Partida Rol por web

Los alrededores de St.Miatre eran preciosos, pasamos también cerca de Le Rim y el invernadero,

seguro que allí viven las hadas, entre tantas flores pensé para mi misma.

Entonces ante nosotras se presento un inmenso edificio con una gran torre rascando las nubes:

-¿eso es la iglesia? ¿hay ángeles ahí dentro?-pregunte a Noriko esperando una contestación afirmativa por su parte mientras nos dirigíamos a la academia.

No había mucha perdida entre la residencia y la academia, puede que fueran unos diez minutos de paseo pero aun así era agradable el lugar.

Cuando entramos a la academia, Noriko me guio por unos pasillos de la planta baja hasta la tienda, donde una alumna nos atendió.

-Hola, soy nueva en St.Miatre. Vengo a buscar mi uniforme-dije

Mai parecía muy agradable y sorprendida por todo. Era como si cada cosa que viese, por pequeña que fuese, le resultase extraordinaria.

Cuando pasamos por delante de la iglesia, no dudó en comentar algo.

-¿eso es la iglesia? ¿hay ángeles ahí dentro?

-Pues... 

No supe que decir a eso, pero entonces recordé al coro de Spica y sonreí.

-Sí, hay ángeles. Son el coro de Spica y cantan como si fuesen ángeles.

Cuando llegamos a la tienda de Miatre, reconocí a la alumna de tercero que nos atendió. Mai le dijo que que venía a buscar su uniforme y rápidamente, lo sacó de debajo del mostrador y se lo entregó perfectamente doblado.

-Claro, lo estábamos guardando hasta que vinieses por él. Puedes ponértelo ahí mismo.

-le dijo, señalando los probadores. 

Cuando Noriko me hablo del coro de Spica, sonreí de oreja a oreja y dije:

-¿un coro? Me gustaría escucharlo algún día...-

La muchacha que regentaba la tienda me dio mi uniforme, parecía que me estaban esperando, seguramente Mitsuki ya habría venido el día anterior a por el suyo y solo quedaba el mio por entregar.

Lo recogí y me encamine al probador para cambiarme, puse la ropa que me había puesto en la mochila donde llevaba unos cuantos cuadernos y un estuche.

Salí del probador y pregunte a Noriko:

-¿me queda bien? No soy demasiado alta y los uniformes largos no realzan mucho mi figura-comento aun mirándome al espejo.

Después de mirarme y requete mirarme, le pregunte a la chica de la tienda:

-¿hay uniforme de verano?-

Por ultimo le dije a Noriko:

-muchas gracias por acompañarme, ahora tendré que esperar a Mitsuki para que me de el horario y me diga que clases tocan durante la mañana-

-¿me queda bien? No soy demasiado alta y los uniformes largos no realzan mucho mi figura.

-Estás... muy guapa -le dije, agachando la cabeza. La verdad

-¿hay uniforme de verano?-

La chica de la tienda le respondió rápidamente.

-Sí, claro. Pero como todavía no es la temporada, aún estamos preparándolos.

Después salieron de la tienda.

-Muchas gracias por acompañarme, ahora tendré que esperar a Mitsuki para que me de el horario y me diga que clases tocan durante la mañana.

-Pues... como prefieras, aunque los horarios son más o menos los mismos para todos los cursos. Si quieres te puedo indicar cuál es tu clase y la esperas allí. 

Mientras caminaba por los pasillos del colegio, la peliblanco pudo ver a dos chicas en la distancia, dos chicas que conocía, en especial a la rubia quien era su compañera de cuarto. La otra chica, de apariencia bastante frágil, se trataba de Hina. Ambas parecían estar caminando en su dirección, por lo que la guitarrista no dudó en levantar la mano en saludo en la distancia, de modo que pudiera llamar la atención de las dos, mientras sonreía alegre al verlas nuevamente. No dudaría jamás en pasar un momento en compañía con ellas, teniendo en cuenta que se habían mostrado bastante amables con ella desde su primer día en aquel lugar. Eran sus primeras amigas, y las más importantes para la peliblanco.

- ¡Ey! ¡Chicas! - Exclamó feliz mientras se acercaba a las dos, con la intención de conversar un poco con ellas, lo que durara el recreo. Necesitaba algo que le mejorara su humor, luego de la primer clase, en la cual casi se había dormido del aburrimiento... bueno, más bien lo había hecho, varias veces, a decir verdad, pero... ¿quién las contaba? Daba igual, ahora podría despejar un poco su mente al reunirse con las dos chicas que eran tan adorables, así como amables.

- ¿Cómo les fue? No saben lo que me aburrí en esa clase de matemáticas... Es una pena que no seamos compañeras de curso. - Expresó un tanto triste, más cuando apenas conocía a alguien en aquel aula. No hubiera sido algo malo el hecho de que Ayami o Hina fueran sus compañeras, al menos se habría divertido un poco más con ellas, mientras tenía que soportar las más que tediosas clases. Realmente necesitaba distraerse un poco, antes de regresar al infierno.

Mitsuki escuchó los suaves golpes en la puerta. Nadie se lo había explicado, pero supuso que significaban que había que levantarse. Le hubiera gustado hacerse la remolona un poco y quedarse en la cama, pero Mai ya se había incorporado. Como respuesta, la chica le dedicó una especie de gruñido. Aunque le gustaba aparentar ser una princesa, recién despierta Mitsuki podía ser un ogro (sobre todo si no había dormido mucho). Mai, sin embargo, parecía estar mucho más activa. Apenas le dejó tiempo para despedirse con un acelerado "hasta luego" antes de desaparecer tras la puerta.  

Como rutina para volver a ser persona, la rubia se lavó la cara con agua fría, para bajar la hinchazón en los ojos que evidenciaba que había tenido una noche movidita. Se deshizo la trenza y cepilló su pelo, se colocó la diadema negra, y se perfumó. Por último, se vistió con el uniforme negro y salió al pasillo. Recordó que les habían dicho que cada escuela desayunaba y comía por separado, pero no tenía muy claro dónde, por lo que buscó algún grupo de alumnas para seguirlas. 

Nooo, tienes a MAi esperándote antes de entrar. Puedes narrar que llegas, te encuentras con ella, y después os vais a las clases. Y ya a partir de ahí, recreo y todo lo demás ;)

Una vez hubo terminado de desayunar, Mitsuki se dirigió a su primera clase. Aunque no lo admitiría jamás, lo cierto es que su sentido de la orientación no es una de sus mejores virtudes. Trató de orientarse lo mejor que pudo, pero de vez en cuando tenía que preguntar a alguna de las chicas que pasaba por allí. 

Tras algunas vueltas, vio a Mai esperando en uno de los pasillos. Se acercó a ella, muy agradecida de haberla encontrado (y de haberse encontrado). -Hola de nuevo -saludó. Se fijó en que llevaba el uniforme puesto. -Te queda bien -comentó desenfadada. Mai había demostrado preocuparse mucho por ella, y Mitsuki quería pagarle el favor con toda su amabilidad. 

Cuando Noriko me invito a ir con ella hacia las clases no me esperaba que Mitsuki apareciera de repente por uno de los pasillos, sonreí de oreja a oreja cuando la vi esta vez con una mejor cara:

-Mitsuki-chan, Mizushima-san me ha acompañado a la tienda para que me dieran el uniforme, ¿enserio te gusta? ¿Crees que a Rubi le gustara?...-dije algo sonrojada y añadí-sera mejor que vayamos a clase si no queremos que alguna monja nos regañe, ¿vienes Mizushima-san?-

Una voz en la distancia llamó su atención, Hina alzó la vista mirando en varias direcciones hasta que logró ver a Fran alzando la mano unos metros más lejos de donde se encontraba. Le respondió alzando la mano también para saludar y acercándose hasta ella, además también estaba allí Ami-chan. - ¡Holii! - saludó alegremente, feliz de haberlas encontrado durante el recreo. 

Cuando la peliblanco les preguntó que tal les había ido, Hina ladeó la cabeza ráscandose la mejilla con aire distraído. - Puees.. Me costó un pelín mantenerme concentrada en la lección. ¡Pero seguro que luego me va mejor! - admitió riendo un poco, pero luego se mostró más optimista. Al menos ya no tenía tanto sueño como por la mañana por lo que esperaba de verdad que el resto de clases no llamase tanto la atención. No quería empezar el curso con mal pie.

- Ya.. Seguro que las clases se harían más amenas. Eso, o las profesoras nos fulminarían con la mirada. - bromeó con aire risueño. - ¿Cómo te fue a tí Ami-chan? - le preguntó mientras llevaba las manitas a la espalda con gesto despreocupado. Estaba más relajada al estar al aire libre que no encerrada en una habitación llena de gente.

Yaya salió de las clases cansada y bastante aburrida. Odiaba las mates, el inglés le costaba un montón y la lengua... ¡para qué decir! Pero por fin tenían un descanso, y al salir vio a Fran y a Ayami, así que se acercó a ellas.

-¿Qué tal chicas? ¿Cómo lleváis vuestras primeras clases? A mí me han resultando las tres horas más aburridas del mundo.

Entonces, Yaya miró a Hina.

-Hina, qué haces aquí? ¿Tú no deberías estar en Le Rim? ¿Te dará tiempo a volver para las clases cuando termine el descanso?

- Ah... entonces te ha ido igual que a mí... Nadie nos comprende, Hina. - Se expresó divertida al escuchar la explicación por parte de la pelirosa, descubriendo que ésta tampoco había tenido un buen momento durante la primer clase, algo que la guitarrista podía comprender más que bien, ya que ella se aburría por completo y poco le interesaban esas asignaturas tan detestables. Sólo quería hacer deporte o tocar la guitarra, siempre que tuviera la oportunidad. Era eso o leer algunos mangas y perder el tiempo descansando a su modo. Sin embargo, el estudio no formaba parte de su vocabulario, incluso si más de una vez se veía forzada a concentrarse en esa clase de cosas. Recordaba más que bien que las amigas que había tenido en su otro colegio, la habían recriminado de que era demasiado despreocupada para su bien.

- Ya, seguro que te va mejor en la siguiente. Aunque no creo lo mismo en mi caso... Quiero que termine el día de clase cuanto antes así puedo ver los clubes. ¡Dame fuerzas, Hina! - Exclamó a lo último antes de acercarse a su nueva amiga, con la intención de dedicarle una abrazo cariñoso, como si quisiera absorber la energía positiva que la chica irradiaba en ese momento con lo adorable que era. En ese mismo momento, extendió su otro brazo para atrapar a Ayami e incluirla a ella también en el abrazo, necesitando también de su energía. Había sido la primer clase, y ya sentía la necesidad de tirarse sobre su cama y dormir durante toda la tarde, o al menos hacer otra cosa que no fuera escuchar a las profesoras que tan aburridas habrían de ser en la mayoría de las asignaturas.

- ¡Ey! ¡Yaya! Estamos bien. Lo mismo digo, mi clase ha sido muy aburrida y la profesora se molestó bastante conmigo. ¿Por qué no puede dejarme dormir y ya? No molesto cuando duermo... - Le explicó a su compañera del mismo colegio, tras soltar a sus amigas de su abrazo cariñoso, esperando que ésta pudiera comprender su pesar, luego de escuchar que ella también había estado bastante aburrida. No obstante, al oír la pregunta respecto a Hina, la peliblanco inclinó la cabeza como si no hubiera mucha necesidad de preguntar eso. Después de todo, Fran solía escaparse a menudo de clases, por lo que no habría problema, según ella, con que la pelirosa se demorara un poco en llegar a su clase. - Nos debe haber extrañado mucho, ¿verdad, Hina? No te preocupes, si quieres, te cargo como princesa y me muevo a la velocidad de la luz para regresarte a tiempo. - Bromeó respecto a lo de moverse a esa velocidad, aunque no había duda de que la cargaría bastante rápido si eso significaba que salvaría a la chica de que se metiera en problemas. - Igual, no me importa llegar tarde a clases. - Incluso había estado pensando en escaparse, por lo que eso le daría la excusa perfecta. - Por cierto... ¿quieren, cuando terminen las clases, ir a ver los clubes? Yo todavía no sé muy bien a cuál apuntarme, aunque me gustaría el club de arquería... - Les preguntó a las chicas, esperando que éstas se mostraran a favor de la idea. Sería mejor ir acompañada con amigas, que por su cuenta.

Saludé con un movimiento de mano energético a las chicas -¿eh? bueno, yo tampoco he acabado de entender lo que decía la profesora pero he tomado apuntes así que ya me lo miraré "tranquilamente" el día de antes del examen- comenté despreocupada y optimista -yo cuando me aburro decoro los márgenes de la página, queda bonito y así es más entretenido, además la profesora cree que tomo apuntes... creo- afirmé no muy segura de la última parte.

Cuando Fran nos unió a todas en un abrazo no tardé en devolverlo con una sonrisa tratando de pasar toda la energía positiva que había ganado tras haber superado el miedo del primer día.

Entonces Yaya preguntó a Hina si llegaría a tiempo a clase y se me ocurrió algo -¿Y si caminamos mientras charlamos hasta un punto intermedio entre las dos escuelas?- propuse, así dábamos un paseo y le causábamos menos problemas, y debía estar inspirada porque otra idea cruzó mi mente -Fran, tienes que conocer a alguien que tampoco le guste mucho prestar atención, así os turnáis y tomáis la mitad de apuntes- le propuse, ella tenía muy buen corazón pero le costaba centrarse en los estudios, si hacía eso al menos me aseguraba de que prestase atención la mitad del tiempo ¡porque si era por otra persona seguro tomaría los mejores apuntes del mundo! con eso y algo de suerte era suficiente para aprobar... o no, pero bueno la intención estaba ahí.

-¡Sí! yo quiero apuntarme al de costura o lo más similar que encuentre- expresé emocionada con los ojos brillantes a cerca de informarnos sobre los clubes antes de caer en algo -por cierto, Hina, Yaya- pronuncié sus nombres parándome en seco, seria, como si lo que fuese a decir a continuación determinase un antes y un después en la historia-Fran y yo habíamos pensado en ir a tomar helado el fin de semana todas juntas ¿contamos con vosotras?¿podéis esparcir la invitación?- seguí con una gran sonrisa tras haber llamado su atención.

Hina asintió seguidamente ante los ánimos de Fran, ¡se aseguraría de esforzarse en atender en la siguiente clase! Además, no podía empezar a sacar malas notas y preocupar a mamá, eso era lo último que quería.

Justo entonces Fran le pidió un abrazo que la llenase de energía, las mejillas de Hina no tardaron en encenderse ante tal petición, pero sin embargo dio un par de pasitos acortando la distancia entre ambas... Le daba un poco de corte, pero tampoco quería rechazar una petición inocente como aquella. - ¡H-hai..! - respondió mientras se echaba a los brazos de la peliblanco, rodéandole la cintura dada su baja estatura. Al final quedó más en un pequeño placaje dado los nervios, estrujándola con la poca fuerza que tenía. 
Por suerte, Ami-chan se unió, quedando en un abrazo grupal para recargar pilas. - Iiihh~ - musitó mientras "transmitía" la energía a Fran. Al final parecía hasta haberlo disfrutado.

Luego al separarse, Hina se echó un mechón de pelo tras la oreja algo azorada por el momento, pero Ami-chan con su vitalidad explicó como le había ido el día logrando que se le pasara la vergüenza con tan sólo verla tan alegre. - ¡Ah! Eso es genial, si me distraigo haciendo garabatos al menos parecerá que tomo apuntes... Aunque debería tomar más apuntes. Hm, hmm ¡me lo apunto! ¡Gracias Ami-chan! - Contagiándose de su sonrisa, la pelirrosa volvía a estar sonriente y llena de ilusión por llenar su libreta de dibujitos. Y apuntes, sí. 

Entonces apareció Nana, y lo que dijo hizo que Hina mirase a su alrededor abriendo los ojos sorprendida. ¡Cierto! Todos los uniformes que veía eran blancos. ¿Tanto se había desviado mientras paseaba fuera del Le Rim?  - ¿¡E-eeehhhh..!?? - 

- O-ostras... N-no me había dado cuenta cuando empecé a andar. - admitió mirando de nuevo a su alrededor. Efectivamente, allí sólo habían chicas de La Spica, no veía uniformes rosados de su escuela. - Pues espero que sí.. - añadió con un tono levemente preocupado. Fran le ofreció llevarla en brazos corriendo para que no tardase, Hina se ruborizó de nuevo, esta vez alzó las manitas agitándolas algo alarmada. - ¡No, no! ¡No hace falta g-gracias Fran! C-creo que si echo a correr llegaré bien, además no quiero causarte líos.  - le pidió intentando disuadir a la peliblanco, si encima la castigaban por llegar tarde se sentiría culpable.

Aunque estaba el peligro de no llegar viva a su propia clase si se esmochaba contra el pavimento de camino a Le Rim. ¡Peeero no iba a decirlo porque entonces seguro que no la dejaban ir sola! ¡Estaría bien, seguro!

Afortunadamente la conversación cambió a la búsqueda de clubes esa tarde, a lo que Hina no dudó en apuntarse. - ¡Síp! ¡Me encantaría ir a ver! - A Fran le interesaba el de arquería, ¡no tenía ni idea de que tuvieran ese! Y Ami-chan se decantaba por el de costura. Tendría que ver que había en la oferta de su escuela y ver que le llamaba la atención.

- Oh, ¿helados? ¡Por supuesto! Le contaré a Rubí-chan y BK-san, ¡hai! - respondió con ilusión mientras los ojos le echaban chispitas de ilusión. Tras eso, se dio cuenta de que quizá era hora de ponerse en marcha hacia Le Rim, o como había dicho Yaya llegaría tarde a clase. - Agh debería marchar ya o no llego, ¿nos vemos entonces esta la tarde sí? - dijo a modo de confirmación mientras asentía esbozando una enorme sonrisa ante las tres chicas de la Spica. - Ami-chan, Fran, Yaya-san.. ¡Hasta lueegooo! - girando sobre sus talones echó a correr, casi brincando ante la mirada de algunas alumnas curiosas viendo moverse a una agitada Hina. 

Y es que corría de un modo gracioso, con su corta melena volando al viento y los brazos ligeramente levantados. A punto estuvo de tropezarse mientras iba de regreso, frenó un poco para girarse y volver a despedirse de sus amigas agitando un brazo en el aire, un modo de hacerles saber que estaba bien, luego siguió corriendo lo más rápido que le permitían sus piernas hacia el Le Rim.

Cuando Hina comenzó a expresar aquel sonidito tan adorable, intentando transmitirle su energía, la peliblanco no pudo evitar quedarse con la boca abierta, a punto de casi morirse de una especie de infarto ante semejante sobredosis de dulzura. Entre aquel acto demasiado adorable, y el hecho de que Ayami también le había regresado el abrazo, la guitarrista estaba segura de que tenía suficiente energía para vencer al villano de uno de sus animes preferidos. Podía ser una luchadora de la justicia si lo deseaba con semejante apoyo emocional. De haber podido, habría preferido haberse quedado abrazándolas durante toda una eternidad, aunque hubiera quedado un poco raro, por lo que al final se vio obligada a soltarlas, no sólo para que no se sintieran incomodas, sino también para que ella no se muriera cuando le explotara el corazón de lo adorables que eran las dos.

- Eres muy lista, Ami-chan. Ese truco suena bastante bueno, tendré que hacerlo en la próxima clase. - Comentó divertida al escuchar el pequeño consejo por parte de la rubia. Era posible que de esa forma se mantendría entretenida con algo, evitando quedarse dormida en medio de la clase y ganándose el odio de otra profesora. Era importante que no se ganara el desagrado de todas las docentes del colegio, de lo contrario tendría muchos problemas y las hermanas no pararían de molestarla. - Eh... eso quisiera, pero no hablé mucho con otras en mi curso... no parece que quieran ser mis amigas, y creo que con la primer clase di una mala impresión. Parecen demasiado correctas... - O al menos eso era lo que pensaba ya que no había descubierto a nadie durmiéndose en medio de la clase como ella, por lo que no parecía que fuera posible tener una compañera que tomara apuntes por ella, turnándose cuando una de las dos quería dormir.

- Nada, nada, no te preocupes, Hina, no me voy a meter en problemas sólo porque te ayude un poco. - Le aseguró a la pelirrosa, dejando en claro que no sería una molestia para ella cargarla hasta su respectivo colegio. Después de todo, prefería ser ella la que tuviera problemas, antes que una de sus amigas. Fran jamás abandonaría a una de sus amistades, sólo para salvarse a ella misma, mucho menos cuando no le importaba mucho llegar tarde a clases. Tras dedicarle una sonrisa amable a Hina, no dudó en llevar su mano a su cabeza de manera cariñosa, para que no se preocupara por nada. Ella no abandonaba a su amistades. Nunca.

- ¡Genial! Entonces podemos juntarnos en la entrada de Ichigo, cuando finalicen las clases, para ver los clubes, ¿sí? - Les preguntó a las tres, esperando que éstas estuvieran dispuestas a reunirse en ese lugar, para tener un punto en común en donde poder encontrarse. No obstante, al escuchar la invitación de la rubia, la guitarrista recordó lo que habían hablado durante la noche, esbozando una sonrisa complacida ante aquellas palabras. Era bueno que su amiga recordara las cosas por ella, de lo contrario se olvidaría siempre de lo mejor de todo. - ¡Ah! ¡Cierto! Perfecto, Hina. Podemos ir todas a tomar helado durante el fin de  semana... El domingo sería perfecto. - Comentó entusiasmada respecto a la juntada entre amigas para disfrutar de un buen helado. No podía haber nada mejor, y eso serviría para mejorarle el ánimo a su amiga, luego de lo que había sucedido a la noche. No quería que estuviera triste de nuevo.

- ¡Ey! ¡Espera, Hina! ¡Yo te llevo! - Expresó decidida, al ver que una de sus amigas pretendía sacrificarse, sólo para que ella no se metiera en problemas en algo que no le importaba mucho de por sí. Además, así tendría excusa para llegar tarde a clases o perderse por los alrededores. Haría dos cosas de su agrado en una sola acción. No iba a dejar que la pelirrosa sufriera las consecuencias por llegar tarde, cuando bien podía ayudarla. - Lo siento chicas. ¡Las veo luego! ¡Recuerden! ¡Entrada de Ichigo, clubes! - Les recordó a las dos, en el momento en el que comenzaba a correr tras la pelirrosa con la intención de ayudarla a llegar a tiempo. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, la levantó en el aire con cierta proeza, antes de cargarla como una especie de princesa. - Vamos, Hina, ya verás cómo llegamos a tiempo. No te preocupes, luego me das un poco de tu helado como agradecimiento. - Le aseguró tranquila, antes de volver a correr con la adorable chica en brazos. La peliblanco tenía mucha confianza en su entrenamiento, como para que aquello le fuera en verdad un problema. Además, su amiga era bastante liviana, a decir verdad. Ahora sólo debía dejarla en Le Rim a tiempo.

Cuando llegaron a Le Rim les recibió un rostro conocido. 

Eh, ¿dónde estábais? ¡Las clases están a punto de empezar! -les dijo BK. A su lado estaba su compañera, Taiga, con aspecto de marimandona.

Ruby estaba buscándote por otro lado porque estaba preocupada.