Partida Rol por web

No me pasó desapercibida la familiaridad con que la mujer se refería al cazador. -¿No se le ocurre alguna razón, Bonnie? La muerte de Clarke no fue un accidente, alguien quiso silenciarlo, o apartarlo de su camino. ¿Puede recordar alguna de sus últimas conversaciones? ¿Algo que le pareciera... distinto?- Con la mirada recorrí las marcas, procurando no tocarlas ya que no sabía si además de prohibir mi entrada por medios mágicos podría también hacerme daño. ¿Que guardabas, y de quien?

Miré el objeto que mencionaba la mujer. Fuera lo que fuera, debía tener suficiente poder como para que Clarke tomara tantas precauciones. ¿Convenía averiguarlo? Me enfoque en la cerradura, era posible que fuera aprueba de armas mágicas, por lo que usar mi cadena quizás no fuera lo más apropiado. Habría que buscar maneras mundanas de abrirla.

Apenas noté cómo la situación mejoraba gracias la intervención de Scarlett y Jim, caí de rodillas agotada. Para ese momento mis manos temblaban un poco, me sentía algo fría y mis ojos estaban más húmedos de lo normal. No, no tenía miedo, simplemente eran efectos secundarios “normales” luego de invocar poderes celestiales siendo una pecadora. El peso de la luz podía ser muy grande para los no mártires.

Mientras Scarlett trataba a Dexter yo reuní todas las fuerzas que pude para levantarme y avanzar hasta ellos. Cabe decir que todavía mantuve la guardia altar por si algún perro o algo peor decidía aparecer repentinamente, pero también empecé a comer de manera casi compulsiva las golosinas de café que llevaba en mi bolsa. Necesitaba recuperar energías y afinar mis sentidos.

Llegué con el resto justo a tiempo para ver la colleja, misma que me hizo sonreír de lado. Fuera del reclamo que vino acompañándola, lo cierto es que ver a mi amiga así era señal de que al menos de momento estábamos fuera de peligro. —Bueno, Dex tenía un punto… aunque ahora creo que tenemos pruebas al menos para una duda razonable de que quien controlaba a esos perros no tiene dificultades precisamente para influenciar con su magia una buena parte del territorio —comenté.

—No sé lo que pueda haber en la casa, quizás una que guardaba Ashton o tal vez algo que cierto sheriff no quiere que veamos… pero quiero aprovechar la oportunidad para mencionar de nuevo las huellas que vi en la casa y que iban hacia el bosque. Si pertenecen al demonio, acercarnos demasiado a la casa también podría ser caer en su trampa, ya saben, ir a por el cebo bajo la caja mientras el cazador espera escondido en el bosque, sujetando el cordón —expuse tomando en cuenta lo que vi y cómo murió el veterano. Por dentro esperaba que Nate hubiera escapado de allí.

Apenas noté la mirada de mi primo le devolví una sonrisa mucho menos furtiva. Viniendo de él, esa expresión era el mejor agradecimiento que podría conseguir, o esa fue mi impresión.

Lo seguí a la furgoneta en calidad de pasajera. Yo tenía que descansar, pero al mismo tiempo sabía que si aparecían más perros tendría que ayudarlo y más ahora que estaba herido. Sentada en lugar del copiloto abrí la bolsa de chuches que me regaló mi amiga. —¿Quieres uno? —y le ofrecí a Dexter como un modo de aprovechar la calma antes de volver a la tormenta.

Los ojos de Bonnie se abren como platos por la sorpresa - ¿Asesinado? ¿Ash? ¿Por qué? ¿Viene del futuro para castigar al culpable? ¿Qué le hace tan importante?

Viéndose atrapado en el embrollo de su propia mentira, el ángel mira la cerradura de la puerta, sólo para descubrir que donde debería estar hay un círculo mágico con runas.

He visto eso antes - dice Bonnie - En algunos de los libros de ocultismo que conseguí para Ash. Se trata de una cerradura rúnica... ¿Es de verdad? Se supone que no se pueden abrir a menos que tengas el objeto correcto.

Fuera del bosque se oye el ruido de un motor que se detiene a escasos metros de la casa.

Oh, Dios - jura Bonnie - ¿Y ahora qué?...

El impacto del sabueso infernal contra la puerta lateral la ha dejado atascada, por lo que el viaje transcurre entre los golpetazos de las ramas contra el marco. Con toda esa molestia el equipo de cazadores vuelve a la cabaña de Ashton Clarke, ahora sumida en el más completo silencio. La pick-up de Jim sigue ahí sin que nadie parezca haberla tocado. Tampoco hay rastro alguno de Nate.

O tal vez sí: hay un rastro de huellas frescas de zapatos que cruzan la ceniza del porche hacia el interior de la cabaña.

Supongo que no tendrás un arma anti-demonios de sobra ¿Verdad? - Pregunta Jim...

- Tranquila Jessy, no me olvidé de las huellas. Pero hasta que no vea que el lugar está tranquilo y despejado, nadie va a rastrear nada. No quiero más sorpresas y huir fue la peor estrategia. Si el demonio se dio cuenta, ha podido recuperar el terreno y estar esperando. - Dije dentro del vehículo, con Jim sentado a mi lado y la puerta dando por saco con los golpes.

En mi mano estaba el brazalete que había arrancado el lobo de mi brazo y lo volví a colocar, algo mordido y con los cierres rotos. Nada que un poco de esparadrapo no pudiese solventar y con el traqueteo de la furgoneta y mirando a Jim con cara de pena, logré que este me ayudase a ponerme el brazalete en condiciones. - Algo aguantará... espero que hasta la próxima visita a la tienda de Hunt, porque no sé si cogí de repuesto. - La verdad era que mi entusiasmo por ver si era mi demonio el que estaba en aquel lugar, pues un incendio era lo más habitual en ellos, me hizo olvidar demasiadas cosas.

Al ir llegando, Jim me preguntó si no tendría un arma para acabar con aquellas bestias de sobra. - Para ti tengo todo lo que me pidas. - Le respondí a Jim y saqué la katana pequeña y se la entregué.

- No sé si hará más daño tu hacha llena de babas de bestia del infierno o mi katana, pero solo te servirá realmente para rematar. Creo que si usamos algo de esparadrapo en el mango del hacha, la podrás sostener mejor y hacer más daño. La katana solo acabará con ellos al final. Te dejaría la grande, pero es que es mi favorita. - Y le guiñé un ojo divertida por un momento. Y es que aquella paz me vino bien para calmarme un poco y ser más esa Scarlett desconocida que no paraba de hablar. - Me divierten más, pero al final me adapto a todo. - Y eso si fue una insinuación en toda regla.

Miré a Dexter y a Jessy. Estaban cansados y doloridos, como todos, pero Jessy más en vista de como devoraba las chucherías. Debí cogerla otro paquete más al menos. Pero era el momento de dejarme de tonterías y centrarme en el trabajo.

Al llegar de nuevo a las ruinas, salí de la furgoneta con mi katana en la mano, mirando a todos lados. Nate no estaba, pero sí unas nuevas huellas que se dirigían a la cabaña. Así mismo, una extraña paz parecía rodear el lugar. La pick up de Jim estaba allí, intacta, pero yo seguía desconfiando de todo aquello.

- Bueno Jim, si quieres jugar cuerpo a cuerpo, ya sabes que tendrás que llevar otro tipo de ropa. Si tienes una chupa de cuero en casa y unos guantes te irán de perlas, al igual que unos pantalones de cuero o de motero. - Dije al soldado mientras avanzaba despacio siguiendo el rastro hacia la cabaña.

- Si esto dura unos días, vamos a tener que trabajar con tu equipo. Además, el chaleco lo puedes usar sobre el cuero y contar con mi katana en futuros encuentros. Es bueno tener a alguien tan versátil como tú, que pueda luchar a distancia y cuerpo a cuerpo, pero debes estar preparado. Recuerda que si te permito venir el resto de los días, es por tu amigo Ash. Te mereces vengarte y saber que le pasó... no me gustó verte herido y tener que entrar en la furgoneta para poder parchearte. No quiero perder más inocentes... - Y menos que me importen. - Me volví a repetir a mí misma.

- Atentos todos. - Les indiqué. Esta vez no iban a pillarme fuera de juego, eso lo tenía claro. Ni el demonio ni sus perros del infierno*. - Puede que haya algo que no viésemos antes...

Scarlett no encuentra señales de más demonios en los alrededores. Sin embargo el bosque está sobrenaturalmente silencioso, lo que le da a la cazadora una pista sutil pero importante: alguien envió a los demonios a por ellos cuatro, por eso ignoraron a Nate cuando se marcharon con la furgoneta. A menos que sea un completo incompetente, el que envió a los sabuesos debe saber que han muerto (1).

Lo que significa que, tarde o temprano, serán el objetivo de un nuevo ataque...

En otro orden de cosas, Scarlett consigue al fin algo de tiempo para revisar su móvil, encontrando el siguiente mensaje procedente del móvil de Nate:

Esto ya con Bonnie mi cv ya infomciokb debería ll env setñ as conmigo al vi i sé que? Hay un altar y una puerta al III n el i en nvi. El demo novio de Urb un cv ocab San es Sazel. Donde están?

Y por eso entre los mandamientos de Mi Señor está el de "no debes decir mentiras". Sentía que me estaba enredando en una tela de araña que podría caerse en cualquier instante. Pero si estaba tratando de ganarme la confianza de Bonnie, cambiar la historia ahora no sería buena idea. -Su muerte afectará la historia de este pueblo... Quién y por qué razón lo hizo no llego a aclararse, pero este fue sólo el inicio. Bonnie, entiendo que quiera saber más, pero en este momento sus respuestas pueden dar la pista que me ayude a descubrir a quién ha realizado todo esto.- Una llave mágica. Podría ser cualquier cosa. Podría...

Me giré de inmediato hacia la mujer. ¿Quizás por eso ella estaba aquí? -¿Recuerda más sobre ese libro? ¿Qué clase de objeto...?- Motor. Por las Llaves Celestiales de San Pedro, ¿ahora que? Mi pensamiento estaba acorde a las palabras de la bibliotecaria. -No se mueva de aquí, no toque nada. Y no haga ruido.- Dije, dedicándole una última mirada y subiendo con cautela.

- No hay nada por aquí. - Avisé a todos, aunque no guardé mi katana. - Pero quien mandase a esos lobos demoníacos, no tardará en volver a hacerlo si sabe que seguimos aquí, así que demos darnos prisa. - Miré a Jessy. - Seguiremos esas huellas, Jessy, pero Jim me dijo que en la cabaña de Clarke había un sótano... quizás se salvase del incendio y encontremos algo en él. Está claro que si no nos quieren aquí es porque quedan cosas por ver.

Miré a Dexter y a Jim. - Debemos darnos prisa, entrar, encontrar ese sótano y... - Mi cabeza le daba vueltas al mensaje de Nate. Estaba claro que debía seguir dándole clases de tecnología y escritura. - ... hablar con Nate. Encontró un altar en algún sitio y sabe el nombre del demonio.

Y saqué de nuevo mi móvil, el cual había guardado antes de salir de la furgoneta y llamé a Nate* mientras avanzaba hacia la casa quemada. Miré a Jim. - No pierdas esa katana o te aseguro que perderás un brazo, por mucho que me gusten... no sabes el valor que tiene ese arma. - Le dije al soldado y le sonreí de medio lado, dándome un momento de relax con esas palabras y alegrarme la vista al menos al mirarle, dándole un leve codazo a continuación en su brazo.

Al ir llegando a la cabaña guardé mi katana, segura de que no había peligro cerca. Una vez dentro de lo que quedaba de ella, comencé a mover restos de ceniza con los pies. - Jim, tú conocías la casa por dentro. Si tenemos que limpiar esto de restos acabaremos con otra oleada encima... intenta pensar por donde estaría la entrada al sótano, una trampilla sin lugar a dudas... - Dije mientras esperaba que el resto despertase de una vez y se moviese un poco, pues al final iba a sentirme más Van Helsing que nunca y que eso se me subiese a la cabeza no era bueno para nada.

Jim hace girar el wakizashi de Scarlett en su mano con gestos rápidos y expertos. Resulta evidente que, como mínimo, es tan peligroso como ella.

Tranquila, me aferraré a ella como si mi vida dependiera de ello, lo que parece que es el caso con esos chuchos del demonio.

Acompaña a Scarlett al interior de la cabaña.

Aquí arriba no queda nada, pero el sótano es por aquí.

El tono de llamada de Nate empieza a sonar procedente de algún lugar de la casa en respuesta a la llamada de Scarlett...

Lo siento, no puedo decírselo - niega Bonnie - Aunque Ash haya muerto debo mantener nuestro acuerdo de confidencialidad.

Se queda junto a la puerta cerrada mientras Nate sube a investigar arriba. Cuando está terminando de subir las escaleras su móvil empieza a sonar...

Nate surge de una trampilla en el suelo con el móvil sonando en su bolsillo. Al salir se encuentra con Dexter, Jessica, Scarlett y ese extraño humano que se les ha unido. Salvo Jessica, todos tienen heridas de mordeduras y zarpazos. El combate contra los sabuesos infernales les ha pasado factura...

- Eso espero soldado. - Le dije tras ver su demostración. - Me gustas más con dos brazos. - Y dicho aquello, mientras llamaba a Nate, Jim nos guió hacia donde estaba la trampilla del sótano, de la cual salió nuestro compañero. Colgué mi móvil y lo volví a guardar con cuidado.

Mi cuerpo empezaba a enfriarse y el dolor comenzaba a surgir de las dentelladas de aquellas bestias, así como podía notar la humedad de la sangre en mi ropa, con la suave brisa del bosque. - Me alegro de verte bien Nate. Este es Howlett, pero a estas alturas puedes llamarle Jim. - En sus manos estaba la pequeña katana sagrada que iba a juego con la mía lo que demostraba que confiaba mucho en él, puesto que esas armas no las dejaba nunca a nadie.

- Jim, preguntabas si los ángeles estaban el Cielo tocando sus liras, pues ya ves que no. Te avisé de que no sería lo que esperabas... se llama Nate y sin duda puedes confiar en él. - ¿Quién no iba a confiar en un ángel? Estaba claro que hasta los demonios lo harían si no les quisieran muertos. - ¿Algo de interés ahí abajo o quieres que bajemos a buscar algo, Nate? Por cierto, recibí tu mensaje. Digamos que entendí la mitad del mismo, pero creo que será mejor que nos lo expliques a todos. - Aún así mis ojos miraban hacia la trampilla que daba al sótano. La curiosidad por lo que ocultaba alguien como Clarke en aquel lugar me consumía.

Pero si Nate lo había registrado a fondo era tontería bajar, pues no teníamos tiempo.

- Hay unas huellas que se adentran hacia el bosque. - Informé al ángel, esperando que él nos contase todo luego también y que Dexter y Jessy explicasen lo que habían averiguado por su cuenta, pues sin duda el mayor tesoro que podía haber encontrado en aquel lugar lo tenía a mi lado en forma de hombre. - Y esos lobos, los lanzaron contra nosotros cuatro, así que cuando el demonio les sienta destruídos, volverá a mandar más. Debemos movernos rápido... me empiezo a enfriar y noto el dolor de las heridas.

Y mientras hablaba, preparé una jeringuilla con analgésico para Dexter. - Necesitaré tu trasero, Dex... es para el dolor. En la pick up de Jim tengo antibiótico inyectable, así que ni tú ni yo nos libraremos de otro pinchazo. - Le dije al cazador con la jeringuilla lista. - De paso traeré algunas vendas de las que compré y así no tendré que tirar de mi pequeño botiquín por ahora. Vamos Dexter, ya sabes como va... - Y luego miré a Jim.

- Espero que no te importe ponerme de nuevo otra banderilla. A Dexter no se le da muy bien que digamos y la verdad es que para ir con el vehículo en marcha, casi ni me enteré del pinchazo. - Pero sí del tiempo que dedicó desinfectando la zona... algo que en otra situación hubiese terminado de otra manera.

Con mis planes listos, esperé las palabras de los demás. Si Nate estaba seguro de que no quedaba nada, iría a la pick up a coger lo que necesitaba, haría una pequeña cura a Dexter, otra para mí y antibiótico para los dos antes de movernos hacia el bosque, el terreno que Jim debía conocer perfectamente.

Regresamos tranquilamente a la casa, esperando sobre todo que no hubiese más sorpresas desagradables en aquel lugar que nos estuviesen acechando. Cuando mi prima me ofreció una golosina, dudé un instante, antes de meter la mano en la bolsa y coger una. Sabía que era su manera de expresar la preocupación que tenía y el mal trago que todos habíamos pasado.

Cógelo, Dex, y no le des más vueltas.

Después simplemente, seguimos adelante.

Cuando llegamos, salimos todos con las armas preparadas. Me dolía todo el cuerpo pero sobre todo, el brazo que me había agarrado aquel sabueso. Ignoré una punzada de dolor y me concentré en lo que teníamos delante, a la espera de lo que pudiera salir de allí.

Scarlett seguía mostrando sus atenciones a Jim, como si fuese el hombre de sus sueños, y a lo mejor lo era, aunque a mí todo aquello me parecía incomprensible, y juntos nos aproximamos, pendientes de cualquier cosa que viésemos.

No parecía haber nada, por lo que al menos habíamos conseguido alejar de allí todo el peligro inmediato. Ahora solo debíamos encontrar a Nate, que seguro que estaba bien al haber alejado nosotros el peligro que había. 

-A lo mejor puedes llamarle... 

No hizo falta que me escuchase. A Scarlett ya se le había ocurrido eso y estaba llamando a Nate para avisarle o escuchar su tono y saber en dónde buscar. El sonido del móvil empezó a llegarnos, proveniente de algún lugar debajo de la casa. ¿El sótano?

Efectivamente, Nate no tardó en aparecer, perfectamente a salvo, no como nosotros.

-¿Veis como estaba bien? -comenté, bajando la guardia por fin.

En ese momento oí la voz de Scarlett pidiéndome mi trasero para inyectarme un analgésico.

-Uuuuh... no creo que me haga falta... Scar.

Pero ella estaba decidida, así que hice de tripas corazón, me aparté un poco del resto del grupo ye xpuse mi blanquecino trasero para que Scarlett pudiera ponerme la inyección.

-¡¡Auuuuuuu!! Jo-der, Scar. Disfrutas, ¿verdad? -le pregunté, frotándome en el lugar del pinchazo.

Después, me arreglé y me reuní con los demás.

-Creo que deberíamos ir a ver esas ruinas. Claro que si esto se encontraba protegido... lo demás será aún peor -comenté, mirando al grupo. Nate todavía no había dicho nada acerca de lo que había encontrado en el sótano.

Ver que el grupo se encontraba... relativamente bien, me hizo soltar un suspiro de alivio, seguido de una expresión confusa por mi reacción. De acuerdo, no es momento de pensar en eso. -Me alegra veros a todos bien.- Dije, mirándoles y deteniendo la mirada unos segundos de más sobre Jessica. Carraspeé y me centré de nuevo en Scarlett.

-He traído a Bonnie conmigo. Es... posible... que... ejem... le haya dicho que soy un viajero del tiempo, y que vengo del futuro a protegerla.- Hice una mueca medio sonrisa medio "oops" alzando los hombros un poco. -Agradecería que siguiera pensando lo mismo, hubo... baches en el camino cuando nos teleportamos aquí.-

Había mucho que explicar y poco tiempo, además no quería dejar a la bibliotecaria a solas allí abajo. -Clarke tiene una habitación en el sótano, protegido con runas. No puedo cruzar la puerta, y esta debe abrirse con algún objeto en particular. Bonnie parece saberlo, pero no está dispuesta a romper su promesa de lo que el cazador le dijo en confidencia. Respecto al bosque...- Les hice un gesto para que se acercaran y pudiéramos ir bajando al sotano. -Hay un altar de piedra donde los Barrett hacían sacrificios, intentando convocar al demonio Sazel. Lo conozco, no es un "tío majo", como decís vosotros. Pero por eso mismo dudo que sea quien haya asesinado a Clarke: si Sazel estuviera aquí Thirteen Pines habría dejado de existir... Quien esté detrás de esto debe ser un infernalista o un humano poseído.-

Les miré de nuevo, sobretodo a Scarlett y Jim. -De todos modos, es claro que habéis llamado la atención de alguien en particular, ¿con quienes habéis hablado y que les habéis dicho sobre vuestra razón de estar aquí?- La sutileza no era algo que identificará a la señorita Van Helsing...

Y tengo la firme intención de conservarlos - afirma Jim.

Observa a Nathanael con gesto curioso - No, desde luego no es como me lo había imaginado (1)- Le tiende una mano al ángel. La mención a Bonnie le hace abrir los ojos como platos

¿Bonnie McNally? ¿La ayudante del bibliotecario? ¿A santo de qué la has traído aquí?...

- Vale, perfecto. Eres un viajero del tiempo que ha venido a protegerla. Queda claro. - Le respondí a Nate. - Pero dime, ¿dónde la has escondido? Estará más segura con nosotros que sola por aquí ahora mismo. - Le pregunté al ángel tras pinchar al quejica de Dexter.

Quería ver mis heridas, pero para eso debía quitarme las protecciones y los guantes, pues quería valorar los mordiscos que tenía. Pero hacer eso en zona hostil era peligroso, así que me dediqué a los demás mientras seguía escuchando a Nate. La verdad es que me moría por tocar los brazos de Jim, pero era de de Dex el que más me preocupaba, así que no tardé en tenerlo entre mis manos.

- ¿Puedes mover la mano? - Le pregunté. - ¿Y los dedos? - Luego coloqué dos dedos en la palma de su mano. - Aprieta con fuerza... - Le dije antes de tocarle el antebrazo, lo que le iba a doler. Vi el gesto de Nate para bajar al sótano y tuve que dejar de jugar a los médicos con Dexter. - Te lo voy a entablillar por seguridad más que nada. Pero te dejaré la mano libre, aunque no la muñeca. - No sabía el estado del antebrazo ni de sus huesos y no quería oír un crack final, además, así no se podía determinar nada. Necesitaba un lugar más tranquilo que aquel.

- Así que eso es lo que protegen, la entrada a algún sitio... quieren acceder y no saben como... y mientras no dejan que nadie se acerque. - Era lo más lógico, eso estaba claro.

- Voto por el infernalista, más que nada por los perros del infierno que nos lanzó. Un humano poseído llamaría más la atención, su actitud y manera de ser habrían cambiado lo suficiente como para que sus allegados se diesen cuenta y este lugar es pequeño. Seguro que a estas alturas todo el pueblo sabe que comí con Jim a solas. - Y es que era lo que tenían esos lugares, que la gente se aburría y lo mejor eran los cotilleos.

- A mí no me mires así. Ya sé que mi apellido es un problema en este mundo, pero solo hablé con Jim y no precisamente alzando la voz. - Le dije a Nate con un claro gesto de sorpresa.

- De hecho... - Me sonrojé al pensar solo en ello y comencé a descender al sótano detrás de Nate. - La conversación no iba tan mal cuando Wanda, la camarera, me hizo señas y me dijo que Jim estaba soltero. Donde quizás llamase más la atención fue en la tienda de Hunt, más que nada porque compramos munición para sus armas, bengalas, petardos que nos pueden dejar sordos, antibiótico y analgésicos... antinflamatorio... las chuches de Jessy... pero me presenté como Scarlett y no llevaba las katanas a mi espalda, sino la chupa de cuero. Le estuve explicando cosas a Jim allí cuando Hunt no estaba presente... así que no he sido yo.

» De haber actuado como Van Helsing, hubiesen salido algunas criaturas apaleadas o muertas por mi camino, lo sabes Nate. Cuando entro en ese lado, es todo distinto. - Y miré a Dexter y a Jessy. - ¿Quién os contó eso de que el sheriff era descendiente de las brujas de Salem y que Bonnie podría estar en peligro? Porque sin duda sabía demasiado para ser un simple pueblerino.*

Y mientras esperaba explicaciones, busqué con qué entablillar el brazo de Dexter. - ¿Me ayudas Jim? - Le pregunté mientras esperaba respuestas. - Es entablillarle el antebrazo y fijarle también la muñeca para evitar que haga mucho juego. Cuando pueda verle con más calma sabré si tengo que dejarle así o si se lo puedo quitar. Pero prefiero prevenir. Y si me da tiempo, tú vas después. - Le dije al soldado.

Un viajero en el tiempo... no sonaba mucho más razonable que un ángel. En realidad, era casi más increíble, pero suponía que si él estaba cómodo con eso, ninguno de nosotros teníamos que decir algo diferente.

-Pues... viajero del tiempo entonces. Siempre es útil saber quién ganará la próxima Superbowl.

La pobre bibliotecaria tenía que estar asustada aunque a la vista de lo que le esperaba arriba, un montón de preguntas y un grupo de lo más pintoresco, casi cualquiera preferiría permanecer allí, a salvo de todo. No contaba con que la trajese hasta allí, pero la verdad era que nos había ahorrado la molestia de ir a buscarla y también la había colocado justo en donde la necesitábamos.

A Jim no pareció hacerle mucha gracia... pero a mí me sonó bastante bien. Además, aunque con él no hablase, bien podía hacerlo con los demás.

-Quizás a nosotros nos lo diga. Después de todo, somos cazadores y camaradas. Deberíamos bajar para hablar con ella -sugerí, antes de que Nate continuase hablando acerca del bosque y lo que había en él. Eso nos dejaba con algún humano que quisiera fastidiar directamente a Clarke... o un demonio con alguna cuenta pendiente.

-La verdad es que Jessica y yo solo hablamos con la encargada del hotel -comenté, quitándole importancia. Scarlett opinaba que algún infernalista podía estar metido en aquello... pero yo no tenía ganas de elucubrar. Ella en cambio prefería hallar responsables cuando en ese momento, al habernos salvado podíamos actuar durante un tiempo al menos libres de todo control.

-Sea quien sea, domina las convocaciones, pero no es infalible o de lo contrario, no estaríamos con vida, así que creo que deberíamos bajar e intentar atravesar esas protecciones. Después quizás podríamos... ¿hacerle una visita al sheriff?

Tiene que haber algo más - dice Nate - Los sabuesos infernales son demonios cazadores y hay que darles objetivos concretos; de lo contrario ni siquiera llegan a manifestarse en este mundo ¿Quién os ha visto a los cuatro juntos?

Podría ser la recepcionista del hotel - aventura Jessica - Estuvimos los cuatro en la recepción antes de salir.

¿Iris Bates? - dice Jim, escéptico - Tiene un carácter infernal y es una chismosa de cuidado, pero... - al final no termina por encontrar las palabras - Me sorprendería mucho, eso es todo.

El sótano de Ashton Clarke está dividido en dos secciones: la principal es una despensa normal y corriente con herramientas y comida necesarias para sobrevivir largos períodos de aislamiento en el bosque. La otra está separada de la sección principal por una puerta cubierta por glifos arcanos. A través de una ventanilla puede verse un pequeño arsenal de armas y en el centro un pedestal que sostiene una caja de cristal sin cerradura aparente. En su interior, un hermoso camafeo de oro y zafiro. En su interior parece haber la imagen de una mujer a la cual no se le ve el rostro, aparentemente hecha de humo blanco.

Donde debería estar la cerradura hay un círculo repleto de runas brillantes, pero a diferencia de cuando la encontró Nate ahora se encuentra abierta de par en par.

En el interior de la habitación se encuentra una mujer pelirroja de mediana edad. En una mano sostiene algún tipo de llave que ha utilizado para abrir la cerradura rúnica. La otra está extendida hacia la caja de cristal, hacia la que la mujer se dirige como si estuviera en trance...

-Se trata de una puerta al Infierno...- Logré comentar a Scarlett antes de darme cuenta que ya la bibliotecaria había abierto aquel cuarto. De un par de zancadas llegué hasta ella y la retuve, sosteniendo sus brazos. -¡Espera! Bonnie, ¿me oye?- Su gesto vacuo no me ha gustado y temo que algo pueda estarla controlando en este momento. Mierda, ¿por qué no le dije que subiera conmigo? Miré al resto sin soltar a la mujer. -No sé que es esa cosa, pero no me arriesgaría a tocar nada de lo que hay dentro del cuarto protegido de un cazador.- A ver si no habían más trampas escondidas para los confiados...

Bonnie se sobresalta al sentir los brazos de Nate rodeándola.

Yo... ese broche me estaba hablando - explica la mujer - Me dijo dónde encontrar la llave y me estaba pidiendo que la abriera. No... no sé por qué le estaba haciendo caso.

Ahora objetos parlantes y puertas al Infierno - comenta Jim - La diversión nunca se acaba con vosotros ¿Se encuentra bien ¿Bonnie?

Oh, Jim. No esperaba encontrarle aquí. Ni siquiera sé que hago aquí. Me trajo este hombre que dice venir del futuro con algún tipo de sistema de teletransporte ¿Suena muy descabellado?

Después de lo que he visto esta tarde le aseguro que no me lo parece - Jim mira a Nate con una ceja enarcada. Lo del viajero del tiempo no le convence pero tampoco quiere confundir más a la mujer.

Bueno, menuda colección tenía el viejo Ash aquí.

Sí, es increíble - dice Bonnie - Mire todas esas runas en las paredes ¿Para qué son?

Son conjuros de protección - dice Jessica - Sirven de barrera contra intrusiones sobrenaturales.

Veamos si el viejo Ash tenía algo útil para mí - Jim empieza a rebuscar entre todas las armas, dejando que sean los cazadores los que se ocupen del misterioso camafeo parlante. Su mirada se posa en una pesada hacha doble cubierta de extraños símbolos.

Vaya, fijaos en esto - dice descolgándola de la pared - Apuesto a que con esto puedo cortar a unos cuantos de esos bichos.

La sopesa en las manos y revisa el filo - Como dicen en "Forjado a fuego": Esto mata...