Partida Rol por web

Tan pronto como el mago disipa la nube veis que apenas a tres metros del rastrillo que aún continua bajado se encuentra la serpiente metálica. Al desaparecer los vapores ponzoñosos Madmartigan ve como los ojos de la cosa brillan. De su nariz sale un hilillo de sangre, la cabeza le duele algo, pero no parece haber mayores problemas sea lo que sea que haya hecho.

Mialee avanza por el pasillo pero con el rastrillo cerrado no va a ser capaz de alcanzar a la serpiente. mira hacia ambas habitaciones: la de la derecha parece el dormitorio de los enemigos que acaban de eliminar así que entra en la de la izquierda buscando algún resorte que les franquee el paso.

La sala tiene toda la pinta de ser una herrería, en la pared de la derecha en la esquina más alejada hay la única puerta, que es de metal, apesar del paso del tiempo y del óxido aguanta en bastante buen estado. En el centro de la sala hay dispuestos un par de enormes yunques. Sin duda aquí forjaban el metal los enanos de antaño, y aunque hay signos evidentes del paso del tiempo, no hay grandes capas de polvo o arena sobre los yunques o el suelo. La sala ha tenido cierta actividad, ya sea para el mismo propósito original u otro.

La elfa se interna hacia el fondo de la habitación.

Morgran avanza y dispara un rayo de luz abrasadora empuñando su símbolo sagrado.

La luz sagrada de Kord impacta en el constructo, aunque bien es cierto que el daño no es considerable. Mialee se adentra más en la sala y al rato oís el ruido de metal chirriando.

Tratas de abrir la puerta, pero esta gruñe como si estuviera viva, parece que las bisagras no están en muy buen estado y no es sino haciendo fuerza que empieza a abrirse. A tu izquierda ves como el enano gira la cabeza mirando en tu dirección.

Pasar por le verja no era la mejor opcion, aunque posiblemente el chirrio pueda que sea que Mialee lo estuviera levantando... o algo peor, no se iba a quedar de brazos cruzados dudando.
Seguid a MIalee y alli veremos que hacemos.

Galid, antes de correr tras Mialee, lanza una esfera eléctrica contra el construscto, con la esperanza de que al estar este hecho de metal la electricidad pueda afectarle. Inmediatamente corre hacia la habitación, para quitarse del punto de mira de la serpiente, al menos hasta que el rastrillo este subido.

La sala tiene toda la pinta de ser una herrería, en la pared de la derecha en la esquina más alejada hay la única puerta, que es de metal, apesar del paso del tiempo y del óxido aguanta en bastante buen estado. En el centro de la sala hay dispuestos un par de enormes yunques. Sin duda aquí forjaban el metal los enanos de antaño, y aunque hay signos evidentes del paso del tiempo, no hay grandes capas de polvo o arena sobre los yunques o el suelo. La sala ha tenido cierta actividad, ya sea para el mismo propósito original u otro.

Los arcos electricos recorren el pasillo y se enroscan en el rastrillo, pero por desgracia no logran impactar en la serpiente metálica.

El draconiano entra en la estancia y busca alguna forma de abrir la pesada verja.

- Hola - dice el mediano a Mialee - ¿Te echo una mano con eso? - pregunta con una sonrisa.

Las gemas que forman los ojos del constructo vuelven a relucir y el enano empieza a sentir un terrible dolor de cabeza, mareado de su cabeza empieza a surgir un hilillo de sangre.

Afectado por el ataque de la criatura, Morgran trata de golpearla otra vez con el rayo luminoso pero en esta ocasión sale muy desviado...

La exploradora intenta abrir la puerta: Ayudadme a empujar

Abres la puerta que raspa en el suelo dejando una buena marca. Más allá ves una pequeña sala de tres metros de profundidad y seis de anchura donde hay apilados algunos sacos junto a la pared. Desperdigado por el suelo debido a alguna costura rota un saco ha dejado caer un montón de carbón.