Partida Rol por web

Madre mi.... ¡oh, como...! Tranquilo, Dámaso... tranquilo... Traté de pensar qué podía ser aquello... ¡No los huesos! Sino esa situación, el cómo habían llegado allí, porqué y quiénes eran... Tan sólo pude deducir, levemente, que era alguna criatura horrible, de esas que habitan en la noche, según cuentan algunas historias...

Venga... sabes que esas cosas horribles suceden las menos veces... ¡Tú mismo las cantas en las cortes y castillos! Calma, Dámaso... calma.

Aunque te sobrepones al miedo, no hay nada de interés en la cámara y retrocedes a la anterior.

- Puedes ir a la galería del lado occidental

- Puedes ir por la pendiente que asciende al norte

- Puedes entrar en la cueva

Veremos a ver dónde conduce éste camino... sin duda alguna, en la cueva debe estar eso que quiera que sea... ¡glup!

El pasillo se ensancha, formando una pequeña cámara con una gran piedra central en forma de estrella. Avanzas con cuidado, pues hay estalactitas que llegan hasta tu altura, y otras se unen con las estalagmitas formando delgadas columnas.

El pasillo termina bruscamente en un escalón de unas cinco varas de altura. Si quieres avanzar tendrás que descenderlo.

Uso suerte, restame los puntos que sean, como si son todos. Si ya de por sí tengo poca vida no quiero esnucarme en una cueva oscura.

¿Quén te manda a ti...? ¿¡¡Quién te manda a ti, por Dios!!? -decía el Arroyano al tiempo que tocaba la pared.

Emm... esto... He declarado suerte en el post anterior a la tirada. ¿¿No puedo usar suerte para restar la diferencia??

Estás en la entrada de la cueva, que forma una gran cámara irregular con extrañas formas. El suelo, salpicado por un ejército de estalagmitas, desciende en una pronunciada pendiente conforme se adentra en la cueva. Más allá , al final de la pendiente, se abren dos estrechos pasillos, uno de los cuales continúa de frente y el otro en dirección nordeste.

¡La virgen! Casi me mato... Sin duda, si esa cosa mató y se comió al hijo del conde, ¿porqué entraría aquí de ser cierto? Algo gordo tiene que haber, ¡muy gordo! -me susurraba en alto.

El pasillo describe una amplia curva ascendente hacia la izquierda. Llega un punto en el que te ves obligado a escalar para poder continuar. Llegas a un tramo que termina en un enorme escalón de una cinco varas de altura. Si quieres avanzar tendrás que escalarlo, aunque no parece muy difícil ya que dispone de muchos salientes.

El pasillo se ensancha, formando una pequeña cámara con una gran piedra central en forma de estrella. Avanzas con cuidado, pues hay estalactitas que llegan hasta tu altura, y otras que se unen con las estalagmitas formando delgadas columnas.

Consigues orientarte y avanzar hasta un lugar desde donde puedes ver una galería que se abre a unos metros del suelo en la parte occidental de la cámara y una pronunciada pendiente que asciende hasta un pasillo al norte . También ves la entrada de la cueva.

Asciendo al norte .

¿A qué se refiere entrar en la cueva? ¿no estoy dentro ya?

Estás en la entrada de la cueva, que forma una gran cámara irregular con extrañas formas. El suelo, salpicado por un ejército de estalagmitas, desciende en una pronunciada pendiente conforme se adentra en la cueva. Más allá , al final de la pendiente, se abren dos estrechos pasillos, uno de los cuales continúa de frente y el otro en dirección nordeste.

vagas durante un buen rato entre las enormes plataformas de piedra sin encontrar ninguna salida, ni siquiera encuentras el camino de vuelta, tu antorcha empieza a apagarse, enciendes rápidamente otra.