Partida Rol por web

Su voz, aunque suave y delicada, resonaba en todos los rincones de la sala. Los estudiantes tomaban apuntes en su ordenadores mientras la dedicada profesora pasaba las diapositivas a la par que explicaba. Su forma de explicar emocionaba a sus alumnos, tanto al menos como a ella le apasionaba su asignatura. Aquí no solo enseñaban arte, sino el porque de ese arte, algo realmente complejo y profundo.

Apenas quince minutos después de comenzar la clase una alumna entro a su clase, interrumpiendo su explicación. No era algo que le molestase, pero aquella vez ocurrió algo distinto. En apenas un instante, su visión parpadeo y el velo de la realidad se vino abajo. Sus nuevos ojos fueron conscientes entonces de la verdadera naturaleza su alumna, Ashanti Sharik.

Su piel, aunque morena, desprendía un ligero resplandor dorado. De su espalda surgían dos alas formadas por la luz mas pura que Kim Hana jamas había visto. Su porte grandilocuente centraba sus miradas en ella mientras buscaba asiento.

Aquella visión duro apenas unos segundos. Después de parpadear varias veces, fue consciente de que toda la clase le miraban en silencio, incluso cuchicheaban entre ellos ¿cuanto tiempo llevaría embelesada por lo que acababa de ver? Se froto ligeramente los ojos y carraspeo con fuerza antes de proseguir con la clase. El resto de la clase, la señorita Hana, fue incapaz de evitar mirar en repetidas ocasiones a Ashanti.

La clase paso sin ningún incidente mas. Los alumnos abandonaron la clase entre risas, suspiros y conversaciones, y abordaron los pasillos de la universidad como solo los jóvenes saben hacer. Solo dos personas se quedaron, la profesora Kim y su alumna Sharik. Aunque su apariencia era humana, cuando comenzó a caminar hacia ella, la joven letrada trago con fuerza, tratando de controlar los nervios azotaban su corazón.

A pesar de tener apenas 21 años, su alumna, caminaba con la seguridad y la presencia de un rey. En apenas unos segundos bajo todo los escalones hasta llegar a Hana.

—Hola—. Una sonrisa, hermosa como el atardecer, acompaño su cálido saludo. Con una voz que sonaba al cántico de la primavera añadió—: Siento haber llegado tarde. Vera, tenia una pregunta. Desde siempre la humanidad a estado fascinada por los ángeles, muestra de ello son las innumerables pinturas y esculturas que han tratado de representarlos ¿Cual cree que es el motivo de esa fascinación?

—Bue— Colocó su puño en la boca y carraspeó ligeramente la voz, que parecía resistirse a salir, antes de conseguir contestar—: Perdona, últimamente tengo la garganta algo seca. Bien... es cierto, siempre nos han obsesionado, igual que volar. Las representaciones de aves como guías de las almas en otras religiones nos hacen pensar que fueron la mejor forma de manifestar la unión entre lo terrenal y lo divino, incluso diría que la unica, que pudieron encontrar los cristianos para no caer en la zoolatría otra vez. Pero podría estar equivocada... — Una mirada rápida, pero firme, abandonó sus ojos y se dirigió hacia su alumna. No iba a dejar que volviera intimidarla.— ¿Tú que opinas? Siempre me gusta escuchar a mis alumnos.

—Su poder—. Respondió su alumna sin pensarlo—. Los ángeles siempre han tenido un gran poder. Han sido la mano ejecutora de Dios y han protegido al ser humano tanto en la vida como en la muerte.

»No es por su sueño de volar—. Respondió con rotundidad, hablándole casi como a un crío ignorante—. La representación de las aves como guías después de la muerte responden a una realidad que el hombre ha visto siempre a medias.

Sus palabras cortaron el aire como un cuchillo caliente hace con la mantequilla. El silencio cristalizo en el ambiente, instaurando una presión en el pecho de la profesora.

Algo en el tono de su alumna hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo. Era cierto que el poder era otro de los motivos, sí, pero la forma en que su boca se llenaba al pronunciar esa palabra hacía que sintiera que realmente la que lo deseaba era ella, y no el mundo del que hablaba.

—Por supuesto, su poder es lo que les permite tener su posición al fin y al cabo. Aunque —paró un momento antes de articular la siente oración. Tenía la extraña sensación que iba a provocar algo peor, pero el peligro, por desgracia, siempre le había tentado— si hablamos de poder puro, quizá deberíamos hablar mejor de los demonios, ¿no crees? También nos han fascinado, y al menos ellos al menos no obedecen órdenes ni tienen reglas. 

Tras decir estas palabras se aferró a la botella de agua que había sobre la mesa, sujetándola con fuerza mientras esperaba la respuesta, que seguramente, pensó, sería otro desafío. Su pulso se aceleró mientras esperaba y por un momento pensó en lo feliz que sería si apareciera otra persona en la sala y pudiera dejar la conversación antes de que la excrutara más con la mirada. Una mirada que parecía preveer sus palabras, sus movimientos... y sus miedos.

El semblante cálido de su alumna se torno frío y distante ante la rotundidad de sus palabras. Hana sintió como el silencio comenzaba a cristalizar a su alrededor; sin embargo, la fortuna decidió sonreírla. Un tropel de alumnos comenzaron a pasar a su clase, llenando la estancias con sus conversaciones y risas.

—Seguiremos otro día la conversación, profesora—. Dijo con voz queda, haciéndose escuchar por encima de las voces de los recién llegados. A pesar de que sus palabras eran duras y ásperas como la graba, su semblante se torno cálido y amigable cuando una sonrisa cruzo su hermoso rostro.

Kim observo como Ashanti se alejaba con desmesurada elegancia. Sus movimientos eran sinuosos, casi hipnóticos. La joven profesora tuvo que esforzarse en dejar de mirarla y centrar su atención en sus alumnos. Incapaz de comenzar aun con su nueva clase, bebió agua tratando de ahuyentar el temor que atenazaba su corazón. Tardo casi cinco minutos en poder iniciar la siguiente clase, algo que no pareció molestar a sus alumnos.

Horas después se encontraba apoyada en su coche muerta de frío en mitad la oscuridad. Hacia media hora que había llamado a la grúa para que recogieran su estúpido coche. La joven erudita miraba a su alrededor, aunque había conseguido colocar su coche entre dos farolas se sentía incomoda e insegura en aquel lugar.

Dos figuras aparecieron de manera imprevista al girar una de las esquinas cercanas. Cuando la vieron, cambiaron su dirección y se acercaron a ella con paso decidido. Hana miro durante unos instantes su coche. Finalmente comenzó a andar con rapidez y a callejear tratando de despistarlos. Por mas rápido que caminaba, ellos le pisaban los talones. Asustada comenzó a correr sin prestar mucha atención por donde iba, su respiración cada vez era mas agitada y su corazón se agolpaba en su pecho con unos fuertes latidos.

Parecía que los había perdido. Nerviosa se adentro de una callejuela gobernada por la oscuridad. Se adentro en sus entrañas para instantes después descubrir que era un callejón sin salida. Cuando se dio la vuelta vio a sus perseguidores apareciendo por el final del callejón, cerrando cualquier posibilidad de huir.

Las dos figuras impasibles se acercaron con paso lento, disfrutando de aquel instante de poder. Hana grito pidiendo ayuda al borde de las lagrimas, pero nadie fue en su ayuda. Asustada comenzó a andar de espaldas hasta chocar contra la pared. Era absurdo tratar de retrasar lo inevitable.

Una de las figuras se detuvo a los pocos pasos, quedando cubierto por las sombras del callejón. La otra se acerco con paso lento hasta ella. Cuando la luz revelo sus rasgos, el miedo que atenazaba el corazón de la joven erudita desapareció. Aquel desconocido no era alguien especialmente hermoso, pero había algo que la instaba a cumplir sus deseos.

El desconocido llego hasta ella y con una delicadeza desmesurada acaricio sus mejillas. Su tacto era frío como la escarcha, haciendo que sus pelos se erizaran de puro deseo. Sus miradas cargadas del deseo mas primigenio se encontraron y se fusionaron en un beso pasional. Los besos de aquel hombre eran impacientes, algo que le encantaba. Pronto sintió sus labios cerca de su cuello…

Un estruendo saco de su ensueño a la joven Hana. Cuando abrió los ojos vio al desconocido en el suelo, siendo pisoteado por una figura que le resultaba familiar. Ashanti Sharik se alzaba orgullosa sobre aquella criatura de la sombra. Sus emplumadas alas se sacudían ligeramente, mientras que una espada cubierta en llamas comenzaba a formarse en la palma de su mano.

La joven profesora miraba confusa a su alrededor. No comprendía todo lo que estaba ocurriendo. Entonces su visión parpadeo, el velo cayó y de nuevo fue consciente de la realidad. Los rasgos de aquel desconocido fueron sustituidos por unos rasgos cadavéricos y putrefactos. Unos largos colmillos sobresalían en gran medida de sus labios. El deseo que sentía fue sustituido por un sentimiento repulsivo que jamas había sentido.

El segundo acosador, el cual se había quedado a un segundo plano corrió hasta el ángel a una velocidad inhumana. Se abalanzo sobre aquella entidad de pura luz, tratando de morder su cuello; sin embargo antes de llegar a tocarla, su cuerpo se desvaneció en un mar de polvo y llamas.

La espada flamígera cayó sobre aquella criatura de la sombra separando la cabeza del cuerpo con un fluido movimiento. Todo había terminado.

—¿Estas bien?—. Pregunto con una voz imponente desprovista de toda emoción mientras el enemigo de sus pies se transformaba en polvo y era arrastrado por el viento.

¿Que demonios había pasado? Todavía en shock, miró sus manos temblorosas antes de llevárselas a la boca y restregarla con fuerza, intentando borrar la sensación. Algunas lágrimas se deslizaron por sus mejillas mientras el dolor en los labios hacía que comenzara a volver en sí. Paró finalmente, parpadeo y apoyó sus manos en el suelo. Tras recuperar la respiración miró a su... ¿Salvadora?

—¿Qué... Acaba de pasar? ¿Quienes... qué –rectificó– eran esos hombres? ¿Y quÁ demonios eres tú?

No sabía porqué preguntaba. Y no sabía si quería saberlo. Pero sentía que, en el fondo, necesitaba respuestas, de lo contrario, jamás olvidaría esa noche.

Aquel resplandor que cubría la bronceada piel de su alumna desapareció cuando Hana pronuncio las primeras palabras. Sus emplumadas alas se replegaron hasta desaparecer en algún lugar desconocido de su espalda. A pesar de que volvía a ser una simple humana, su porte era inhumano e hipnótico.

—Estos seres eran humanos corrompidos por la marca de Cain, aunque tu los conocerás como vampiros—. Pronuncio con voz grave de espaldas a ella—. ¿Qué que buscaban estos chupasangres de ti? Buscaban alimentar su bestia interior, así de simple. Buscaban tu sangre.

Las palabras golpearon la cordura de la joven profesora y la quebraron como haría un frasco de cristal al caerse de un alto estante. ¿Vampiros? Si no fuera porque acababa de ser hipnotizada por aquellos ojos. Si no fuera por todo lo que acababa de ver, no le creería. A pesar de ello su mente se resistía a creer en sus palabras, trataba de racionalizar todo aquello; sin embargo no encontró ninguna respuesta plausible.

—¿Que demonios soy?—. Pregunto dándose la vuelta y mirándola a los ojos. Una sonrisa de autosuficiencia surcaba su rostro—. Soy aquello que la humanidad a pintado, esculpido y adorado por su capacidad de volar y por su poder. Soy un ángel Hana.

—¿Un... ángel?–primero salió de su garganta un sonido gutural, y vio como Ashanti la miraba, la inspeccionaba, más bien. Entonces, una risa comenzó a llenar el callejón. La situación le pareció sacada de una película, una muy mala. ¿Ángeles? ¿Vampiros?, pensó, debo haber visto demasiados capítulos de Supernatural. Su alumna parecía pensar que estaba loca, pero Hana pensaba lo mismo. Tras unos segundos, su mirada perdió la sensación de que todo era una especie de chiste y recuperó la seriedad.– Creo que después de esto me debes una explicación más larga que “Soy un ángel”.

Se levantó, pasó las manos por su ropa casi tratando de quitar las manchas que tenía y se situó frente a ella, con una mirada decidida. Su mente estaba llena de preguntas y, ella, resuelta a encontrar respuestas.
 

Su nombre era Tony y no tenia padres, por lo menos el no se acordaba ya que perdió la memoria. Tenia pocos miedos pero el mas importante era su miedo al fuego y no sabría explicar el porque lo tenía. Se crió en las calles aprendiendo a sobrevivir vendiendo droga o robando lo que necesitaba, pero no le gustaba esa vida por lo que esperaba abandonarla algún día.

Una noche cualquiera, en un día cualquiera Tony se intento colar en un cine de su barrio ya que nunca había ido a ninguno y quería ver como la sensación de ver el mundo en pantalla grande. Con sus dotes de sigilo, aprovecho la multitud para robar una entrada a un chico. Cuando llego al de la taquilla:

- Quieto ahí- Dijo el de la taquilla señalando a Tony.
- ¿Tienes algún problema conmigo compañero?- Pregunto Tony desafiante.
- No vas a pasar con esas pintas de macarra sin enseñarme la entrada- Respondió el de la taquilla.
- No hay problema aquí tienes, pero que sepas que las apariencias engañan y no deberías fijarte tanto en las pintas de las personas- Añadió Tony enseñándole la entrada

La película que paso a ver trataba sobre unos bailarines que luchaban por sus sueños. De repente hubo una explosión dentro del cine, pero no en su sala, lo que hizo que a Tony no le diera tiempo a reaccionar y fue sorprendido por una avalancha de gente que le tiraron al suelo golpeándose en la cabeza.

Unos minutos mas tarde Tony volvió a despertarse pero estaba conmocionado por el gran golpe que se había dado. El humo y el fuego le hicieron reaccionar y salio corriendo de la sala sin echar la vista atrás recordando sus pesadillas de todas las noches donde supuestamente sus padres que no tenían rostro le abandonaban diciendo que estorbaba y se prendían fuego que al final le acababa atrapando a él.

Una vez que salio a la superficie volvió a respirar aire y desapareció del lugar sin echar la vista atras. No quería ver el fuego ni en pintura.

Un zumbido incesante sacudía sus oídos con fuerza debido a la explosión. Los pulmones le ardían, el cuerpo le pesaba y sentía como sus pensamiento discurrían de manera lenta por los pasillos de su mente. El humo se había extendido con rapidez por el lugar. Tosiendo y con paso tambaleante, Tony logro abrirse paso hasta la salida, llenando sus pulmones de aire limpio y fresco.

Decenas de personas se acumulaban en la entrada del cine observando con temor el fuego que lo consumía. Otros observaban un cadáver que yacía a medio camino entre ellos y Tony. Su cabeza estaba aplastada en una parte, mientras que sus piernas y brazos describían ángulos imposibles.

Un grito gutural resonó en las inmediaciones, provocando que su vello se erizara y el miedo se instaurara en su pecho. Por puro instinto miro al cielo justo en el momento en el que una figura espectral quebraba el techo del cine y ascendía con rapidez. Unas alas de murciélago, en gran parte desgarradas, se alzaban orgullosas en las lados de su espaldas. Mientras que unos cuernos grandes y afilados decoraban sus frente.

Instantes después aquella figura descendió en picado sobre el cuerpo sin vida del joven, desapareciendo de la vista de todos. El cadáver comenzó a dar espasmos, sus heridas se cerraron a ojos vista y sus huesos comenzaron a crujir hasta alinearse. Tony observo con terror todo aquello. Mas aun miro al resto de personar, las cuales ajenas a todo aquello, observaban anonadadas el fuego que consumía el edificio.

El supuesto fallecido colocó con firmeza sus manos en el suelo y sin dificultad comenzó a levantarse. La visión del joven camello parpadeo y el velo que separaba la realidad del mundo que conocía, fue arrancado de cuajo. Aunque el ser que tenia delante se mostraba como un hombre alto y delgado, el veía mas allá, viendo su esencia demoníaca superpuesta en aquel recipiente mortal.

Ashanti mantuvo su gesto de su autosuficiencia y devolvió con firmeza la mirada desafiante y decidida de Hana. Aquella espada hecha de fuego comenzó a desaparecer. Primero el fuego se consumió, revelando una barra de acero bajo las llamas. Cuando el fuego se extinguió la barra de acero comenzó a oxidarse y deshacerse en las manos de su alumna.

De imprevisto aquel ser de luz rompió a reír con una voz cantarina, semejante al oleaje que rompe contra los peñascos de un acantilado. La seguridad de Kim se desmenuzo al escuchar aquella risa inhumana.

—Tienes razón profesora. Vayamos a tomar algo mientras hablamos de esto—. Respondió cuando termino de reír con una gran sonrisa de diversión. Al ver que que titubeaba añadió—: Te acabo de salvar la vida y créeme, me necesitas. Acabas de despertar y este es un mundo demasiado peligroso para una humana ignorante como tu.

Aquellas palabras ofendieron a Hana, la cual fue a responder con mordacidad; sin embargo su interlocutor comenzó a caminar sin esperarla fuera del callejón. Si quería obtener respuestas tendría que seguirla, después de todo si quisiera hacerle algo no le habría salvado. Hana suspiro y sin mas opciones siguió a su alumna, la cual la guió con rapidez y desenvoltura por multitud de calles desconocidas hasta detenerse en un local llamado “Ultimo amanecer”. Un portero calvo de cuello robusto custodiaba la entrada del loca.

—Viene conmigo—. Dijo Ashanti al ver como el guardia de seguridad comenzaba a ponerse delante de la puerta. Al ver que este no se movía ordeno con impaciencia—: Vamos, muévete.

Con fastidio aquel gorila se aparto y dejo vía libre a ángel y humana. El local era un pub con música moderna y un ambiente agradable. Luces de colores danzaban de manera caótica por el lugar. Su alumna se acerco a unos sofás situados lejos de oídos indiscretos y tomo asiento.

—Bien, soy todo oídos. Imagino que tendrás muchas preguntas—. Uno de los camareros se acerco y tendió una copa de vino a Sharik—. Gracias Linus ¿Quieres algo Hana?

—Whisky...doble.–dijo mirando al camarero.

Cuando se fue, dirigió de nuevo la mirada hacia su alumna. ¿Por dónde empezar? Se preguntó... recordó las últimas palabras de Ashanti: "me necesitas" y "despertar"

—¿Qué es eso de despertar? ¿Por qué me han atacado? ¿Es-estoy en peligro? Quiero decir... más de lo normal. Porque si todo lo que sabemos es cierto, llevaréis milenios luchando entre vosotros. Joder... –se llevó la mano a la boca cuando se dio cuenta de lo que acababa de insinuar y se acercó todavía más a su alumna- ¿Cuántos años tienes?

Ashanti bebió con elegancia de su copa de vino, dejando sus labios teñidos de un rojo intenso. Dejo la copa en la mesa con delicadez y sonrió abiertamente, algo que dejo totalmente descolocada a la joven profesora.

—¿Qué es el Despertar? Veamos—. Calló de imprevisto cuando regreso el camarero con el whisky de Hana. Solo cuando este se marcho y volvió detrás de la barra, la hermosa mujer continuo con voz relajada—. Apuesto que nunca habías visto nada parecido a lo de hoy. Tus ojos como los de la mayoría estaban tapados tras el velo, algo que os hace ignorantes a la realidad de este mundo. Sin embargo el velo que tapaba tus ojos ha sido arrancado de cuajo. Eres afortunada.

»¿Estar en peligro?—. Pregunto tratando de contener una ligera risa de incredulidad—. Depende de lo que consideres peligroso. Toda tu vida has estado rodeado de estos seres, solo que hoy has sido consciente de este contacto.

La joven Sharik tomo un largo trago de su copa. Kim la imito y de un solo trago se tomo aquel liquido ardiente. Sus ojos se empañaron de lagrimas al sentir como le abrasaba la lengua y la garganta hasta llegar finalmente a su estomago. El calor atenuó el miedo que se había instaurado momentos antes en su estomago.

—Los ángeles siempre nos hemos visto obligados a permanecer en un segundo plano, sin embargo cuando yo y nuestros hermanos nos revelamos...— la joven historiadora vio el pesar reflejado en su mirada—, todo cambio.

La rotundidad de sus palabras hizo que Hana sintiera un escalofrió que recorrió toda su espalda hasta llegar a cada uno de los folículos de su cuero cabelludo. El ambiente se enrareció y el silencio comenzó a invadir de manera rápida el lugar. El instinto le instaba a callarse y no preguntar, sin embargo su curiosidad, su afán de conocimiento le decía otra cosa. ¿Que ganaría? ¿La curiosidad o la cautela?

Después de esa increíble escena el hombre que resucito delante suya sin apreciar en ningún momento de que una de las personas de la muchedumbre se estaba fijando en ella, empezó a caminar sin ningún tipo de preocupación.

Tony sin que se diera cuenta, sus piernas empezaron a caminar siguiendo al hombre resucitado. Pensando :

¿Esto es real, lo que ha pasado es posible, no me lo creo, este tío es humano, estoy demasiado drogado para distinguir la realidad de la ficción?

Tony siguió al resucitado durante un tiempo a una distancia prudencial, hasta que éste se paró y entró en lo que parecía una iglesia vieja y abandonada.

Una vez dentro ese hombre se dirigió al altar, Tony mientras tanto estaba observando desde la puerta de la iglesia, porque no se atrevía a pasar más ya que estaba aterrorizado.

El vio como ese hombre pulsaba algo imperceptible a su vista y de repente con un ruido atronador se abría una compuerta, en la que el hombre desapareció.

Tony asustado pero intrigado quería asomarse un poco más, pero una vez dentro se cerraron todas las puertas y todo se volvió negro.

¿Re-revelarse? ¿Qué quiere decir con eso...? No sería entonces un... demonio.

Deseó no haberse bebido de un trago el whysky. Se quedó quieta, mirando ese vaso vacío por unos instantes, pero sabía que debía volver a la conversación. Esta vez domó su curiosidad y prefirió ignorar esa última parte, que no parecía algo conveniente que preguntar y dirigió su atención de nuevo a ese "Despertar". ¿Que demonios pintaba ella en toda esta historia?. No podía dejar de pensar en ello y esperaba que su alumna, que jugaba con su restante bebida divertidamente mientras la veía aterrada, y aunque todavía sin decidir si era aliada o enemiga, tuviera la respuesta. O al menos, parte de ella.

—¿Por qué yo?

El cambio de tema por parte de la joven profesora hizo que la tensión fuera desapareciendo hasta convertirse en una ligera incomodidad. El ser que tenia delante, cavilo durante unos instantes, algo que la ponía nerviosa. No soportaba sentirte como alguien ignorante, perdida y desolada.

—¿Por que tu?—. Respondió casi con una sonrisa en los labios—. Porque tu al contrario que otros humanos tienes coraje, eres en potencia una persona que puede llevar consigo el cambio. Eso es lo que creo. No se quien lo hizo, solo se que vosotros los llamáis los Heraldos.

»Si, así los llamáis vosotros los cazadores, gente que como tu a Despertado y decide tomar parte de todo esto—. Dice tomando de nuevo su copa y apurando el contenido—. Una vez que se ha quitado el velo, no hay manera de volver atrás. Yo puedo enseñarte y ponerte en contacto con otro cazador. Puedo enseñarte a sobrevivir a este cruel mundo. 

La proposición quedo hecha, ahora solo quedaba la respuesta de Hana.

Impulsado por la curiosidad Tony siguió los pasos de aquella abominación. Cuando la puerta se cerro tras de si, la oscuridad le abrazo con el abrazo posesivo de una amante. Incapaz de ver se quedo completamente inmóvil, esperando poder ver o escuchar algo. Instantes después su paciencia dio sus frutos y una luz inesperada hizo acto de presencia, forzando a la oscuridad a replegarse fuera del lugar.

La luz no era emitida por lamparas ni nada por estilo. Procedía de una llama que se alzaba de la palma de la mano de aquel ser, el cual se había dado la vuelta y miraba en su dirección. Asustado, miro hacia el suelo mientras contenía el aliento en un acto reflejo por hacerse mas pequeño e insignificante. Al ver que los segundos pasaban y la criatura no hacia nada, el joven pícaro alzo la cabeza en el preciso instante en el que aquel ser demoníaco negaba exasperado con la cabeza.

El joven cazador, confundido y aterrado, observo como aquel ser continuaba su camino como si Tony no existiese. Parecía que fuera incapaz de verlo, como si nunca le hubiese visto o quizás lo consideraba totalmente inofensivo, algo bastante ilógico. Sin lugar al que volver con paso titubeante comenzó a seguir al desconocido por una serie de túneles de piedra escarpada, los cuales serpenteaban en un laberinto inconexo que parecía no tener fin.

De imprevisto multitud de cables eléctricos hicieron acto de presencia a los lados sel techo, los cuales suministraban electricidad a los tubos de led que pocos metros después aparecieron. Las paredes se tornaron lisas y el suelo fue sustituido por arena fina y compacta.

Después de girar por un par de túneles mas, la galería se abrió hasta crear una gran habitación ocupada por dos personas mas, un hombre y una mujer vestidos con traje. Dado que el velo había sido arrancado de sus ojos, Tony era capaz de percibir la realidad. Aquellas personas no eran normales, una macula de corrupción anidaba en sus marchitas y quebradas almas mortales.

—Bienvenido mi señor—. Pronuncio la mujer en un tono sumiso, casi suplicante—. Pudimos atrapar al humano que se atrevió acabar con su vida.

Mientras hablaban, los ojos del Despierto, observaron lo que había mas allá de aquellas personas. Un hombre yacía maniatado en una silla danzando entre la conciencia y el desmayo. Su pelo, rapado por uno de los laterales, oscuro como la noche caía sobre su rostro ocultando en gran medida las zonas inflamadas y sangrantes de su cara. Debía haber sufrido una paliza brutal.

—Antes de nada necesito alimentarme—. Respondió con voz fría la criatura demoníaca. Tras decir esto camino hasta situarse al lado del hombre maniatado y pronuncio con voz lenta y suave, casi en un susurro—. Después iré contigo, Klaus, mi nuevo juguete.

Tony observo apoyado en la esquina de los túneles aquella escena. Tras susurrar aquellas palabras el ser infernal, él y sus dos secuaces, abandonaron el lugar con paso relajado sin volver la vista atrás. Poco tiempo después desaparecieron al cruzar una puerta situada al final, dejando al joven y curioso pícaro con el “juguete” de aquel ser.

Después de que la criatura y sus dos secuaces salieran de la habitación, Jack se quedo parado durante unos minutos dubitativo y confundido.

Debería irme esto no es de mi incumbencia, es muy peligroso. Una parte de él pensaba eso, pero otra parte todo lo contrario. Si quiero enterarme de todo lo que esta pasando y si todo esto es real debería liberarle para que me dijera lo que esta pasando.

Jack decide acercarse al hombre torturado para ver si esta vivo o esta muerto. Cuando se encuentra cerca de él decide susurrarle para ver si responde o no y para que los otros seres no se enteren y vengan a por él.

Oye te encuentras bien, me puedes oír, hazme alguna señal si me escuchas. Susurro Jack.

Al no recibir ninguna contestación por parte del torturado acerco su mano para notar si el hombre respiraba. Notó una respiración lenta y pesada por lo que Jack supuso que estaba inconsciente.

Jack también se percató de que estaba atado con cuerdas con lo que necesitaba alguna herramienta para poder liberarlo en el menor tiempo posible, asique empezó a husmear por toda la sala.

En unos cajones de una mesa descubrió herramientas quirúrgicas y un bisturí que cogió para cortar las cuerdas que ataban al hombre .

Vuelve para cortar las cuerdas pero no le resulta nada fácil ya que tiene más de una cuerda pero al final consigue liberarle.
Jack vuelve a mirar alrededor suya y de repente escucha pasos dirigiéndose a la sala en la que él se encontraba. Rápidamente y sin pensar en nada coge en volandas al hombre inconsciente y rápidamente sale de la sala en la que se encontraba lo último que escucha es un grito gutural que se pierde en el laberinto de pasillos.

Hana tragó saliva lentamente. Toda la conversación seguía pareciéndole surrealista, y no sabía realmente si estaba preparada para levantarse mañana y que esta pesadilla continuara. Pero si realmente todo esto estaba sucediendo, si ahora tenía que ser eso que su alumna llamaba Heraldo y luchar contra seres que la habían controlado, necesitaría algo más que las clases de autodefensa que había tomado hacía unos años.

—De-de acuerdo. –carraspeó- Estoy lista. -o al menos, eso intentaría. Era el momento de pisar el mundo y enfrentarse contra lo desconocido, no de asustarse, pensaba una y otra vez.

La decisión, mezclada con miedo, que mostraba su profesora hizo que una sonrisa llena de anticipación cruzara el rostro de Ashanti. Esto, definitivamente, será divertido.