Partida Rol por web

- Es cierto, no hay mucho tiempo, vamos - contesta el gladiador a Ragnar, que sonríe antes las palabras de Bastia como si fuera una broma privada.

Cuando Yabiz le pregunta a Jerik por su historia los esclavos se miran unos a otros extrañados.

- Nada especial, como la mayoría de mis compañeros he sido gladiador toda mi vida. Entrenado para la lucha desde niño. Se me daba mejor que a los demás y eso me permitió sobrevivir. - cuenta mientras guía el grupo hacia dentro de la mina - Gane mi libertad y cierta notoriedad, lo que me ha valido un destierro y dado que estoy aquí una condena a muerte.

El gladiador conduce el grupo hasta una sala interior bastante cuadrada en la que se ha instalado una gran mesa y varias sillas alrededor. En ese momento en la habitación solo hay un joven que a pesar de estar en medio de una mina abandonada y llena de suciedad logra esta limpio y bien vestido. Solo sus mano cuando se la ofrece al grupo delata que se ha pasado la mayoría de su vida trabajando en una mina como esta, en todo el resto, incluido sus modales, son los de un noble de alta cuna.

- Bienvenidos amigos, entrar y poneros lo más cómodo que podáis. Venís desde muy lejos para ayudarnos cuando más os necesitamos. No se que puedo hacer para agradecer que os unáis a nuestra lucha. Como habéis visto la mayoría de mis hombres no tienen experiencia en la guerra. Son ex-esclavos, mercaderes, mineros y campesinos en su mayoría. Hemos sido capaces de resistir hasta ahora, pero me temo que sin ayuda, no iremos muy lejos. - comenta mientras hace gestos a los exploradores para que tomen asiento. - Si no estáis muy cansados me gustaría escuchar vuestras ideas y saber algo más de vosotros. La verdad creo que lo más necesario es adiestrar nuevos soldados, pero escucho vuestras ideas.

Hemos sido capaces de resistir hasta ahora, pero me temo que sin ayuda, no iremos muy lejos. - comenta mientras hace gestos a los exploradores para que tomen asiento. - Si no estáis muy cansados me gustaría escuchar vuestras ideas y saber algo más de vosotros. La verdad creo que lo más necesario es adiestrar nuevos soldados, pero escucho vuestras ideas.

 Señor - dijo el orco con una ligera reverencia - Soy Varag, un Guardia Gris de las Tierras Salvajes, al sur. Es nuestro interes comun que vuestra rebelion tenga exito - dijo Varag con seriedad - Y haremos lo que esté en nuestra mano para ayudarle en ese objetivo. Por mi parte, me temo que no soy el mas cualificado para aconsejar estrategias, si no mas bien ejecutarlas. Como habeis sobrevivido hasta ahora? 

Era cierto que Varag habia liderado pequeños grupos de Guardias Grises en diferentes batallas durante la guerra, pero una estrategia a gran escala estaba por encima de sus capacidades. 

 Bienvenidos amigos, entrar y poneros lo más cómodo que podáis. Venís desde muy lejos para ayudarnos cuando más os necesitamos. No se que puedo hacer para agradecer que os unáis a nuestra lucha. Como habéis visto la mayoría de mis hombres no tienen experiencia en la guerra. Son ex-esclavos, mercaderes, mineros y campesinos en su mayoría. Hemos sido capaces de resistir hasta ahora, pero me temo que sin ayuda, no iremos muy lejos. - comenta mientras hace gestos a los exploradores para que tomen asiento. - Si no estáis muy cansados me gustaría escuchar vuestras ideas y saber algo más de vosotros. La verdad creo que lo más necesario es adiestrar nuevos soldados, pero escucho vuestras ideas.

Observo a la panda de ... debiluchos a lo largo del camino ... asi como el reducido grupo que parecian ... y comienzo a meditar en el camino que podria hacerse y necesitarse

- No soy un estratega, mas un luchador pero con mis garras y mi fuerza ... asi que poco podre entrenarles en la lucha ... al menos en alguna que sirva a humanos como vosotros ... sin embargo ... he sido entrenado en un templo de guerreros ... esta claro que necesitais equipo ... disciplina .... orden ... , recursos, y atraer a aquellos rebeldes dispersos por las tierras del norte ... tal vez algo que incite a la gente a unirse a vos en la revuelta ... -  

Carav escucha atentamente a ambos.

- Si necesitamos todo eso. Y suerte. Y seguramente la protección de Cynamara. - asiente a las palabras de Ragnar - Hasta ahora hemos sobrevivido porque nos han menospreciado. Esperaban una turba descontrolada y no algo lejanamente parecido a un ejercito ordenado. También le debemos mucho a los gladiadores y la orografía de estas montañas.

Es ese momento un esclavo lleno de sudor y sangre, con pinta de venir de una batalla entra en la sala y con una reverencia y sin decir palabra se acerca al lider y le susurra algo al oído. Carvar asiente y le hace un gesto.

- En fin, os dejo descansar. Ha sido un viaje muy largo - dice levantándose y haciendo un gesto a un esclavo - Os acompañaran a vuestra cueva y os proporcionaran lo que necesitéis. Mañana a primera hora concretaremos más vuestra labor.

Yabiz dio un paso adelante y expuso su opinión:

Imagino que sois muy pocos para plantearos enfrentaros a un ejército. Tampoco necesitamos derrotar al imperio en el campo de batalla, pero sí resultar tan amenazadores como para que sientan la necesidad de aplastaros y la necesidad de movilizar un gran contingente para ello. Hasta ahora os han menospreciado, nuestra tarea es que os sobrevaloren y desvíen del frente en mayor número de efectivos posible.

No podemos salir a campo abierto, siendo tan pocos no podemos exponernos a sufrir bajas. Tenemos que hacer guerra de guerrillas y usar vuestro conocimiento del terreno. Los que como vos se hayan curtido en las minas, deberéis atraer al enemigo a las minas o a las montañas y combatirlos en ese terreno que conocéis como la palma de vuestra mano. Yo me desenvuelvo bien en los bosques y junto con aquellos de vuestros hombres habituados a moverse por ese tipo de terreno, golpearé al enemigo y desapareceré antes de que puedan devolver el golpe. Nuestra labor es descubrir cuales son nuestros puntos fuertes y evitar que usen contra nosotros nuestros puntos débiles.

Nuestro conocimiento del terreno y nuestra movilidad son nuestras principales armas. Nuestra mayor baza es saber que no necesitamos derrotarlos realmente, que nos basta con que ellos crean que somos una amenaza real y que podemos derrotarlos.

Norm sí tenía experiencia de guerra. Respondió, después de pensar bien a lo que quería escuchar su anfitrión. 

—Yo soy Norm, un soldado de Galea que por orden de mi Rey trabajo para los exploradores Grises. Creo que aquí puedo ayudar mucho. Todavía no hemos visto mucho, pero ya te puedo decir que un ejército se mueve por su estómago. Algunos de tus hombres, de los que hemos visto, están mal alimentados. Necesitaríamos saber de cuanta comida contamos, y si podemos asaltar caravanas de suministros para liberar más comida y más esclavos. —Y joder así el frente del Imperio. 

Fue más al grano. —Yo puedo enseñar a tus hombres a tirar con arco como me enseñaron a mí en el ejército de Galea*. No a tirar para cazar cada uno por su cuenta, sino a trabajar en unidades de hostigadores o de campo de batalla. En definitiva, puedo conseguirte buenas compañías de arqueros, además de que tengo experiencia en la guerra y se como emplearlos bien. Disparar siempre primero a nigromantes y hechiceros enemigos... ese tipo de cosas. No es lo mismo combatir uno a uno como hacen tus gladiadores que combatir en batalla abierta o escaramuzas —Norm inspiró, recordando algunas sangrientas—, no tienen nada que ver.  

Yabiz comentó bastantes cosas. —¿Muy pocos? Si ni sabemos cuanto son. La guerra de guerrillas está bien, pero es mejor lo que cuentas de explorar. A veces es mejor robar que saquear, quizá estaría bien ver un mapa de los alrededores. 

- Y ademas somos expertos en generar nuestro buen montón de caos. Si sabéis de algún punto donde podemos hacer un especial daño pero no os sentís con fuerza y confianza para atacarlo podemos formar parte del comando de ataque y aumentar las probabilidades de éxito.

perocomo biendice Norm, si nos ayudáis a conocer la zona y a nuestro enemigo seremos de mucha más ayuda.

Aquel hombre, Cavar, causó una buena impresión en Flogdegnurt. No parecía un hombre corriente. Parecía tener más determinación y valor que la mayoría de ellos. Era capaz de darse cuenta de sus debilidades y de reconocerlas abiertamente. De estas personas que te ofrecen confianza sin saber porqué. Pensó que con un líder como aquel, su rebelión podría llegar muy lejos y ¿quién sabe?¿Tal vez ganar? Sería mucho más de lo que Frank esperaba de este asunto. Y quizá incluso no le resultase conveniente. Si conseguíamos que su rebelión funcionase, saldría con sus historias de equilibrio de fuerzas, de que habíamos descompensado nosequé y que por nuestra culpa había muerto mucha gente...pero Flogdegnurt quería que sucediese. E iba a aportar todo lo que pudiese.

-Yo puedo enzeñar vozotroz a moveroz zin zer viztoz-dijo Flogdegnurt-útil para hacer embozcadaz y vigilar enemigo zin que elloz zepan. Muy útil para planear ataquez. Y no mal arquero tampoco. Y ziiii, mucho caos. Flogdegnurt puede generar mucho caos.

Poco más tenía que ofrecer. Pero lo que tuviera, estaría con la causa.

Dormir no estaría mal, aunque no se que podría enseñarles... Ur-Hakon se acariciaba la perilla, rebuscando en su mente que podría enseñarles, tras estar unos largos minutos pensando desistió con una extraña sensación de vergüenza en su estomago.

¿Que le pasaba a ese? ¿hay pelea? porque quiero pelear dijo el ogro abruptamente.

Cariv sonrié a Yabiz y le responde.

- Tienes que comprender que no hemos arriesgado nuestras vidas y empezado esta rebelión para ayudaros a los sureños en esta guerra. Compartimos enemigos, pero nuestro objetivo no es atraer a las tropas del imperio al norte para que nos maten a todos. Queremos ganarnos la libertad, no morir por los Reinos del Sur.

Escucha atentamente a todos pero asiente especialmente a las palabras de Norm.

- Estoy totalmente de acuerdo. Lo primero es llenar nuestras despensas, de nada sirve encerrarnos en las montañas o conseguir más hombres si no los podemos alimentar. Y lo segundo es crear un ejercito. Tengo grandes luchadores. Los mejores del mundo sin lugar a dudas. Pero muy pocos soldados.

El grupo abandona la cueva de Cavar y lo acompañan hasta una especie de comedor. En el hay dos docenas de hombres cenando aunque claramente esta pensado para albergar muchos más. Los esclavos se mantienen fríos y distantes, pocos saludan a los exploradores y ninguno intenta entablar conversación.

La mayoría los trata con miedo, pero sin embargo los gladiadores muestra una clara actitud de superioridad, alguno de ellos incluso llega a empujar a Flog al recoger la comida, aunque una mirada seca de Jerik hace que se disculpe y siente.

Tras la comida el grupo es conducido a sus aposentos: una cueva en la parte más profunda de la mina con varios colchones y dos arcones. El hombre que los acompaña no puede evitar una mirada de envidia.

—Eso es, mañana hablaremos —se mostró de acuerdo Norm—, a ver que podemos hacer. De todas formas, hemos venido para caer todos o triunfar todos —se refirió a las palabras sobre lo que pretendían de la rebelión de los esclavos. —Traer los ejércitos de vuelta daría unos meses más de vida y nada más al Sur. Necesitamos romper sus ejércitos en el campo de batalla para que no vuelvan, o que lo que vuelva no sea capaz de conquistar lo que creemos aquí. 

Los gladiadores se mostraron bastante hostiles y los esclavos temerosos. Norm, sin cortarse un pelo, se sentó con los esclavos y compartió su comida, tratando de preguntar cómo era la vida en el imperio y los planes que tenían aquellos hombres. Quería comprobar la moral. Bueno, eso era como lo llamaban los peces gordos. Él lo llamaba las ganas de verter tus tripas por los jefes. 

Uno de los gladiadores molestó a Flog. Pero no llegó a más. Norm pensó que cualquier día ese gladiador no despertaría. 

Bastia se mantuvo en silencio mientras todos lanzaban ideas y propuestas sobre cómo ayudar o utilizar los hombres de ki Olva y así se mantuvo mientras llenaban el estómago salvo para agradecer la comida y contener un gruñido cuando los gladiadores decidieron hacerse los machitos con Flog.

Cuando por fin se quedaron solos, expuso sus ideas.

Necesitaremos un mapa de la zona y anotar todo lo que sepan de las tropas y localizaciones enemigas así como un inventario de armas y tropas de ki Olva. - iba levantando los dedos de su garra mientras enumeraba. - Por no hablar de que habrá que entrenar a los libertos y seguramente bajar los humos a algún machote de esos...

Miró a Flog cuando dijo lo último.

Ese tipo de gente no sirve para luchar una batalla, suelen terminar provocando más bajas que el enemigo.

La cena y la noche transcurren tranquilas, sin embargo algo antes del amanecer un esclavo despierta a los exploradores:

- El señor Olva desea verlos lo antes posible - comenta con claro acento aristocrático. - Por favor aseensé lo más rápido que les resulte posible y acompáñenme.

Cavar espera al grupo en la misma habitación-cueva que el día anterior. En sus manos esta el mensaje que recibió al final de la reunión de la noche anterior. Sus ojeras sugieren que no ha dormido mucho.

- Buenos días - dice en cuanto los exploradores aparecen - Necesito vuestra ayuda. Como habréis deducido la mayoría de nuestras tropas no están aquí. Durante este último mes las he separado en pequeños grupos de saqueo y enviado a atacar varios puntos de suministro del ejercito. - mira a Norm con una sonrisa - Uno de ellos esta teniendo problemas en un pequeño almacén a algo más de medio día de viaje al norte. Por lo visto había más tropas y mejor armadas de las esperadas. ¿Podríais reforzarles?. Por desgracia no tengo más tropas disponibles que vosotros.

Yabiz se ajustó las armas.

Así se hará, no perdamos tiempo. ¿Dónde tenemos que ir?

Yabiz se lanzó a ofrecerse. Era una buena forma de probar nuestras intenciones.

—Sí, podemos partir casi de inmediato. Pero por favor, detallanos antes un poco la geografía y lo que conozcas de la zona. No queremos no se... alertar a algún ejército o caer en un lugar lleno de monstruos, o un pantano lleno de enfermedades y traerlas. 

- Y también detállanos qué esperaban encontrarse como resistencia y qué han encontrado en realidad. ¿Es sólo número o tienen criaturas monstruosas de aliadas?

Flogdegnurt se paseaba por el campamento con curiosidad, observando el variopinto grupo de gente reunido bajo el mando de Cavar. Sin duda el mayor problema sería hacer funcionar a aquel grupo de gente como un grupo homogéneo de soldados, virtud que había aprendido de los elfos, pues los goblins tampoco suelen destacar por su capacidad organizativa. Y bien sabía que esa era una de sus mayores debilidades.

Fue a la hora de la comida cuando, luego de esperar pacientemente a que le sirvieran una escudilla con algo de verduras con un líquido espeso y algo que podría llevar algo de carne, un hombretón que le sacaba como un metro de estatura le empujó haciendo que se le derramase la mitad del plato. El goblin miró hacia arriba y vio la cara divertida de aquel hombre, que parecía de pocas luces. Respondió con una cara de odio profundo, que aún pareció divertir más al hombretón. A punto estaba de sacar su arma para ajustarle las cuentas cuando alguien, probablemente un superior intervino echándole una pequeña bronca. La cosa quedaría así por ahora, pero se vengaría.

Asintió a las palabras de Bastia. Sin duda tenía razón. No podía dejar pasar esta afrenta.

Poco después, durante la comida, el goblin intentó colarse por debajo de las mesas para atarle las botas, bien con sus propios cordones, bien con otro trozo de cuerda preparada para la ocasión. Luego la cuestión fue esperar a que se levantase y cayese de bruces. Cuando se levantó, el goblin le miró divertido.

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Master:

En cuanto el gladiador cae de bruces se hace el silencio en el comedor pero a los pocos segundos todos estallan en risas. El gladiador intenta levantarse rápidamente pero se vuelve a caer una vez más con lo que las risas se vuelven atronadoras. Saca un cuchillo, se corta las cuerdas y se levanta dirigiéndose directamente hacia Flog, pero Jarik le agarra de un brazo. Tras lanzar una mirada de odio hacia el goblin abandona maldiciendo el comedor.

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Conversando con sus compañeros, expresó sus pareceres sobre el campamento, que coincidían nuevamente con los de Bastia.

-Gente muy distinta. No tiene entrenamiento. No zon ejército-dijo-Puede funcionar zeparar en grupos diferentes con formas de pelear parecidaz y hacer incursionez. Guerra de guerrillaz. Pero no ejército.Creo.

Luego Cavar les informó de que había más tropas. Era un alivio saberlo. Esperaba que mejoraran con mucho lo presente.

Por lo visto, el líder conocía también el punto flaco de aquella turba y había llegado a la misma conclusión. Por desgracia, esto también tenía sus problemas. Sus compañeros se apresuraron a aceptar el encargo, con lo que Flogdegnurt estaba de acuerdo, así que se limitó a apoyar la decisión.

-Partamoz cuanto antez, puez.