Partida Rol por web

Halle se quedó junto a Sean, un tanto apartada de los demás, hablando sobre lo que iban a hacer. Ella no quería que este se fuese, pero ya le había retenido demasiado a su lado y sabía que debía ceder un poco. De eso se trataban las relaciones, de saber cuando ceder y no tensar y Sean siempre era el que cedía. Además, ella también estaba preocupada por su hija, pero estaba con sus abuelos, sana y salva. Steven era quien les necesitaba en aquel momento.

La mujer sonrió a su marido. - Haz lo que debas. Te pedí que entrases y que aceptaría tu decisión al salir. No te voy a insistir con que te quedes, porque sé que acabarías haciéndolo... creo que debo empezar a ser un poco, aunque solo sea un poco, menos dependiente de ti y a acostumbrarme a no salirme siempre con la mía, aunque este no sea el mejor momento. Pero sí, nuestra hija no es tonta y verá a mis padres preocupados y seguramente esté asustada. Al menos, se quedará más tranquila cuando te vea.

Y abrazó a Sean con fuerza, para luego besarle. - Llévate el coche. Le diré al sheriff que me lleve él. Avísame cuando estés con Tina y si puedo os hago una video llamada para que vea que estoy bien. Pero tendrás que avisarme de que le habéis dicho para no meter la pata. - Le dijo con una sonrisa. - Al FBI diles que estoy en el hotel, que he tomado sedantes para dormir a un elefante y que estoy durmiendo... que todo lo que sé lo tienen en el informe del sheriff y que si quieren hablar conmigo que lo hagan mañana. Así al menos sabrás que están haciendo por encontrar a nuestros hijos y decirnos como van. - Le sonreía aún, buscando el lado positivo de todo aquello, si es que lo había.

Le acompañó al coche y se abrazó de nuevo a él y le regaló otro beso de despedida. Era como si una parte de ella misma se alejase en aquel duro momento. - Te quiero. - Le dijo entonces y le dejó ir. - Dile a Tina que estoy bien y a todos que les quiero. Mantenme informada de todo. - Le indicó mientras Sean subía en el coche y se quedó en medio de la calle viéndole marcharse al hotel.

Luego miró al grupo y se acercó a ellos. - ¿Qué me he perdido? - Preguntó bastante apagada, ahora que Sean no estaba a su lado, se la veía más débil y vulnerable.

—Creo que... que se dónde están. Y no, no creo que sea la carretera —dijo Jim sintiendo la imperiosa necesidad de enchufarse otro canuto, aunque con la duda de hasta que punto Jonathan seguiría ejerciendo de sheriff—. En la carretera donde sucedió el accidente no hay ningún edificio cerca. Tiene que ser el instituto. Los que lleváis un tiempo fuera tal vez no lo sepáis, pero nuestro querido y adorado instituto Highbrooke está a punto de ser demolido. Estos últimos años el insti ha estado de capa caída, los estudiantes se quejaban y armaban jaleo. Ya en nuestros días aquello era una mierda. ¿Os acordáis de que la caldera solo funcionaba en verano? Pues imaginad como está eso ahora, y después de lo de Stark... Bueno, digamos que los padres preferían desplazarse hasta Bemidji antes que matricular a sus críos ahí. En fin, que las aulas se estaban quedando vacías, y eso que hay chavales de sobra en Birchmont. El director Cameron... Sí, lo sé, es increíble que ese capullo siga al frente del instituto después de tantos años. Bueno como decía, Cameron propuso a la junta una renovación del instituto, la cual incluía la demolición del viejo. No hubo nadie que votase en contra, tanto los alumnos antiguos como los profesores y los padres de los alumnos actuales estaban a favor. Así que desde hace cosa de un mes el centro está cerrado para comenzar el desalojo de material reutilizable y se recolocaron a los alumnos en Bemidji y otros institutos cercanos hasta que las obras del nuevo instituto estén finalizadas. En fin, que la junta quiere cargarse al viejo Brooky antes de que termine el año, aunque las obras van algo lentas y los plazos se van retrasando... 

Ante las miradas de estupefacción del resto por la cantidad de cosas que sabía Jim sobre el viejo instituto se encogió de hombros e hizo un gesto como restándole importancia.

—¿Qué? Mi madre es una ciudadana preocupada.

Charlie no veía demasiadas cosas positivas en aquella visita, de momento, porque sí que iban a tener una oportunidad con el libro. Pero por lo demás, habían ido hasta allí sin obtener algo parecido a un plan de acción, como a los estrategas les gustaba decir.

De lo que sí estaba segura era de que el FBI no iba a ayudar en nada. La última vez, solo habían conseguido acabar con él a base de pura desesperación, ellos y nadie más.

Por lo pronto, el marido de aquella mujer, Halle, se marchó, por lo que Charlie pudo oír, a hablar con el FBI, pero ellos todavía debían hacer algo y no parecía que nadie tuviese idea de qué.

Y entonces, Jim dijo que quizás supiera en dónde buscar.

-Ah.. ¿En dónde... y cómo lo sabes? -preguntó Charlie.

El instituto... sí, podía ser, desde luego. Después de todo, si los pequeños no estaban muertos... Charlie tembló con solo pensar en esa posibilidad, debían permanecer en alguna parte y si estaba abandonado, resultaba ideal.

-Pues... entonces vayamos a ver. No perdemos nada y seguro que al FBI ni siquiera se le ocurre. Cuantos más lugares probemos, más posibilidades t-tendremos de encontrarlos. ¿Verdad, Jonathan? 

Troy escuchó con atención a Jim, primero con gesto serio, con expresión de absoluto asombro al final. Claro, el instituto. Si lo que comentaba su colega era cierto, entre las obras y las fechas el sitio estaría vacío y con suficiente espacio como para retener a todos los niños de pueblo. Allí, nadie les oiría gritar. Ni a ellos ni a los responsables de aquello en cuanto Troy les pusiera la mano encima. Agarró a Jim por los hombros efusivamente.

- Sigues siendo un puto genio. -sacó las llaves del coche y abrió la puerta del conductor.- Vamos a hacerle una visita a esos cabrones. ¿Alguien necesita que le lleve? ¿Señoritas? -miró primero a Charlie y a Halle, luego se giró hacia Jonathan.- No aprovecharás para detenernos si nos colamos en el insti, ¿verdad, Seabert?

El ánimo por tener una pista tangible había devuelto a Troy su tradicional gusto por soltar bromas en el peor de los momentos, pero aquella era, quizás, la primera vez que le soltaba alguna a Jonathan sin tener demasiada mala intención. Tan sólo esperaba que no se acostumbrara a ese buen trato.

- A mi me da igual quien me lleve, mientras no me dejéis en tierra. - Dijo Halle dispuesta a subirse en el coche de Troy si era necesario. Mientras caminaba hacia uno de los vehículos, le mandó un mensaje a Sean.

No han pasado ni cinco minutos y ya te añoro. Vamos al que una vez fue el instituto, donde creemos que "allí comenzó todo". Está en obras y es un buen sitio para buscar.

Te quiero.

H.

De paso aprovechó que se subía en el asiento de atrás para revisar los mensajes y llamadas perdidas que tenía en su móvil y que no miró en su momento por respeto a Sean y su familia. Pero estaba segura que tendría al menos mil mensajes de su madre y que las llamadas perdidas eran de House. Diría lo que quisiera de ella, pero no podía resolver un caso sin que Halle estuviese en el equipo. 

-Es cierto, lo que dice es verdad. Al viejo instituto le quedan cuatro días. -Dijo Jonathan apoyando las palabras de Jim y mirándole con un renovado aire de respeto. No era solo un fumeta medio yonqui después de todo. Después encajó la broma de Troy con una sonrisa y negó con la cabeza. - Si hace falta te hago pies para que trepes la valla.

Se subieron a los coches y se pusieron en camino al viejo instituto. La visión del antiguo centro de secundaria les trajo recuerdos muy variados. Algunos de sus mejores momentos en la vida estaban allí, pero también el peor recuerdo de sus vidas. Incluso los que llevaban viviendo en Birchmont desde entonces habían tratado de evitar la visión de aquel lugar como si de un lugar maldito se tratara. El instituto estaba tal como lo recordaban, solo que acusaba la falta de mantenimiento. Había alguna pintada con spray en las paredes y varias ventanas rotas. Una valla de obra bordeaba el lugar y varias máquinas de demolición y excavadoras aguardaban a que terminaran de vaciar el centro para echarlo abajo. La valla tenía una puerta cerrada con una gruesa cadena y un candado.

Charlie se subió al coche de Jonathan. Permaneció muy silenciosa durante todo el camino, sin saber muy bien qué decir, puesto que la situación era difícil y si de verdad Stark y su... esposa, estaban allí, no tardaría en volverse mucho peor. Pero prefería pensar en ir poco a poco y aunque estaba convencida de que solo el libro les daría la clave que necesitaban para acabar con él, quizás pudieran rescatar a los pequeños y huir, haciendo tiempo hasta lograrlo.

No era la primera vez que corría delante de Stark, aunque la vez anterior, pesaba treinta kilos menos. ¡Cómo había cambiado! En verdad, una parte de ella deseaba regresar al pasado mientras que otra le recordaba que no había nada por lo que mereciera la pena hacerlo.

¡Pura contradicción!

Cuando llegaron, Charlie se bajó del coche como siempre, con mucho esfuerzo, sintiendo como el vehículo subía dos palmos en cuanto estuvo fuera. Al ver la puerta cerrada con candado, recordó las palabras de Jonathan y le miró, apesadumbrada.

-Está claro que yo no voy a poder entrar. No me gustaría aplastar a alguien que intentara ayudarme a trepar. Pero os puedo esperar aquí fuera, por si necesitáis ayuda.

La antigua Charlie habría trepado sin problemas. La nueva, tenía mucho más sencillo desarmar las puertas por simple presión, pero los demás sí que podrían hacerlo, desde luego, y a Charlie se le ocurrió algo.

-Si vais a saltar el muro, podéis dejar uno de los coches al lado y usarlo para subir -sugirió.

Desde que aparcó el coche, a Troy le fue difícil apartar la vista del instituto. Era, por falta de una descripción mejor, un fantasma de cemento. Pensar que aquel sitio, donde tanto había pasado, iba a desaparecer le causaba un encontronazo de emociones. Incluso tardó un rato en ver que debían encontrar la forma de entrar. Se encendió un cigarro mientras escuchaba a Charlie. Negó con la cabeza.

- No se si quedarse aquí a solas es muy seguro. -se acercó para inspeccionar la valla.- Puedo intentar saltarla y encontrar algo en las obras para abrir el candado. No me gusta la idea de hacer demasiado ruido, pero si tenemos que salir con los niños, mejor que sea por la puerta. -se giró de nuevo hacia Charlie con media sonrisa mientras se dirigía a su coche.- ¿No quieres saber si aun está en pié tu taquilla?

La idea de Charlie le pareció una buena opción, así que arrancó y acercó el coche a la valla todo lo que pudo. Luego salió, se subió al capó y colocó las manos sobre la valla. Se le hizo algo raro intentar colarse en el lugar del que tantas otras veces se había escapado. Rió para sí mismo y se dispuso a saltar al otro lado.

Desde que Halle se subió a uno de los coches, sus ojos no se apartaban del móvil. Una parte de ella esperaba una respuesta de Sean a su mensaje, contándole como estaba su hija y sus padres. La otra quería llamar a su jefe y pedirle ayuda y consejo. Pero cuanto más se metían en aquello, más complicado iba a ser explicar a House lo que perseguían y sin duda le pediría que le guardase algo de lo que se había tomado esa noche para alucinar él igual.

Lo único que sabía Halle era que la necesidad estaba ahí y que en ese momento no solo se sentía más sola que nunca, sino que la noche se le antojó más fría al no tener el cuerpo cubierto por los brazos de un hombre.

Siguió a los demás en silencio y escuchó a Charlie decir lo de la entrada. Ella por su peso, pero Halle no iba a estropear su abrigo por saltar una valla como esa. - De respetada doctora a delincuente, colándome en un edificio público a deshoras y cuando está cerrado... quien me ha visto y quien me ve. - Dijo para todos y para nadie en concreto. Ni la presencia del sheriff parecía que lograse calmar sus nervios.

¿Y si Jim se equivocaba y no era en el instituto donde empezó todo, sino en el hospital donde desapareció aquel chico?

Y es que una de dos, o lo de aquel chico fue casualidad... o realmente las muertes de la familia Stark comenzaron en el hospital y estaban buscando mal. - Sheriff... ¿a qué hospital llevaron a Stark y a su familia el día del accidente? ¿Alguno murió en el coche? - Pregunto Halle para despejarse de toda duda y saber seguro que era el lugar correcto donde debían buscar.

Al menos Troy parecía ser el mismo y a estar en su ambiente.

-No lo sé. - Respondió el sheriff a la pregunta de Halle. -Por aquel entonces el sheriff era James Bostrom, tal vez en sus archivos haya algo al respecto. Supongo que les llevarían al hospital de Bemidji, ya que es el más cercano.

Mientras hablaban y planificaban como proceder para colarse en el instituto, y Halle conjeturaba sobre si de verdad aquel sería el lugar indicado, Troy se encaramó a lo alto de la valla disponiéndose a colarse al otro lado. Pero antes de que Troy saltara al interior del instituto la luz cegadora de una linterna le alumbró la cara.

-¡Alto! ¿Quién anda ahí? - Preguntó una voz autoritaria. La luz impedía que Troy viera a su portador, ni siquiera su silueta. ¿Qué haces? ¡Bájate de inmediato!

Jim había permanecido callado después de haber parecido la wikipedia hablando del viejo instituto. Entre azorado y nervioso, cada vez menos de lo primero y más de lo segundo a medida que se acercaban a su destino, no encontraba palabras, y de haberlo hecho tampoco se sentía con muchas ganas de decirla. Él quería un canuto, y dedicó toda su atención a montarse uno que encendió en cuanto bajaron del coche.

Como Troy parecía el más indicado para colarse y abrir desde dentro, él se esperó a los pies de la valla, junto al coche, aguardando que su colega entrara, encontrara algo y rompiera el candado de la puerta principal, abriéndoles a todos. Confiaba en que no iba a tardar mucho, y pronto estarían adentrándose en el Brooky, con todos sus jodidos recuerdos; pensarlo le provocaba escalofríos, llevaba su mente a un tiempo que no quería recordar. Estaba tenso, y ese estrés salió en forma de grito ahogado, cuando escuchó, de repente, una voz autoritaria al otro lado. No sabía que esperaba, pero no que les fuera a pillar un puto vigilante; creía que aquello estaba totalmente desierto. Mierda.

—¡Seabert, haz algo! —exclamó en un susurro, saliendo de su estupor.

- No lo sabe... no lo sabe... el peor criminal que ha tenido este pueblo, el asesino más despiadado, eso que ha desafiado a la muerte y no sabe su historia pasada... - Halle no daba crédito a sus palabras y se quedó mirando al sheriff. - Y ya nos podemos olvidar de ir a la comisaría a mirar esos archivos. Si está el FBI allí ya, que  lo estará, no le dejarán tocar ninguna carpeta que ponga el nombre de Stark o su familia en ella. Lo que me sorprende es que no le estén llamando para que acuda a darles la bienvenida y "para colaborar con la investigación". - La frase típica de las películas que resultaba ser una realidad.

Se llevó sendas manos a la cara al tiempo que Troy saltaba la valla, cuando aquella voz le dio el alto al hombre. Miró hacia el lugar, pero solo veía una linterna, su luz no le dejaba ver más allá de la silueta oscura que se ocultaba detrás. Ante la petición de Jim al sheriff, guardó silencio unos momentos.

- Espere caballero. Buenas noches. Disculpe a mi amigo. Ahora mismo se baja. - Dijo acercándose a la valla y dejándose ver. - Han secuestrado a nuestros hijos y creemos que están aquí dentro... que los retienen aquí. Solo queremos entrar a ver si están... Créame. A la mayoría de nosotros no nos gusta nada este sitio... fuimos supervivientes de la promoción de hace 10 años... cuando aquel maniaco vestido de Santa Claus se coló en la fiesta de Navidad y... el resto debería conocerlo...

Cada vez pensaba y tenía más claro que aquel no era el lugar. De serlo, no habría un vigilante de seguridad rondando por allí... al menos no uno vivo. Regresé junto a Jim, quien dio la idea. - ¿Y si la primera muerte de la familia Stark fue en el hospital? ¿Ese no sería el verdadero lugar del comienzo? ¿O dónde le dieron la noticia y su cabeza se quebró por completo? Ese sería el lugar donde se creó el monstruo, porque la realidad es que aquí no empezó todo... el día anterior mató a la familia de... ¿Dexter? En este sitio culminaría su plan y su venganza...

Suspiré. Sean no estaba presente para negarme nada y el sheriff parecía que no había hablado con House. Dado que seguramente no tendríamos acceso a esos archivos, tendría que llamarle. A él le conocían en todos lados, su fama iba siempre por delante y si él llamaba al Bemidji le darían toda la información que quisiera. Se las ingeniaba muy bien para sacarla. - Sheriff, quizás debería llamar a la comisaría a ver si alguien puede conseguir ese archivo y luego tratar de que le digan en el Bemidji algo sobre ese día... yo voy a ver si mi jefe quiere ayudar...

Dicho esto, Halle sacó su móvil del bolso, lo desbloqueó y buscó el número de su jefe. Mientras esperaba que el móvil comenzase a dar algún tono, la mujer se fue alejando del grupo. No quería que escuchasen la conversación, porque no sabía como iba a salir aquello.

Jim se repuso momentáneamente mientras Halle ya le estaba hablando. En un inicio solo captó fragmentos de la conversación, pero a medida que iba escuchando, comenzó a negar, cada vez más vehementemente.

—Tienes razón, pero no puede ser: el hospital se sigue usando, es imposible que esté allí y tenga secuestrados a los niños, les habrían descubierto. No, este es el único sitio que se me ocurre. —Miró el instituto, una mole de piedra ahora abandonada por completo, y un escalofrío le recorrió el cuerpo—. Debería ser aquí —añadió con un hilo de voz, puede que a causa del miedo, o puede que dudando por lo dicho por la mujer.

Troy, encaramado a su coche, observaba el borde superior de la valla. No le gustaba demasiado la idea de dejarse la piel en ella si subía de forma incorrecta.

- Bueno, a todo se acostumbra uno. -dijo jocosamente tras el comentario de Halle sobre colarse.-  Y ahora, si me lo permitís, voy a intentar no dejarme un huevo colgado en esta valla.

Se agarró a la parte superior y se encaramó, pero cuando ya tenía una pierna al otro lado, la luz de la linterna le cegó. Se llevó una mano a la cara e intentó ver quién era, aunque su identidad era lo de menos. Se quedó allí mientras Halle hablaba, sintiendo que quzás estaba soltando más información de la cuenta, pero tenían bastante poco que perder. Tal era el caso, que se permitió hablar aun desde la valla.

- Hey, no queremos causar ningún problema, de verdad. Sé que lo que te hemos contado es una historia de mierda, pero estamos en las últimas. Nuestros hijos podrían estar ahí. Si nos dejas entrar y echar un ojo nos harías un favor enorme. -hizo un gesto con la mano hacia el instituto.- Ven con nosotros, si no te fías. -tuvo de pronto una revelación y señaló a Jonathan.- Joder, si venimos hasta con el sheriff.

De repente, Charlie se puso tensa, al oír la voz al otro lado del muro mientras Troy intentaba saltar el muro. No había pensado que un lugar abandonado como aquel estuviese vigilado, y mientras los demás discutían si podían estar o no allí, la presencia del guardia parecía ser una prueba de que quizás estuviesen equivocados.

Charlie miró a Jonathan para ver si él intercedía, pero antes de que lo hiciese fue el propio Troy quien dio explicaciones. Charlie se sentía tremendamente inútil en aquellos instantes. Aunque no era de saltar y correr, quedarse al otro lado y sin hacer nada, le gustaba aún menos.

-O-oiga, es verdad, estamos con el Sheriff Seabert. Pensamos que los niños desaparecidos p-podrían estar ahí dentro. P-por favor, déjenos entrar.

En el caso de que no fuese así, al menos sería un lugar que desechar y podrían centrarse en otros, aunque era consciente de que un fracaso podía hacer que algunos de los que estaban allí con ella, desesperasen y se marchasen. Esperaba que no fuese así, casi tanto como que Stark anduviese por su antiguo instituto, porque eso significaba que tendría que enfrentarse de nuevo contra él. Al rememorar lo ocurrido la última vez, tembló de pies a cabeza, recordando cómo se había salvado en el último momento, pese a lo cual, la vida no había vuelto a ser igual.

-Dejé a Adam, mi segundo, a cargo de todo. En lo que respecta a ellos estoy en casa sin poder levantar la cabeza por lo ocurrido. - Respondió a las cuestiones de Halle sobre el FBI.

Entonces vio como Troy se encaramaba en la valla que rodeaba al instituto y pensó en lo irónico que resultaba verlo hacer eso para saltar hacia el interior del instituto. La luz del vigilante le sorprendió igual que al resto, corrió hacia la puerta y trató de poner algo de calma antes de que el vigilante se pusiera demasiado nervioso.

-Soy el sheriff Seabert, no se alarme, necesitamos pasar al instituto y echar un ojo. Por favor, tenga la amabilidad de abrirnos.

El resto del grupo dio explicaciones parecidas, incluyendo a Halle que dio más información de la cuenta. -Al menos no le ha dicho el número de la seguridad social de los críos. - Pensó el sheriff haciendo una mueca en dirección a Charlie. Luego, al ver que el vigilante se calmaba y dejaba de apuntar a Troy con la linterna y se dirigía a la puerta respiró algo aliviado y fue consciente del debate entre susurros que mantenían Halle y Him sobre las palabras de la vidente.

-Sí, -susurró a Halle y Jim. -Pero le leía las cartas a Troy. El lugar donde empezó todo para Troy fue aquí.

-Jod-joder, Sheriff Se-Seabert. Me han dado un susto de muerte. - Dijo el vigilante algo más tranquilo al escuchar la voz del sheriff. -Os abro la pu-puerta, pero que se baje de la valla por favor. - Dijo apuntando a Troy. -Lo-lo último que quiero es que alguien se abra la ca-cabeza en mi turno.

El vigilante era Tom Maslow, lo conocían de verlo en Birchmont, era un par de años mayor que ellos pero había vivido la desgracia de nacer y criarse en Birchmont del mismo modo que ellos. Su hermano John fue asesinado el día del fatídico baile de Navidad, y Tom, que era uno de los alumnos con mejores notas de su año, terminó siendo succionado por el cementerio de sueños que era aquel pueblo. Dejó la universidad, y empezó a enlazar un trabajo de mierda tras otro. Parecía haber encontrado la estabilidad en los últimos años tras encontrar el trabajo en la empresa de seguridad y vigilancia. Su tartamudeo también fue otra secuela adquirida gracias a la experiencia con Stark.

-¿Q-qué estáis diciendo? ¿Ni-niños secuestrados? Os a-aseguro que aquí n-no hay n-nadie. Hago la ronda por to-todos los pasillos y aulas del in-ins-instituto.

Jim comenzó a pensar rápidamente, descartando ideas. Pasillos y aulas, si, pero había un sitio que no había mencionado, aquél al que seguramente alguien como Tom, alguien como ellos, no querría acercarse.

—¿Y el gimnasio? —preguntó en alto—. ¿También haces la ronda por allí?

Cuando el sheriff le dijo aquellas palabras a Halle, esta cortó la llamada. Tenía razón, le leía las cartas a Troy... pero no empezó todo en el instituto, sino en las calles de Birchmond. De hecho, hasta que no llegó él con sus amigos, todo estaba bien en la fiesta, pero al poco de ir apareciendo... llegó él.

Que hubiese dicho eso en la lectura de Halle, si le hubiese cuadrado más, porque para ella la pesadilla si empezó en el instituto. Pero recordaba a Mercy entrar sangrando ya de antes... La mujer volvió a mirar el móvil antes de guardarlo por si tenía respuesta de su marido. Ni Sean por un lado ni poder hablar con House por otro.

No sabía como iba a aguantar todo aquello.

Además, estaba la duda de aquel secuestro del chico del hospital...

- No debí dejarle a Sean que se llevase el coche... debí quedármelo para ir al maldito hospital. - Pensó para sí y se resignó a seguir con los demás, cerrando la boca esta vez.