Partida Rol por web

—No creo que sea buena idea— dijo dando un par de pasos atrás alejándose del ascensor. Aquello era un eufemismo: le parecía la peor de las ideas posible y por nada del mundo la seguiría— Es meternos en un ataúd. Si "algo" viene, ahí no podemos escapar. ¿Me dejas un segundo eso?

Isakaly cogió el holocomunicador y trató de encenderlo. No creía que fuese a tener señal, pero había demasiadas cosas raras en aquel lugar. Quizás le quedase una chispa de energía suficiente para que al iniciarse pudiese averiguar cuanto tiempo llevaba ahí.

- Ten cuidado Isakaly, si reactivas ese holocomunicador es posible que envíes una señal al imperio de que hay alguien o algo en esta localización, permitiéndoles también localizarnos. No sé si será muy seguro manipular eso... 

La exploradora comenzó a dar una vuelta por el lugar, mirando hacia arriba, hacia el piso superior intentando ver si había algún otro acceso desde aquel lado al que pudiera llegar con las cuerdas y el equipo de escalada.

- Si encontráramos otro punto de acceso podríamos subir con cuerdas, evitando así meternos dentro de un ataúd de acero. 

Recogi la granada, guardandola pero al mismo tiempo dejandola a mano por si habia una urgencia. La pica de energia aunque oxidada seguia funcionando y era ademas de un bonito recuerdo, algo con lo que comerciar y a saber que mas. La cogi tambien, justo antes de ver como Isakaly pedia el holo. Se lo deje coger sin problemas mientras escuchaba a Thea y asentia ante aquellas palabras.

Estaba con la exploradora, mandar una señal de una unidad activa o de unos saqueadores con una unidad activa, en un mundo donde ya habia presencia imperial no parecia algo divertido.

La idea estaba clara, usar o no usar el elevador. Las objecciones tenian logica, pero subir por el agujero con cuerdas era incluso peor que hacerlo en el elevador. Si eso trepaba, nos podria cazar uno a uno y nuestra movilidad seria practicamente nula ahi dentro.

Si no hay energia, la mejor forma de moverse es buscando unas escaleras. Les mire a las dos, para acabar fijandome en Thea. - Si eso esta aqui dentro y es capaz de trepar como nos pille a mitad de la ascension... no va a ser nada divertido... ademas de que estaremos completamente a oscuras. - Ella era la exploradora, no me importaba un mini viaje de un par de minutos con cuerdas, pero como fuera algo mas... podia ser peligroso sobretodo si los otros dos no estaban acostumbrados a ello.

Acabe mirandoles a todos. - Busquemos una ruta alternativa, a menos que la energia de esto... - Señale la pica. - Sirva de algo Fillon.

Rifle en mano y de nuevo inspeccionando el lugar. La tension comenzaba a cumularse, podia sentirlo y eso solo iria a peor.

Fillon intentó sin éxito reanimar las puertas del turboascensor, los años no habían pasado en balde para el Imperialis y, al menos en esa parte de la nave, la energía estaba muerta. Aunque la opción prestada por Marc mediante la pica de energía, quizá podía darle creativa a su problema*.

Con el holoproyector en la mano, Isakaly prendió el aparato que, casi de inmediato, proyectó el torso superior de un soldado clon. Eran las grabaciones que había registrado del dispositivo.

—¡Aquí el comandante Fortren, han alcanzado los motores, la gravedad nos está arrastrando hacia la luna! —la grabación estaba un poco corrupta, pero la virtud de estos hallazgos proseguía revelando más información en otro fragmento —. Hay que asegurar la carga del Canciller. ¿Cómo sabían esos hojalatas de nuestra ruta? ¡A sus puestos de combate! —el holograma se desdibujó en varios destellos a continuación, se escuchaban disparos de láser en el fondo de la grabación —. ¡Maldita sea! Nos deberían haber informado que llevábamos esa cosa en la nave. Tenemos que informar al General Tapal de... —en esta ocasión la grabación no se interrumpió por la corrupción de datos, sino por el ataque a traición de un Guardia Real que apuñaló al clon por la espalda. A continuación se pudo escuchar una cacofonía de gritos, disparos, zumbidos y, finalmente, el rugido atenuado de la bestia que ya reconocíais. Tras esto, la imagen parpadeó y el holoproyector finalizó la transmisión.

Mientras la nave seguía en su acechante silencio, una consulta rápida de las opciones que teníais os reveló que debía haber una escalera de mantenimiento a unos veinte metros más adelante, por el mismo pasillo principal, quizá aquella era una opción más prometedora. 

—Más bien evitaría ese hueco, tiene que haber otro camino

Haciendo caso omiso de las advertencias de sus compañeros, la mujer encendió el holograma. En aquella ocasión, la sanadora no compartía el miedo de sus compañeros. No solo porque su curiosidad era lo suficientemente fuerte como para ignorar ese miedo, sino porque no creía que hubiese nadie que pudiese recibir ninguna transmisión. Además allí había pasado algo malo, algo terrible, y para sobrevivir necesitaban hacerse una ida de qué era. El contenido, aunque preocupante, no le decepciono. 

—Entonces, la criatura debe llevar aquí décadas— el tono de la mujer denotaba sorpresa, pero sonó más incrédula al oír aquella referencia del pobre diablo que había sido apuñalado— ¿El general Tapal? ¡¿El Jedi?!

Fillon miró la pica... — Creo que podría funcionar. Al menos nos daría la energía necesaria para poder abrir las puertas. Luego ya sería cuestión de subir. Es el camino más directo... y desde luego no pasaríamos por... — El hombre señaló al hueco de la puerta arrancada. — ...allí. —

— ¿Un jedi? — Fillon tenía cierta edad, y había vivido la caída de los jedis, la orden 66... nunca había conocido a uno cara a cara, pero si que había escuchado hablar de sus historias. Si su sable de luz estaba por aquí sería sin duda un premio gordo de verdad. Chasqueó la lengua y negó con la cabeza.

— Si un jedi no pudo con esa cosa... no me veréis entrando ahí dentro ni por todos los créditos del mundo. — Extendió la mano hacia Marc. — Veamos que podemos hacer con la pica... —

—No, no parece que hubiese uno en esta nave— razonó Sakal— Pero si tenían que informarle tiene relación con esto, no hay duda que estaban relacionados. Que yo recuerde, lo último que se supo de él era que estaba sistema Bracca, al final de la guerra cuando los declararon... bueno... Pero esto seguramente fuese de mucho tiempo antes.

Isakaly sacudió la cabeza. Todo aquello se volvía más y más complicado. No recordaba demasiado de los jedis, pues en aquella época solo una niña en su casa, principalmente aquel era un tema político que la aburría soberanamente. Ni siquiera había empezado a interesarse por los habitantes de los barrios bajos. Solo era una cría cuyo único interés era jugar y pelear con Olyksee, su hermano mayor. A veces, las dos cosas a la vez. Y sin embargo, recordaba algunos datos que se habían grabado a fuego en su cerebro. Tapal era uno de ellos.

—Aún así, está claro que no es para tomárselo a broma

- Si queréis, mientras recuperáis la energía para el turboascensor podría buscar la escalera de mantenimiento, más que nada para que podamos conocer su estado y tener información por si tuviéramos que utilizarla en algún momento.

Escuchó las palabras de Isakaly y de Fillon con cierta curiosidad pues aunque el término jedi le sonaba de algo no terminaba de cuadrarlo ni encajarlo en ningún sitio dentro de sus escasos conocimientos. Ella había sido entrenada como soldado y posteriormente se había especializado en la exploración, confiando siempre en su instinto.

Su atención se centró ahora en Marc y en Fillon.

- Hacerlo, usar la pica, mientras buscaré esa escalera de mantenimiento. Y por cierto, seguir alerta, esa cosa está acechándonos... 

Sin dudar le pase la pica a Fillon, mientras escuchaba a los demas hablar de los Jedis. Recordaba las historias contadas por los mayores, lo ocurrido hacia ya tiempo cuando habian sido declarados enemigos y simplemente asesinados alli donde estaban. 

Las historias de esas nunca acaban bien, no las de verdad, las que se les cuentan a los niños siempre gana el bueno... pero quien era aqui el bueno? Si el Imperio los habia mandado asesinar, debian ser de los buenos y aun asi, mira como habian acabado... los poderosos jedis... Negue con la cabeza para quitarme las historias de la cabeza. Estaba aqui, y tenia bastante trabajo como para irme por las ramas.

Jedi o no jedi, tenemos un trabajo. Hagamoslo... y salgamos cagando leches... enfrentarse a lo que este aqui no es parte del trabajo, asi que busquemos evitar eso. Quizas no fuera un Jedi... - Señale al de rojo. - Pero esos cabrones no son blanditos justamente...

Mire a Thea cuando dijo lo de acercarse a buscar la escalera. No me gustaba... - Mantente a la vista y en el rango de tiro. Informa de cualquier cambio.

Me moveria de posicion para poder cubrir a los tres, mas atento a Thea pero sin descuidar mis tareas. - Isalaky... - Señale la direccion en la que debia mirar. - Atenta.

Los pasillos de la nave seguían tan silenciosos y asfixiantes como antes, si aquella criatura estaba junto a vosotros, estaba siendo mucho más silenciosa de lo que vosotros habíais logrado. Pero por fin obtuvisteis un avance, la habilidad de Fillon con la fuente de energía de la pica de fuerza logró prender una fugaz chispa de vida a las compuertas del turboascensor. La subida de energía fue fugaz, pero lo suficiente como para desbloquear las compuertas y terminar de abrirlas a pulso.

Visteis que la cabina del turboascensor se encontraba en vuestro nivel, y dentro reposaba el cadáver de un esqueleto con un uniforme blanco con emblemas médicos. El cuerpo tenía una pistola bláster en la mano y en la sien había un visible agujero que no dejaba lugar a dudas del desgraciado final del tipo. Después del chirriante sonido provocado por el abrir las compuertas, que se propagó por toda la nave, el silencio regresó del mismo modo como se había roto.

Mientras esperabas que tus compañeros abrieran la puerta, te pareció ver con extraña nitidez una silueta que rompía con los esquemas de lo que debía haber ahí. Una figura encapuchada de negro, en pie, observándote a ti desde el lugar donde el pasillo principal giraba. Sentíste una mirada clavada en ti, tan familiar como ajena que no eras capaz de definir la razón o el motivo.

Al apurar tu mirada, tus ojos se encajaron con los de la figura. No llegaste a discernir ningún rasgo de su rostro, pero sus ojos eran de un amarillo malévolo que te heló la sangre de la misma manera que sentiste al entrar en el Imperialis. El instinto te hizo cerrar los ojos un instante, incapaz de sostener la mirada, y al volverlos abrir aquella figura ya no estaba.

—Cuidado

Aunque la advertencia de Isakaly fue casi un susurro, la mujer había agarrado firmemente su arma y había puesto la otra, en gesto protector delante del resto, como para evitar que se moviesen. La respiración agitada de la mujer, unida a las pupilas dilatadas revelaban más de lo que podía decir.

—Está ahí...— musitó— Acabo de verlo... Se ha ido, pero sigue aquí. Es, es... No es humano, o no lo parece del todo.

Los ojos volvieron a recorrer todo el entorno mientras intentaba controlar el temblor de su cuerpo. Aquello se les escapaba. Lo que había ahí era terrible, más aún de lo que habían pensado, estaba convencida. Finalmente se posaron en el cadáver del médico de a bordo. No se le escapó la herida y el arma que llevaba en la mano y sintió un escalofrío. Si estaba relacionado, sería aún peor de lo que pensaban.

—Suicidio, diría yo.

Por algún motivo, eso, unido al intenso terror que había sentido al entrar en la nave y al divisar a ese tipo, hacía que las cosas fuesen peores. Por un momento llegó a plantearse dejar todo e irse de aquella nave. Que se buscasen a otros para aquella misión. Ya habría otras donde conseguir dinero y recursos... pero también había algo que le decía que correrían el mismo peligro adentrándose que saliendo.

Fillon entró en el ascensor, no sin antes dar un vistazo al rededor ante la advertencia de Isakaly. Notaba su pulso acelerado justo después de la expansión del sonido por toda la nave. El hombre miró hacia el techo^[1], tratando de localizar la compuerta de seguridad que permitiera un ascenso por los cables del propio ascensor.

— Revisa el cadaver Isakaly... quizá tenga algo que nos sirva. Voy a ver si podemos subir por aquí. —

- Siempre Marc

Le guiñó un ojo cómplice a su compañero mientras se acercaba a revisar la zona por la que podría estar la escalera auxiliar, quería comprobar si estaba en buenas condiciones, si podría utilizarse en caso de emergencia o cualquier cosa que pudiera beneficiarles en aquella exploración.

Su piel estaba erizada, sus nervios a flor de piel y algo en aquella estructura provocaba que el miedo comenzara a calar dentro de ella, buscando arraigar y reproducirse en su interior, algo que no quería que ocurriera... Por lo que negó con la cabeza, golpeándose ligeramente las mejillas para hacer desaparecer aquellas sensaciones en ella.

Las palabras de Isakaly provocaron que se quedara momentáneamente congelada, estática en aquella postura mientras su mente se llenaba de los peores escenarios posibles y simplemente miró en dirección a Marc, pues de todos los presentes era a quien más temía perder.

Mientras revisaba y buscaba la posible zona en donde encontrar la escalera auxiliar no perdía de vista al grupo mientras permanecía atenta a todo cuanto la rodeaba.

Un nuevo ruido, tras un exito menor. Las puertas del turboascensor abiertas. Mas el sonido no se quedo quieto, sino que se extendio, reverberando por el viejo cascaron vacio de la nave. Como una llamada al apareamiento o a la cena, segun se mirase...

Sonrei levemente a Thea, pero no conteste directamente. No hacia falta.

Deje espacio para Fillon, pero las palabras de Isakaly me hicieron mirarla y apuntar en la direccion que estaba mirando. Los nervios, la adrenalina, todo estaba a flor de piel. Busque controlar la respiracion y centrarme. Isakaly lo habia visto. Estaba acojonada. Vale. El bicho daba miedo, la situacion era estresante e iba subiendo.... o conseguiamos relajarnos o nos daria un algo antes de llegar al puente.

Busque al enemigo, no lo encontre, pero por contra di con los ojos de Thea. Note su nerviosismo, el mismo que yo trasmitia al verla alejada del grupo.

El comentario de Fillon, me hizo dejar escapar el aire que ni me habia dado cuenta de que mantenia. Repeti las palabras del tecnico para buscar apoyar mentalmente a la doctora. - Revisa al medico Isakaly, quizas tenga algo util y tu entiendes mas de eso que cualquier de los presentes. - Mire a Thea y le hice un gesto de acercarse a nosotros, que no se alejase. - Esta aqui, sabe donde estamos y seguramente lo que estamos haciendo. Buscar las escaleras es adentrarnos en su territorio ahora... asi que o nos desviamos para confundirlo, o subimos por el hueco del ascensor.

No habia muchas mas opciones. - Fillon comprueba eso y de paso mira si podrias volver a cerrar las puertas del ascensor o bloquearlas... aunque dudo que sirva de mucho, quizas consiga retrasarlo.

Rodilla al suelo, arma con las dos manos y apuntando en la direccion del objetivo. Respiracion pausada. Sentidos atentos a cualquier atisbo de enfrentamiento o de dsvio en otra direccion.

Isakaly no tardó en revisar los restos del cadáver del ascensor, aparte de la pistola bláster descargada también descubrió un cilindro de código en el bolsillo del uniforme. Los cilindros de código, tan típicos entre la oficialidad imperial, también solían usarse para identificar cargos de corporaciones o política, también para dar acceso a zonas restringidas. La mujer poco más pudo averiguar del cadáver.

La suerte también acompañó a Fillon, ya que su intuición le sirvió bien localizando la compuerta de servicio que daba acceso al techo del ascensor. La fortuna siguió, ya que el mecanismo de apertura no estaba en mal estado y permitió abrirla con relativa facilidad. El chirriar metálico volvió a propagarse por el silencio de la nave, aunque en esta ocasión fue más breve.

En el exterior del turboascensor, Thea se avanzó en dirección al lugar donde Isakaly había advertido la figura. Pero la exploración no requirió avanzar mucho más, el acceso a las escaleras de servicio estaban a unos cinco metros quedando la exploradora bien visible a la vigilancia de su compañero. Por desgracia, la puerta sufría del mismo problema que la compuerta del turboascensor, la falta de energía impedía una apertura sencilla, pero esta parecía poder abrir manualmente con mayor facilidad.

Mientras os veíais presos de la paranoia y la asfixia psicológica de aquel lugar, un nuevo sonido se propagó por toda la nave procedente de la bodega. El choque de algo metálico contra el suelo del mismo material, que reverberó por todos lados haciendo crujir las entrañas del Imperialis. Tras unos segundos de tensión absoluta, volvió el perverso silencio que alimentaba vuestros miedos.

Aunque te alejaste unos pasos del grupo, la tensión masticaba tus nervios y los escupió en forma de un temblor que arremetía contra todo tu cuerpo. En el punto más alejado, empezaste a escuchar un susurro, parecía alguien repetir un mantra. No tuviste que afinar mucho el oído, aquel mantra cíclico fue adquiriendo mayor claridad hasta que pudiste apreciarlo.

La paz es una mentira, solo hay pasión

Una y otra vez se repitió, hasta el punto que, tratando de averiguar su origen, pudiste ver cuatro figuras encapuchadas arrodilladas en el centro del pasillo, en un ángulo muerto que Marc no era capaz de ver debido a que tú estabas más avanzada que él. Las figuras no parecían percatarse de ti hasta que una de ellas se levantó, te miró retirándose su capucha y una sensación de miedo absoluto contagió todo tu cuerpo. Te viste a ti misma, con los ojos consumidos por un fulgor ámbar, que te tendía la mano invitándote a acercarte a ti misma.

La Fuerza me liberará

No sabías si era una necesidad fisiológica o de la propia impresión, pero tras parpadear aquella.. visión.. desapareció ante tus ojos dejándote frente al pasillo totalmente inerte y oscuro.

Tu vigilancia no reveló nada nuevo salvo la perenne oscuridad del Imperialis, pero cuando aquel sonido metálico os sorprendió, tu súbita atención se volcó hacia la bodega. Aunque afinaste la mirada, la oscuridad te impedía vencer su cortina opaca para ver qué había provocado el sonido. Aunque tus esfuerzos tuvieron premio, justo en el límite de las sombras apreciaste un brazo monstruoso, dirías que reptiliano, por un instante antes de que desapareciera en la penumbra.

No sabrías definir del todo qué habías visto, pero una medición aproximada te reveló que aquel brazo, musculoso y grueso, mediría un metro y medio de largo sin contar las hipotéticas garras que no habías visto.

Una vez abierta la compuerta superior del turboascensor Fillon se asomó. Casi resbala al escuchar de nuevo el ruido, lo que provocó que cayera al suelo del ascensor, mirando a Marc. 

— ¿Thea? —

Guardó el silencio, y contuvo la respiración hasta que el silencio volvió al lugar. Era tan perverso como placentero. No creía que ninguna criatura pudiera moverse sin ser escuchada en aquel silencio... así que tenía la esperanza de, al menos, oír a la muerte antes de que se abalanzara sobre ellos.

Movido por un impulso quizá racional, pude que irracional continuó hablando en un susurro.

— Podemos subir por el techo del turboascensor. Si la criatura es un poco grande quizá no pueda seguirnos por ahí... o al menos tendrá que dar más vuelta. — No es que creyera a ciencia cierta en sus propias palabras, pero era lo único que tenía en ese momento...

Sin esperar respuesta dio un nuevo salto atravesando la ahora abierta compuerta de seguridad superior del turboascensor. Según el plano ese camino los debería de dejar algo más cerca del puente de mando.

Las palabras de sus compañeros le llegaron casi como susurros, casi como si no estuvieran allí mientras sus ojos permanecían fijos en aquel pasillo y mis labios parecían susurrar algo, como si recitaran algo mientras estiraba la mano como si fuese a agarrar alguna cosa.

- La fuerza me liberará... 

Un nuevo movimiento de cabeza mientras negaba, como queriendo quitarse algo de su mente hasta que finalmente se giró de nuevo hacia sus compañeros.

- Si... No sirve, aunque parece más fácil de abrir y quizás saberlo pueda ayudarnos después.

Comenzó a caminar de nuevo en dirección al resto, aunque volvió a quedarse de nuevo inmóvil cuando escuchó aquel sonido proveniente de quizás la bodega y tras unos segundos volvió a caminar en dirección al resto.

- Vamos a darnos prisa... Cuanto antes cojamos lo que hemos venido a buscar antes nos iremos...