Partida Rol por web

La armería está junto al muelle de carga y la entrada principal. Recoges tu arma y la enfundas.

Cuando lleváis casi toda la carga sobre la plataforma, un secuaz de Jabba hace acto de presencia.

- Hay otro encargo que Jabba quiere que entregues. Dice que lo harás complacientemente ya que ha sido muy generoso contigo. Acompañadme -

Le acompañáis por los característicos pasillos del palacio. Han tiene una expresión de desagrado en su rostro. Te mira fugazmente. Su mirada puede transmitirte claramente el mensaje "Nos van a encasquetar un marrón". Pasáis por el perímetro del gran salón. Allí el griterío es casi ensordecedor. Tan sólo superado por los rugidos de alguna bestia. Un gran panel enrejado en el suelo permite ver una escena temible. 

El enorme ser agarra en sus zarpas a un humanoide y lo tritura con sus grandes fauces. El público enloquece y Jabba levanta sus orondas manos en señal de agradecimiento a su séquito - ¿Un buen espectáculo eh? Te lo dije... - Masculla Solo. Compruebas aliviado que la víctima no es tu contacto rebelde. Al menos de momento. Dejáis el gran salón y pasáis a una cámara contigua. Allí se encuentra el cazarrecompensas, dos gamorreanos y un twilek, éste parece alguien de una buena posición jerárquica. En una jaula, esposado se encuentra Cassian. Está semiincosciente. Parece que le han debido torturar. Seguramente habrán tratado de obtener información que vender al imperio.

Enmudeces. Si Cassian saliera de su aturdimiento y te reconociera, podría cometer la torpeza de delatarte. Tragas saliva. Es Han el primero que habla. - Ni hablar. No voy a ajusticiar a nadie. No soy un asesino. Dadle de comer a vuestro bicho - El twilek le interrumpe y el droide se apresura en traducir. - Jabba desea que entreguéis a este prisionero al puesto imperial que se os indicará - - ¿Y por qué no lo hace él? - Responde Han con tono desafiante señalando al cazador de recompensas. Te sorprende la bravuconería de este tipo y temes que se calienten los ánimos con trágicos resultados. - El señor Fett ha cumplido el contrato con la diligencia de siempre. Él tiene otros asuntos que le requieren - Y tras estas palabras tienes la sensación de que te observa bajo su casco.

Finalmente, salís del palacio de Jabba acompañados de tres secuaces del hutt. Éstos dejan la plataforma con la carga y el prisionero en la rampa de carga ventral de la nave. El contrabandista y tu también os subís y cuando la rampa comienza a subir lentamente, el reo parece salir de su aturdimiento. Con la vista algo más clara, te mira al reconocer tu voz. - ¿Tarkson?... De verdad eres tú? - Los secuaces reaccionan al instante. - ¡Nos han engañado! ¡Están rescatando al prisionero!! - Y sacan sus armas. 

Finalmente, salimos del palacio de Jabba acompañados de tres secuaces del hutt. Éstos dejan la plataforma con la carga y el prisionero en la rampa de carga ventral de la nave. El contrabandista y yo también nos subimos y cuando la rampa comienza a subir lentamente, el reo parece salir de su aturdimiento. Con la vista algo más clara, me mira al reconocer mi voz.

- ¿Tarkson?... ¿De verdad eres tú?

Giro rápidamente mi cabeza hacia mi contacto con cara de incredulidad. Los secuaces también reaccionan al instante al oír a Cassian.

- ¡Nos han engañado! ¡Están rescatando al prisionero!! -gritan al tiempo que desenfundan sus armas-.

- ¡Muy oportuno, Cassian! ¡Muy oportuno! -exclamo mientras intento evitar como puedo todo el fuego que recae sobre mí resguardándome en un lateral de la rampa que paulatinamente se va cerrando-. ¡La madre que te parió! -mis gritos quedan ahogados entre el sonido de los disparos blaster intercambiados entre los secuaces y Solo-.

La situación se vuelve caótica en muy poco tiempo. Cassian Andor, parece salir de su aturdimento, al menos en parte, y pronto comprende la situación que ha producido. Es el contrabandista quien reacciona primero, probablemente acostumbrado a este tipo de situaciones. Desenfunda y realiza dos disparos, uno a cada una de sus amenazas. Ambos reciben dos severos impactos y caen hacia atrás inertes antes de poder desenfundar. El tipo parece un buen tirador.

Tarkson no se juega el tipo tan a la ligera como el contrabandista y literalmente se arroja contra uno de los elevadores hidráulicos de la plataforma de carga para protegerse del disparo. El esbirro líder apunta hacia el piloto y dispara, pero la descarga láser impacta en la jaula de Andor, produciendo una cortina de chispas. La rampa se cierra lo suficiente como para que el combate tenga que darse por finalizado. Pero el peligro aún no ha acabado.

Dentro del carguero, la situación sigue igual de tensa que en el exterior. Solo parece muy disgustado. - Pero... ¿Qué tipo de broma es ésta? ¿Tú también eres un maldito rebelde? - Le grita a Tarkson. 

Afuera, el esbirro superviviente realiza un par de disparos contra el casco de la nave. Viendo que su acción resulta inútil, hace uso de su comunicador. Dentro, Han vuelve a tomar la iniciativa. - Vais a crearme muchos problemas con Jabba. A ver cómo le explico ésto -  Y sale corriendo hacia la cabina. Tarkson busca una herramienta para retirar el cerrojo de la jaula, y en el tiempo que tarda en liberar a su compañero, el carguero ya ha encendido los motores y se eleva en el cielo. El movimiento, aunque elegante, no deja de ser un tanto brusco y los dos rebeldes se tienen que sujetar para no perder el equilibrio.

Los dos aliados se acercan a la cabina. Andor se sienta tras el contrabandista y Tarkson ocupa el puesto de copiloto. - Os dejaré en las inmediaciones de Moss Eisly y luego os denunciaré a las autoridades locales por intento de secuestro. Así podré mantener al Imperio lejos - Cassian interviene, con una expresión en su rostro todavía de gran malestar. - Tengo... tengo una nave. La tengo escondida en una cueva. Mas allá del mar de dunas. No está lejos -

- Sí, creo que será lo mejor. Cuanto más lejos menos problemas para mí - Responde el contrabandista. Y pone rumbo al erial rocoso. La nave se desplaza sorprendentemente rápida para ser un viejo carguero y al cabo de un tiempo, Cassian extiende su brazo para señalar una cueva en la distancia. Solo posa la nave en tierra. - Bien, creo que aquí nos despedimos. Daos prisa en partir ya que os denunciaré en cuanto llegue a Moss Eisly. Ojalá nos hubiéramos conocido en otras circunstancias, aunque.... quién sabe, igual volvemos a vernos. Y ahora fuera de mi nave... - Comenta en tono jocoso.

Los dos soles se encuentran en el horizonte y la luz comienza a ser escasa. Veis al carguero partir y alejarse. Un tipo curioso ese Han Solo. Comenzáis a caminar hacia la cueva, que se encuentra a unos treinta metros. Cassian mira al piloto con intriga. - Primeramente gracias por salvarme. Perdón por la metedura de pata, pero, ese cazador de recompensas es bueno sacando información. Debemos avisar a la Alianza para que desplazen la flota a un nuevo punto. Ahora corren peligro. Por cierto, ¿Cómo has preparado tu plan de rescate? Realmente pensé por un momento que me habías dejado a mi suerte -

Los dos soles se encuentran en el horizonte y la luz comienza a ser escasa. Vemos al carguero partir y alejarse. Un tipo curioso ese Han Solo. Comenzamos a caminar hacia la cueva, que se encuentra a unos treinta metros. Cassian me mira con intriga.

- Primeramente gracias por salvarme. Perdón por la metedura de pata, pero, ese cazador de recompensas es bueno sacando información.

- De nada, hombre, de nada -respondo aceptando las disculpas de mi contacto-. Pero no me des tanto las gracias que por tu culpa casi no salimos de ésta.

Seguimos arrastrando nuestros pies hacia la cueva y Cassian Andor sigue hablando al tiempo que nuestras sombras se dibujan cada vez más alargadas sobre la ya no tan ardientes dunas del desierto de Tattoine.

- Debemos avisar a la Alianza para que desplacen la flota a un nuevo punto. Ahora corren peligro. Por cierto, ¿Cómo has preparado tu plan de rescate? Realmente pensé por un momento que me habías dejado a mi suerte.

- Pues verás... tenía todo bajo control -le respondo con muchos ademanes-. Lo importante fue pasar inadvertido estudiando las posibilidades que se me presentaban. Una de esas posibilidades se materializó en forma del contrabandista. De todas formas, el plan también pasaba por encontrar una estación de comunicaciones de largo alcance. El contrabandista era una gran oportunidad, pero la has fastidiado bien -le recrimino con dureza su reacción anterior en la rampa-. Ahora dependemos de que tu nave disponga de una, porque... la tiene... ¿verdad? -pregunto esperando una respuesta afirmativa-. Dime que sí.

Ya casi en la entrada de la cueva, le pregunto antes de entrar:

- Por cierto, ¿conoces la fauna nocturna del planeta? Yo ya te respondo de antemano que no tengo ni idea, así que ten los ojos bien abiertos por si nos encontramos con algo desagradable ahí dentro -digo al tiempo que desenfundo mi pistola blaster y pongo mi dedo índice en el gatillo-.

- Por cierto, ¿conoces la fauna nocturna del planeta? Yo ya te respondo de antemano que no tengo ni idea, así que ten los ojos bien abiertos por si nos encontramos con algo desagradable ahí dentro -

- Bueno, no sé si conozco toda la fauna de este desierto, pero te contaría cosas que te pondrían los pelos de punta. No te preocupes, la cueva no es grande, así que como mucho nos encontraríamos un grupo de ratas womp. Lo que nos debe preocupar es salir cuanto antes de aquí, al Imperio sí le temo -

 El piloto hace hincapié en poder comunicarse con la Alianza lo antes posible y para ello pregunta por el comunicador de largo alcance de la nave.

- Desde luego, toda nave que pueda saltar al hiperespacio va equipada con uno. Si no tuvieran, quedarían incomunicadas en mitad de la nada. En cuanto salgamos de la atmósfera enviaremos el mensaje. Para que te quedes tranquilo, lo envías tu mis.... Maldita sea, ven - Cassian tira de tu brazo con fuerza sacándote del camino que serpentea entre rocas. Los dos rebeldes se esconden en una roca del tamaño de un deslizador. Tan sólo asomando sus cabezas por encima, pueden ver a unos seres humanoides entrar en la cueva. - Ahhhg, guerreros Tusken. Han localizado la nave. Tratarán de desvalijarla. Si nos detectan nos atacarán. Prepárate, no podemos volver a Moss Eisly con el Imperio en alerta. Esa nave es nuestra única vía de escape - Y Andor desenfunda su pistola blaster pesada.

- Ahhhg, guerreros Tusken. Han localizado la nave. Tratarán de desvalijarla. Si nos detectan nos atacarán. Prepárate, no podemos volver a Mos Eisley con el Imperio en alerta. Esa nave es nuestra única vía de escape. -Y Andor desenfunda su pistola blaster pesada-.

- ¡Mierda! -susurro al tiempo que desenfundo mi arma-. ¡Qué mala suerte! A ver... pensemos... -exhalo-. siempre será mejor enfrentarnos a dos que a cinco. Propongo que disparemos a los dos de la entrada, tú al de la derecha y yo al de la izquierda; y, cuando salga el resto, más de lo mismo. ¿Te parece bien? -espero la confirmación de mi compañero mientras me preparo para asegurar el tiro-. Apunta bien antes de disparar. Cuando digas... 

Tomo aire y, tras aguantar el aire para estabilizar el arma, aprieto el gatillo.

Dominic apunta. Se asegura un buen tiro tomándose su tiempo, pero cuando aprieta el gatillo una nube de humo y una cortina de chispas salen de su arma. Ambos esconden sus cabezas tras la roca justo cuando los tusken miran hacia ellos atraídos por el sonido. Tras unos segundos en los que contenéis la respiración, los moradores de las arenas vuelven a su conversación. Cassian coge tu arma y la revisa. Con voz baja explica. - Esta pistola tiene el disipador forzado. Parece que hubieran intentado quitárselo. ¿Le has dejado tu arma a algún esbirro del hutt? Tienes suerte de que no te haya explotado en la cara - Y recoloca el disipador. - Puedes volver a usarla, pero procura disparar alejándola de tu cuerpo... Probemos de nuevo -

- Esta pistola tiene el disipador forzado -susurra Cassian-. Parece que hubieran intentado quitárselo. ¿Le has dejado tu arma a algún esbirro del hutt?

- Me la requisaron al subir a la barcaza de Jabba y no he vuelto a saber de ella hasta justo antes de salir con el contrabandista del hangar. Menuda panda de cabrones.

- Tienes suerte de que no te haya explotado en la cara -Y recoloca el disipador-. Puedes volver a usarla, pero procura disparar alejándola de tu cuerpo... Probemos de nuevo.

Desconfiando ahora de mi pistola, apunto nuevamente y, siguiendo el consejo de mi compañero, la alejo ligeramente del cuerpo y aprieto nuevamente el gatillo...

Primero Cassian y después el piloto, los dos disparos impactan en sus objetivos. El espía se sorprende del certero disparo de su compañero. Le ha subestimado. Los dos tusken quedan encorvados por los impactos y aparentan estar heridos. Pero aún no han sido abatidos y desde el interior, varios gruñidos parecen responder a vuestros ataques.

Los moradores de las arenas a pesar de estar heridos, muestran sus picas de fuerza y se desplazan hacia vosotros gritando.

Los moradores de las arenas, a pesar de estar heridos, muestran sus picas de fuerza y se desplazan hacia nosotros gritando.

- ¡Pero qué es lo que...! -exclamo mientras realizo un nuevo disparo contra el mismo Tusken-.

Cassian descarga dos ráfagas y ambas impactan en su objetivo. El tusken cae al suelo en plancha quedando inerte. El piloto no tiene tanta suerte. Su disparo, quizá por el estado de su arma o quizá por una mala racha, pasa a varios centímetros de su enemigo. Éste, no da muestras de temor y alcanza la roca para tratar de propinar un golpe a Tarkson. En la entrada de la cueva, aparecen tres nuevos moradores de las arenas. Uno de ellos tiene una carabina, el resto tienen la versátil pica de fuerza. El tusken de la carabina, apunta a Andor, para no dañar por error a su compañero que se encuentra junto al piloto, con intención de disparar. Los otros dos, se cubren tras la cobertura de la entrada.

Los problemas se agravan cuando, tras fallar mi disparo contra el morador de las arenas, éste alcanza mi posición rápidamente. Con intención de acabar con él lo antes posible, intento dispararle a quemarropa antes de que él realice su acción, esperando que, ahora sí, logre derribarlo.

El Tusken herido alcanza la posición del piloto encontrándose con un disparo de éste. Sin embargo, el daño no parece haber afectado al ser, quizá el láser ha debido impactar en alguno de sus ornamentos. Ahora es el morador de las arenas quien ataca con su pica de fuerza. Su herida le impide atacar con la pericia suficiente. Está visiblemente aturdido.

El espía dispara, aunque un poco desconcentrado por la cercanía del Tusken junto a los protagonistas, pero es suficiente para herir a su enemigo. Sin embargo, el tusken no se amilana y dispara su rifle contra Cassian. La cobertura de la roca frena el proyectil soltando una nube de polvo.

Tras ver cómo el tusken intenta huir de mí, y viendo de un rápido vistazo que hay otros dos enemigos que han aparecido en la entrada de la cueva, en primer lugar realizo un disparo contra el tusken herido y aturdido con la intención de deshacerme de él de una vez por todas y, segundo, giro rápidamente mi brazo para proceder a realizar lo propio contra uno de los dos enemigos que vienen corriendo hacia nuestra posición.

- Vienen otros dos -grito para avisar a Cassian-.

El piloto descarga su arma contra el tusken que se lanza en plancha para evitar el disparo. Impacta y el morador de las arenas queda tendido con un agujero humeante entre sus homóplatos. Pero el peligro no cesa, consciente de la inminente llegada de otros dos enemigos, Tarkson avisa a su compañero.

Cassian dispara dos veces contra su oponente. Éste cae de bruces inerte. Una media sonrisa se dibuja en su rostro, pero tiene que girar la cabeza ya que el disparo del Tusken ha golpeado contra la roca y una nube de pequeños fragmentos le salpica.

Dominic tampoco se queda espectante y realiza otro disparo contra el enemigo que se acerca. Si embargo, éste parece haber aprendido la lección por lo sucedido con su compañero y evita ser alcanzado. No tarda en ponerse a la altura del piloto con malas intenciones.

Cerca de la entrada de la cueva, la situación parece complicarse. Montados en sus típicas bestias, llega el resto del grupo de Tusken. Pero algo sucede que os causa extrañeza. Las bestias se dan la vuelta y se alejan a paso rápido. El espía no puede reprimir su comentario: - Eso corred alimañas o tendréis el mismo destino que vuest... - Y su rostro se ensombrece antes de terminar la frase. La imagen os hiela a pesar de que la temperatura aún es cálida.

- Maldita sea, hay que llegar a la nave ya. ¡Se nos hechan encima Tarkson! -  Al parecer, el contrabandista ha sabido salvar su pellejo comprometiendo el vuestro, tal como dijo.

Viendo que ya solo quedan dos tusken y que ha aparecido un destructor imperial, las prisas se apoderan de nosotros. La nave de Cassian está a un paso y, con ella, la salvación. Tras fallar mi disparo contra el tusken que se abalanzaba sobre mí corriendo, intento deshacerme de él.

- ¡Maldito seas! -exclamo al tiempo que realizo un único disparo con mi pistola blaster-.

Cassian dispara y derriba al tusken tirador, momento en que sale de la protección de la roca y corre en dirección hacia la entrada de la cueva. Seguramente, con intención de poner la nave a punto para salir de inmediato. Aunque cuestionable moralmente, es lo mas eficiente para que al menos uno de vosotros no caiga en las garras del imperio.

En la roca, Tarkson ve como la descarga de su arma alcanza sin problemas el pecho de su oponente. Éste grita al sentir el dolor del láser. Herido, el morador de las arenas no consigue devolver el ataque y su pica golpea contra la roca. 

En el horizonte, la silueta del destructor estelar está cada vez más definida. Incluso se puede ver actividad en la exclusa ventral. Los cazas tie están listos para salir.

El tiempo corre en nuestra contra y, tras deshacerse del tusken tirador, mi compañero inicia la carrera hacia la cueva para, entiendo, realizar los preparativos de despegue. Por mi parte, hiero al tusken enemigo y evito que me golpee posteriormente. Acto seguido, realizo un nuevo disparo para evitar ser atacado nuevamente por el infatigable tusken. De reojo, mi vista se centra en el destructor y en los cazas que parecen estar a punto de salir de él.

- ¡Cassian! ¡Pon en marcha ese cacharro tuyo a la de YA! ¡Tenemos más "amigos" invitados a la fiesta! -le grito al tiempo que salgo corriendo en su dirección.

Tarkson dispara contra su oponente justo antes de que éste intentase un ataque con su pica. El morador de las arenas recibe un poderoso impacto en su frente que le hace caer de espaldas. El piloto puede ver cómo su compañero se introduce en la cueva y desaparece en las sombras. El decide hacer lo mismo y comienza una carrera evitando los cuerpos de los tusken abatidos. Al mismo tiempo, puede oír traído por la brisa del ocaso, el característico sonido de las turbinas de los cazas tie.

Tanto despliegue imperial debe suponer que el Hutt ha debido informar también de su pertenencia a la alianza rebelde. Sin olvidar que ellos deben avisar también a la flota para que salte a un nuevo punto de reunión. Alcanzas la cueva percibiendo el cambio de temperatura ya en los primeros pasos. En la penumbra, pronto divisas el transporte. Es un U-wing, vais a tener que pelear la huída. 

Llegas a la entrada lateral de la nave que se encuentra abierta. Ves a Cassian que te apunta con su arma al entrar. - Ah, eres tu. Al final lo has logrado -  Y enfunda la pistola. He tratado de poner a punto lo indispensable para despegar así que será mejor que te encargues tu del pilotaje. Yo trataré de derribar algunos cazas con el cañón. Sin perder un segundo, accedes a la cabina y te pones a los mandos. Devuelves la vida al transporte y en cuanto estás listo, avisas al espía del despegue. No es un X-wing, pero la nave aguantará mas de un impacto directo. Notas la presión de saber que casi toda la responsabilidad está en tus manos. Transmites potencia a los motores y la nave sale de su madriguera para comenzar a tomar altura.

Los cazas tie os localizan casi en el acto y como bestias de caza se ponen en formación para perseguiros. 

Llego a la entrada lateral de la nave que se encuentra abierta. Veo a Cassian que me apunta con su arma al entrar.

- Ah, eres tú. Al final lo has logrado -y enfunda la pistola-. He tratado de poner a punto lo indispensable para despegar, así que será mejor que te encargues tú del pilotaje. Yo trataré de derribar algunos cazas con el cañón.

- De acuerdo -asiento con la cabeza-.

Sin perder un segundo, accedo a la cabina y, tras ponerme el casco, me pongo a los mandos.

- Vamos allá -me digo a mí mismo-. Esto lo has hecho mil veces -comienzo a pulsar varios botones secuencialmente y a accionar diversas palancas al tiempo que el cristal de la cabina se cierra sobre nuestras cabezas-. Por cierto, voy a comprobar que las coordenadas para el hipersalto están correctamente descargadas -le grito a Cassian al tiempo que enciendo el computador de navegación y compruebo los datos-.

Mientras tanto, las turbinas comienzan a girar lentamente hasta alcanzar el régimen de giro óptimo para el despegue.

- Vale... las coordenadas son correctas -informo a mi compañero-. ¡Nos vamos! -transmito potencia a los motores y la nave sale de su madriguera para comenzar a tomar altura-.

Una vez alcanzada la altura normal de vuelo, gracias a los sensores puedo localizar a los cazas TIE, que nos localizan casi en el acto y, como bestias de caza, se ponen en formación para perseguirnos.

- ¡Pondré las alas en posición de vuelo para aumentar la cobertura de los escudos de la nave! -le informo a Cassian en voz alta-. Creo que los vamos a necesitar -digo esto en voz baja-.