Partida Rol por web

Viendo que había una cerradura, no dudé en usar una de las dagas para forcejearla. Con algo de maña tendría que abrirse facilmente. Por si acaso, eso si, miro por el ojo de la cerradura para ver que no haya nadie al otro lado (Si es posible)

Soledad, silencio y tranquilidad. Era feliz. 

Recorrí el pasillo sin perder mucho tiempo. No habia mucho mas que ver.

Me acerque al hueco de la pared para verificar si era posible que me colara por esa abertura. Si era estrecha podia subir yo misma para no forzar el mecanismo con mi peso, claro que para ello la abertura tendria que ser suficiente para dejarme entrar y luego arriba que me encontraria?

De momento la misma ambiguedad e incertidumbre le daban sabor a mi aventura y solo esperaba con ansias encontrar mi primer objetivo. 

De soslayo recorde al doctor pero mantuve el recuerdo alejado enfocandome en mi trabajo. La marca en mi mano ni siquiera era importante en ese momento. 

Logrando empujar a uno contra las trampas, aproveché el cambio de tornas para intentar hacer lo mismo con el segundo.

La puerta se abre de forma sigilosa, tras ella hay un estrecho pasillo levemente iluminado por una pequeña vela, tras unos cuatro metros de pasillo levemente iluminados comienzan una media docena de escaleras y tras eso un acceso a lo que parece una cocina, sin embargo escuchas algunos pasos y sonidos de utensilios, así que debe de haber personas en la habitación.

Aprovechando el espacio y mi tamaño me subo a la cabina para usar el montacargas y perderme en las entrañas del edificio luego de presionar el boton para subir.

Aunque algo nerviosa de no saber que puedo encontrar mantengo mi arma cerca y me aseguro que sea la sorpresa y el silencio mi amiga, como siempre ha sido.

Entrada del tejado

El Guardia 2 es empujado contra el cableado trampa, este se activa y propicia tal daño contra él que termina por matarlo. Al tiempo que esto ocurria un tercer guardia ya alertado por el ruído previo accedía al desván...- ¡A él, a degüello, a degüelo!...

Pasillo 2º piso

El montacargas subió hasta la planta superior, el pasillo era casi igual que el anterior...quedaban a la izquierda dos puertas visiblemente y al fondo un pasillo en esa dirección una luz reflejaba lo que parecía la sombra de una mujer con cabello largo, a la derecha quedaban tres puertas de habitaciones, y en la parte central unas escaleras de bajada.

Parpadeo unos instantes, sorprendido por la letalidad de las trampas cuando uno de los guardias activa parte de las mismas. Desafortunadamente, tan pronto me había librado de uno que otro venía a sustituirle. Ni qué decir tiene que tampoco me gustó que me pinchasen nuevamente, por lo que, dado que estaba en inferioridad, volví a tratar de empujar a uno de los guardias, precisamente al que espetaba que fuesen a por mí.

Salí con cuidado del elevador y con una sonrisa constate que estaba sola. Al final se veia la sombra de una mujer y me dispuse a asaltarla. Casi de puntillas y con el arma apuntandole me acerque en sigilo para poder interrogarle. 

Necesitaba saber donde estaba la comida, donde estarian mis victimas: Barbara, la bruja, Shuscter y El Mil Caras.

Luego tendria tiempo para conseguir el diario del Mil Caras y el pase de seguridad de Shuscter.

Nota Mental: No olvidar al hombre encerrado.

Apunte el arma a la cabeza de la mujer para que no hiciera ruido alguno mientras con las otra llamaba su atencion.

Entrada del tejado

Visto que solo había un camino, cierro la puerta con cuidado, y sigo dicho pasillo. La luminosidad era pobre, pero lo suficiente para poder ver. A medida que avanzaba, veía lo que parecía una cocina, y con gente dentro. Lo mejor era asomarme con cautela, y mirar quienes estaban allí exactamente.

Entrada del tejado

Thaddeus consigue empujar al guardia 1 contra las dos trampas restantes, sin embargo estas solo parecen darle de refilón por lo que parece que podrá levantarse en breve y volver al ataque.

No obstante, el guardia 3 continúa con su sable golpeando al intruso que ya muestra claros síntomas de dolor.

Cocina

Al llegar parece que oyes a dos personas diferentes, un hombre mayor y otro unos veinte años más joven...- Son una ruina, unos acomodados que no sirven para nada...joder, si es que no quieren mi comida por un simple ingrediente...les metería esto por donde les quepa... dijo en tono de enfado, pero moderando para no dar gritos...el mayor debía ser el cocinero.

- Lo sé...no crea que no veo cuando les sirvo...usted no tiene que verles la cara...agradezca eso...

Aunque logré empujar a uno de los guardias, las trampas no surtieron efecto alguno, casi puestas ahí por un aficionado para hacer bulto. No podía contar con más elementos del entorno en ese aspecto, y si bien me había librado ya de uno, éstos dos me dejarían hecho un colador si no me los quitaba de encima rápido.

Aprovechando que ahora sólo tenía a uno, ataqué con mi hoja al Guardia 3, concretamente al brazo que sujetaba el arma. Al menos trataría de inutilizarlos, aunque si lograse encontrar un hueco en su defensa, tanto mejor. Muertos es la mejor forma que hay para que dejen de fastidiar.

Viendo que era una sombra de una mujer asumí que estaba de pie mas adelante y me acerque con el revolver en la mano apuntandole a lo que seria su cabeza una vez que la enfrentara.

Mi otra mano llamaria su atencion para que saliera de las sombras e hiciese silencio. 

Aun tenia que interrogarle.