Partida Rol por web

-¿Nadye? -resopla- Ok, men, dcid laldueño kme kobrro ladeudan piezas drrekambio...

Agarra una palanca que lleva colgada del cinturón (eso ni cuenta como arma, no hace falta dejarlo en la puerta) y se da media vuelta, camino a la furgoneta.

Glitch salió detrás del orko y cuando estuvieron fuera le intentó distraer con la primera cosa que se le pasó por la cabeza.

-Hey, ¿no serás por casualidad el famoso MacCallister?

Ojalá fuera así de fácil...

El recién llegado da media vuelta y encara, sorprendido, a su inesperado interlocutor. Ladea la cabeza para observarlo desde distintos ángulos, tratando de discernir si hay hay un operador en el interior. Probablemente no, pero le da igual:

-Gñ -responde-. ¿Ztuya lafrrgo?

En realidad, tan solo le interesa saber quién mató al capullo de Oxycode y se ha quedado con su mercancía.

Bueno... ¿a quién pretende engañar? Lo único que le interesa es recuperarla.

Vuelve a mirar a la lata de krill parlante. Solo se le ocurren dos opciones por las que ha podido poner su integridad física en juego acercándose a él:

1. La furgoneta es suya, y le tiene un cierto cariño.
2. Intenta aprovecharse de él de alguna manera.

En ambos casos, se está rifando un buen par de bofetadas...

El investigador se cruzó de brazos y observó como Glitch se acercaba a ese orco. Se sorprendió bastante de su pregunta, era una buena idea, pero eso le ponía en el punto de mira. Sacó las manos de sus bolsillos y preparó a mentalizarse para el combate. No iba a atacar primero, pero en esos sitios se tendía a liar parda.

-Bueno, vamos a ver si lo podemos solucionar hablando-Dijo sin apartar la vista de Glitch a Beth-Estoy bastante cansado como para bailar hoy.

Hasta ahora Jax había callado siendo un espectador más en el bar, sorbiendo su cosmo barato, haciendo oídos sordos a que el vehículo de la discordia no se trata de otro que su querida furgo. 

Pero viendo que la tensión va en aumento y la escalada puede terminar con un trompazo hacia Glitch ¿A caso puede sentir dolor? y Julius va a intervenir, Jax decide hacerse oír. Aunque a decir verdad, el elemento que más ha inclinado la balanza es ver como el imponente orco agarra una palanca y se encamina hacia su furgoneta con intenciones nongratas. 

-¡Hey, hey! ¡Es mía! ¿Qué necesitas amigo?- Dice acercandose con sus mejores galas: Una sonrisa porcelanosa y mostrando sus palmas en gesto de paz - ¿Qué te la mueva? Venga joder, solo tienes que pedirlo, te juro que cuando hemos llegado no había nadie detrás- 

-Eso...No será necesario hombre jajaja- Dice señalando tímidamente el cacho de hierro y el sugerente enfrentamiento con el robot y el adepto. 

- Si lo separáis de la puerta podría encerrarlo en una jaula invisible… y si no podría intentar hacerlo volar… - comentó Beth por lo bajo a sus compañeros antes de que se separaran para dirigirse a aquel monstrenco cabreado. Fuera lo que fueran a hacer, ella se mantuvo en un segundo plano escurriéndose por detrás del grupo y mezclándose con el resto de presentes. Si iba a ayudarles lo haría mejor desde la retaguardia.  

-La opción de hacernos invisibles se ha ido, intentemos no montar un alboroto ni empezar una pelea. Ya vistes los seguratas-Julius dijo siguiendo a Beth en la multitud-¿Mejor llevarlo a fuera? Ahí nadie se va a meter.

Mientras se adentraba en la multitud, empezó a preparar algunos hechizos, recordando como se sentían para tenerlos, de forma metafórica, en la recámara. Cuerpo a cuerpo no confiaba ni en aguantar un golpe, así que en caso de que todo se fuera al garete planeaba bombardearle desde la multitud. Quería asegurarse de una cosa primero, así que cerró los ojos y centró toda su atención en el orco.

-Ptoz mgomierrda lagrranchngada -amenza con la palanca a Beth y a Julius- ¿Afierra, dzes? ¿Kierrzirafierra?

-Zmatarría todz, pndjoz, porr lokiziztizal bztrrdoxycode -continúa, sin moverse un palmo-, prro nadie mpaga prrezo, azí kz vztrrio día dzrrte, pndiya webonez; dazme lkez mío y nagaiz kmnfade...

Glitch se inclina hacia Vargaz hasta quedar a escasos centimetros de su rostro y ladea la cabeza confundido.

-Tiiiiiiio, pero si ya estás enfadado¿? -ladea la cabeza hacia el otro lado- ¿Seguro que no eres MacCallister? Lo estamos buscando porque creemos que nos hará ganar mucho dinero con un asunto en que se ha metido, es un famoso decker orko que se pensaba ya retirado y solía frecuentar los hosts de [...] (Glitch continua regurgitando toda la información encontrada sobre el decker de hace 20 años en un registro incomprensible para los presentes hasta que le interrumpan o se lleve un porrazo)

- ¿Qué? ¿Qué se ha pasado? A mi me parece un momento estupendísimo para desaparecer… - dijo Beth antes de realizar unos discretos gestos con las manos para conjurar el hechizo que la haría desaparecer.

- Atento. Cuando se largue a la parte de atrás tu enganchas a Jax y yo a Glitch y nos largamos de aquí cagando leches. Tres… dos… uno… - se concentró en su nuevo hechizo. Ahora que era invisible no tenía que ser tan discreta con sus gestos manuales y digitales para invocar el nuevo hechizo, uno que haría creer a ese orco enorme que el cabrón que le había robado la droga a Oxycode estaba huyendo por la puerta de atrás mientras esos dos panolis le estaban distrayendo, haciéndole perder el tiempo.

Era lo que había podido unir de Oxycode, lo que le hicisteis, dadme lo que es mío y no hagáis que me enfade. Debía ser un socio de Oxycode o a quien le iba a vender las drogas. Que las drogas en sí no valían tanto como para jugársela, que se las daría sin mayor problema, pero a saber los problemas que eso podía traerlas y más delante de tanta peña. Mejor que se largara por atrás.

¿Cómo los había encontrado? ¿Cómo los había relacionado con Oxycode? Había salido con las pintas del quaterback… pero había preguntado por la furgo… la habría visto meterse en la furgo como el quaterback… mierda. Tenía que haber subido y salido invisible…

La tensión va en aumento. Puedes sentir como los ojos de los pandilleros cercanos se ponen sobre ti al anticipar la bronca, esperando animados a ver si revientas a alguien cuando el dron empieza a vomitar toda la información que hay en la red sobre este tal "MacCallister". ¿Quién coño son estos tipos? Sí, era un runner famoso o algo así, pero... ¿A caso este cacharro le funciona bien el procesador? Y luego está el "señor ropitas de neón", por favor, con su risita pidiendo puño.

De repente, algo hace que te fijes en como los ojos de la chica de atrás se cruzan con los tuyos y en un instante ¡Zas! Ha desaparecido. Nada, se ha esfumado como si la hubieran borrado por ordenador. "¡Despertados!", te dices a ti mismo, sin duda esto es obra de alguien capaz de manipular la magia. Puedes escuchar en un segundo plano susurros que provienen de todas direcciones y como el aire se enrarece repentinamente, esa chica está intentando jugarte uno de sus trucos y aunque no puedas verla... sigue aquí. 

Mientras tanto vuelves a fijarte lentamente en el hierático rostro carente de facciones del dron, el cual sigue con su perorata. 

¿Quiénes son estos tipos? No encajan con el resto de pandilleros y macarras de barrio que os observan medio curiosos. Sin embargo, te parece ver la cazadora universitaria al fondo de la sala, escabulléndose por la puerta trasera al aparcamiento mientras pierdes el tiempo con estos subnormales. 

-Estos gonorreas magomierdas están encubriendo al quarterback que se cargó a Oxycode y ahora van a por el tal MacCallister -interpreta, cuando cree vislumbrar al tipo de la cazadora escabullirse por la puerta de atrás-. Ya me ocuparé de estos pinches mataorkos más tarde; primero tengo unas cuentas que ajustar.

Sin mediar palabra, se lanza como una exhalación en pos de su imaginario enemigo. Abre la puerta trasera y asoma la cabeza, buscándolo.

[...] y es por esto que la red de Seattle se suele considerar como una de las peor esculpidas de todo UCAS. Esto... ¿De qué hablábamos? -Glitch gira sobre sí mismo para mantenerse encarado hacia Vargaz y levanta vagamente su mano- ¡Eh! ¿Dónde vas? ¿Has visto a MacCallister? ¡Espera, voy contigo! 

- Rápido, agarra a Glitch y yo a Jax y larguemonos de aquí lo antes posible. - dijo la voz de BB a Julius aún invisible antes de acercarse a Jax.

- Jax, soy BB, invisible. Vámonos cagando leches. El orko no tardará en regresar. - le dijo en voz baja para que la oyera sólo él a la par que lo cogía por el brazo para tirar de él hacia la puerta de salida que ahora estaba libre.

Julius asintió y se deslizó entre la multitud hasta llegar a Glitch. Le dió una palmada en la espalda para llamarle la atención y con una cabezada señaló la puerta.

-Vamos chico, es nuestra oportunidad-Le dijo justo antes de empezar a moverse hacia allí-El orco esta distraído, no hagas ruido.

-Oh, claro -Respondió sin tener la menor idea de lo que estaba sucediendo. -Vámonos de aquí. -Le lanzó un saludo con la mano al orko mientras este estaba de espaldas y salió con el resto fuera del local.

En este momento, la mente de Vargaz se halla completamente saturada por un único pensamiento:

el cabrón que le había robado la droga a Oxycode estaba huyendo por la puerta de atrás mientras esos dos panolis le estaban distrayendo

A decir verdad, en condiciones normales tampoco suele haber muchos más, así que, impulsado por el hechizo de BB, continúa con su persecución tras lanzar un gruñido al panoli de hojalata.

Vargaz Sale como un rayo hacia el exterior, persiguiendo el suspicaz deseo de encontrar al tipo que vio en el motel. El bar está lleno de pandilleros y tipos duros de los que no les importaría meterse en una pelea, pero, ya sea por las malas puglas del orco o la palanca que bien ha exhibido antes, nadie se interpone en su camino. De hecho, al ver que aparentemente no habrá pelea, vuelven a concentrarse en sus asuntos. 

Fuera, una luz parpadeante de neón blanca cubierta de mugre que se resiste a morir, ilumina la parte trasera del aparcamiento. Algunos vehículos están aquí aparcados y otros restan medio desmantelados o tan antiguos que seguramente ya no deban funcionar. El almacén con cajas de cervezas y otros bidones se encuentra dentro de un cuarto de contadores al aire libre, vallado y cerrado con un grueso candado.  

Dentro, todo el grupo salvo BB se queda algo perplejo de que el orco haya abandonado la idea de machacarlos sin más. 

Jax conserba las manos alzadas cuando el orco se va a toda prisa, pero su sonrisa de anuncio de dentífrico muda a una mueca de confusión. 

-Esto...¿BB? estás...¿Quien ha-? Bueno, digo, que buen truco- Atenuando al máximo sus ropas de neón consigue una falsa sensación de que está colaborando a pasar también inadvertido. 

Es entonces cuando entra un poco en pánico dándose cuenta de lo cerca que han estado de recibir un buen puño en la cara.

-¡Qué coño quería ese colgado! Conoce a Oxycode, ¿es uno de sus colegas? El tipo se cree que le hemos hecho algo o robado la mercancía...- Jax recapacita mirando con suspicacia a la puerta por donde sale la mole del orco- ...bueno en eso ultimo no se equivoca supongo- 

Entonces hace ademán de intentar salir por la puerta delantera a toda prisa, antes de que vuelva o la vaya a tomar con la Bulldog. 

No le hará falta más que mandar un comando desde su control rig para que la furgoneta arranque sola

Jax sale al exterior a toda prisa y la furgoneta arranca elegantemente mientras los faros delanteros atenúan la luz al corto de carretera. Sin embargo, observa horrorizado como unos imbéciles han dejado sus motos en mitad del camino. La Bulldog es una furgoneta espaciosa y blindada que destaca más por su almacenaje y durabilidad que porque sea fácil maniobrar.

Encerrada entre la pared y el carril ocupado por los motoristas, no tiene posibilidad de salir haciendo marcha atrás. Jax hace que la furgoneta lance unas ráfagas con las luces para llamarles la atención, ya que hacer sonar el claxon sería demasiado poco discreto. 

-¡Eh moveros de ahí, joder, necesitamos salir!- Les dice al par más cercano mientras se prepara para subir al asiento del conductor. 

En ese instante, se arrepiente enormemente. 

Varios de ellos se levantan o desmontan sus motos (sin ánimo de moverlas) y se plantan frente a él. De más lejos, emergen de la oscuridad otros pocos y, en un momento, hasta siete tipos con cazadoras de cuero con las siglas "BMB" estampadas y refuerzos de metal se le enfrentan con cara de pocos amigos. Las luces de la furgoneta lo tiñen todo de rojo.   

Jax recula hasta la parte trasera de la furgoneta sonriendo de nuevo pero con la mandíbula bien prieta -O sea... ¿Por favor?-