Partida Rol por web

Repentinamente, la música se apagó y las luces del escenario se encendieron, dejando ver a la directora al frente del atril, y varios profesores sentados atrás en la fila de sillas, entre ellos podían ver a Grant en un extremo, con una sonrisa en su rostro.

La directora era una mujer elegante, alta y de una cabellera bordó que no era su color natural, su flequillo tapaba uno de sus ojos. Tenía una expresión algo fría, no demostraba mucho entusiasmo como solían hacer los directores de otras escuelas en los inicios de clase, aunque tampoco se podía decir que Sky High era una escuela común y corriente.

Johanna dio unos pasos más hacia el atril que tenía delante y apoyó sus manos en éste, observando a los estudiantes con detenimiento, como si pudiese ver sus almas. Dio unas palmadas pidiendo atención, haciendo que reine el silencio en aquel salón. Inspiró aire y empezó a hablar con una voz firme aunque seductora.

-Buenas noches. Para los nuevos estudiantes, mi nombre es Johanna Deveraux, la directora de este centro. En el momento que tomaron aquel autobus que los trajo volando hasta aquí, sus vidas cambiaron para siempre - Señaló Johanna -Desde el momento que se convirtieron en alumnos de esta institución, dieron la espalda a su vida anterior y se comprometieron con un futuro arriesgado y peligroso. El período de formación en Sky High será de tres años de permanente desafío. Se los pondrá a prueba y se los examinará, se los llevará al límite y más allá. Muchos de ustedes dudarán, y muchos tendrán el temor al fracaso. Incluso es posible que algunos se queden en el camino y jamás se gradúen. Ocurre a veces. En Sky High sólo sobreviven los más fuertes, porque sólo ellos pueden proteger nuestro mundo de las fuerzas lóbregas que amenazan con su destrucción. Pero deben hacer acopio de valor. Nunca se desanimen. Ninguno de ustedes está aquí por casualidad. Todos poseen las habilidades y cualidades necesarias no sólo para cumplir las estrictas exigencias de Sky High, sino para llegar más lejos y sobrepasar a los alumnos anteriores en excelencia y logros - Johanna hizo una pausa - Los hemos elegido porque son los mejores - Volvió a callarse - Demuestren que teníamos razón.

Hubo un aplauso en la sala, Johanna elevó su mirada nuevamente y observó a los estudiantes sin inmutarse. Se acercó nuevamente al micrófono, para volver a hablar.

-Y sólo una observación más: miren a su alrededor. Busquen a quienes llevaran la placa de identificación de su mismo color. En este momento puede que sólo sean nombres y caras. Pero a partir de hoy serán las personas más importantes de sus vidas. Sus carreras, sus éxitos, la propia supervivencia en Sky High y en adelante dependerá no sólo de ustedes, si no también de sus compañeros. Han llegado aquí como individuos, pero dejarán Sky High como equipo. Dorado es Minotauro. Azul, Kraken. Verde, Medusa, y Rojo - contuvo su aliento por unos segundos - Rojo es Fénix.

Un nuevo aplauso en la sala. Johanna bajó su mirada por unos momento. Hizo un par de pasos hacia atrás y fue empezando a presentar a los profesores, tutores y demás personal de Sky High. Grant, con una gran sonrisa en su rostro. Cabo Randolph Keene, un hombre rubio de aspecto militar. El Señor Korita, un anciano asiático encargado de práctica de artes marciales. La secretaria Violet Crabtree, una ancianita de aspecto agradable y dulzón. Los tutores de los otros equipos, y demás profesores. Johanna se acercó nuevamente al atril.

-Los estudiantes de otros años estarán un poco extrañados por la ausencia del profesor Arthur Renard - Bajó su mirada unos momentos - Al parecer, era un miembro infiltrado de Los Rebeldes desde hace años, esperemos que haya sido el único. Estén preparados para lo peor, s-su ejecución tendrá lugar en esta semana...

Su voz se quebró y se alejó del atril, mientras que un grupo de profesores se levantaba de sus asientos y caminaban hacia ella para consolarla. La luz del escenario se apagó rápidamente y la música volvió como si nada hubiese pasado.

¿Puedo hablarle mentalmente a ikuei?

Colette e Ikuei se encontraban en la puerta, alejados de la pista de baile y aunque no había llegado a aceptar su invitación ni rechazarla, el silencio la hacía sentirse un poco ansiosa. No sabía si había pedido mucho o si no le parecía correcto a su compañero.

Todo el discurso de la directora fue bastante ilustrador, pero hubo cosas que fueron más reveladoras que otras. ¿Rebeldes? Ahora todo tenía más sentido. Ella había tratado de averiguar todo lo que pudiera sobre sus rivales pero el hecho de escuchar lo que esperaba encontrar de la voz de la directora, era algo que no esperaba.

Colette trata de calmarse todo lo que puede. Tenía que ver cómo contarle a sus compañeros todo eso después, pero por ahora con quién estaba. Mira a Ikuei y le habla pero sus labios no se mueven. La voz de Colette surge en su cabeza - Los rebeldes están en la escuela. No sé nada de ellos pero sé que están aquí. Una chica fue ahuyentada de la fiesta por ellos. Parecen ir contra algunos estudiantes y están con alguien llamada Clea. Creo que es algo que no puedo mencionar en voz alta. Lo siento - enviar mensajes tan largos le causaba dolores de cabeza y al terminar, aprieta su cabeza con fuerza. Se había esforzado un poco más de lo que podía soportar, pero por ahora era lo que debía hacer.

Robert iba a responder a Ekaterina, cuando la presencia de la Directora captó su atención y se giró para observar el discurso en silencio. No aplaudió cuando el resto lo hizo, y sólo escuchó en silencio lo que se esperaba de ellos. Sí, no eran palabras que le resultaran nuevas. Desde que le conoció, había escuchado muchas veces cosas similares: sobre el futuro, sobre hacer lo correcto, sobre lo que se esperaba de él... Anotó mentalmente los nombres de los profesores y los tutores, quizás tendría que saber bien qué asignatura daba cada uno porque no sabía si tendría que elegir clase o las elegirían por él.

Sin embargo, su tranquilidad se desvaneció cuando escuchó la sentencia de uno de los antiguos profesores, y aquel título, "Los Rebeldes". Bajó los brazos, y su boca se entreabrió, sorprendido.

- ¿Qué? ¿Ejecutado? ¿Qué son Los Rebeldes? - dijo para sí, apretando los puños y dirigiéndose hacia el escenario, buscando a su tutor, el señor Grant. 

- Eres muy amable Colette. – Alcanzó a decir tras las palabras de la muchacha pelirroja. - ¿Sabes?, nunca nadie se había preocupado por mí. Ni siquiera mis padres han intentado entenderme o hablar conmigo, ni siquiera hacerme compañía cuando lo he necesitado. – las palabras comenzaron a salir de su boca, no solía contarle sus intimidades a nadie, pero era incapaz de parar y desconocía el por qué. – Siempre he sido el niño raro de la casa de los Saikawa. El niño que todo lo que tocaba lo destrozaba. No he tenido amigos y, me atrevería a afirmar aunque mis padres lo nieguen, que ni siquiera he tenido familia. Con los años he aprendido a separarme de la gente y llevar la soledad de la mejor manera posible para no volverme loco. – Hizo una leve pausa. - Me cuesta horrores el contacto con la gente porque no controlo mi fuerza y siempre acabo dañando a alguien. ¿Y bailar?, ¿qué crees que habría podido pasar si lo hubiera intentado? Seguro que nada bueno para ti. Ya lo he visto otras veces. -

- Pero no sé por qué contigo es diferente… contigo… –Las luces del gimnasio se apagaron de repente y la Directora comenzó a dar el discurso, cosa que hizo que Ikuei callara. Escuchó con atención el discurso sin entender nada, pero parecía que Colette sí que comenzaba a atar cabos. De pronto, la dulce voz de la muchacha resonó en su cabeza, previniéndole sobre los rebeldes. La miró a los ojos, y asintió. – Debemos ir a hablar con el resto. -

Al llegar de nuevo a la pista de baile observó como Robert musitaba unas palabras y se dirigía hacia el escenario. – Espera Robert!. –alzó la voz lo justo como para que su compañero le escuchara. – Espera un momento, creo que deberíamos reunirnos todos y hablar de lo que ocurre… Y no me refiero a lo de antes, que por cierto, siento mi reacción. – comentó esto último mirando a Eka ya al propio Robert.

No se teleportan y me dio pereza dividir el post en dos, para la parte en la que aún estáis y la que no. Salvo que entendiera mal y Colette sea de las que se van dejando la palabra en la boca, claro. Que Ikuei dice que sale corriendo, pero Colette se queda a hablar...

Si Robert escuchó a su compañero no dio muestras de ello, porque siguió avanzando a paso rápido hacia el escenario.

La directora era joven, lo que llamaba la atención pues era un puesto de responsabilidad. Parecía tener cierto gusto por el drama, aunque no estaba exenta de cierta razón, cualquier traslado suponía un cambio importante en la vida. Lo que no me terminaba de convencer era la parte sobre "futuro arriesgado y peligroso". Nadie se había tomado la molestia de explicarme eso cuando había venido. Entrecerré los ojos, habría venido igual, pero era el tipo de cosas que esperas que te cuenten antes de tomar la decisión. En el mejor de los casos era algo deshonesto. 

La verdad es que no me veía protegiendo el mundo de nada, pero era tarde para echarse atrás. Y necesitaba aprender a controlar mi poder. Por lo que parecía, también formabamos equipo con estudiantes de otros años a los que no nos habían presentado. Si lo que la directora decía era cierto, nuestro tutor debería haberlo hecho. O los alumnos de otros años haberse tomado la molestia de organizar un recibimiento. Porque ellos sí que sabían cómo funcionaban las cosas. 

Por un instante consideré los equipos. Había acertado con el azul, fallado con el dorado. Pero lo que llamó mi atención fue la pausa de la directora al decir rojo. ¿Por qué? ¿Por qué había contenido el aliento antes de decir que rojo era Fénix? Había algo extraño ahí. Memoricé los nombres de los profesores y tomé nota de que debía acercarme a la secretaria. Pese a todo había demasiadas preguntas en mi cabeza, que empezaba a desarrollar teorías y estudiar los detalles. 

Y finalmente la guinda, rebeldes y ejecución. ¿Rebeldes de qué? Sonaba a sistema autocrático. Seguí mirando a la directora. Robert parecía también impactado por sus palabras. Decidí seguirle, aunque sin decir nada. Ikuei regresó, aún nervioso. 

- Tranquilo - le dije con voz suave. Pero seguí en dirección al tutor. Nosotros podríamos hablar más tarde, pero no habría tantas ocasiones de preguntar a los profesores y tutores. Definitivamente, había demasiadas cosas que tenían que explicarnos, especialmente si esperaban que nos jugasemos la vida. 

La directora dió el discurso de bienvenida, cargado con unas palabras bastante grandes, pero también interesantes, cómo para que Laura consiguiese mantener algo de su atención. "Es guapa..." pensaba al verla. Bien mirada, parecía una mujer modelos de conducta.

Al explicar los equipos hubo una pequeña pausa al mencionar a su equipo, el cual parece que tenía más miembros de los que ellos pensaban. Por lo visto, eran los nuevos reclutas, lo cual no le molestaba del todo. Soltó un grito ahogado muy bajo cuándo se mencionó la... condena.

En su país esa condena, el ajusticiamiento... hacía mucho tiempo que ya no se aplicaba, por que le costaba pensar en ella como algo que hubiese que hacer, y más cuando no sabía que es loq ue había hecho ese profesor para merecerlo.

Fuera cómo fuese, volvió a reunirse con sus compañeros. "Madre de Dios soberana, ¿Una ejecución?..." su cara intentaba mantenerse alegre, pero le costaba mucho.

Imre se paro para escuchar lo que decia la directora, cuando esta termino y vio las reacciones de sus compañeros se gira hacia su acompañante y dice:

- Ves, eso es lo que te decia, son algo, umm ansiosas.

Sonrie levemente y dice:

- Curioso estamos en el espacio aereo de Estados Unidos y aplicamos su ley al parecer, o al menos sus condenas porque tengo entendido que aqui existe la condena de muerte, bueno si estuvieramos en mi pais se habria librado, por cierto soy aleman.

Imre prefiere continuar con la fiesta y vuelve a preguntar:

- Bueno por donde ibamos, a si, os decia que soy marionetista y que era una tonteria ocultarlo, y ahora me ibais a decir uno de los motivos por el que sois tan especial a parte del evidente, claro esta

Colette sentía un fuerte dolor de cabeza, pues se había sobreesforzado, pero trató de hacerle llegar un mensaje más.

Él seguía avanzando pero ella sabía que si entraba en el grupo de gente, le afectaría de verdad. Antes de que se fuera, trató de hablarle pero el dolor no la dejaba, así que le habló nuevamente por medio de su mente.

- Yo... No puedo ir. Si entro allí, se disparará mi telepatía. Disculpa pero creo que saldré un rato - Colette se retira del salón con algo de urgencia y mira a Ikuei con cara de súplica. Su dolor de cabeza seguía en aumento, mientras más usaba su poder.

Colette sale del gimnasio, haciendo presión fuerte sobre su cabeza. Mira a Ikuei antes de retirarse.

Érica se quedó seria escuchando el discurso de la directora, casi ignorando a Imre. Las últimas palabras de la mujer hicieron que la multitud de estudiantes empezara a alborotarse, y Érica no estuvo absuelta. Escuchó distraídamente lo que le decía Imre, sin prestarle mucha atención.

-Eh, si, como sea - Dijo sin seguir el hilo a la conversación, con la vista fija hacia el escenario - Debo ir con mi grupo, deberías hacer lo mismo y preocuparte más por lo que acaba de pasar, van a ejecutar a un profesor.

La chica se dio media vuelta y se dirigió hacia su equipo, perdiéndose entre la multitud de personas.