Partida Rol por web

Entendí lo que la señora decía, pero es que eran muchos y nosotros... "No Eloísa, con esa explicación vas a quedar más morada que los otros dos..."

-Bueno, sí... mi señora. Usted tiene razón, y esa idea de quedar prisioneros para entrar a Umbría es más que cierta, es cierta como la pura certeza.

Seguí mi relato.

-Pero, el tema es que bueno... perdimos porque eran tantos Goblins como los dedos de cuarenta manos mías, y nos apresaron. Realmente nos apresaron, nos iban a llevar a Umbría. En Umbría tienen muchas cárceles para chuchos como nosotros nos dijeron. Cuestión que nos estaban llevando a la cárcel, cuando Pazuli empezó a gritar:

Ahí alcé la voz, tratando de imitar a mi compañero de desgracias.

-Nooo!!! Si nos lleváis a Umbría, moriréis todos porque lo dijo él: El tío loco que predecía el futuro, dijo Pazuli. Cuestión que todos los goblins se empezaron a reír así: JAJA JA

La risa me salió algo dura pero creo que el ama entendería:

-Entonces... sacó Pazuli una foto de este tío lenterón y con menos dientes que Elefanto y repitió su dicho, si nos lleváis allí todos moriréis. El plan de Pazuli era que no nos llevaran a la cárcel, porque entonces podríamos ir a Umbría por nuestra cuenta y no como presos prisiocientos. Era un buen plan mi señora, aunque el tema fue que los Goblins, irritados, nos quitaron la foto, y el General dijo:

Puse voz de hombre militar:

-Por las dudas os encerraremos aquí!! Pero no por miedo, por las dudas!!

-Y nos dejaron atados a un árbol mi señora. Allí mismo, y se retiraron riéndo así: JAJA

Y allí concluí mi historia.

La primera mirada que echó la señora a Pazuli, cuando Eloisa dijo que se puso a gritar como una nena no fue demasiado buena, sobretodo porque se lo imagino llorando y pidiendo clemencia y a la única persona que podían pedirle clemencia aquella panda de esbirros malolientes era a ella misma, lo que aún así no les serviría de nada.

- Pazuli... ¿ Conseguiste que en vez de llevaros a Umbría os atasen a un árbol u os ataron a un árbol de Umbría? - No le había quedado demasiado claro, pero seguro que él era capaz de responder a algo tan sencillo como aquello, que era como uno de esos dibujos en los que sólo tienes que unir los números con un lapicero.

- Meditaría la respuesta si fuera tú!

Ya no estaba segura de que en aquel momento sus esbirros se acordaran de cuál era la misión en cuestión, pero por si acaso, ella iba metiendo el tema... aunque al final se aburriría y se lo gritaría a todos mientras les daba de latigazos.

"El gato enchufao"

Cuando escuché a Eloisa pasarme el marrón, después de la que me acababa de dar el amá, me dieron ganas de estrangularla y cortarla a pedacitos, pero pensé que si era bueno con mi próxima mentira seria el amá quien se encargara de eso.

- Amá, lo de que nos tubieron atados a un árbol como prisioneros, no es cierto, solo me ataron a mi, para que no les diera problemas y pudiesen celebrar una fiesta en la que se disfrazan como nosotros y claro estos como no necesitaban disfraz se unieron a la fiesta, que ya le dije antes que no me creyó que la empezaron con los del water y luego hibamos a ir a umbria, porque yo les dije que queria conocer su cuartel general por si me apetecia apuntarme, todo para despistar, pero estos como veian que les iba a chafar la fiesta se inventaron no se que juego raro y me ataron a un árbol con cables y ese gato haciendo de electricista y todo conectado a unas luces odiosas, y el gato cada vez que yo intentaba desatarme metia la cabeza en el enchufe y me daba una descarga y estos de parranda con los umbrianos.

Nadie osó siquiera mirar a la Señora, puesto que así os librabais de tener que decir nada que pudiera ser usado en vuestra contra y a veces, casi era lo mejor, porque ahora, el lío lo seguía teniendo Pazuli, quien ahora sería interrogado de nuevo y sin poder escaquearse aunque quisiera.

- ¿ Hicisteis algo más útil... cuando os cansasteis de jugar en aquel árbol? Ya sabes... como por ejemplo cumplir la misión que se os había encomendado o no sé...!

Desde luego que la explicación que la había dado no la había complacido demasiado, pero tampoco la debía de haber parecido tan horrible cuando no había terminado de darle el escarmiento que ya había probado y del que seguro que no tenía ninguna gana más.

La señora esperó, lo que para ella era una eternidad pues para el resto sólo fueron un par de minutos, pero el esbirro fue incapaz de decir absolutamente nada, quizás por el miedo que le invadía en aquel momento. Lo de probar el látigo de su Señora tan pronto lo había dejado bastante acobardado.

De todas formas, si de algo carecía aquella mujer era de piedad y antes de que el esbirro pudiera darse cuenta, en el suelo, a su alrededor, de formaron unos agujeros de los que empezaron a salir unos tentáculos de color rojizo. Para cuando le sujetaron, su mente le decía que aquella era la última vez que tendría que preocuparse por lo doloroso que sería no servir a su ama, pues instantes después, los tentáculos tirabas hacia debajo, haciendo que su cuerpo prácticamente se partiera en trozos al intentar meterlo por aquellos agujeros por los que claramente no cabría de otra manera.

Sí, aquello había resultado una guarrada en toda regla y sí, ella sonrió al verlo. 

Más calmada, como ya habíais visto que sucedía se giró hacia los demás y entre ellos, levantó la mirada para fijarse en el elefantito.

- Bueno y después de atar a este en el árbol.... ¿ qué?

Ya no le daba demasiada importancia a que le hubieran torturado pues ahora no era más que cachitos de cosa verde y sangre esparcidos por el suelo.

El gran elefante rosa avanza una vez mas dos pasos que hacen temblar el suelo bajo sus pies

-mmm, si es cierto lo que dicen, si. Esos umbrianos nos ataron a un árbol. Pero en realidad les dejamos hacerlo para llegar hasta el lugar en que se iban a reunir, si- Nuevamente el elefante murmura asintiendo lentamente tentando la ira de la señora oscura

-Pero una vez estuvimos en ese árbol, liberarme fue facilísimo, muy fácil. No hay cuerda capaz de retenerme a mi, y solo flexionando mis brazos la cuerda se rompió y quedamos todos libres. Así fue.- Asiente una vez mas satisfecho de su fuerza, aunque tal vez solo sea cosa de su tamaño en esta ocasión

-entonces dijimos todos, ya son nuestros. Solo tenemos que andar un poco y caeremos sobre ellos. Eso dijimos, si. Pero entonces mmm -el elefante titubea y vacila, incluso mas de lo que es normal en el -pues resulta que en nuestro camino había un laberinto, uno muy complicado. En el entramos en busca de esos umbrianos y mmm, nos perdimos un poco. Si, eso paso-

Vuestra ama no puso demasiada buena cara a Elefanto, a saber lo que se le estaba pasando por la cabeza según el enorme esbirro rosa iba hablando, pero estaba claro, que cuanto más escuchaba, menos le gustaba lo que estaba oyendo.

- Primero uno dice que lo atasteis para hacer no sé qué juego o fiesta, ahora... que si os ataron... ¿ Es que os habéis pensado que soy idiota?

Esta vez no pasó absolutamente nada raro, cuando todos pensabais ya que a vuestro compañero le iba a ocurrir una desgracia y por unos momentos, así fue, pero de repente, Elefanto comenzó a sentir muchísimo calor, tanto como si estuviera ardiendo y su color rosa con parte de su carne se fue derritiendo y evaporando, mientras a él le quemaba tantísimo que no podía parar de gritar.

Para cuando la cosa terminó venía a parecerse a un elefante zombi al que le colgaba un ojo cerca de la trompa.

- Bastante más favorecido, dónde vamos a parar!! - Dijo la mujer satisfecha por el resultado.

Lo peor era que ahora seguramente su atención iría a cualquier otro de sus esbirros y fue Eloisa la que no tuvo demasiada suerte.

- Explícame lo del laberinto ese anda. ¿ Conseguisteis cruzarlo?

Elefanto se convirtió en un zombie por un momento y me quedé estupefacta viendo el proceso. Los ojos de la ama se pusieron a mirarme y su pregunta fue directa y mordaz. El tema era el laberinto. Tomé aire aunque no me hubieran alcanzado ni cuatro tanques de oxígeno, y me puse a explicar.

-Mi señora... estábamos allí, caminando por ese laberinto. Tenía vueltas y vueltas pero, bueno es un laberinto... tienen esas cosas. La cuestión es que luego de perdernos varias veces, volvimos a intentar una vez más. ¡Y hubiésemos intentado veinte si de eso se trataba! Ganas no nos faltaban de salir de allí, llegar a Umbría y cumplir con la misión.

Tomé más aire.

-Pero... resulta que cuando por fin encontramos la salida del Laberinto, que sería la entrada a Umbría, salió a nuestro encuentro una mujer alta. Fea, de zapatos de tacón y ojos furiosos y se presentó como la Guardiana Azulgrana que vigila la puerta todo el tiempo.

Tomé más aire, de hecho ya parecía un globo así que expiré todo junto y continué.

-Y nos enzarzamos en otra batalla con esta cosa, porque no nos dejaba pasar. ¡Y teníamos que pasar, que encontrar Umbría y cumplir con la misión! Pero esta bicha rara tenía magia, mi señora. No tan poderosa y magnificente como la vuestra pero con sus hechizos poderosos nos mandó lejos. Fuera del laberinto pero no dentro de Umbría. De hecho...

Tomé una breve pausa y dije:

-Nos mandó a un lugar que se parecía mucho al sitio en donde empezamos a buscar y donde nos guiaron por primera vez...

Y así concluí mi explicación... bastante aterrada

Tarde un poco en reaccionar, pues aparte de la paliza dada por la señora oscura que me habia molido los huesos e incluso dejado incosciente...

Bueno me hice un poco incosciente hecho un ovillo y se me erizaron los pocos vellos que tenia al escuchar la paliza que le dieron a pazuli y finalmente la segunda paliza que le causo la muerte.

Escuchaba las aclaraciones del resto de los compañeros y elefanto fue el siguiente en recibir la reprimenda de nuestra ama.

El grupo de umbria que os ato y luego derrepente aparecios en un laberinto y luego nos encontramos con una hechicera que de un hechizo llamado "patada en el culo" nos dejo de nuevo donde empezamos...

Me rasque la cabeza un segundo pensando, intentando recordar lo que la compañera nos decia. pues los golpes de la ama habian creado algunas lagunas en mi grande y fea cabezota.

¿Alli fue donde comimoz Alóz tlez delisiaz en lo alto de un ádbol, no?.... Lo ziento, ez que ze que comimoz, pedo no ze a que hoda fue y no me acuedo zi fue alli...-  Me di dos capones en la cabeza intentando que los recuerdos acudieran a mi mente. Quiza mis compañeros me ayudaran a recordar, pues estaban realmente buenos la manduca que alli ponian.

La mujer frunció de nuevo el ceño, como acostumbraba a hacer cuando algo no la sonaba demasiado bien, pero claro, casi lo hacía cada vez que alguno de vosotros habría la boca, así que... uno nunca sabía por dónde iba a salir.

Escuchó a Eloisa y luego, miró a Pata-Liebre quien parecía haberse perdido un capítulo de algo... por lo que dedujo que la cosilla esa con alas no le había contado todo y la miró un poco más mal de lo habitual, pero sin llegar a hacerla daño, al menos, todavía.

- No sé si habrá otros esbirros tan torpes como vosotros! ¿ Entonces volvisteis de nuevo al principio del todo? ¿ Qué es eso del alóz o lo que sea... porque sé que hay algo que no me has contado y no me gusta que omitas ninguna cosa. ¿ Entendido?

Eloisa volvía a estar en un gran compromiso, de ella dependía que la Señora no se cabreara más.

De nuevo tenía que explicarme, y mejor lo hacía bien. Es que el compañero panzón había echo más enchastre que otra cosa. Así que dije:

-Señora, habíamos vuelto al principio, como te dije. La cuestión es que teníamos hambre y vimos esa casa, arriba del árbol, que decía: "Arroz Delicias". Yo intenté seguir de nuevo adelante para completar la misión pero vi que mis compañeros tenían un ruido en el estómago de RRRrr....RRRR...- imité los gruñidos de un estómago hambriento, lo mejor que pude.

-Así que subí con ellos, porque todos teníamos hambre y si nos encontraba otro enemigo, poca guerra podríamos dar así. Usted sabrá entender, mi ama, que ya estábamos muy débiles.

Miré hacia arriba, como dibujando en árbol en mi cabeza y dice:

-Pero bueno... el hambre es mal consejero y nos atiborramos de comida. Entonces... vi que se enfermaban. Mis amigos, es que uno tan grandote que come todo y el otro, veálo nomás para entender que come de todo- dije y seguí -con mis manos sanadoras pude hacer que no vomitaran o algo peor, vaya usted a saber. Y así bajamos nuevamente del árbol y nos dirigimos a la misión.

Respiré hondo y agregué:

-Cada vez más mareados pero más decididos, mi ama.

El surrealismo del que hacían gala sus esbirros era cada vez más surrealista... y eso ya estaba alcanzando cotas que ni ella misma sabía que existían. Parecía que hasta que no se les daba una dosis de dolor su neurona no hacía contacto así que esta vez, la pequeña Eloisa no pudo salvarse.

- Por todos los infiernos! ¿ Pero qué he hecho yo para que me seáis tan sumamente incompetentes?!

Cabreada como estaba no iba a perder el tiempo con más tonterías y como resultado, Eloisa se llevó una mirada tan fulminante que hizo que cayera al suelo entre espasmos, llegándola incluso a salir espuma por la boca.

Pasado un tiempo consiguió ponerse en pie, pero era como si su aspecto fuera el de alguien que lleva enfermo semanas... daban hasta ganas de no acercarse a ella. Más bien, daban ganas de no acercarse a ninguno de vosotros ya.

No satisfecha con todo aquello la oscura ama aún tenía que seguir buscando respuestas y/o responsables del fracaso así que miró al último que acababa de hablar, quitando a la, ahora, media mujer.

- A ver Pata-Liebre... Continuasteis vale... ¿ Cómo y hacia dónde? ¿ Llegasteis ya?

Derrepente vi caer con espasmos a Eloisa, echando espumarajos por la boca. Evite mirarla y me rasque la cabezota aun dolorida y con chichones por la paliza del ama.

Volvio a mirarme y a preguntarme. me imponia mucho mi ama y mis piernas temblaban como dos barras de gelatina. Realmente podia entender a nuestra ama por esta inutilidad.

Lo ziento zeñoda ozcuda...¡Haba vizto flanes de vainilla con maz huevoz que loz que tenemoz nozotroz!

Tas un peliplo de muchaz cidcuztanciaz que omitidemos, llegamoz a laz mizmaz puedtaz de Umbia.- Respire hondo, pues para entrar tuvimos tambien problemas.

Eda una enodme fodtaleza de pieda con muchoz guadiaz que podtaban zu ezcudo de admas.- De entre mis ropajes saque un pequeño trozo de tela arrugado y se lo enseñe a la ama con orgullo.

En un pincipio intentamoz entad pod laz buenaz, pedo loz guadiaz noz diedon una paliza y yo pude adancad ezte emblema pada uzted...- No podia mantener mucho la mirada a mi ama, pero esta vez la sostuve.- Azi que pod la puedta pincipal, no pudimoz metednos. Pod lo que buzcamoz ota entada a la fodtaleza de umbia y que mejod fodma de entad que pod laz alcantadillas...

"mi lustroso rosa, con la de horas que dedicaba al dia a frotar con el cepillo de dientes de acero para mantener el tono"

Elefanto lleva ya un buen rato abstraido tras su castigo, mirando dolido su piel, ahora de un sucio rosa grisaceo, arrugada y descompuesta. Eso con el ojo sano claro, con el que cuelga aprovecha para mirar su boca bajo la trompa, que no había visto nunca "¿eso es una caries?"

Sin embargo cuando escucha la escusa del esbirro batracio cabecea, haciendo bascular el ojo colgante y habla, soltando una nube de pestilente aliento que amenaza con asfixiar a todo el mundo "si, es una caries"

-mmm, ¿no te olvidas de algo? si, te olvidas de algo. ¿porque nos dieron una paliza esos guardias umbrianos? la señora oscura debe preguntárselo, ¿si? entre los cuatro (Pazuli seguía con nosotros) deberíamos haber vencido, pero resulta que alguien se fue de la batalla dejando que los guardias nos rodearan, y nos dieran esa paliza que dice, si, así fue-

Levanta su enorme y pútrida pataza señalando a pata liebre -el se fue. Por allí cerca se hacia un tratamiento de acupuntura para hacer crecer el pelo, y Pata-Liebre que tiene complejo de calvo se fue derecho a que le pusieran las agujas dejándonos vendidos frente a los guardias que nos dieron la mencionada paliza. Si, eso ocurrió. Y encima el sigue calvo-

Pata- Liebre había salido bastante airoso con lo que había dicho, pero pronto apareció Elefanto, ahora Zombielefanto, para llevarle un poco la contraria, contándole otra cosa a la Señora Oscura, aunque saber cuánto había de verdad en aquello era toda una odisea.

La mujer se centró de nuevo en Pata-Liebre, como queriendo saber si había sido capaz de ir a ponerse agujitas en la cabeza por eso de tener complejo de calvo y negó con la cabeza.

- ¿ Dejaste a tus compañeros allí tirados para ir a un sitio para que te hicieran crecer el pelo? - Que lo hicieran los umbrianos le parecería más normal, pues seguro que la mayoría eran gordos, sin pelo y con gafas, pero que lo hiciera uno de sus esbirros...