Partida Rol por web

-Por favor Mike, pero si te he dado flojito... -Replicó como si sostuviera un bate imaginario ante la exagerada reacción de su colega. No cabía duda alguna de que tanto uno como el otro estaban de atar. 

Archie se giró hacía las chicas con su cara más seria y puso los ojos en blanco mientras Mike montaba su pierna como un perro en celo mientras negaba con la cabeza y suspiraba profundamente, fingiendo ser el tipo serio que nunca era salvo cuando había profesores cerca. Archie era el típico que montaba un desmadre en medio de una clase y cuando la profesora se giraba permanecía tan serio que era el único en no ser recriminado. Es más, los profesores adoraban a Archie.

-Os lo podéis creer... -Les dijo a las chicas en tono condescendiente señalando con el pulgar a Mike como si no lo conociera. -¡Ah fiesta! -Exclamó cuando Mike se lo recordó. -Marian, ¿no querrás ser mi pareja?.

La cafetería estaba a rebosar de estudiantes que clamaban por un café aglomerados en una piña junto a los pobres camareros que no daban a basto, era una imagen que se repetía constantemente tras cada descanso entre aula y aula. Los estudiantes querían aprovechar al máximo aquel momento de relajación antes de que el reloj marcara otra larga y aburrida clase. De entre aquel mogollón de gente salió una menuda joven sosteniendo un café como buenamente podía para que no se le desparramara por el suelo.

Era una pálida muchacha de larga y sedosa melena rubia. Delgada, esbelta y atractiva. A pesar de ser una chica de primer año ya tenía bastantes corazones enamorados entre los alumnos de la facultad y especialmente en la fraternidad. Pese a ello, rechazaba a quienes se atrevían a pedirle una cita alegando que tenía un novio esperando por ella en su Boston natal. Aún así, era una chica bastante amistosa y abierta a todo el mundo. Mantenía un estilo muy alternativo en su manera de vestir, pero en realidad su ropa era de marca, lo cual terminaba delatando, a pesar de que su ropa quisiera ocultarlo, que era una chica de familia acomodada.

Helen Dillbert había tenido una vida demasiado fácil, pero a pesar de ellos había salido bastante más autosuficiente de lo que cabría esperar. Sus padres se habían ocupado de que no le faltara de nada, pero ella siempre había mantenido una cierta actitud rebelde y desafiante. Llevar la contraria a papá es lo que le permitió ser abierta y tener amistades de todos los estratos sociales, en lugar de restringirse a las personas "de su posición", pero a nadie se le escapaba que seguía siendo una niña pija engreída que todavía tiene mucho que aprender sobre el mundo.

Según se comentaba, estuvo a punto de entrar en Harvard pero la cagó en la entrevista personal y tuvo que terminar estudiando en una universidad pública. Una como la de New Hampshire, que no era moco de pavo, pero pública al fin y al cabo. Y ahora compartía habitación en la fraternidad con Mercy y había entablado buenas amistades con Lena, a quien seguía a todas las manifestaciones y reivindicaciones de turno.

-Uff... Ese bruto casi me tira el café. -Comentó cuando llegó donde estaban todos. -¿qué pasa chicas?. -Su cara era un poema, pues no había llegado a las bromas de Mike y Archie y no entendía que estaba pasando.

Se sorprendió con la facilidad y naturalidad con la que la chica aceptaba la fiesta de Navidad que estaba por venir, pero no dijo nada. En lugar de eso, tendió también la mano, apretándola con menos fuerza incluso de la que cabría esperar, y sonrió azorado por la inesperada situación en la que se encontraba; después de tanto, al fin estaba ahí, cara a cara con una de las supervivientes de la matanza.

– Si, lo... – se cortó a mitad de la frase; _^<<¿Eres tonto? Qué vas a decirla, ¿que ya sabes quién es? ¡Espabila!_^>>. Aquél pensamiento le llegó a su mente con una voz demasiado parecida a la que habría usado Mike para decirle exactamente lo mismo pero, a lo mejor, de manera más estúpida. Resopló, y tras unos raros segundos de silencio, carraspeó al fin –. Esto, si, perdón, yo soy Noah, Noah Turner, encantado. 

Soltó al fin la mano de la chica, y dejó la suya propia laxa a un lado, para un instante después cambiar de opinión y guardársela en el bolsillo. Al hacerlo, se percató de que su pierna estaba vibrando de una manera nerviosa, como cuando está a punto de ocurrir algo, sólo que allí no iba a pasar nada.

Miró a la chica. Cada minuto que pasaba ahí se sentía más fuera de lugar, más insignificante. Ni siquiera sabía que decir, y temía parecer estúpido si habría la boca, más de lo que debía de estar pareciendo parado, de pie, mirando como un tonto sin atreverse a hablar. 

– Yo, eh, bueno, también iré. Te veré allí entonces, ¿no? Si, je, je – definitivamente, era tonto; se obligó a serenarse, mirando a su alrededor a ver que estaba pasando. Por una vez, Mike y Archie le sacarían de un entuerto, en vez de meterle en alguno –. Menudo par de idiotas, ¿no? Siempre están así, me toca aguantarles todos los días. No son mala gente pero..., dios mío, a veces son insoportables. 

Mercy no le dió importancia al pequeño tropiezo que tuvo Noah al presentarse. No era la primera vez que la ocurría algo así, sobre todo con chicos tímidos y similares. Sonrió al joven a la par que le estechaba la mano.

Tras la presentación, Mercy bebió un sorbo de café. Se estaba quedando frío al igual que sin tiempo para esperar nuevamente aquella cola inmensa para pedir otro. No te importa que me siente aquí contigo.. ¿verdad? Es por no estar dando la nota tomándome el café de pie.. no me gusta llamar la atención. Dijo mientras se sentaba en la mesa del joven.

Si, claro que nos veremos allí! Respondió con fingido entusiasmo a Noah mientras se sentaba. Vamos Mercy... sólo será una noche de fiesta más... él no vendrá. Su mente se nubló un poco con ese pensamiento, pero el comentario de Noah la hizo levantar el vuelo de nuevo.

Si... bueno... suspiró. Son así los dos... si ellos se aceptan tal y como son, no seré yo quien les crucifique.. Mientras sepan donde está el límite al menos. Si lo cruzan...

Y allí llegaba Helen, la compañera de cuarto de Mercy. La joven la había calado desde el primer día que, colocando su ropa en el armario, comenzó a reconocer no sólo la ropa en sí que llevaba aquella chica, sino las marcas de sus prendas. No eran tan distintas, ambas vienen de familias con dinero, ambas tratan de ocultar la cuna de la que vienen... sólo que Mercy rechazó llevar ropa de marca y realmente vestía con ropa barata.

Lo bueno que tienen, Noah, es que enseguida se despistan con otra cosa y se marchan... le dijo señalando con la cabeza a los chicos junto a Marian, Lena y la recién llegada.

– ¿Qué? No, claro, por favor – dijo a Mercy, sorprendido porque quisiera pasar siquiera un momento más con él. Noah era la clase de persona a la que, de normal, ignoraban incluso sus amigos. Como a él le gustaba decir, podía pasar desapercibido incluso en una habitación en la que estuviera solo, y en realidad no era una del todo una simple expresión. Tenía sus ventajas, como que no le molestaban casi nunca y el agradecía la soledad, pero también tenía otros problemas. En ese caso concreto, es que no sabía que decirle a la chica que tenía ahí frente a él, sobre todo cuando el único tema que se le ocurría era, justamente, el que la haría huir. 

Estaba nervioso, casi hasta asustado, y perdido en sus pensamientos, cuando se dio cuenta de que no sólo se había sentado, sino que también le hablaba. Tardó un momento en reaccionar cuando ella se calló, y miró hacia dónde señalaba con la cabeza, siguiendo con la mirada a donde quería referirse. 

– Si, eso si... Aunque siempre vuelven, es lo malo – sonrió cansado –. ¡Ah! Claro, si. Verás, Archie es mi compañero de habitación, creo que Mike lo ha orquestado todo para torturarme – en realidad no lo creía, era una simple broma, aunque si sospechaba que el tener al fiel clon del fiestero había hecho que éste se acercara a él por sus particulares habilidades, lo cual, al final, daba el mismo resultado: dos moscones –, y el caso es que les tengo danzando a mi alrededor cada dos por tres – rió entre dientes –. Pero son buena gente – lo repitió, como si quisiera reforzar la idea, o creérselo él mismo –. Por cierto, ¿esa no es tu compañera?

Mike se quedó un segundo mirando a Archie con el ceño fruncido cuando le hizo aquella petición a Marian. Después se giró hacia las chicas y emitió un "uuuuuh" muy agudo mientras ponía una exagerada cara de sorpresa. Empujó ligeramente a su amigo para acercarlo a Marian, mientras él mismo daba una zancada hasta quedarse junto a Lena. Cogió el gorro de Papá Noel y lo usó para cubrirse la boca.

- Masoquismo puro. -le dijo entre dientes, aunque a un volumen pefectamente audible para todos. Volvió a colocarse el gorro y pasó un brazo por el hombro de Lena mientras con el otro gesticulaba ampliamente, como si hiciera una exposición.- Sobre lo que me preguntabas antes de la fiesta, la idea es la siguiente: Imagina que Navidad se celebrara en verano. Nada de nieve ni chimeneas ni hostias; fiesta en la piscina, bikinis y bañadores, desnudez general. Ese es el plan. -se la quedó mirando instante en silencio, para después desviar la mirada como si acabara de recordar algo en el último momento.- Bueno, ese es MÍ plan, el resto no se qué hará.

Apenas terminó la frase, oyó a Helen acercarse y hacer el comentario sobre el café. Mike levantó los puños y los movió en círculos, como si fuera un boxeador del siglo XIX recién sacado de una serie de dibujos animados.*

- ¡Quién ha sido, que le damos! -dijo tras un rato de hacer el ganso con los puños en el aire. Después pasó un brazo por el hombro de Lena y el otro por el de Helen.- ¿Qué pasa, dices? Pasa que se acerca la fiesta de Navidad, y nos tiembla la patata a todos. Espero que tengais ibuprofeno a manta, porqué voy a hacer todo lo posible para que os dure la resaca hasta que empiecen de nuevo las clases.

Tras aquella magnífica ocurrencia, que Mike tenía pensado usar la próxima vez que alguien le preguntara por la fiesta, no pudo evitar soltar una de sus exageradas risas de satisfacción, con alguna mueca incluida.

-¿En serió? ¿Hay que ir con pareja?- Preguntó al tiempo que ponía unos ojos totalmente dulces devolviendo así la mirada de su interlocutor -demasiado próximo por mediación de Mike-.

-¿Es que estamos en la fiesta de primavera del instituto? -Preguntó al tiempo que daba una media vuelta reforzando así sus palabras, a continuación volvió a mirar a su interlocutor-¿Qué va a ser lo siguiente?, ¿me vendrás a buscar con el coche para luego darme una flor y al final me prometerás que sólo me meterás la puntita?-Contestó con ironía al tiempo que ponía los ojos en cielo.

-¡Madurad joder!- Añadió bruscamente.

Sobre lo que me preguntabas antes de la fiesta, la idea es la siguiente: Imagina que Navidad se celebrara en verano. Nada de nieve ni chimeneas ni hostias; fiesta en la piscina, bikinis y bañadores, desnudez general. Ese es el plan. -se la quedó mirando instante en silencio, para después desviar la mirada como si acabara de recordar algo en el último momento.- Bueno, ese es MÍ plan, el resto no se qué hará.

-Mira, ¿ves? -Subrayó sus palabras señalado levemente Mike -Eso al menos es el argumento de una de sus películas favoritas prohibidas para menores de edad. -Entonces advirtió la mirada de Lena y decidió relajarse, o al menos lo intentó despidiéndose de la forma más amable que supo dar:

-Nos veremos por allí aunque no prometo ir de mamá noel versión putilla.

No podía quitarle la razón a Marian. Aguantar a Mike ya era un gran esfuerzo, pero tener que aguantar también a su siamés Archie… eso ya era demasiado para cualquiera, sobre todo después de ver las gilipolleces que esos dos eran capaces de hacer.

Se disponía a dejar a los dos payasos seguir con sus estupideces cuando la detuvo la pregunta que Archie le lanzó a su amiga. Con una ceja levantada y una sonrisa divertida en la boca, Lena esperó la contestación de Marian mientras, en ese mismo instante, aparecía junto a ellos Helen.

—Ey Helen, ¿qué tal? —Hizo un gesto de resignación mientras señalaba a los dos chicos—. ¿Pasar? Nada, estos dos que están con sus tonterías habituales. El día que maduren creo que será el fin del mundo.

Corroborando sus palabras, Mike se acercó a ella para pasarle el brazo sobre los hombros. Instintivamente sintió como se ponía tensa, aunque no pudo evitar reírse ante la disparatada idea que se le había ocurrido al payaso como motivo de la fiesta.

—Qué apropiado Mike… Pillar una buena pulmonía para celebrar las fiestas navideñas.

La reacción de Marian no le pilló por sorpresa. Sabía que no podía ver a esos dos y el sarcasmo que empleó para dirigirse a ellos era lo esperado. Zafándose del abrazo de Mike, Lena se dirigió junto a su amiga, dispuesta por fin a largarse de allí para no seguir aguantando a aquellos dos imbéciles. Eran divertidos durante un rato, pero estar mucho tiempo junto a ellos sólo servía para recalentar las neuronas.

—Bueno gente, una que se larga. No sé chicas si queréis venir o preferís seguir aguantando a estos dos. —Desvió unos segundos la vista hacia Noah pero prefirió no molestarle ya que parecía encontrarse en buena compañía—. Va siendo hora de que aparezca por clase.

-¡Te acompaño! -Dijo rápidamente al ver la ocasión perfecta para escaparse, además también tenía interés en sacar adelante el curso, buenas notas implicarían un trabajo y ese trabajo era el pasaporte a salir de casa...

-Yo tengo Física I en el ala norte. ¿Dónde vas tú?

Lena ya se imaginaba que Marian aprovecharía la mínima oportunidad que se le brindara para escapar de aquellos dos, así que no me extrañó nada que se apuntara a mi idea de regresar a las clases.

—Yo creo que tengo Historia Antigua en... —Sacó un arrugado papel de su bolsillo donde tenía apuntado el horario de clases. A pesar del tiempo transcurrido aún no se las había aprendido del todo, y de vez en cuando tenía que echar mano a la chuleta del horario—. Ala oeste creo.

Miró al resto de compañeros, esperando por si alguno de ellos se animaba también a venir, aunque sólo esperaba que los dos payasos no se apuntaran. Como mucho podría aguantar a uno de ellos, pero a los dos juntos... no.

La contestación de Marian dejó congelado al bueno de Archie, durante unos breves instantes parecía que la joven había logrado desarticular y dejar sin palabras a Archie. Pero todo aquello era parte de su plan continuo de sacar de quicio a la muchacha junto a su sagaz compinche. De pronto, como nacido de un espasmo, Archie se llevó la mano al pecho simulando que una daga atravesaba su corazón y se echó bruscamente hacia atrás hasta chocar con su colega y dejar que éste le sujetara mientras caía hacia el suelo irremediablemente.

-¡Dios mío, Mike!- Exclamó de modo exacerbado. -¡Creo que me ha dado!

No fue hasta que las chicas se alejaron que Archie recuperó la posición vertical y al hacerlo golpeó con el dorso de la mano el pecho de Mike para lanzar otra broma que sin duda esperaba que Marian escuchara antes de alejarse demasiado.

-¿Has visto? La tengo en el bote.

-Que sorpresa... - Dijo poniendo los ojos en blanco cuando Leña le informó de que estaban aguantando las tonterías de aquellos dos, lo cual no era ninguna novedad ya que tanto Archie como Mike siempre estaban con sus bromas y juegos que en la mayoría de las ocasiones solo entendían ellos dos. 

-Esperadme chicas, voy con vosotras.- Lo último que quería era quedarse con ese par a solas. 

Hellen tuvo incluso que pasar por encima de Archie, quien continuaba desplomado tras su última payasada. Pero antes de seguir tras sus compañeras se giró hacia Mike y le hizo un gesto con la mano simulando un teléfono móvil. -Ya me contarás mejor lo de esa fiesta.

La joven miraba atenta a Noah, tanto que se percató del estado de nervios del chico. Mientras le hablaba, Mercy le cogió la mano, tratando así de transmitirle calma. Pobre chico... tener a Archie de compañero y que anden así con él, debe ser estresante. Si está así de nervioso con ellos tan lejos, como no se pondrá con los dos a su lado. Entornó los ojos un poco mirando a Noah. Tambien puede ser timidez e inseguridad...

Mercy miró de nuevo al grupo cuando Noah le mencionó a su compañera de habitación. Sí, es ella... Le respondió con cierta desgana. Pero... oyeeeee... Aquella palabra se alargó tantísimo como su cara de sorpresa. Que controladas nos tienes. Le sonrió con tono de broma. Estaban en la misma fraternidad y seguro que él, al igual que resto de los chicos, sabían perfectamente donde dormían todas y cada una de las féminas en aquel edificio, pero eso no restaba importancia a la hora de bromear.

Mercy puso los brazos en jarras y, continuó fingiendo ese falso asombro. No me lo puedo creer! Su rostro cambió.

A ti te gusta Helen! Dijo medio en broma medio en serio. De refilón vió como las chicas dejaban de lado a los chicos y bajó la voz. ¿La decimos algo? Susurró a Noah. Le miró con cierta ternura, viendo como se ponía más nervioso. Vamos, tranquilo. Tan sólo bromeaba. Volvió a coger la mano de Noah. No voy a ir a nadie diciéndole nada. Esa Mercy murío hace casi un año... ya queda poco de ella... Le miró a los ojos mientras le sonreía. Pero si no las conoces y quieres que te las presente, sólo tienes que decirlo.

Bebió un sorbo de aquel café ya frío y se apresuró a terminarlo cuando vió la hora. Al final ni llamo al doctor... ni nada..

-De pulmonía nada, será una fiesta tan tórrida que...

Fue todo lo que pudo contestar a Lena antes de presenciar el monólogo de Marian. Mike debía reconocerlo, las ocurrencias de aquella chica dejarían mudo al más veterano, y era precisamente por ello por lo que Archie y él tenían siempre su atención puesta en ella. Con total sinceridad, la universidad estaba llena de sosos, así que no podían dejar escapar la oportunidad de hacer un poco el tonto con alguien que les devolviera alguna bola que otra. Cuando la chica terminó, Mike dejó escapar un suspiro ronco e hizo una mueca de dolor, al tiempo que cogía a Archie cuando éste chocó contra él y se dejó caer con él al suelo, con su amigo en brazos. Lo miró, cual soldado con un compañero muerto en sus brazos, y levantó una mano hacia el cielo.

- ¡Archieeeeeeeee! -gritó, con una exagerada expresión de rabia y pena.

Aun en esa pose, contestó a la petición de Helen mirándola con falsa sorpresa, como si acabara de proponerle algo indecente, después se señaló a sí mismo y a ella, y se llevó el puño a la boca, mordiéndose el nudillo*. Tal y como había comenzado aquella pantomima del herido, así de rápido terminó cuando Archie y él se levantaron como si no acabaran de montar otra escena. Tras el comentario de su colega, se le quedó mirando a medio palmo de su cara, bastante inexpresivo.

- Loca, la tienes. Loca por tus huesos.

No fue hasta ese momento en que se dió cuenta de la desbandada general que acababa de producirse. Tan solo quedaban Mercy y Noah de espectadores, y se fijó como ella le había cogido la mano un instante. Cuando escuchó el nombre de Helen, vió su oportunidad de soltarles la última antes de irse.

- ¡EH! -exclamó, señalándolos con una expresión que debería parecer seria, salvo porqué sus ojos estaban abiertos como platos.- A Helen Dillbert ni tocarla. Si alguien se tiene que pelear con su "novio" -hizo el gesto de las comillas con los dedos mientras ponía una voz ñoña y una cara absurda, que volvió a cambiar de inmediato a la "máscara de seriedad extrema" anterior.- ese soy yo. ¿entendido?

Se quedó unos segundos mirándoles, aun apuntándoles con el dedo, tras lo que estalló en sus típicas risas desmesuradas, con muecas y lengua fuera. La ciencia aun tenía que determinar si Mike era, en realidad, el mejor actor del mundo o simplemente sufría espasmos cerebrales que le producían esos cambios repentinos. Se terminó el café de un sorbo y les dedicó un saludo militar muy enérgico.

- ¡Ariós! -dijo en su pésimo español.

Giró sobre sus piés y pasó el brazó por el hombro de Archie mientras echaba a caminar. No sabía si iría a clase o si se dedicaría a algún asunto de la fiesta, pero era hora de desaparecer de aquel lugar. Que demonios, ni siquiera recordaba qué clase le tocaba. Cerca de la salida, vió a un estudiante con una camiseta de los Wildcats. Al verle, comenzó a corear a pleno pulmón mientras cruzaba la puerta.

- ¡Wildcats! ¡Wildcats! ¡Wildcats!...

—Ser deg senere^(*) chicos.

Lena dio media vuelta pasando por encima de Archie que, en una de sus típicas estupideces, se había dejado caer al suelo. Dirigió una mirada hacia el lugar donde se encontraba Noah y le guiñó un ojo al chico. Sabía que, mientras estuviera junto a Mercy, nadie se atrevería a meterse con él, así que estaba a salvo y no hacía falta que ella interviniera.

Junto a Marian y Helen, se encaminó hacia la salida de la cafetería, luciendo una sonrisa divertida en los labios antes de girarse hacia sus dos amigas.

—Joder chicas. Menudo par de ligues que os habéis echado. —Señaló con la cabeza en dirección a Archie y Mike que también se habían decidio a largarse de la cafetería—. Ya tenéis pareja para el baile. —Lanzó una carcajada al hacer ese comentario recordando los cursis bailes del instituto.

-No... Ellos ya tienen compañeras de baile y no están por aquí, si no a continuación de sus muñecas. -Levantó una mano subrayando así su broma. Y tras ello rompió a reír a carcajadas sin refrenarse en ello. -Lo bueno es que duran lo que ellos necesitan.

Avanzaron varios metros a lo largo de los pasillos al tiempo que diferentes taquillas se iban sucediendo ocultando así el feo alicatado color blanco roto que cubría todas las paredes. Algunas de estos almacenes de materiales tenían estudiantes apoyados en sus puertas, otras con algún pobre diablo abriéndolas con timidez temiendo que alguien demasiado molesto se percatase de su existencia. Repentinamente Marian habló:

-Bueno chicas, ya sabéis que me encanta estar con vosotras... Sin embargo me bajo aquí del autobús que tengo que subir por estas escaleras.

Creyó, durante un instante, que le iba a dar un ataque al corazón. De hecho, no eran imaginaciones suyas: su corazón estaba, casi de manera demasiado literal, a mil por hora. ¿Le estaba dando una taquicardia? Notaba la boca seca y a la vez un sudor frío que corría por su espalda. Se le estaba haciendo difícil hasta respirar, pero estaba hiperactivo como nunca, hasta el punto de que no podía controlar la pierna bajo la mesa. Por su cabeza pasaban un montón de cosas que, realmente, no sería capaz de hilar ni aunque fuera a poder recordarlas un rato después. 

Casi no se dio cuenta de que la chica le había soltado la mano, y ahora le miraba con cara de sorpresa y los brazos en jarras; si estaba fingiendo o no, estaba demasiado paralizado como para siquiera sospechar sobre ello. Tardó casi un minuto en mirarla a la cara, y quedarse con la boca abierta cuando se dio cuenta de que estaba insinuando. Que insinuando, ¡lo afirmaba directamente! ¡Y lo había gritado! O para él prácticamente era así. 

– Yo... Yo... No... – no sabía que decir, que responder, ni que hacer. Lo único que deseaba es que la tierra le tragara, volver a ser invisible como siempre lo había sido –. A mi no... 

Como siempre, Mike salió con una de sus tonterías, pero al contrario que habitualmente, tal vez por primera vez, le salvó de todo aquello. Su broma le hizo regresar a la realidad, aunque no solucionó sus problemas; miró al chico con ojos desorbitados mientras se iba y sus gritos se perdían por los pasillos, y luego regresó su atención a Mercy, poniendo sus manos frente a él y negando vehementemente* 

– No, no, no. Helen no me gusta, no. No – dejó caer los brazos sobre la mesa, agachó la cabeza, y suspiró –. Es una locura – sonrió tímidamente; irónicamente, lo era tanto como que le gustara la chica que tenía delante. Casi se le escapó una risa por culpa de los nervios –. Por... Por cierto, ¿de verdad habrá que ir con pareja? ¿Qué será, como en el instituto? – lo dijo en broma, pero se arrepintió casi en el momento.

_^<<¡Idiota! "¿Cómo en el instituto?" ¿En serio? ¡Serás tonto Noah!_^>>.

– No quería decir eso – se apresuró a añadir. Una vez más, se dio cuenta de que la había cagado; <<mierda, lo estás empeorando>> –. Yo, lo siento. Creo, creo, eh, debería ir a clase, o algo. Te..., te veré por la fraternidad, si. ¡Hasta luego! 

Casi salió corriendo de allí, ignorando cuando chocó contra una silla, y dejándose el ordenador sobre la mesa junto a Mercy. Salió disparado a su habitación; necesitaba estar tranquilo antes de liarla más. 

Mercy sonreía con la actitud de Noah frente a la incómoda postura en la cual le había dejado. No buscaba reirse de él, sino que él mismo riese y se relajase, pero las cosas no iban por buen camino. Creo que le he puesto más nervioso.

Tras su pregunta sobre ir con parejas a la fiesta y demás, la joven iba a contestarle algo así como: "espero que no, no me gustaría tener al rector o al decano de la universidad de carabina en la fiesta". Pero el joven se apresuró en añadir algo más. Mercy le miró extrañada mientras Noah se despedía fugazmente y salía corriendo de allí, dejándose sus cosas en la mesa. ¿Y si es todo por miedo a ir sin pareja o por algo que le pasó en sus bailes del instituto?*

Miró el ordenador unos instantes. La tentaba ver en que estaba metido cuando irrumpimos unos y otros en su mesa. No, eso es algo de la "otra" Mercy. No mío. Dicho esto, bajó directamente la pantalla del portatil, esperando que al menos entrase en suspensión o algo así y lo recogió. Tiró en una papelera cercana el vaso de café vacío, mientras aun permanecía en aquella mesa y sacó su móvil. 

Envió un mensaje de texto, el cual escribió fugazmente.

Hola Kurt. Hace mucho que no hablamos. Supongo que tu tampoco te encontrarás bien en estas fechas. Dime si irás en estas vacaciones a casa, pues si decido volver allí en estas fechas, sería por verte y poder hablar sobre todo esto. Si tu no vas, me quedaré en el campus. Estarán mi hermana y Jim, pero ya sabes. Un abrazo.

Luego cogió sus cosas y el portatil de Noah y salió de la cafetería. Tras asegurarse de que estaba sola, realizó una llamada antes de ir a su clase. 

Doctor Marcus, yo... se que no es jueves y es la primera vez que le llamo a su número particular. No me encuentro muy bien, creo que me estoy angustiando por las fechas, las fiestas y tener que disimularlo todo. Estoy demasiado lejos de casa y de mis amigos, los que pasaron por ello y aquí es usted el único que sabe lo que ocurrió. Supongo que más que un terapeuta lo que más necesito ahora es un amigo.... La voz de la joven sonaba apagada y triste.  Mierda! Llego tarde a clase!! Exclamó al ver la hora. Intentaré llamarle esta tarde antes o después de salir del trabajo. Con suerte no hablaré con el contestador. Dijo tratando de animarse a si misma con aquella pequeña broma y salió corriendo a clase.