Partida Rol por web

Abro los ojos muchisimo, suspiro, miro a mi alrededor y saludo al medico con un gesto, no me habia dado cuenta de su presencia hasta el momento. A sido muy cortes con nosotros y mi fiebre a remitido, buscare la forma de compensarle por sus servicios.- me prometo a mi misma pero en ese momento Morghcor era mi prioridad.

Me acerco a su oido y le digo.- Morghcord, tengo que hablar contigo, despierta...- le insisto zarandeandole un poco mas.- Venga, si te despiertas prometo acostarme contigo.

ZZzzZZ

...

CARAMBA!!!

El Cimmerio se levanta sobresaltado. Desencorba su espalda , produciendo un potente crujido y jira sus brazos para desentumecer los hombros.

Que bien me ha sentado dormir!

Hundra no está muy segura de si han sidos sus palabras las que han despertado al bárbaro, o si apenas el las ha escuchado.

Eso sí, habrá que conseguir un sitio para dormir donde apeste menos a muerte!

- Se hace lo que se puede, aunque no deberias despreciar un techo, por rancio que sea, y mucho menos si no has pagado por él...-

Miro al bárbaro mientras termino de escurrir el trapo con que estaba limpiando los últimos restos de la suciedad más visible.

- Lo más lógico es que os vayais a algún lugar donde os alquilen una habitación, esta ciudad está plagada. Pero primero esperaremos a ver si despiertan los demás.-

Observo la habitación con ojo clínico, aún huele mal, muy mal, pero a la vista parece bastante limpio, un buen trabajo. Me voy a la cocina para cojer algunos dátiles, espéro que el melenudo no se los haya acabado todos.

-¡Maldito seas!- Una voz resuena por toda la casa - ¡Te has acabado los dátiles!

Me siento junto a la pequeña mesa de la cocina y cojo un mendrugo de pan para metermelo en la boca, algo es algo...

Cita:

Diego que estaba bebiendo agua tras levantarse la escupe al suelo entre un ataque de tos irrefrenable vaya y yo que creía que no tenía mucho sentido del humor la mira como todavía en duda de si las palabras las ha dicho en serio, mujeres piensa, vuelve a mirar al barbaro recien despertado y se corrije barbaros. Luego se lo piensa mejor mujeres barbaras..., en fin, demasiado complicado para un sencillo ladrón. Se echa un buen chorro de agua por la cabeza para despabilarse.

Hmm. Cierto... No me di cuenta de lo de los dátiles.

Seguro que cuando la jefa se despiert...

Hm CROM! Se me había olvidado.

El melenudo se acerca a perla.

La joven muchacha parece que ya no está delirando, simplemente dormida, abrigada solo con la cálida piel de oso.

-Está dormida, crees que es bueno despertarla?

Reviso de entre mis ropas las pocas monedas que aun conservo, teniendo un ladron en el grupo me parece extraño que aun sigan alli.

Con ellas en la mano me acerco al medico y le doy la mitad.- Ten, una por remendar a cada uno de nosotros, no es mucho, seguramente tus servicios valgan mas pero es cuanto puedo darte ahora, eso y mi palabra de que saldare el resto de la deuda.

Me doy la vuelta y recojo los arapos que son mis ropas, manchados de barro y sangre.- ¿Hay algun sitio donde pueda lavar esto?

Me quedo mirando las monedas unos instantes... No es mucho, no, es mas bien escueto. Pero bueno, me han puesto a prueba esta noche y eso se agradece. Además la muchacha parece sincera cuando dice que saldará el resto de la deuda. Les daré un voto de confianza...

- S' s' sí... Claro mujer, allí hay algo de agua limpia que me ha sobrado de limpiarme la cara, aunque claro, si quieres lavarlas mejor deberias ir al lavadero más cercano, creo que hay uno no muy lejos...- De pronto recuerdo algo que tenia en la cabeza y me dirijo hacia Moghcorb - No pasa nada por despertarla, pero si lo haces hazlo con tiento, no la zarandees ni le ladres... llamala por su nombre y que lo haga ella sola-

Los miro unos segundos y me giro hacia Hundra.

- ¿ Donde quieres lavarla?-

Miro a Moghcord con cierta tristeza, parece que a mi compañero le interesa Perla a un nivel algo mas que profesional.- En fin, unas veces se gana y otra te toca ducharte con agua fria.

Vuelvo mi vista al medico y resoplo.- Yo iria al lavadero pero creo que una mujer en cueros y con el cuerpo cosido llamaria la atencion ¿No crees? Tienes alguna tunica o algo que pueda ponerme por encima? cuando mi ropa este seca prometo lavarla para no dejarte el olor a mi en ella...Por cierto ¿Cuanto te debo?.- pregunto con cierta curiosidad, si tengo una deuda con el me gustaria saber a cuanto asciende....

-Jefa...

Perla..

Va...

...

NADA! que no hay manera. Ya despertará.

Tampoco parece encenderse mucho con el cuerpo inválido de vuestra patrona casi muerta. Quien sabe? puede que no sean las hembras las que le atraen, siempre fue un poco rarito... No... no puede ser... Quizás Hundra confundió sus miradas, o puede que simplemente tenga otras cosas en la cabeza ahora.

Creo que deberíamos salir de aquí.

Esto.. Matasanos.. Como te llamabas? Ezam? Puedes cuidar de ella hasta que despierte? Nosotros iremos a buscar algunas cosas útiles y volveremos aquí, después de lavarnos y eso... Por Crom! no tenía tanto barro encima desde aquella vez con los Pictos!! JAJAJA.

Moghcorb puede que se sienta comodo con su taparrabo, pero no es muy probable que la piel sin curtir de este aguante mucho mas sin acabar mostrando gran parte de Moghcorb. Por lo que algo de ropa le vendría bien si pretende salir a la calle.

Tonto... como todos los hombres.- pienso mientras niego con la cabeza mirando a Moghcord.- Vamos a lavarnos anda.- Le digo como si fuera un niño y salgo de la casa siguiendo las indicaciones. Ya no es temprano, las mujeres suelen salir a primera hora a lavar para que su colada seque durante el dia asi que el lavadaro esta bastante desierto.

Me agacho con cuidado y comienzo a lavarme antes de prepararme para darle un restregon a la ropa.

- Eban, mi nombre es Eban...- Digo con toda la paciencia del mundo-... y si, me quedaré con ella mientras haceis lo que tengais que hacer. Respecto a mis honorarios, cuando volvais habré hecho la cuenta, aunque os aseguro que no os va a salir barato. De todas formas me habeis caido bien, así que contad conmigo para lo que necesiteis...- Digo intentando quitarle hierro al asunto.

Cuando se marchan afuera me pongo a hacer inventario de lo que me queda, últimamente no habia mucho trabajo y el dinero no abundaba...

Mirando a la habitación me doy cuenta de que Diego aún está dentro.

- ¿No vas con ellos?-

Cita:

Creo que necesitan algo de tiempo para intimar dice guiñandole el ojo al sanador. Además, más vale que tenga un ojo en Perla, que para eso nos contrato.

Al rato resuenan las tripas de Diego por cierto, no tendrás algo más de comer que los desaparecidos dátiles ¿verdad?

-Aún queda algo de pan, si quieres, y a lo mejor algo en salazón... pero no abuses, que no estamos en tiempos de abundacia- Señalo a la cocina invitandole a que coja lo que quiera... Ya que la mujer se ha comprometido a pagarme todo lo que me debe no puedo ser ávaro...

- ¿Fué ella la que os contrató?-

La curiosidad tira de mi lengua.

Diego se dirige a saquear la despensa, donde empieza a comer para recuperar fuerzas mientras contesta al sanador con la boca llena

Cita:

Pues si dice entre bocados, aunque la verdad es que desde el inicio todos los planes se han ido por la borda, en fin, aun seguimos de una pieza, lo cual es de agradecer, le tengo apego al pellejo sonrie para si

Después va a comprobar si ha despertado Perla.

 Sonrio levemente - Si, a veces casna llevarlo pero solo tenemos uno...- Sigo haciendo inventario de las cosas de la habitación, o más bien dicho hago como si hiciera inventario.

Miro de reojo a Diego y veo como se acerca a Perla.

- Mejorará pronto, estoy seguro-

De pronto encuentro en uno de los estantes un librillo pequeño y polvoriento que hacia años que no encontraba.

- ¡Ajá! Así que estabas aquí...- Me siento entre dos cojines con las piernas cruzadas, limpio un poco la superficie del libro con la mano i empiezo a leer desde el principo

Diego va a la cocina un instante a buscar algo de comer, mientras Eban rebusca en sus libros.

En un abrir y cerrar de ojos Eban nota como por la espalda un cuerpo caliente y suabe le rodéa y como un acerado filo se pone sobre su garganta.

Cuando Diego llega al salón de nuevo, ve como perla no está sobre su montón de colchones y como tiene a Eban cogido por la espalda. El cuchillo con el que se estaba cortando el pan ahora está entre el cuello dle cirujano y la mano de la Zíngara.

Ya se sabe, no se le puede dar la espalda a un Zíngaro, y menos, a una Zíngara.

Su voz es suave, casi sin fuerzas, y la fiebre es bastante notoria, pues le hace estar débil, y todo el calor que desprende su cuerpo, vestido solo por decenas de tatuajes se puede sentir facilmente a esta distancia.

-Quien eres? Que estoy haciendo aquí?

- Soy Eban, te he salvado la vida y esta es mi casa-

Digo con la voz clara a pesar de la tensa situación,tengo las manos a la vista y el cuello tirante hacia atrás, la mujer parece débil, pero incluso una mano flácida puede cortar una arteria...

Con apenas fuerzas para decir nada confusa por su estado, y habiéndose dado por muerta solo acierta a preguntar una cosa mas.

Como me has encontrado?