Partida Rol por web

Faltan apenas tres horas para la ceremonia, el Gran Sacerdote está preparado, aunque su edad es ya bastante elevada... Su preocupación por él conmueve nuestro corazón -te dice con una reverencia-.

Luego se gira y se dirige hacia el resto del pueblo.

A la hora de la Oración, los enviados del Señor dirigirán el Salmo del Viaje. Que su gloria sea nuestra fe y en ella encontraremos nuestra salvación.

Te sorprende que las palabras de la mujer están dirigidas en un idioma diferente del antiguo. Parece una variación, otra vez una simplificación del lenguje, como la que habías observado antes...

 - Quisiera pedirle un favor personal, como bien sabrá nuestro señor contempla des de su morada celestial a todos sus hijos, pero se comunica raras veces con nosotros directamente y por tanto nos instruye a traves de los antiguos textos.  En la tierra nuestras plegarias puede que disten un poco de las suyas, por ejemplo nosotros, muy a mi pesar, recurrimos a otro lenguaje para reverenciar al señor, así todos podemos entender sus palabras. 

me espero un momento para sercionarme que la chica entiende mis palabras.

- Lo que quiero decir es que, con toda mi buena fe para con su pueblo, me gustaría poder garantizar que la ceremonia sera lo más parecida a su tradición y no a la que se lleva a cabo en la tierra. si me fuera posible acceder a sus textos antes de las oraciones podría satisfacer mi deseo de servir a su pueblo como se merece.

Por supuesto. Nuestro Gran Sacerdote guarda las sagradas escrituras en sus aposentos, donde está escrito el Salmo del Viaje. Si quiere estoy segura que el Gran Sacerdote estará encantado de compartir con usted las palabras de la Oración.

La situación es cada vez más incómoda. Se parece a las películas de conquistadores, donde los indígenas tratan a éstos como dioses. Claro que a ellos no les importaba mucho...

-Señor, tal vez deberíamos insistir en que somos humanos, si hace falta me hago un corte para que vean que sangra- dice con sorna. El calentón de hace un rato se le ha pasado ante el choque cultural. - De hecho, si se me permite, me gustaría poder preguntarles por sus remedios y medicinas. Tal vez en la ciudad haya demasiada gente y no tenga oportunidad, creo que con un grupo reducido sea más manejable.- Sabe que tendrá que depender de la Mayor, pero decide hacer de tripas corazón. Eso si el Coronel le da permiso.

- No somos ángeles ni nada parecido. - le explicó al sumo sacerdote con una sonrisa amable - Somos humanos, como usted y el resto de su pueblo, - acarició la mano al hombre, ayudando a sentarse a este en su asiento - venimos de un planeta llamado Tierra. - sentenció observando su reacción - Somos exploradores, pero no seres divinos enviados por Dios.

Por supuesto que son ustedes humanos, todos lo somos, somos la imagen de Dios y, en efecto, no hay seres divinos, sólo uno -dice con una sonrisa-.

He memorizado las Sagradas Escrituras durante más de 200 años, conozco todos los pasajes como si los hubiera escrito yo mismo. Pero en ninguno de ellos se describen "ángeles"... ¿A qué se refiere? 

- Ui, esto va a ser divertido - se le escapa a la Teniente. Explicar qué son los ángeles podía ser sencillo o un lío de mil pares de narices. Intentó disimular la gracia que le hacía la situación - Ehm... ¿pero entonces qué entiende él por "enviados de Dios"? ¿Es sólo por haber cruzado el Stargate? Tal vez sería también el momento para explicarle que no conocemos el "salmo del viaje"... - dice tentando a la suerte, no está del todo segura de que su cometido sea hacer tantas preguntas.

- Allá de donde venimos, - explicó apoyando una rodilla en el suelo para acomodarse cerca del sacerdote - nuestras creencias dicen que Dios, hablaba a los ángeles unos seres con alas de plumas blancas y gran belleza, los cuales luego eran enviados a la tierra a dar la palabra de Dios a unos pocos santos. - relató con tono neutro - Y aquellos hombres, que conocían la voluntad de Dios gracias a los ángeles, la transmitían al resto de su pueblo. Los humanos. - indicó señalando su pecho - Sin embargo, en nuestra cultura no hay ningún salmo del Viaje. - explicó ladeando la cabeza - Así que nos será difícil realizarlo con ustedes. - determinó sonriendo con amabilidad.

 con un gesto de amabilidad como este estoy seguro que no habrá que temer a este pueblo

- Magnifico, seria mucho pedir que me acompañase, ademas su presencia seria muy grata y de gran ayuda por si me hallo ante alguna duda.

Entonces tenía razón, unos seres como los que me describe sólo pueden encontrarse en el Edén...-dijo el Gran Sacerdote visiblemente emocionado por la descripción de la Mayor-.

El hombre era viejo pero sus ojos destilaban la misma juventud que los muchachos de la aldea... su ganas de conocer, de entender el mundo no se habían extinguido con la edad.

Iba a continuar cuando de pronto aparecieron nuevamente el Dr. Donovan y la mujer llamada Laomé.

Volvamos a la tienda donde se encuentra el Gran Sacerdote, formularé su petición Dr. Richard Donovan.

Laomé entró en la tienda y volvió a regalar una reverencia a todos los que estaban allí presentes.

Gran Maestro, el Dr. Richard Donovan solicita poder ver las Sagradas Escrituras antes del Oficio para examinar nuestro Salmo del Viaje.

Negó con la cabeza antes de ser interrumpida por la indígena - No, señor. - sonrió comprensiva - Los ángeles son seres mitológicos, no existen de una manera física. - explicó tratando de ser concisa - En nuestro mundo, solo hay humanos, muchos creen en lo mencionado y otros no. - sentenció poniéndose en pie y observando a Donovan que regresaba del exterior - Explíqueles que no somos enviados de Dios, que solo somos humanos. - ordenó en inglés dirigiéndose a este tras la intervención de la mujer - Y hágalo ahora. - indicó frunciendo el ceño - No me gusta engañar a esta gente... - terminó con un suspiro.

Por supuesto estaré encantado de mostrarle nuestras Sagradas Escrituras. Y, quizá en otro momento puedan relatarme más cosas sobre esos ángeles que habitan en su mundo.

Sin embargo, quedan apenas dos horas para que tenga lugar el Santo Oficio, necesitamos ponernos en marcha. Mis piernas cada vez son más lentas y necesito tiempo para llegar hasta la Iglesia. Podemos comentar todo cuanto quieran sobre el salmo del Viaje durante el peregrinaje.

Laomé y su hermano os mostrarán las tiendas para cambiaros de ropa y se encargarán de custodiar todos sus objetos.

 - Cierto, no queremos engañar a nadie Mayor, mas compartir un ritual como este es un gran honor para un creiente, usted, sea o no atea, tiene que respetar su cultura y sus tradiciones.

 dirijiendome al sacerdote.

- Excelencia lamento haber podido ser malinterpretado en mis explicaciones sobre nuestra visita, si es cierto que venimos del mundo al que llaman ustedes paraíso, más cierto es que no somos divinidades. Henos aquí ante su presencia tan humanos como lo es usted, Laomé y su pueblo. La diferencia radica en que a nosotros se nos es dada la opción de escoger nuestra religión, así pues mientras algunos como la mayor prefieren creer solo en aquello que pueden explicar, otros compartimos el camino de la fe, sea cual sea.

no se que tiene en la cabeza la mayor, estas cosas hay que hacerlas con tacto sin prisas, mentir no conduce a nada bueno pero exponer toda la verdad sin reflexión... bueno como minimo es firme en sus convicciones y esto me gusta, esperemos que al sumo sacerdote también.

Editado:

- A pesar de lo expuesto, sigo sintiendome honrado que me permita participar en la ceremonia y gustoso escuchare todo lo que tenga que decir sobre su tradición, pues en verdad ansió ver en cuanto se asemejan nuestros pueblos.

No tiene porque disculparse... Como ya le he contado a la Mayor Nicole Boyd, entiendo que sean humanos, puesto que fue la elección del Señor, aunque debo decir que no entiendo lo que quiere decirme con religión.

Hace mucho, mucho tiempo que no recibimos visitas desde el Edén, si disponen de tiempo tendremos mucho en la ciudad para hablar, pero ahora debemos partir para llegar puntuales a la Iglesia.

Nuevamente, es un honor contar con su presencia -dice con una reverencia-.

Laomé, acompáñales hasta sus aposentos.

Por supuesto, Gran Maestro.

Se dirige hacia vosotros.

Si tienen la bondad de acompañarme... -dice mientras hace un gesto hacia el exterior de la tienda-

 - Honoris meum est!

tras lo que me retiro para acicalarme para la ocasión añadiendo en inglés:

- les parecerá una petición exagerada , poco apropiada o incluso inconcedible, pero tengan la bondad de ataviarse con los ropajes que nos ofrezcan y puesto que no van a olvidarse de las armas, aconsejaría que las ocultaran lo mejor posible.

Cuando escucho las traducciones y el camino que ha tomado la conversacion, me llevo una mano a la cabeza, para cubrirme los ojos... "Que idioteces estan haciendo, como se le ocurre a la mayor hablar de angeles y como se le ocurre al Doctor hablar de religiones!". Veo con preocupacion como los expertos con los que cuenta el SG1 estan complicando las cosas.

- Mayor, por lo que entiendo, ellos comprenden que somos humanos, ahora el problema es explicarles que los angeles...no necesariamente existen. - Dirigiendome al Doctor:- Richard, procure minimizar el problema de los angeles, hableles de que son parte de nuestras creencias, y no se le ocurra mencionar que los angelitos pueden ser otros alienigenas. Y sobre las diferentes religiones, solo dejelo en que son diferentes formas de creer en dios y no complique mas las cosas - digo muy seriamente - la Tte Pratt lo ayudara con lo que necesite para ir traduciendo ese salmo del viaje del que hablan.

Hablando ahora para todo el SG1:- Nos vestiremos con las ropas que nos den, pero no dejaremos nuestros equipos, la ropa y material no critico podemos dejarlos en sus manos pero las armas, radios y demas equipo electronico se queda con nosotros. Mayor, Tte, no se separen mientras se cambian las ropas, Doctor, yo ire con usted - Me acerco al Doctor Donovan esperando que haga las explicaciones correspondientes y que luego nos lleven a las tiendas donde nos cambiaremos las ropas.