Partida Rol por web

Yoda se adelanta y levanta la voz para hacerse escuchar, tras haber esperado turno cortésmente a que la adorable y cruel señora oscura le diera la oportunidad de hablar.

No, no, no. Moquete, no te hagas el listo porque aunque eres inmaterial y por cierto un mentiroso, cuando te interesa puedes decir la verdad y materializar ciertas partes de tu cuerpo en plan hentai. Porque cuando saliste del picadero aún llevabas el preservativo puesto y oliendo las bragas de aquella criatura de aspecto femenino.
Además de eso te liaste a hostias con voltar para quitarle el libro que no lo había escondido en ningún sitio sino estaba negociando con él spiderman ese. Pero lo peor fue ver como ROMPIAS el libro para esconderlo en el interior de tu tripa donde los contenidos permanecieron visibles como si fueran piezas de tetris hasta que tus jugos gástricos lo deshicieron completamente de forma que eliminaste el libro Levantamuertos de la señora oscura. Y no nos cuentes el cuento de que ese era otro libro porque eso esta muy visto, digo que todos lo vimos.

 -Y parecía tener prisa por hacerlo desaparecer, Oh, Terrible Dueña de nuestras vidas. -Gorka se adelanta dispuesto a reforzar la interrupción de Yoda- Una vez tenía los pedazos de su Levanta Muertos en la tripa, Moquete se comió dos docenas de Piruletas fantasmales... ¡como esta!

El goblin enseñó una de las piruletas fantasmales a la Señora y después fue pasandosela por la cara al resto de asistentes de la sala, como el abogado que muestra una nueva prueba en un juicio.

-Si bien todo el mundo sabe lo apetitosas y codiciadas que son estas piruletas entre la comunidad maligna, lo que pocos conocen es el efecto de estas piruletas en el estomago de un fantasma. -se acerca a moquete mirándole fijamente a los ojos- Un fantasma no debe comerse una piruleta fantasmal si no quiere conseguir una úlcera.

Después se gira de nuevo hacia la Señora Oscura.

-Si, Terrible Malignidad. Una sola piruleta fantasmal provoca acidez en el estómago de un fantasma. Entonces... ¿porqué se comería un fantasma voluntariamente dos docenas de ellas? Pues por que necesitaba aumentar la acidez de su estómago de una forma tan brutal que sus jugos digeriesen el libro antes de que pudieramos reaccionar. Algunos teníamos un inutil encima. -y miró de reojo a Voltar.

Intentar destruir su libro de aquella manera era lo peor, o casi, que podía imaginar aquella mujer que harían sus esbirros, pero no se molesta en conocerlos tanto como para pensar que de verdad fueran tan sumamente inconscientes como parallevarla la contraría.

No tuvisteis que esforzaros mucho para ver cómo la vena del cuello de vuestra ama se hinchaba y empezabais a dudar que se pudiera rebentar y en vez de salir sangre, saliera ácido, como con un " alien ".

- Moquete! ¿ En realidad deseabas una muerte tan dolorosa como la que te espera? Tienes derecho a unas últimas palabras, aunque casi tienes una fosa con tu nombre grabado ya.. mejor sin nombre. - Dijo después.

Mientras tanto uno como el otro esbirro hablaban moquete fue quedándose cada vez mas pálido hasta llegar a un tono cuasi incoloro, pero la amenaza de la señora pronto le de volvió el color.
-Señora mía, amadísima y hipermalevólica villana, i escucha lo que tengo que decir comprenderá no solo que yo jamás cometí nada en vuestra contra ni en la de su libro, sino que también estos dos necios esbirros son tan estúpidos y negados como traidores.

Simplemente había omitido este pasaje del cuento relato de nuestra misión por no entretenerla con detalles que solo dejan mal a mis compañeros, pero ya que insisten en recordarnoslo, le contaré exactamente lo que pasó para que usted misma decida que hacer con ellos.

Por supuesto, la acusación de Yoda solo se puede entender por la ya mencionada edad del viejete este y que se niega a ponerse gafas, o tal vez sea un intento desesperado por enfocar vuestra ira sobre mi, vuestro único siervo espectral capaz de hacer algo útil. Por parte de Gorka, supongo que solo será su propia estupidez, siempre pensando en caramelos y chucherías.

Excusa: Caramelos o la vida

Cuando estábamos saliendo de aquel burdel de tan mal gusto, con el pequeñín con el trasero como un bebedero de patos y cubierto de vómito y calcomanías, chinorris colocado como un poligonero en una rave, y estos dos tocando los cojones, una señorita nos cortó el paso.
Al parecer era la proveedora del murciélago, y nos exigía el pago de la barbaridad de Rohipnoles, que ella llamaba "Caramelos", para no atraer l atención de la brigada antivicio, que se había zampado chinorris como si fuesen lacasitos.
Como es obvio no íbamos a pagarle nada, no por que no se lo debiéramos, bueno, se lo debía Chinorris, sino por que somos así de malos. Nos vamos de los sitios sin pagar la cuenta.
La señorita sacó una guadaña y nos amenazó con ella. . Es una suerte que por el hecho de ser un fantasma los ataques cortantes me la repamplinfen, así que yo me encargué de ella, cubriendo a los otros mientras iban a buscar el libro al árbol donde lo escondió Voltar.

La chiquilla se abalanzó sobre mi, ingenua, y yo la distraje lo suficiente como para que les diera tiempo de huir a estos cobardes.
Cuando estuvieron fuera, me metí en la boca, traquea y pulmones de la chica aprobechando mi incorporeidad , asfixiándola con mis propios mocos hectoplasmáticos.

Y pensé...
Por qué dejar cadáveres tras nosotros? Después del numerito con los policías no nos convenía dejar pistas tras nosotros, por lo que la despedacé con el hacha anti incendios que había y me la metí en un buen bocadillo

Si, si, con pastillas y drogas varias incluidas. Es una suerte no tener metabolismo por no estar vivo y que no me afecten las drogas.

Los pedazos de mi estomago que yoda vio eran los restos de la traficante, junto con pan, mortadela, lechuga tomate...

Las piruletas fantasmales siempre las tengo a mano, en mi dimensión fantasmal. Las tengo por que no tengo el poder de vómito ácido, como bien sabe mi señora, pues varias veces le he pedido que me conceda, pero mientras espero a ser digno de vuestra bendición, las uso para las comidas copiosas y los enemigos mas duros.

Pasar el marró: Gorka
Arreglado este asunto, se preguntará... En tonces? que pasó con vuestro libro? Pues muy fácil. Cuando salimos del burdel, y después de darle la buena zotaina que se merecía Voltar, le quité el libro como bien recuerda Yoda, solo que ""confundiendo"" algunas cosas. Espero que sea por la edad y no por sus intentos de traición.
El problema es que no podía llevarlo yo, lo ensuciaría y su majestuosidad no estaría contenta de ello.
Podría guardarlo en el plano espectral, pero no sería seguro, y podría quedar extraviado para siempre.
Así que se lo entregué a quien, parecía el único capaz de cargarlo, con Chinorris colocado, voltar apenas podía andar, Yoda ya estaba muy viejo y Zygu no era muy de fiar por su extraña manía de hacer inventos que explotan.
Así que Gorka se metió el libro en su mochila y volvimos a casa. Es decir, a vuestra magnífica y tenebrosa mazmorra infernal.

Ya estábamos a punto de llegar a las puertas, incluso los centinelas casi podían vernos, cuando Gorka pidió por detenernos. Según él, para giñar, digo... hacer de vientre, detrás de uno de vuestros estupendos y terroríficos árboles del bosque que acompaña la entrada.

Gorka se escondió entre la espesura.
Unos segundos después, le vimos salir volando del bosque a lomos de un dragón! y lo que es peor, con vuestro libro en las manos! y lo que es mas deshonroso, con los pantalones aun bajados.

Salió volando por los aires en dirección a la guarida del dragón y mientras lo hacía, pudimos oir, ver y luego oler como hacía lo siguiente. Por ese orden... Los insultos no los repetiré.

Cita:

Entonces empezó a bombardearnos con su.. ejem mierda... dejando los tejados de vuestra mazmorra tal y como están ahora.

El muy traidor tenía todo planeado desde el principio!! y había quedado con él allí días antes en verse en ese lugar.
Pudimos recapturar al gordinflón este tirándolo del dragón con una pedrada, pero el libro ya estaba en posesión del dragón, que regresó solo a su guarida. Ahora es vuestra decisión que hacer con este esbirro traidor, y nosotros, con algunos refuerzos de esbirros leales y competentes como yo podremos ir a recuperar el libro.

Había sido una explicación tan detallada que vuestra ama casi podía imaginarse todas las escenas, aunque algunas fueran menos de su agrado que otras, como todo lo que podría verme a través de Moquete cuando estaba haciendo la digestión, pero cuando el fantasma llegó a esa parte en que Gorka se cagaba literalmente encima de ellos puso una cara de asco que por cuestra cabeza pasó el hecho de que os fuera a castigar a todos sólo por eso.

Por suerte para vosotros, si había un dragón de por medio, cabía alguna que otra posibilidad, pero sería Gorka quien se la explicaría no tardando mucho, porque de lo contario..

No se escuchaba ni un alma en la sala, simplemente se palpaba la impaciencia de la mujer a la espera de las palabras de su esbirro.

 Gorka, recordando lo agustito que se había quedao con las repetidas deposiciones, tuvo que esforzarse por volver al presente y relatar lo que realmente ocurrió.

-Eh... verá, Oh Malvadísima de la Muerte. ¿Que los guardias ya nos estaban viendo? Si. ¿Que dije "Parad un momento"? Efectívamente. ¿Que me metí detrás de los matorrales? También es verdad. ¿Que tenía el libro? Pues si, quién si no iba a tenerlo. -el goblin ya empezaba a temer por su vida, con lo que aceleró un poco su explicación- Pero la historia fue "ligeramente" diferente, consecuencia obvia de la cantidad de tripis, LSD y porquerías varias de pantano que ingirió minutos antes Moquete. -se dirigió al fantasma- Que no te afectan, ¿eh? Pues bien que has liao la historia, tronco.

Volvió a girarse a la señora.

-Verá Usted, oh Poderío Oscuro. Nos estábamos acercando al castillo y ya estábamos a distancia de visión de sus guardias... y ellos de nosotros. Y eso me permitió descubrir con indignación que esos guardias estaban "demasiado amables". Nos saludaban de lejos y nos decían que nos acercáramos. Incluso meneaban en el aire piruletas fantasmales. Era demasiado sospechoso... Entonces dí el alto. Me metí en los matorrales en un alarde de sigilo extremo, y descubrí lo peor: era una emboscada. Sus guardias habían sido comprados por alguno de los innumerables aspirantes al Trono Oscuro y la mayoría estaban ocultos en los matorrales del camino que lleva al bosque y que linda con su castillo, oh, Tenebrosidad. En particular, el grupo que ví, tenía "mascotas" de guerra, entre ellas ese temible dragón.

Gorka pone pose marcial y empieza a moverse espasmódicamente, simulando una lucha, mientras continúa con su relato.

-Los pillé por sorpresa, les dí candela y conseguí controlar el dragón lo suficiente como para echarlo a volar. Sus esbirros, estos sinvergüenzas buenos para nada -señala al resto de la tropa- me miraban como parmarotes sin entender lo que estaba ocurriendo. Entonces ví que los dos centinelas de la puerta se percataron de que su emboscada falló, y se dispusieron a aniquilar a todo esbirro viviente... y no tan viviente -miró de reojo a Moquete-, con lo que tuve que atacarles con lo que tenía a mano... y no iba a lanzarles el Levanta Muertos, claro está... Me saqué del bolsillo un laxante hiperpotente en polvo, hice con él una raya tan grande como el espinazo del dragón en el que iba montado y me la aspiré de un solo golpe. El efecto fue inmediato, y los enemigos de mi señora, esos guardias que se dejaron comprar, terminaron enterrados en... bueno... ya sabemos los efectos de los laxantes, ¿verdad?

Después miró despectivamente a sus compañeros.

-Si les cayó un poco a estos encima fue un ligerísimo fallo de cálculo, Señora.

Oh, venga, Gorka. ¡Que cara más dura tienes! Tú no estabas allí porque nos dejaste totalmente abandonados para irte con tus colegas frikis, esos fans de canción de hielo y fuego, a una "cena de colegas". Te encontramos después todo espanzurriado, borracho e ido. Y además no parabas de cantar aquella canción sobre un oso.
Vamos, que le estás contando una milonga a nuestra adorada y temida señora oscura.

La mirada de la mujer se hizo más severa mirando a Gorka, a quien hasta ahora había tenido en alta estima, pero estaba por ver si le duraba mucho tiempo, porque después de escuchar aquellas palabras, la ama no estaba para nada contenta.

- ¿ Qué es eso de que te emborrachaste? ¿ Estabas buscando mi libro o yéndote por ahí de fiesta?

No podía comprender a qué venía en aquel momento la borrachera, pero no pensaba pasar la mínima ya.

El goblin miraba a Yoda extrañado, preguntándose si las gafas le seguían sirviendo o si sus cataratas habían crecido hasta un nivel irremisible.

-¡Pues claro que había alcohol! ¿Cómo te crees que bregué con los guardias que iban a emboscarnos con el dragón, eh? ¿Te crees que yo puedo darle matarile con este cuerpecillo que tengo? Tuve que emborracharlos para dejarlos K.O.

Cierra los ojos y niega con la cabeza.

-Desde luego... estás chocho, viejo. Ya no cavilas bien.

Después se gira a la Señora.

-Yoda dice que me escuchó cantando la canción del Oso. En realidad lo que estaba haciendo es cantando la "nana del oso". Este dragón en el que estaba volando estaba bien entrenado, oh, Tremendo Poder Oscuro. Iba a destruir los torreones de su castillo me pusiera como me pusiera. Por eso, tomé la decisión más drástica para mi persona, y mejor para mi Señora: decidí hacer un aterrizaje forzoso. Y por eso estaba cantando la "nana del oso", poderoso hechizo duerme-dragones que se aprende en el nivel 1 de brujería para esbirros- se encoge de hombros- Era una asignatura troncal para nuestra carrera, mi Señora.

-¿El resultado? El dragón se durmió y nos estrellamos en la ladera de la montaña. Terminé hecho picón en el suelo, tirado y medio inconsciente del tortazo. De ahí que Yoda pensara que el borracho era yo.

Entonces, el goblin se comenzó a frotar el dedo acusador, como intentando insuflar ese dedo marchito y chamuscado con energía "acusadora".

-Sin embargo, oh, Poderío Negro Azabache, conforme iba recuperando la consciencia pude ver como el Levanta Muertos no estaba. Había huellas en la nieve de la montaña, que pude seguir sin dificultad, arrastrandome como podía. -el goblin simula el arrastramiento de una pierna- Me acababa de dar un tortazo que casi me mata. Entonces fue cuando lo vi. Voltar estaba hablando algo con el capitán de la guardia, ajeno a lo que había pasado con el dragon enfrente de su castillo. Tenía que haberlo notado antes: no estaba entre los demás compañeros cuando sobrevolaba con el dragón. Estaba aquí, con este capitán del tres al cuarto. Pude escuchar la conversación sin ser descubierto. "Toma el pago convenido, capitán" dijo Voltar, a lo que el capitán le replicó "Prefiero que me pagues con el libro, pequeñín". Voltar, agarrando con dos manos el Levanta Muertos, le replicó "Jamás. En el mercado negro esto se vende por millones, capitán".

Desenvainó su dedo acusador en dirección a Voltar, emitiendo el desagradable crujido de costumbre.

-¡Sí, Señora de toda Oscuridad! ¡Todo el complot de su guardia fue orquestado por Voltar en su ansia de riquezas!

El esbirro jugó bien sus cartas ya que la historia que acababa de contar parecía lo suficientemente convincente para que por el momento nadie saliera herido o muerto por ello, pero al pobre Voltar le cayó el marrón de su vida, sobretodo cuando notó la malhumorada mirada de su señora posada en él, la cual casi hacía incluso daño.

- ¿ Eso es lo que sucedió en verdad? ¿ Qué es lo que hablabas con aquel guardia?

Sin duda esta vez al esbirro no le iba a ser fácil salir ileso con las acusaciones que le acababan de lanzar.

Voltar no fue capaz de responder de nuevo. Por alguna razón se escuchaba el rechinar de sus dientes por la sala, mientras al mirarlo, todos podíais ver cómo le temblaban las rodillas.

Vuestra ama, como ya sabíais que sucedería, no toleró demasiado bien aquel hecho e un remolino apareciera a su alrededor, golpeándole varias veces con todas las paredes, sonando como un reloj roto, hasta que su cuerpo se posó de nuevo en el suelo totalmente magullado..

Volvió a mirar a todos sus esbirros y centró su atención en Chinorris, quien llevaba demasiado tiempo en silencio.

- A ver culo amarillo, sigue explicándome eso o te sucederá lo mismo que a él..

- Oh, la maliciosa deidad de la osculidad se ha fijado en mi culo. Las sesiones de pilates han melecido la pena. –

Se puso al frente de los esbirros - Efectivamente ese pal de tlaidoles negociaban con el Levanta Mueltos. Entonces nos plesentamos nosotlos. Al folúnculo le sacudí tles collejas pala que soltala el liblo. Al capitán de la gualdia le solté una patada gilatolia. La cabeza empezó a dale vueltas y salió volando como el colcho en una botella de champagne.- Hizo un par de cabriolas karatekas.

-A plopósito señola, cleo que vais a necesital otlo capitán pala vuestla  gualdia.- Le susurró a la señora tapándose la boca con la mano.

- Solucionado el ploblema del tlaídol Voltal me dije “vale ya de tontelías” y me dispuse a tlaelos de una vez el liblo. El ploblema sulgió cuando llegamos a las pueltas de la gualida señola. Estaban celadas. – Bajó la cabeza de golpe - Se suponía que el abuelo tenía que celal la puelta al salil. Lo hizo pelo se dejó las llaves dentlo. Cosas de la edad. – Le dio unos golpecitos en la cabeza a Yoda. -Llamamos valias veces al timble pelo segulamente usted estaba toltulando a algún bebe de foca y no podía oílnos. -

-Entonces se me oculió que podíamos usal la táctica de infiltlación de aquel viejo esbilo suyo, ¿se acuelda? El viejo goldo balbudo, el que siemple vestía de lojo y lobaba los legalos que los padles les dejaban a los niños bajo el álbol de navidad. Cleo que luego se fue a diligil la Coca-Cola y después acabó alluinado y alcoholizado en la calle.-

El chino-japones-filipino se estaba dispersando y la malvadísima cansandose de él. - El caso es que allá que nos fuimos y nos subimos al tejado. Y lo que pasó allá aliba aun no puedo cleelmelo. Clalo que debe lecoldal que yo estaba empastillado de rohypnol, moquete lelleno de LSD, Golka puesto hasta aliba de laxante y bolacho perdido y Yoda ya no sabe ni donde tiene los pies.-

-El tejado estaba congelado y comenzamos a caminal en fila, con mucho cuidadito.- Da unos pasitos haciendo equilibrios. – Pelo Yoda lesbaló, se cayó y se lompió la cadela. Glitaba como un cochinillo el 11 de noviemble. Como moquete puede volal le oldené que le ayudala, pelo el hectoplasma bailoteaba lidículamente dando vueltas.- Movió los brazos como si fuera un pollo y dio unos pasitos de avestruz en todas direcciones. – y balbuceaba un villancico.-

(El villancico de moquete)

-Golka decía que se estaba dando el lote con dos tías buenísimas vestidas de mamá Noel pelo en lealidad se moleaba con la gálgola más fea del tejado.- Se dio la vuelta pasó las manos por su propia espalda y movió la cabeza como si besara a alguien invisible – Además la gálgola estaba cubielta de guano de mulciélago. Daba mucho asco. Y Yoda seguía beleando. La cabeza me dolía mucho y el colazón me latía a mil pol hola.- Se llevó las manos a la cabeza y cerró los ojos.

- Entonces llegó un tío cachas con poca lopa - (este es mi regalo de navidad para usted, mi señora) -

-lidelaba a un glupo de lenos bien almados y quelía el liblo. Y yo estaba allí de pié, si me movía lesbalaba y caía, Yoda que se molía con la cadela fuela del sitio, Moquete con la milada peldida bailando y dándose contla la palabólica, Golka metiéndole la lengua a la gálgola más gualilla del tejado y los lenos apuntándome y glitándome que les tilala el liblo. Entonces apaleció Marica Harey de detlás de la chimenea con un miclófono. Las luces se apagalon, un foco la iluminó y se puso a cantal.-

La mujer se había quedado imaginando al chico con poca ropa, porque si era un regalo para ella debía de ser espectacularmente atractivo y aunque era Halloween en ves de navidad, tampoco la había falta que el hombre en cuestión fuera disfrazado.. ni siquiera hacía falta que fuera vestido..

Tras un lapsus de tiempo, en el que vuestra ama trataba de no babear demasiado, volvió a centrarse en chinorris aún con una sonrisa en los labios.

- Menuda fiesta me hubiera hecho yo.. ¿ Y mi libro qué? - Le daba igual que se le hubiera roto la crisma a cualquiera de sus esbirros. - ¿ No os quedaríais de fiesta en vez de hacer lo importante, no?

Chinorris asintió a las palabras de la señora oscura.

-Lesumiendo mi señola. Voltal inconsciente en la puelta de la gualida con el cadável descabezado del capitán de la gualdia encima, en el tejado Yoda llolando con la cadela lota, Moquete en plan bakala, Golka metiéndole mano a una gálgola cubielta de guano de mulciélago y yo acosado pol él pletendiente macizo de la señola y su banda de lenos pistolelos. Malica Haley acabó su canción y se fue.-

-La situación ela muy delicada y debo decil que ninguno de nosotlos ela lo suficientemente hábil pala salval el liblo.- Chinorris se dejó caer de rodillas avergonzado – NOOOO, MI SEÑOOOLA. NO MELECEMOS QUE MANCHE SUS MANOS, pleciosas y letales, MATAAAAANDONOS.-         gritó mientras montaba un drama de gestos, humillaciones y sollozos a los pies de la diosa del mal. –Sólo díganoslo y nos sacalemos los ojos nosotlos mismos, nos alancalemos los dientes, nos destlipalemos y nos ahogalemos con nuestlo plopio duodeno.-

Por la cara de su jefa, también conocida como Miss Maldad 2010, dedujo que antes de matarle esperaba saber que fue de su libro.

- ejem, ejem – recuperó ligeramente la compostura. – Esto fue lo que pasó. Viendo que no podlíamos cumplil la misión cogí el móvil y llamé al único que podía salval el liblo. Su esbillo plefelido, el más letal y cablón de todos nosotlos.  Chuck “bebé malaostia” McBlonson.-

- Antes de que pudiélamos decil esta boca es mía salió Chuck pol la chimenea del edificio. <<¡¿Que cohone paza qui?!>> nos dijo con su voz de pito y lanzándonos su milada de la muelte. Del acojono Moquete se hizo caca encima,  Yoda se lecolocó la cadela el mismo, Golka le pidió peldón a la gálgola, le plopuso matlimonio y le dijo que se halía calgo del crio. Los lenos se pegalon un tilo y, siento decil-lo mi señola, vuestlo pletendiente se hizo gay al momento y se malcho a montal el club “Las Locazas” de fans de Chuck McBlonson.-

-Y yo. Del shock empecé a lesbalal pol el tejado abajo, pelo le lancé el liblo a Chuck. Vi como lo cojía justo antes de caelme pol el bolde y peldel-lo de vista. Al llegal al suelo me di con la cabeza contla el bebedelo pala pájalos y quedé inconsciente.- Chinorris miró al suelo pues ahora venía lo más terrible y después moriría.

-Cuando despelté hablían pasado cosa de tles o cuatlo holas. La puelta de la gualida estaba abielta. Entlé y me diligí al comedol desde donde venían unos luidos muy lalos. No puedo culpal a nadie en concleto pelo allí estaban todos estos.- Señaló con el pulgar sobre el hombro a los otros esbirros que estaban a su espalda, escuchando flipados.

- Se estaban comiendo un cocido madlileño. Patatas, galbanzos, todo tipo de calne de celdo y las mejoles veldulas mágicas de su huelta. Y en la olla… Chuck “bebé malaostia” McBlonson, su esbilo de elite, tloceado y flotando entle legumbles y cholizo. Lo habían matado y se lo estaban comiendo y del liblo no se veían ni las tapas. Segulamente lo hablán usado pala encendel la cocina, pala hacelse un canuto o pala sonalse los mocos. Yo no lo sé. El caso es que allí no estaba. –

Y entonces el orgulloso guerrero de la oscuridad abrió los brazos en cruz y se dispuso a perder la vida a manos de su señora. Al menos no le matará uno de estos inútiles como al gran Chuck “bebé malaostia” McBronson.  

A la mujer le pareció muy bien todo el rollo que le había soltado el chino, japonés, coreano, esquimal o lo que fuera, pero desde luego que sus últimas palabras fueron su perdición, sin lugar a dudas. Una cosa era que le contara que le habían robado el libro y otra muy distinta que le dijeran que no tenía ni idea de dónde estaba.

Bajo los pies de Chinorris apareció un enorme charco de ácido y comenzó a oler muy pero que muy fuerte cuando aquello comenzó a corroer los pies del esbirro, quien ni siquiera podía tirarse al suelo pues una fuerza invisible lo sujetaba de pie, dejándole tan sólo gritar y llorar todo lo fuerte que podía.

Al cesar aquello cayó al suelo retorciéndose de dolor, pero aún estaba vivo, o algo parecido.

Ahora sería el turno del moco verde, pues su ama ya lo estaba mirando con cara de que quería escucharlo hablar.

- Por vuestro bien espero que no quemaran mi libro, porque sino estais todos muertos..

Moquete pudo ver y oler como el chino se descomponía lentamente por la acción de los ácidos maléficos hasta dejarlo de tal manera que tendría que caminar sobre sus muñones toda la vida, que seguramente, no sería mucha.

La diversión le duró poco, pues enseguida le llamó la atención la señora oscura.

Y después de todas las gilipolleces que ha dicho este pringado ahora que digo yo?

Eem... Si...
Fue curioso ver aparecer toda aquella gente de la nada, y tal como aparecieron se fueron, y el bebe ese...
Bueno, creo que en una hamburguesa hubiese estado mas bueno, o cortad a rodajas como un jamón, pero lo del estofado tiene una explicación muy sencilla.

No no... No fue por una irresponsabilidad, ni que quisiera quitarme competencia de vuestro afecto, fue un sacrificio por un bien mayor.

Siempre le hemos dicho que estaríamos dispuestos a morir por vos, y eso implica también matar por usted...
En medio de todo aquel jaleo, entre humanas y humanos semidesnudos, y armas por todas partes, y esta panda de atontados no nos dimos cuenta de qué fue lo que hizo desaparecer a todos esos invitados navideños indeseables.

-Excusa: La devoradora.

La terrible criatura autónoma, quiero decir... que se atreve a desafiarla! que ronda por este valle, La Devoradora se había sentido atraída por tanto jaleo y tanta carne al descubierto.
Vino directa a vuestra horripilante, pero con muy buen gusto, mazmorra, y todos vuestros guardias y vigilantes salieron despavoridos.
Todos? NO! todos menos YO que no le teme a una gordinflona con la boca grande... y menos estos de aquí, que no se enteraron de nada.

El resultado fue un visto y no visto... la Tarasca, Gorda, fea y de muy mal humor, se zampó de un bocado a Chinorris, Voltar y el resto.

A mi? También, pero una de las ventajas de ser incorporeo es que no me retuvo durante mucho tiempo. Por eso no recuerdan nada de lo ocurrido.

Al salir de ahí dentro me di cuenta de que el libro seguía dentro de la Devoradora.
Viedome solo ante ella, usé mis grandes habilidades de la oratoria para engañarla, recuperar su libro, lo que quedara de estos patanes, que por desgracia fue la mayor parte de ellos mismos, y de eliminar a la devoradora para siempre.

Le ofrecí un trato que no pudo rechazar. Le prepararía un manjar deliciosamente perverso, al pequeño Chuk estofado, que se sacrificó de muy buena gana... o al menos no dijo nada en contra... Sabía hablar? bueno, es igual...

Pero al estofado le añadí un buen lingotazo de un jarabe descatalogado ya, de mi colección privada de medicamentos caducados, que le provocaría a la Devoradora una diarrea y vómitos mortales por necesidad.

Me puse manos a la obra, y la Devoradora se lo comió todo, todo y todo... Esta cucharadita por papa... esta por mama...

Y así hasta el ultimo huesecito de Chuk. Solo fue cuestión de esperar unos segundos y luego rematar a la Devoradora mientras agonizaba asfixiándose en su propio vómito, cual estrella del Rock.

Saqué vuestro libro, que por suerte, al estar en la mochila de Gorka, no se ensució en absoluto, y dejé que los otros se recuperaran de la repugnante experiencia.

Ve, mi queridísima ama y señora? ya no tendrá que preocuparse nunca mas por ese engendro tan molesto