Partida Rol por web

Con cada paso que damos mi seguridad es cada vez mayor, caminamos por sendas cada vez mas oscuras, mi semblante se nota más apagado, no sé si esta búsqueda nos llevara a la muerte, mis ojos se posan en la hermana Lynn, no soy el hombre mas religioso, pero empiezo a pensar que la mano de Dios está de su lado y eso me hace pensar que talvez debería replantear mi vida, pero sacudo mi cabeza como intentando sacarme esas ideas, ya es muy tarde para cambiar toda una vida.

Adam se impacientaba, lo suyo no eran las bibliotecas ni nada parecido. Deambuló por el lugar sin mucho interés.

— No vamos a encontrar al tipo ese aplastado entre las páginas de un libro. No deberíamos empezar a planificar el viaje y demás?

No estaba de más investigar qué había leído el Sr. Zamañorre en los últimos días antes de desaparecer, seguramente podrían encontrar ahí una pista de su paradero, o tal vez una idea más acertada del tema de su investigación.

Los dos primeros libros llaman la atención del deportista, sin duda. No porque sea un ávido lector, sino porque sus nombres son, cuanto menos, llamativos. Lamentablemente, no están a su alcance, así que tienen que conformarse con el tercero. Sus ojos recorrieron los pasajes, terminando por tragar en seco al leer las últimas palabras, sintiéndose de repente muy nervioso.

— Tal vez Adam tenga razón y lo mejor sea... enfocarnos en lo más inmediato y menos... tenebroso —se aclaró la garganta, mirando de soslayo el susodicho libro.

La hermana parecía sumamente interesada en los libros consultados por el señor Zamañorre, incluso se apuntó a la lista de espera para consultarlos en un futuro si regresaban con vida de aquella expedición. 

Se unió a Everest y al resto para examinar el ejemplar de la "Rama Dorada". 

—Voy a pedir un poco de papel y lápiz a la bibliotecaria para anotar ese nombre— dijo en voz baja. A fin de cuentas, estaban en una biblioteca.

Observó la impaciencia de Adam y lo miró comprensiva.

—No tardaremos mucho. Pero antes de encabezar una expedición hacia lo desconocido, deberíamos saber qué pasos y pistas siguió el Zamañorre, señor McWire— dijo con calma, antes de mirar al deportista, que parecía abogar por lo que Adam comentó —. Miradlo de este modo— comenzó a decir —: si volviéramos al campo de batalla, ¿preferiríais lanzaros hacia la trinchera enemiga sin ver un mapa o conocer los informes de la avanzadilla? Pues esto es algo parecido, mejor tener información y no necesitarla, a necesitarla y desconocerla, señores.

Tus conocimientos de lo oculto no te dice nada, no has escuchado antes ese nombre

-Este conocimiento va más allá de todo lo que he estudiado, creo que poco mas sacaremos de aquí, deberíamos prepararnos para el vieje- mirando primero a Adam y luego a la Hermana dice -También deberemos hacernos con armas, puede que no sea del agrado de la hermana Lynn, pero es mejor estar preparados, en caso de toparnos con seres como el del castillo-

— Supongo que no caerán mal unos pocos minutos más en la biblioteca —respondió él, con un suspiro, dándole el "gusto" a la Hermana Lynn, y luego mirando a los demás—. Dudo mucho que nos dejen viajar con armas en un avión, ya que en barco tardaríamos meses en llegar a España, y estoy seguro de que, tras llegar, podremos encontrar el mismo tipo de... proveedores que hay aquí, en ese aspecto... a no ser, claro, que alguno de ustedes pueda conseguir algún vuelo chárter.

Mientras los demás siguen en la biblioteca investigando, tu decides hacerlo por los bajos fondos, empiezas a hablar con algunas personas de interés que pueda tener información sobre asesinatos o sectas, te comentan que han habido una serie de asesinatos en California, pero no tienen mucha más información, te dicen que lo han visto en los periódicos

—La única arma que necesito es la Palabra de Dios, señor Everest— dijo la monja, quizá con un tono algo más severo de lo esperado.

Siguió mirando el libro y se acordó de algo —Tartessos— mencionó —. Voy a ver si tienen algo relacionado con dicha ciudad, sea leyenda o no— dijo —. Aunque ciertamente, no deberíamos tardar demasiado en partir. Como gusten, señores.

Adam se marchó para buscar información en los bajos fondos, mientras los demás os quedáis investigando un poco más en la biblioteca. La hermana Lynn saca un libro y comienza a leeroslo, contiene información sobre los Tartessos

El nombre semita de la ciudad-imperio era Tarschisch. Los fenicios la llamaban Tarsis; los griegos, Tartessos. El mismo nombre designaba a la capital, al río junto al que se encontraba y al imperio, que comprendía las actuales Murcia y Andalucía, siendo sus límites geográficos el Guadiana y el Júcar. Fue contemporáneo de los faraones egipcios y los mesopotámicos, desconociéndose a ciencia cierta el origen de los turdetanos, sus habitantes. Según el griego Poseidonio, habían llegado al valle del Guadalquivir más tarde que los íberos, quizá desde el mar. Como quiera que fuese, se hicieron los amos del Mediterráneo antiguo. En tiempos del rey Salomón (1000 a. C.), ya existía un comercio regular entre Tartessos e Israel. Al parecer, sostuvieron luchas contra los fenicios y los griegos, de las cuales siempre salieron más o menos victoriosos, hasta que en el 535 los cartagineses asaltan la ciudad. A partir de allí, el nombre de Tartessos se esfuma. Se conoce el nombre de algunos de sus reyes, como Gerión y Argantonio, gracias a Herodoto. Igualmente, se conocen algunas de sus ciudades importantes, como Menace (posiblemente, hoy Torre del Mar, cerca de Málaga) y Mástia (hoy Cartagena), así como algunos detalles de su civilización. Eran muy cultos, poseían unas leyes escritas en verso que tenían más de 6.000 años de antigüedad (¡en la época de Estrabón!). Eran también expertos en la metalurgia, siendo su país rico en oro, plata y cobre, así como en otros muchos metales. Poseían una próspera agricultura y eran buenos navegantes, llegando incluso a comerciar con las islas británicas. Parecer ser que tenían como dioses las estrellas. De su físico, poco nos ha llegado, excepto que eran extraordinariamente longevos y sentían un gran respeto por la vejez.

En la Biblia hay un curioso párrafo de Isaías referente a la ciudad: «Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza(...). Levantaron las torres de asalto, demolieron sus alcázares, la convirtieron en ruinas. Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza...» (Isaías 23)

La hermana dejó de leer y observó a sus compañeros, salvo Adam que se había marchado.

—¿Qué opinan?— comentó la mujer —A mi entender, nos da varias localizaciones, aunque me consta que la última vez que visitamos unas ruinas... bueno. Todos estuvimos allí— arrugó el ceño ligeramente, antes de volver a alternar sus ojos avellana entre ambos varones —. El mayor inconveniente que veo es la barrera idiomática. ¿Alguno habla español? Podría conseguir un diccionario, pero no sería lo mismo. Tampoco podemos permitirnos un traductor, un guía tal vez.

-Le hermana tiene razón, no había pensado en la barrera del idioma, sumado a la gran cantidad de lugares, tal vez debamos iniciar por la ciudad de Tarragona, intentar seguir las pistas que lleven a…- hago una pausa antes de continuar, quería decir los restos, pero decido cambiar mis palabras en ultimo momento -el señor Georges Zamañorre- sin duda este viaje nos dejaría nuevamente en territorio extranjero, a merced de sectas y seres ajenos a nuestros conocimientos, mi huesos se estremecen solo de pensarlo -debemos acordar los términos de la investigación con el señor Michael y una vez  en España ver cual es el mejor rumbo de acción, con algo de suerte podamos dar con alguien que pueda ayudarnos a romper la barrera del idioma-

Adam vuelve con vosotros y os comenta que le han contado que han habido una serie de asesinatos en California, al parecer dichos asesinatos han salido en los periodicos

Negó con la cabeza.

— Mi gente no sabe nada que no salga en los periodicos. Un montón de gente se ha vuelto loca y han habido asesinatos. Supongo.. supongo que es lo que vimos todos ¿no?. Pensé en conseguir armas pero no creo que las podamos colar en el aeropuerto. Quizá podamos conseguir una vez lleguemos ahí.

Luego se quedó mirando al resto.

— ¿Habéis sacado algo en claro de los libros?

Lynn Marie asintió a las palabras del señor Everest.

—Lo ideal sería apuntar estas localizaciones en un mapa de esa parte de España— sugirió —. Pero hablar con el señor Michael al respecto es una buena idea— añadió, antes de girarse al ver a aparecer de nuevo a Adam.

Escuchó atentamente y sin interrumpir, al menos hasta que aquel les preguntó si habían hallado algo más.

—Un poco de información sobre Tartessos. Quizá lo más relevante es que nos da algunas localizaciones por donde empezar, aunque el señor Everest recomienda hacerlo por... ¿Tarragona?— su conocimiento de geografía ibérica era limitado —. Y respecto a las armas...— se inclinó un poco sobre la mesa, buscando hablar con los tres varones discretamente —como monja, no pueden registrarme. Eso sí, tened en cuenta que sólo podría llevar algo que mi hábito pudiera ocultar y sin llamar la atención demasiado— les susurró.

Al escuchar a la hermana digo -Es buena idea- y me pongo a buscar en la biblioteca por un atlas.

-Creo que deberíamos hacemos con algún periódico que mencione los asesinatos, hay que ver si estos tienen relación con nuestro caso o no- menciono la idea mientras continuo con la búsqueda del libro con un mapa.