Partida Rol por web

—Prueba. —Se sorprendió al hablar en voz alta, pero una vez empezó, ya que más daba—. Ya estamos aquí, no perdemos nada, así que adelante. —Miró a Troy y se encogió de hombros—. A ver que sabe hacer...

Allison parecía no tener más expresión que aquella máscara de tristeza y comprensión. Troy, sin embargo, cambió el gesto a uno de retorcido desprecio en cuanto Halle interrumpió.

- ¿Acaso estoy hablando contigo? -vociferó, lanzándole una mirada de odio.

No se molestó en continuar la posible discusión. Prefería acabar con aquello cuanto antes, y eso suponía ver qué era lo que aquella mujer "sabía" hacer. Las respuestas en sí eran poco relevantes, teniendo en cuenta que Troy no creía en nada de aquello, pero en aquel momento era la única manera de ver hasta qué punto podía confiar en Allison. Asintió ante el comentario de Jim.

- Adelante. -dijo a Allison con un gesto de la mano.

Charlie asintió con la cabeza, y en silencio, cuando dijo reconocer los símbolos y que los estudiaría con mayor detenimiento. No sentía que pudiera hacerse nada más al respecto, aunque percibió la tensión a su alrededor, las prisas por obtener resultados y sobre todo, la desconfianza en las habilidades de aquella mujer.

Volvió a repetirse a sí misma que tras lo vivido, no podía hacer menos que darle su voto de confianza, porque lo sobrenatural estaba allí.

Se sentía como si fuese una testigo silenciosa, que no tenía nada que perder, directamente, pues no había desaparecido ningún niño que tuviese algo que ver con ella, pero a la vez, formaba parte de todo aquello sin quererlo. Además, devolver aquel niño a los brazos de Alice (se le hizo un nudo en el estómago al pensar en ella) y a la pequeña Sarah a Jonathan, era algo que le afectaba más de lo que había supuesto.

Así que esperó.

No le quedaba otra cosa que hacer, salvo esperar y confiar.

-Tenemos que darle tiempo. Sé... q-que todos estáis nerviosos, pero pensad que cualquier cosa que consigamos averiguar, será un paso más para encontrar a los pequeños. A-A-llison, haz lo que puedas, por favor. ¿Lo harás? Sé que lo harás.

Allison asintió a las palabras de Charlie, y cuando Troy aceptó que le echara las cartas le invitó a sentarse frente a ella y le pasó la baraja indicándole que hiciera varios cortes. Después colocó el montón en la mesa y empezó a sacar las cartas bocarriba y a colocarlas formando una especie de pirámide en cuya base, más cercana a Allison, había mayor número de ellas y se iba reduciendo paulatinamente hasta llegar a la última. Las cartas tenían dibujos que jamás habían visto, estaban bastante desgastadas porque debía de tratarse de una baraja muy antigua. Los dibujos eran de lo más diverso, algunos eran bonitos y agradables y otros eran feos y extraños. Un par de ellos eran tan horribles que incluso llegaban a asustar. Cuando Allison sacó la última carta sus ojos se abrieron como platos y soltó el resto de la baraja como si le hubiera dado un calambre. 

-No me lo puedo creer. - En la última carta aparecía una horrible figura con barba blanca, una guadaña y un aspecto siniestro. - Es la misma que le salió a ella. - El rostro inexpresivo de la vidente por fin reflejaba emociones: sorpresa, incredulidad, y sobre todo miedo.

-A ver... veamos. - Dijo recomponiéndose. -Aquí... aquí hay una información diferente. Tenemos a una guerrera, una chica fuerte y decidida que no tiene miedo. Su pasado está marcado por la tragedia y la tristeza, pero no le afectaron a ella. No directamente al menos. Su padre se enfrentó al peligro, lo venció pero nunca lo superó, y estuvo... - Allison se detuvo y miró a Troy antes de tragar saliva y continuar- Estuvo lejos, encerrado. Su madre no enfrentó el peligro pero tenía otros demonios con ella. La guerrera tomó de lo mejor de ambos y creó un vínculo con su padre. Emprendieron un viaje pero el peligro ha vuelto y les ha separado de nuevo. Pero... pero ella no es como los otros. Ella está junto al peligro como Steven pero no directamente. Ella está bailando con la muerte. Está bien, pero se está arriesgando. La guerrera tiene un corazón noble pero todavía no tiene la fuerza suficiente para enfrentar al peligro por si sola. No puedo ver más allá, como en el caso de Steven hay algo que bloquea lo que muestran las cartas. Esto ocurre cuando hay un evento tan extraordinario que puede cambiar el futuro de la guerrera. Seguramente esté relacionado con él. -Añadió señalando la carta de la figura de barba y guadaña. -No obstante hay algo más. Algo que no mostraban las cartas de Steven. Es esta carta. El uróboros. - La carta mostraba una especie de serpiente que se mordía la cola. -Es la lucha eterna, pero aquí aparece en una posición de lugar. Es probable que quiera decir que todo acaba donde empieza o que vuelve a su punto de origen.

Cuando Troy miró así a Halle, ella tembló de miedo. Jamás había visto tanto odio en una mirada. Mentira, hubo una antes. La de Stark aquella noche en el baile del instituto. La mujer se aferró a su marido y volvió la cara hacia otro lado cuando Troy la respondió y es que esa mirada la había asustado de verdad. No era capaz de entender como, después de tantos años, aquel hombre pudiese odiarla tanto.

- ¿Realmente te vas a ir y me vas a dejar a solas con él? - Preguntó a Sean, sin saber si había sido consciente de como le miró y menos aún de como su cuerpo temblaba al encontrar aquella semejanza en la mirada y el brillo de los ojos de Troy con los de Stark.

Y no dijo más. Simplemente se quedó abrazada a su marido y permaneció atenta a las palabras de Allison, mientras que en su mente solo quería estar en otro lugar, donde las risas y las travesuras en la cama le hacían olvidar todo lo demás.

Halle escuchó como Allison iba dejando las cartas sobre la mesa, pero no se giró hasta que no escuchó su voz, atraída por la sorpresa en ella. Cuando Halle vio la carta miró a Sean. - Es él... otra vez. - Pero no tuvo valor a mirar a Troy. No quería volver a enfrentarse a ese odio de nuevo y sabía que al final tendría que hacerlo, pero por su hijo.

Que la mujer sugiriese que Troy estuvo encerrado un tiempo, no fue algo que le sorprendiese a Halle. Podía ser por varias cosas, desde un delincuente, pasando por desintoxicación de drogas o en un manicomio. Nunca supo lo que Troy tenía en la cabeza, pero desde luego el encierro no le sirvió para mejorar. Eso le había quedado claro al ver el trato que la daba.

Cuando Allison terminó de hablar, Halle estuvo a punto de preguntar por el significado de sus últimas palabras. Pero recordó de quien era la tirada y su mirada y se limitó a guardar silencio. De alguna manera Halle entendía que la hija de Troy, no solo se estaba enfrentando a ellos, sino que estaba protegiendo a su hijo de quienes fueran que les tuviesen.

Realmente le daba igual que fuese Stark levantado de la tumba o un imitador que había preparado todo para que se pensase eso. Lo único que ella quería era recuperar a su pequeño y poder olvidar todo aquello.

Ante la invitación de Allison, Troy dudó unos instantes. Miró a los demás, como si esperara ver en ellos una risa u otro gesto de que todo aquello no iba enserio, pero no fue así. Muy al contrario, el ambiente podría estallar por si solo si se acumulara algo más de tensión. Viéndose en el centro de atención, Troy no tuvo más remedio que sentarse frente a la adivina.

Al principio miraba las cartas como las vacas miran un tren al pasar. Cuando Allison dejó caer el resto del mazo, sin embargo, Troy intentó encontrar alguna pista de lo que estaba sucediendo. ¿Y qué si era la misma carta que sacó a Halle? ¿Cuántas cartas había para que aquella coincidencia fuese tan extraña? Tansolo la apariencia del dibujo, aquella barba y aquella expresión, parecían querer lanzarle a Troy una advertencia.

La lectura continuó, y esta vez no fue Allison la única que se mostró sorprendida. A medida que hablaba, Troy iba abriendo más y más los ojos, apartándolos sin darse cuenta de las cartas y fijándolos en ella. Pestañeaba a gran velocidad y respiraba aceleradamente, e incluso se giró hacia Jim un par de veces, mostrando una clara confusión. Cuando Allison terminó, tardó unos segundos en contestar.

- Os espero fuera. -dijo con tono sombrío sin mirar a nadie.

Se levantó y salió a la calle. Allí intentó calmarse, recobrar una respiración normal. Caminaba de aquí a allá mientras intentaba encender un cigarro con manos temblorosas. Iba a necesitar beber algo para terminar de hacer bajar todo aquello.

Jim devolvió la mirada a Troy cuando este se giró, y en sus ojos, abiertos como platos, había la misma sorpresa. ¿Cómo podía saber todo aquello esa mujer? Escéptico aún, la miró. ¿Se estaría aprovechando de algún modo? Sabía que había gente muy intuitiva, capaz de, por el aspecto, los gestos y el lenguaje, adivinar muchas cosas de uno. Puede que fuera así como había supuesto que su amigo había estado en la cárcel, y de ahí había tirado del hilo; sin embargo, si era así, era muy, muy buena. Y si era así, también era una cabrona de cuidado. Todo el mundo sabía de la tragedia sucedida con Stark, y si se estaba aprovechando de esa leyenda en su beneficio...

Entonces su mente se quedó en blanco y volvió a mirar a la pitonisa, ahora con otro brillo: miedo. No había pedido absolutamente nada, no les había cobrado, ni exigido nada. Solo les había hecho pasar para ayudarles. No ganaba nada. Y eso, eso le acojonaba mucho más, porque si lo suyo era cierto, si de verdad tenía ese poder, entonces puede que si hubiera otras fuerzas en juego, si que podían estar enfrentándose, como habían afirmado Charlie y el sheriff de primera mano, contra un zombie. Uno que, al parecer, era la segunda vez que se levantaba de la tumba, y ahora acompañado. ¿Cómo coño iban a parar eso?

—Yo... Eh... —Carraspeó—. Allison... ¿Puedo hacerte una pregunta?

Cuando la mujer le miró con aquél rostro cansado y taciturno tragó saliva, pero siguió hablando.

—Imagina que tuviéramos que acabar con dos cadáveres ambulantes... —Sonaba más estúpido en voz alta que en su cabeza—. ¿Sabes cómo podríamos?

Si todo era verdad, tenían que descubrir como matarles definitivamente, para siempre. Antes que encontrarles, antes siquiera que buscarles. ¿Y dónde? Ella había dicho que acabaría dónde todo empezó. ¿La carretera? Era dónde había ocurrido el accidente, pero no parecía un lugar demasiado adecuado para tener secuestrados a unos niños. ¿Entonces? La respuesta le llegó con un escalofrío: el instituto. El viejo edificio seguía en obras y abandonado, así que era un escondite perfecto. Si, podría ser. Pero antes de decir nada, necesitaban una forma de pararles los pies a los Stark.  

Halle no pudo evitar ver la reacción final de Troy. Su estado de nervios o de pánico, no estaba segura de que era lo que le había afectado, pero sabía que necesitaba algo de ayuda y ahora más que nunca, enterrar el hacha de guerra, si es que él estaba dispuesto a hacerlo. - Hablaré con él. - Le susurró a Sean. - Espérame aquí, necesito que alguien se entere del resto y ver si puedo hacerle entrar.

La mujer sabía que no era la más indicada para ello, pero en vista de como iban las cosas, quizás con lograr que Troy no volviese a mirarla así sería suficiente para ella. - Disculpadme. Vuelvo enseguida. Allison, ya me contarán todo luego. - Le dijo a la mujer para que no se detuviese.

Y tras decir eso, salió en busca de Troy.

- Hola. - Fue lo primero que dijo Halle a Troy al salir. - Los demás están dentro... Jim le ha preguntado algo más a Allison y yo... - Cerró los ojos, sin saber como decir las cosas. - Mira Troy, no te gusto, lo has dejado claro. No me has perdonado nada desde el instituto y mira... eso para mí quedó atrás, tengo una familia, mi familia... y un maniaco que tiene a mi hijo mayor y a tu hija secuestrados... ¿no podemos enterrar el hacha de guerra hasta que solucionemos esto?

Halle le miraba, parecía un león enjaulado. - Mira, esto no lo sabe Sean... - Dijo abriendo su bolso y sacando un frasco de pastillas, se puso una en la mano y se la tendió a Troy. - ... piensa que son para las migrañas... son calmantes. Todos tenemos nuestras mierdas y la mía es esta... ten... cógela. Si la dejas debajo de la lengua en unos 20 minutos notarás su efecto. Si vuelves a sentirte así, dime que te duele la cabeza y te daré otra... pero son un máximo de dos cada ocho horas o te dejarán KO. Eso sí, no bebas ni consumas vicodina junto a ellas o... fliparás. - Parecía que lo decía por experiencia propia.

- Tú decides que hacer Troy. Acabo de poner ante ti algo que dañaría y mucho a mi matrimonio. Debes valorarlo y decidirte. Si no aceptas mi ayuda ahora... puede que yo no tenga el valor de ofrecértela más veces. No después de tu mirada ahí dentro. - Y esperó con la mano extendida a que Troy eligiese que hacer o que decir, porque se esperaba cualquier cosa de aquel hombre.

Troy echó un rápido vistazo al oir que la puerta se abría, pero al ver que era Halle quien se acercaba volvió a girarse y a pretender que no pasaba nada. Se metió las manos en los bolsillos para que no pudiera ver que le temblaban de rabia. Se quedó así durante bastante rato, como si simplemente estuviese esperando al autobús. Todo aquello de haber dejado el pasado atrás le sonaba bastante a cuento, teniendo en cuenta que de la boca de Halle sólo habían salido reproches e insultos hacia él. Al menos Troy, por muy rencoroso que fuese, era sincero al respecto. Sólo cuando vio de reojo que le tendía la mano, Troy se giró lo justo para ver qué tenía en ella. Miró entonces a Halle, con cierta confusión interior. No sabía cómo sentirse ahora que le ofrecía ayuda. Sus ojos saltaron de la pastilla a Halle varias veces. Finalmente, dio un paso hacia ella y alargó la mano, aun algo temblorosa, y la dejo a escasos centímetros de la pastilla. Tomó aire profundamente y la cogió.

- Estoy hecho un puto lio. -dijo con tono derrotado, mirando aun la pastilla entre sus dedos.- Y no por lo que ha dicho de mí, sino por lo que ha dicho de Sid. No sé quien la tiene, si un... Puto satánico, algún grillado o el zombie de Elvis, pero sé que ella no se va a estar quietecita. Va a meterse en problemas y a luchar, porque... -dejó caer la mano y los ojos la siguieron. Luego retomó el aire y alzó la vista hacia ninguna parte.- Porque es lo que ha aprendido. -Miró apenas unos segundos a Halle a los ojos y luego guardó la pastilla en el bolsillo.- Creo que podré aguantar por ahora, pero me la guardo por si la necesitara. Me quedaré aquí fuera hasta que acabéis. 

Se apoyó contra su coche mientras encendía otro cigarro. Parecía de pronto algo más tranquilo, como si hubise soltado lastre. Y aunque no lo dijera abiertamente, estaba extrañamente agradecido por aquel pequeño momento con Halle. Pero teniendo en cuenta el lado de Troy que estaba acostumbrada a ver, no sería muy difícil para ella darse cuenta.

- No eres el único. Quiero creer al sheriff y a su amiga. Quiero creer a Allison, pero la lógica y la ciencia me dicen que no es posible que lo que cuenten sea real. Aunque ella adivinó algo que solo mis padres, Sean y yo sabíamos... quizás se lo dijese mi madre, pero se negó a aceptar pago alguno por la ayuda. - Respondió a Troy a sus palabras.

- Al menos tu hija es fuerte y sobrevivirá. Steven es autista y Allison me dijo que era el más débil y... no tardarán en cansarse de él. Rota su rutina, con desconocidos... se volverá violento, incontrolable... y... - Halle guardó silencio y tragó saliva, evitando romper a llorar por su hijo de nuevo. Sentía que le faltaba su bastón emocional y necesitaba estar a su lado. Sin él no sabía que haría al final... o quizás sí, pero no quería pensarlo.

- Esta bien, es toda tuya. Solo te pido que no le digas a Sean ni lo que es ni que te lo he dado yo. - Sí, le estaba dando un arma cargada para destrozar su matrimonio. Sean no tardaría en saber quien le suministraba las recetas y que ella se las suministraba a él y de ahí podía salir una bola muy grande si le daba por pensar mal. - Sobre todo que te lo he dado yo. Estaré dentro, no quiero que piensen que ahora somos grandes amigos. - Le dijo tratando de calmarse un poco, viendo como Troy se quedaba.

Esperaba que el acto contase para el hombre y el nivel de agresividad hacia ella descendiese, porque sino la noche sería una pesadilla, en todos los aspectos. Halle esperó unos instantes por si Troy quería añadir algo más, antes de entrar dentro de la casa y reunirse con el resto del grupo, concretamente en los brazos de Sean.

Allison comprendía la reacción de Troy, y se limitó a asentir con la cabeza mientras recogía las cartas. No era la primera vez que a alguien le costaba digerir lo que ella le había contado. Eran los riesgos de echar las cartas, que no siempre las respuestas que en ellas veías eran buenas noticias. La pregunta de Jim tampoco le pilló de sorpresa, teniendo en cuenta el motivo por qué el grupo estaba acudiendo a por su ayuda y lo que habían encontrado en el cementerio. Pero Allison negó con la cabeza, como si lamentara no poder ser de más utilidad.

-Quizá el libro nos de alguna respuesta a eso. No tengo ni idea de cómo se puede detener a Stark y Hannah, pero si en ese libro hay un modo de traerles a la vida también debe haberlo para revertir el hechizo. Intentaré averiguarlo. - Se quedó un momento meditativa, después negó de nuevo con la cabeza. -Si mi abuela estuviera aquí... Ella podía comunicarse con los muertos y podríamos obtener más información. Pero lamentablemente yo no heredé su don.

Poco después Halle regresaba al interior, lo hacía sola y se abrazaba a su marido Sean que la observaba con preocupación. Troy seguía fuera. En la calle empezaba a nevar. Allison se mordió el labio, miró al sheriff y volvió a hablar.

-Ya ocurrió algo ¿verdad? Hace unos años, quiero decir. Esta no es la primera vez que Stark se levanta de su tumba.

El sheriff se quedó impactado ante el talento de Allison. Lo que había dicho no eran tonterías ni trucos de feria, había logrado dejar sin palabras y afectado a Troy Jacobson. Joder, eso por sí solo ya debía considerarse un superpoder. Si alguien le hubiera contado solo cinco años atrás que estaría pidiendo consejo a una medium le hubiera encerrado en el calabozo por chalado. Pero ahora allí estaba, aferrándose a la única pista que estaba de alguna manera en las cartas de aquella mujer. Si no hubiera sido por lo que había visto unos años atrás, cuando Stark volvió de entre los muertos, él mismo tendría una actitud peor que la de Troy.

-Sí, hace cuatro años volvió de entre los muertos. Logramos detenerlo con mucho esfuerzo. Y bastantes pérdidas. Al final cuando se vio a si mismo en un espejo hubo algo que le hizo volver al... al mundo de los muertos.

-No sé qué logró traerle a la vida en aquella ocasión. Tal vez su propio odio. Pero esta vez ha sido algo bien distinto. La magia que emplearon y que se esconde en este libro. Me pondré de inmediato y les llamaré cuando tenga algo. - Allison se puso en pie y recogió el libro.

-Toma, aquí está mi número. - Dijo extendiéndole su tarjeta. - Llámenos en cuanto sepa algo. - Miró a los demás e hizo un gesto con la cabeza para dejar a Allison trabajando, necesitaban de toda su concentración.

Una vez fuera dedicó una mirada a Troy, comprendía bien cómo se sentía. Pero no quiso meter el dedo en la llaga.

-¿Qué hacemos?

Los ánimos parecieron calmarse, al menos eso era lo que a Charlie le pareció. Troy aceptó que le echara las cartas y se acercó a la mesa para sentarse, a la vez que Charlie se alejaba un poco. Al contrario que muchos de los que estaban allí, no era porque no creyese, sino precisamente por lo opuesto. 

Había encontrado demasiadas pruebas de que lo sobrenatural estaba allí como para acercarse.

Y no le pareció haberse equivocado. Aquella chica dio la sensación de ser auténtica, de estar captando justo lo que les sucedía. Yo no entendía bien su significado, pero sí que era importante.

Charlie se fijó entonces en Troy. Parecía igualmente sorprendido y a medida que efectuaba la lectura, incluso ansioso. El hecho de que saliese sin decir nada más, pareció demostrar que le había afectado.

-¿Q-qué le ocurre? -preguntó Charlie, echándose a un lado para dejar salir a Troy, que parecía asustado -. ¿Qué significa todo lo que le ha d-dicho?

Thompson fue quien se decidió a hacer otra pregunta clave. ¿Cómo podíamos acabar con ellos? Eso hizo que Charlie se volviese bruscamente hacia Allison, a la espera de su respuesta.

Allison se disculpó, pareciendo lamentar lo que las cartas le mostraban, pero también sentía curiosidad.

-Sí, sí que ocurrió otra vez -dije. Jonathan se lo explicó muy escuetamente; Charlie habría dado más detalles. Pero la clave seguía estando en aquel libro, sin lugar a dudas. Asintió con la cabeza cuando dijo que se pondría con él y siguió a Jonathan fuera, pensando que no estaba muy segura de que por el momento, ir a ver a aquella mujer hubiese servido de algo, salvo para asustar a Troy.

Cuando salimos, lo vi hablando con Halle, y me acerqué. 

-¿E-estás bien? 

Jonathan deseaba saber cómo seguir, pero Charlie no tenía ni idea. ¿En dónde podrían estar?

La visita a la vidente o lo que fuese había termiabado y Halle salía nuevamente con más preguntas que respuestas. Pero no había nada más que rascar y en cuanto al libro tendrían que esperar a que Allison lograse encontrar como leerlo. Al menos tenía la esperanza de que, efectivamente, aquel hechizo, si es que todo era cosa de brujería, se pudiese revertir.

Si Sean leyese su cabeza ahora mismo la dejaría sin duda alguna.

Y eso le hizo recordar a la mujer las palabras previas de su marido antes de entrar en la casa de Allison, en la soledad del coche, al llegar a las puertas y antes de bajar del mismo. La mujer de piel de ébano se giró hacia su marido, a quien encaró y pasó los brazos con cariño por los hombros del hombre. - ¿Y bien? ¿Qué has decidido? - Le preguntó con clara preocupación en su rostro. - Has cumplido con mi ruego... yo haré lo mismo con lo que decidas hacer. - Le indicó con la poca dignidad que le quedaba, pensando que, efectivamente, Sean se iría con Tina y a ayudar al FBI con todo aquello.

Y lo peor era que  no podía retenerle, porque ella misma pensaba que todo aquello era una maldita locura, un montaje cuanto menos. Pero Allison les mostró a ambos que veía cosas que solamente ellos sabían. De hecho, hasta se sintió tentada a llevar a Sean dentro y que Allison le contase todos los secretos que Halle le ocultaba a Sean. Pero eso significaría perderle para siempre y era el amor de su vida. Así pues prefirió dejar las cosas estar y que Sean eligiese su camino, pues ella ya tenía elegido el suyo.

Iba a buscar a Steven junto al sheriff, Charly, Jim y Troy, si es que aquellos dos optaban por ir con ellos. Pero algo decía en el interior de Halle que Troy les acompañaría, porque jamás había visto al adolescente tan afectado por nada y ahora como adulto,  debía haberse endurecido más. Así pues Allison debió convencerle con sus palabras. Y mientras los demás pensaban hacia donde ir, Halle solo quería saber en ese momento, que camino tomaría Sean.

-No lo sé, cariño. No veo claro todo esto. Por un lado no quiero dejarte sola, pero por otro me gustaría estar con Tina y ayudar al FBI para que encuentren a Steven. Seguro que nos estarán buscando para que declaremos sobre el momento de su desaparición.

La visita a Allison no había despejado las grandes dudas que tenían, aunque en verdad la única duda que martirizaba a Sean era el saber donde estaba su hija y por alguna razón Allison no podía ver dónde se encontraban.

-¿Qué te parece si hacemos algo? Voy a ver qué tal está Tina y vuelvo en una hora o antes, si encontráis algo y me llamáis. ¿Te parece?

Troy escuchó en silencio a Halle. Si Sid podía ser a veces un dolor de cabeza, no quería imaginarse lo que el chico podría desencadenar si se daba la escena que ella comentaba. Aquello, más que nunca, se mostraba como una bomba de relojería. No quiso hablar, necesitaba pensar, pero ante el comentario de Halle sobre ser grandes amigos, Troy rió por lo bajo.

- Sería lo más difícil de creer de todo lo que ha pasado hoy. -se permitió bromear.- Tranquila, soy una tumba.

Se quedó junto a su coche, pensativo, mientras comenzaban a caer copos de nieve.

Impasible ante la caída de los primeros copos de nieve, Troy seguía fumando apoyado en su coche cuando el grupo empezó a salir. No les miró al principio, aun seguía sumido en sus pensamientos, intentando decidir qué hacer. Sólo cuando Charlie le preguntó cómo estaba, Troy alzó la cabeza y la miró, con una de sus habituales sonrisas socarronas. Afirmó con la cabeza y le guiño un ojo, como si simplemente estuviese haciendo un descanso. Lanzó el cigarro y se quitó algo de nieve de los brazos.

- Pues veamos... -contestó a Jonathan de forma calmada.- Tenemos un libro que no entendemos, y que no sabremos qué dice hasta... -hizo un aspaviento con una mano.- A saber. Tenemos a Sabrina, la bruja adolescente, trabajando en ello. Nos queda seguir lo que ha dicho del retorno, o como coño dijera. -dibujó un círculo en el aire con el dedo, representando al uroboros de la carta.- No sé, ¿la carretera donde hubo el accidente? ¿Habrá algún sitio por allí donde puedan tenerlos?

Intentaba mostrarse calmado y ofrecer opciones, porque la idea de no tener nada le haría perder los nervios de una forma bastante menos elegante a como hizo con Allison. No, había que moverse donde fuera, y aquella era tan buena opción como cualquier otra en aquel momento. Hizo un gesto hacia Jim para incluirle en la conversación.

- ¿Tú qué opinas, tío? Siempre fuiste el cerebro.