yamato, pero ahora mismo se ha quedado solo con las chicas en la habitación y si no se lo esta montando con Steffy y con Kae poco le falta. Pensé que te gustaba Kae...es que quieres que se la quede el por falta de opciones?.

Ranma es un poco cerrado y a veces hay que hacerle ver las cosas bruscamente, para que salga de las películas que se monta.

Ranmaru miro a su colega y frunció el ceño mientras ponía las manos en su cabeza, parecía algo estrenado ya que por una parte no quería ver a Yamato pero por otra no quería que ese infiltrado se quedase con Kae

arrrrrg! No se que hacer! Me iré a fumar un porro y luego voy para allí, necesito ración doble para soportar al semejante idiota y para dame fuerzas a ligar me a Kae

Dijo cuando se alejó unos pasos antes de marchar miro a su colega y le señaló hacia arriba

ve y controla que nadie se ligue a mi chica antes que yo

Niego con la cabeza al ver lo cerrado que se muestra Ranma. Como si fumarse un porro no le pusiera peor de lo que ya esta. Pero ahora mismo tratar de razonar con el es una causa perdida, así que suspiro.

Steffy entra en esas personas que no pueden ligar con ella o solo vale para los varones?...esta bien, me voy para arriba, sobre todo porque me preocupa lo que pueda pasar, pero no tardes mucho o yo mismo me enrollare con Kae para darte una lección. Se lo digo medio en broma porque Kae esta realmente buena y cualquiera querria pasar un rato con ella.

Date prisa en aclararte y vuelve. Le digo antes de darle una ultima palmada en la espalda e ir ha mi cuarto de nuevo.

Al cabo de unas horas de risas, ánimos altísimos llegáis a Kioto, El coche os lleva por la parte más céntrica de la ciudad llenados a la parte de los ricos.

Una vez allí, podéis ver al bajar del coche que la entrada del hotel es enorme, lujosa, y muy muy elegante, parece más esos hoteles donde van políticos, actores, y gente adinerada.

Ambos amigos van a agarrar la maleta del maletero y os la traen y parece que uno de ellos exactamente Ken empieza a llamar por teléfono.

Riu mientras se acerca al mostrador indicando que están buscando a Yamaguchi, que si era tan amable de hacerle saber que han llegado los alumnos que faltaban.

Pero no hizo falta que llamasen a nadie, Kumiko apareció tras los alumnos recién llegados y a su lado esta Hiro, parece que fueron fuera a dar un paseo.

¿Cómo habéis pasado el viaje?  ¿Os han tratado bien? – Pregunto la tutora cuando los dos acercándose a su Ojou se empezaron a mosquear – Claro que los hemos tratado bien Ojou-sama, ¿acaso dudas de nosotros?  - mencionaron a coro cuando ella movió la mano quitándole importancia muy contenta, cosa que a sus hombres le pusieron al piel e gallina imaginándose lo peor, simplemente se inclinaron despidiéndose – Ojou-sama, estaremos unos días por la ciudad, aprovecharemos para ir de fiesta y relajarnos – menciono el del pelo negro.

Yamaguchi asintió feliz y se fue brincando al mostrador – voy a pediros las llaves ahora vengo… - dijo con una inmersa felicidad en su rostro. 

Hiro saluda alegremente a sus compañeros, se alegra de verlos. Los saluda a ambos con la manita, con su clasica cara afable.

- Ey Shiru! Sora! Me alego de veros, pense que no vendriais, y seria una lastima, esto no sería lo mismo sin vosotros. -si algo caracterizaba a Hiro era lo amable y simpatico que solia ser con todo el mundo, especialmente si eran compañeros de clase suyos, luego se gira a ver a los dos que los han traido, con identica sonrisa en el rostro, se lo ve de especialmente buen humor- Y por cierto, el coche es una pasada ¿Me dejareis conducirlo un dia de estos?

Shiru se baja del auto y empieza a estirar las piernas para que la sangre le vuelva a fluir luego del viaje, en ese momento ve a la profesora, Shiru sale corriendo y los saluda con un abrazo a cada uno.

Buenas chicos, llegamos sanos y salvos.

Luego mira a los "amigos" de la profesora y sonríe.

Claro, nos trataron bien, por suerte tuvimos un lindo viaje.

En ese momento la profesora se va y Hiro se pone a ver el auto. Shiru no evita reírse y decir más o menos bajo.

Hombres, ven un auto y se olvidan del mundo... Hiro ¿que tal el hotel? ¿no habrán gastado la diversión sin nosotros no?

El viaje había sido increíble, y se aseguro de hacerlo saber a los conductores una vez que estos les dejaron a él y a su compañera en su destino.-!Gracias por traernos chicos!,!recordad que tengo unas lecciones de boxeo pendientes que enseñaros!.-Decía de forma alegre y emocionada, mientras bajaba del coche y se despedía de los "subordinados" de su sensei.

Al bajar, observó que su profesora se fue un momento a por las llaves,y como Hiro estaba allí, emocionado por ver a su compañera y a al peliazul llegar al hotel.-!Jaja!,!Hiro cabronazo!.-Sora se adelantó de manera audaz dando un gran abrazo de camaradería a su compañero.-!Que alegría verte!,¿como están los demás?,!debéis saludar a la campeona Waterpolo y al campeón juvenil de boxeo!.-Decía alegre y risueño, abrazando a su compañero y elevando su cuerpo por los aires.

Hiro rie y se suelta

- Tu siempre tan entusiasta Sora - dice entre risas- Supongo que deberia avisar a los demás.

Hiro saca el movil y manda un mensaje a sus compañeros. Mientras sigue hablando con Sora

- Los del Suiroku tambien estan por aqui -comenta Hiro mientras teclea- Por otra parte hay buffet y Ren nos ha dado trajetas-llave para "habitaciones del amor".Creo que el hotel os gustara, excepto el segurata... imagino que todavia estara durmiendo la mona de la patada voladora que le ha dado la profesora. 

Sora rió activamente.-¿Habitaciones del amor?,¿segurata KO por patada voladora?...este fin de curso parece empezar demasiado bien.-Decía mientras se rascaba la cabeza y sonreía lleno de emoción.-Buffet, perfecto, pero primero me gustaría brindar con los demás para empezar como dios manda, espero que también se animen.

El peliazul comenzó a andar, mirando a un lado y a otro de la recepción.-Así que los del  Suiroku ya están aquí...madre mía...la que se va a montar...-Decía con una sonrisilla.-Bueno Hiro, ¿donde están los demás?, me muero por ver sus caras cuando Shiru y yo les anunciemos nuestros logros.-Sora se elevaba así mismo con los talones, arriba y a abajo, mostrando algo de ansia y impaciencia, pero también emoción.

Shiru escucha a Hiro hasta que pronuncia que los de Suiroku también están ahí, en ese momento aprieta los dientes y va hacia el chico.

¿Como que los de Suiroku también están aquí? ¿No se puede tener unas vacaciones tranquila sin tener que andar compartiendo hotel con esas zorras?

La chica suspira y llega a escuchar cuando Sora pregunta sobre las habitaciones del amor.

¿Amor? Esto es la guerra, no voy a dejar que los de Suiroku me arruinen las vacaciones.

Corre a buscar sus cosas y vuelve con los chicos.

Más les vale que tengan varios... "seguratas" porque si hacen algo para molestar a alguno de nuestra clase van a tener que frenarme.

Hiro se pone a enviar mensajes con el movil mientras los escucha, ha puesto una cara menos alegre en varios de ellos.

- Bueno, podriamos brindar en mi habitación, llamare a los demás y nos reuniremos alli. Por ahora la profesora ha ido a buscar vuestras llaves creo, en cuanto venga nos iremos hacia alli.

Riu sonrió al oírles - ey, amigos de Sora y Shiru son mis amigos, estos chicos... me han caído bien, tomad os presto mi coche, compartelo con tus amigos hee - menciona agarrando las llaves de su chaqueta y las lanza para que Hiro las tome.

los cristales, están tintados eso significa que a ojos de la policía es un coche de los nuestros, no os pararan pero, tampoco hagáis el imbécil, tened cuidado y no rellenéis el Nitro, eso es para chicos con pelos en las pelotas.. - dijo el peliblanco cuando ambos amigos se van caminando calle arriba seguramente en bisqueda de la discoteca "Paradise".