Partida Rol por web

Asintió al profesor y tomó aquel objeto que para él no tenía nada de extraño ni particular, aunque le sorprendió que en algo tan pequeño pudieran estar sus datos. Aunque claro, considerando que estaban en unas instalaciones enormes que flotaban, invisibles, sobre el planeta, todo era posible.

- Eh, claro, ¿por qué no? - respondió el muchacho, abriendo los ojos, y luego sonriendo - Tengo mucha ropa que probablemente no vaya a usar, seguro que hay algo que te guste.

Grant se dio media vuelta y empezó a caminar por el pasillo, bajando por las escaleras y volviendo al lujoso vestíbulo al que habían estado antes. Esta vez Grant se dirigió hacia la parte de atrás, donde había un corto pasillo que iba hacia dos direcciones, cada uno terminaba con una elegante doble puerta. Giró hacia la derecha y la abrió.

Entraron a un enorme salón que estaba estar especialmente decorado para esa ocasión. Parecía ser un gimnasio común y corriente, con un escenario en el otro extremo del lugar. Tal vez un poco más grande de lo normal. En las paredes habían varias telas de diferentes colores, azul, rojo, verde y dorado. Habían sillas dispuestas alrededor y algunas mesas con comida, fuentes de ponche y vasos de plástico. 

Había música sonando en el lugar, algunos estudiantes más atrevidos bailaban en el centro del salón. La gran mayoría y los recién llegados revoloteaban con bebidas y cosas de picar en las manos, sin estar muy seguros de qué hacer o cómo presentarse a sus compañeros.

En el escenario había una fila de asientos y un atril que probablemente se utilizaría para que la directora diese el discurso de bienvenida a los nuevos. 

Grant se dio vuelta hacia ellos.

-Tengo que ir con el resto de los profesores, en unos momentos la directora dará su discurso, escúchenla con atención - Recomendó - Disfruten de la fiesta, y bienvenidos a Sky High.

El joven profesor les dedicó una sonrisa y luego se marchó, perdiéndose entre el montón de estudiantes que se encontraban en el lugar.

La situación entre su compañera de cuarto y Robert empezaba a hacerse interesante, cuándo vino el profesor a repartir unos pins. Je, ni que estuvieran en el "Reaper's game". Por si acaso, sería mejor no perderlos, no creía que esas cosas tuvieran duplicados.

Mientras seguían a su profesor, empezó a divagar, imaginándo cómo habría sido tener el poder de activar algo desde los pins, cómo cierto personaje, y también en la hambre que traía...

...hambre que se acentuó en el momento en que vió las mesas y el piscolavis. Se lanzó rápido sobre la mesa que estaba delante de la tela colgada de color rojo. Mientras pillaba cualquier cosa para tirarse al buche, se fijó en las telas y sus colores. Sus pins eran rojos, así que lo mismo indicaba algo.

Hey chicos, mirad la tela y los pins. ¿Creeis que habrá relación?

Iba tomando nota del camino. Cuando tomamos la bifurcación me planteé brevemente si la distribución del edificio sería simétrica y, por tanto, en el lado opuesto a dónde estaban nuestras habitaciones habría habitaciones de otros estudiantes. Naturalmente, no pude evitar preguntarme a qué instalaciones correspondería la otra puerta doble. ¿O daría al exterior?  Por eso necesitaba un tour. O explorar. 

Pero aquella curiosidad quedó eclipsada por la música. Eso inmediatamente me puso de buen humor. Bueno, más feliz. Una gran sonrisa se dibujo en mi cara y me giré para decirle al resto para que vinieran a bailar conmigo. Pero parecía que Laura tenía hambre. Claro, metabolismo acelerado, recordé. Lo que me hizo pensar en que tendríamos que dejar provisiones en el cuarto por si surgía alguna... eventualidad. 

- Si, son los colores de hogwarts - bromeé antes de soltar una risa tapándome la boca con los dedos. Luego, ya más seria dije - Parecen los colores de los equipos. Rojo por el equipo fénix, fuego. Imagino que verde será medusa, tierra. - entrecerré los ojos - Dorado tal vez sea león... o grifo... o podría ser una esfínge, se puede asociar a luz o aire. No esto último no, es poco popular. Pero dragón puede que haya, a la gente le gustan los dragones. Y el azul, puede que algo marino, por el agua. Un kraken o tal vez una serpiente marina. Aunque sólo es una suposición, pero estas cosas suelen ser temáticas. Tiene sentido que nos organicen por equipos. ¿Queréis que vayamos a hablar con el resto? - me giré para tirar de la manga de Robert, básicamente porque estaba al lado - Venga, decid que si. ¡Eso o vamos a bailar! - sonreí ampliamente.

Después de todo se suponía que esto era una fiesta y aunque no había olvidado que la directora hablaría en algún momento, hasta que eso sucediera eramos libres. ¡Libres! Así que, de forma casi inconsciente, mis pies habían empezado a moverse y mi cuerpo oscilar con la música. No estaba lo que se dice bailando, no del todo, pero pronto lo estaría. 

Colette mira a todos sus compañeros y sonríe. Todos se veían bastante elegantes y ella no sabía muy bien si su vestido encajaba con el de ellos. Tímidamente, Colette dice en voz alta - Todos se ven muy bien - sonríe y luego sigue a su profesor.

Al llegar al gimnasio, el corazón de Colette salta de un brinco. Había muchas personas allí reunidas y se sentía algo intimidada. Trata de no separarse de su grupo, pues era a los únicos que conocía y ya le había costado tener que acercarse a ellos. A pesar de todo, se mantiene tranquila.

Laura menciona lo de los colores y Colette levanta la vista al cielo. Escucha a Ekaterina y dice - Medusa. El equipo medusa. El profesor Grant... - no sabía cómo decirlo pero prosiguió - mencionó que ellos eran muy competitivos - dijo con algo de vergüenza y guardó silencio.

Eka trataba de sacar a Robert a bailar y para evitar eso, Colette se hizo cerca de Ikuei. Era el más callado de todos y no creía que él quisiera salir a bailar. Se acercó a él y con las mejillas algo sonrosadas le dijo - Ikuei, ¿Podría hacerte compañía? Es que no me va mucho eso de las multitudes - moría de vergüenza y la voz le temblaba. Estaba algo asustada.

Organiza un mechón de cabello que se le había ido para adelante y espera la respuesta de su compañero.

Imre se habia arreglado para la ocasion, como miembro de una importante familia tenia ropa adecuada para una fiesta, pues llevaba un esmoquin y algunos trajes entre sus numerosas ropas, para la fiesta a la que se dirigia habia decidido optar por un traje de chaqueta de color negro con una corbata de diversos tonos de morado a rayas oblicuas y una camisa de un color morado claro. Aunque Imre es  un chico que le gusta ir comodo y en general divertirse no puede evitar que sus costumbres familiares se impongan a veces y en este tipo de acontecimientos vista elegantemente.

Durante le camino se mantiene escuchando lo que dicen sus compañeros sin decir nada mas. Imre que habia decidido no llevarse a Henriketta al baile al ver el gimnasio con la coida y bebidas se acerca a la mesa y coge algo de beber en una copa, tras esto sonrie al ver como su compañero es insistentemente guiado por una de las chicas, el se rie y se acerca al primer grupo de chicos que ve cerca que no sea el de sus compañeros para interaccionar con ellos

Aunque Collete se había alejado un poco de la multitud junto a Ikuei, podía leer los pensamientos de todas maneras de ciertas personas, inclusive algunos le llamaron bastante la atención.

-Hummm.. allí están los que parecen ser del Equipo Fénix...

-Estoy bastante nerviosa... ¿A quién debo hablarle primero? Oh, Xavier es tan lindo...

-¿Esos son los del Equipo Fénix? ¿Por qué se pusieron a bailar esos dos..?

-Mierda, ahi se está acercando uno hacia nosotros.

Collete dirigió su mirada hacia el grupo, donde pudo ver que Imre se estaba acercando a otro grupo de estudiantes, quienes parecían ser otro equipo. Al observarlos con atención logró ver que tenían los pines de color verde. El Equipo Medusa.

Imre se acercó a un grupo de estudiantes reunidos, al juzgar por el color de sus pines, verde, eran del Equipo Medusa. Allí había un chico alto y pálido, algo corpulento. Otra chica estaba a su lado, morena y exótica, estaba vestida de una manera muy provocativa. Luego se encontraban un muchacho pelirrojo y sonriente y una chica pálida que parecía estar de muy mal humor...

Avanzó tras el profesor junto al resto de sus compañeros. La verdad es que apenas tenía preguntas, ya las tenía Eka por ellos. Todo esto le resultaba nuevo y no sabía realmente que es lo que debía preguntar, así que creía que era mejor estar callado. Entró en el gimnasio y observó con detenimiento la sala. Tenía sentido lo que sus compañeros decían, los habían dividido por colores, seguramente para separar los diferentes grupos de alumnos, aunque no entendía bien el por qué.

Todos sus compañeros comenzaron a dispersarse. Sentía envidia al ver como muchos de ellos se relacionaban entre sí con esa facilidad y él era incapaz de hacerlo. En fin, se encogió de hombros y se dispuso a sacar uno de los auriculares del bolsillo para escuchar algo mejor de lo que sonaba en la estancia, cuando la voz de Colette sonó a su lado.

Detuvo su acción y la miró a los ojos. Sin duda alguna, aquella muchacha se encontraba igual de perdida que él, aunque desconocía el por qué. También lo desconcertaba la fijación que tenía con él…  Primero lo del beso y ahora esto… ¿Qué es lo que querrá de mi esta chica? ¿Será que realmente cancelo su poder y que al no poder leer mi mente siente curiosidad?... Pensó para sí mientras pensaba las palabras adecuadas para responderla. – Umm… si claro Colette, será un placer. ¿Quieres tomar algo?- Dijo señalando la mesa de color rojo que se encontraba más allá. Su voz denotaba también cierto nerviosismo, el cual parecía acentuarse si la muchacha se acercaba demasiado a él. - A mí tampoco me gusta demasiado esto, bueno, en realidad no sé si me gusta porque nunca he acudido a un evento parecido. –

Robert sigue a su compañera hasta la pista de baile sin oponer mucha resistencia, y pronto sus palabras se pierden entre el sonido de la música y el ambiente.

Robert intentaba moverse ligeramente, no porque aparentara tener vergüenza, sino porque quizás era de las primeras veces que bailaba con alguien. Sus ojos azules brillaban en contraste con sus ropas, y sonreía.

- ¿Qué es Hogwarts? - dijo, alzando levemente la voz para que su compañera le escuchara. Cuando ésta puso una extraña expresión en el rostro, repitió - Hogwarts. Antes has dicho que esos eran sus colores...

Devolví la sonrisa de Robert. Movía ligeramente las caderas y el resto del cuerpo al ritmo de la música, con la naturalidad de quien baila solo en su habitación o está acostumbrado a hacerlo en público. Tal vez era porque nunca me había importado demasiado lo que otros pensaran. Y mientras escuchaba la música no podía evitar sentirme ligera, grácil y llena de energía. En mi caso, eso se traducía en que mi figura se volvió ligeramente más estilizada. Porque mi cuerpo reflejaba de forma instintiva cómo me sentía. Me reí con suavidad. 

- No pensé que aún hubiera alguien que no supiera de Harry Potter - respondí a la pregunta de Robert - Es una escuela de magia de unas novelas para adolescentes sobre un chico mago muy populares. La escuela está dividida en cuatro casas con esos colores. Los estudiantes se dividen entre esas casas al llegar y compiten a ver cuál es mejor academicamente, deportes, comportamiento... Van obteniendo puntos y al final del año gana la que más tiene. Supongo que los libros no están mal, pero leo todo lo que cae en mis manos - comenté. Y a mi velocidad de lectura eso eran muchos libros y webs, pero eso no lo dije. Después de todo, quería parecer más o menos normal. 

Hice un paso de baile, tal vez algo más complicado. Cruzando los pies y girando sobre la punta, con uno de los brazos extendidos. El ballet era la base técnica del resto de bailes. Aunque también bailaba otros estilos. Bailar me hacía sentirme más próxima a mi madre y también más normal. Me acerqué un poco a Robert, probando sus movimientos, aunque sin llegar a tocarnos. Sabía cómo adaptarme a una pareja o, si era necesario, hasta cómo bailar cosas más complicadas. Sonreí de nuevo. 

- ¿Qué te gusta hacer a ti? 

La expresión del rostro del muchacho era sincera mientras Ekaterina le explicaba todo sobre el mundo de Harry Potter: nunca había oído nada acerca de aquello.

- Me he pasado casi toda mi vida en un orfanato - explicó, sonriendo ante la gracilidad de su compañera, aunque él no cambió el ligero ritmo que movía sus caderas, como si no supiera hacer otro movimiento - Y cuando tuve edad suficiente para salir de allí, he estado en la calle hasta hace más bien poco. Así que no sé nada de ese mago, ni nada de eso. Él me ha hecho leer literatura clásica inglesa para coger velocidad con la lectura.

Se pasó la mano por el cabello en un intento de peinárselo, pero el pelo volvió a su posición original, obligándole a soplar un mechón rebelde que había caído sobre sus ojos.

- Pues no sé qué decirte, hasta hace poco mi día a día consistía en sobrevivir, y cuando me fui a vivir con él, empecé a tener un horario - dijo, hablando de él con toda naturalidad, aunque no explicaba a quién se refería - Me gusta la tarta de zanahoria, subir a sitios altos... y adoro Londres, no sé... él dice que soy muy inglés. ¿Y tú qué? No sé nada de Rusia ni nada de eso... ¿cómo es?

Por un breve, muy breve momento mi expresión se volvió algo más seria al escuchar lo del orfanato. No debía haber sido fácil y probablemente era un tema sensible. Así que era mejor no preguntar por eso o por "Él". Si Robert quería decir algo ya lo diría. Pero mientras hablaba, de forma sutil fui guiando sus movimientos un poco. Porque si daba un paso hacia delante y a su derecha, el también giraba. Recordaba todo eso de las clases de mi madre y luego las del colegio y el instituto. O de las horas que bailaba en casa porque no tenía nada mejor que hacer cuando no podía evitar cambiar todo el rato. 

- Me gusta tu pelo - comenté con sinceridad aunque de modo ligeramente distraído - Ah, también me gusta la literatura clásica. Leo mucho en inglés. - asentí con la cabeza como para reforzarlo. - Y también me gusta Londres - sonreí - Mis padres viven ahí y de vez en cuando puedo visitarles - Luego me reí un poco cuando preguntó por Rusia - Pues muy grande. Nosotras vivíamos en Moscú y antes en Stalingrado. Pero en un país tan grande, las diferencias de clima, en las ciudades o incluso forma de ser son muy grandes - ladeé un poco la cabeza y luego probé a ir hacia delante y hacia atrás, viendo si Robert me seguía - Moscú es una ciudad increíble - comenté con ojos soñadores - Los antiguos monumentos de la época de los zares son realmente hermosos y los de la época comunista son impresionantes. Me encantaba pasear por el Gorky Park y, en invierno, íbamos a patinar sobre hielo - hice una ligera pausa para dar un giro, no tan marcado como si patinase, pero sí rápido - Es una pena que no puedas abrir caminos tan lejos, porque si no, habríamos podido visitarla. Mi abuela hace la mejor tarta de zanahoria del mundo. Bueno, es la mejor cocinera del mundo - Sonreí un momento - ¿Sabes? Podría pedirle la receta por internet e intentar cocinarla. Claro que aún estoy aprendiendo y... - puse una expresión ligeramente avergonzada y bajé la mirada, pero luego volví a subirla - bueno, la verdad es que quitando las matemáticas, el baile y el ajedrez, no suelo ser muy constante. Y al ajedrez ya casi no juego porque... - me detuve a mitad de frase. Porque desde que había desarrollado la mutación ganaba siempre y había perdido todo el interés. - bueno, antes jugaba con mi hermano - terminé sonriendo. - ¿Qué es lo que más te gusta de Londres?

Al acercarse al grupo Imre saluda con al mano y dice:

- Buenas chicos, soy Imre Heller, es un placer conoceros, tengo entendido que seremos compañeros de clase no?

Extiende la mano al primer chico para estrecharsela, con una sonrisa, si este no le hace casa ira pasando uno por uno y cuando sea una chica dira:

- Es un placer señorita, permitame presentarme, soy Imre Heller

Robert se fijó en el movimiento de la muchacha, e intentó seguir el ritmo de ella, si bien parecía algo torpe. Al muchacho no le faltaba destreza, pero estaba claro que era la primera vez que bailaba con una muchacha, al menos de su edad, y no sabía bien cómo actuar.

- Estaría genial - dijo, cuando le ofreció cocinarle tarta de zanahoria. Robert parecía tener una gran capacidad para escuchar, y movía ligeramente la cabeza a un lado cuando algún detalle le llamaba la atención, como el nombre del parque por el que paseaba Ekaterina, o la descripción de algunos monumentos. Sonrió cuando ella habló de lo poco constante que era, aunque no dijo nada al respecto - La mejor época es en Primavera. Londres es una ciudad preciosa cuando el tiempo te deja subirte a un edificio alto y mirarla en todo su esplendor: La Abadía de Westmister, el London Eye, el Big Ben... esos son los lugares típicos, son altos y puedes pasarte allí horas sin que nadie te moleste. Pero hay otros sitios que vale la pena recorrer, sobre todo Hyde Park, Camdem Town o Portobello Road. También me encanta Chelsea... hay gente muy descuidada por allí y siempre puedes echar mano a una cartera despistada - dijo, moviendo los dedos y añadiendo un guiño pícaro.

Me gustaba el vestido que llevaba así que no quise arriesgarme a coger las manos de Robert para guiarle. Sólo por si acaso. Después de todo, era casi nuevo y que reventasen las costuras me daría mucho trabajo. Pero para compensar se lo puse más fácil cambiando un poco los movimientos, a unos en los que era yo quien hacía casi todos los pasos fuera de lo normal. En cualquier caso era divertido. Sonreí. 

- Así que un chico malo - me reí un poco.

No habría pensado que se dedicara a ello, pero como con casi todo, decidí no juzgar. Cuando podías literalmente ponerte en la piel de otro aprendías que las cosas no siempre eran como pensabas. Mientras hablaba recordé alguno de los lugares en los que sí había estado, claro que no había podido ver Hyde Park o Candem Town. Mis padres no tenían demasiado tiempo libre y me consideraban demasiado pequeña para ir sola. Y eso sin contar con lo de mi poder. 

- Vaya, debes ser un buen guía. Una pena que no podamos ir. Aunque... umm, seguro que aquí deben tener métodos de transporte rápidos o tal vez algo incluso mejor. Tendríamos que investigarlo. Deben tener una tecnología muy interesante y si encontrasemos algo que nos ayudase a viajar o... o a amplificar tus poderes - una sonrisa traviesa empezó a formarse en mi rostro - ¿Dónde irías si pudieras?

La idea ya estaba en mi cabeza y aunque en realidad nunca mantenía la atención en la misma cosa por mucho tiempo seguido, con algunas cosas volvía cada cierto tiempo. En este caso, la idea de viajar era algo que me seducía por completo. Y como aprendía con bastante rapidez, incluso unas semanas de atención podían llegar a dar frutos. En parte, esa facilidad de aprendizaje era lo que terminaba por hacer que me aburriese de las cosas. Pero viajar... viajar tenía algo especial porque había tantas cosas que no había visto... Mis ojos brillaron.