Partida Rol por web

Apreté los puños en señal de enfado -Es cierto que no podemos controlar al corazón- pronuncié molesta ante las palabras de Momomi -pero sí eres responsable de tus palabras y acciones- repliqué con lágrimas en los ojos mientras miraba fijamente a los suyos, recordando como hoy mismo le había dado falsas esperanzas a Fran y le había seguido el juego a pesar de parecer estar tan segura de sus sentimientos por Mitsuki.

Entonces me incliné -disculpad las molestias- pronuncié tanto para la presidenta del club como para el resto de las allí presentes y me dí media vuelta con la intención de irme en dirección Spica, murmurándole a Hina al pasar por su lado -lo siento... iré a buscar a Fran- no iba a evitar que me acompañase si así lo quería, pero tampoco la presionaría a venir.

Hina miraba de hito en hito a las chicas, no alcanzaba a entender muy bien que había sucedido entre Momomi y Fran, pero en cuanto notó como a Ayami se le quebraba la voz, una punzada de preocupación muy fuerte se instaló dentro de la pelirrosa. 

Estaba claro que algo iba mal, y lo último en lo que pensaba en ese momento era en apuntarse a nada, menos cuando Ayami se despedía con la intención de marcharse casi al borde de las lágrimas. Hina miró a la presidenta del club con cara de disculpa. Esperaba no haberla ofendido, y sino luego pediría disculpas de ser necesario. Miró al resto y se inclinó también poniendo las manos en sus rodillas. - ¡L-lo siento mucho! - añadió seguidamente, a modo de disculpa. - Decidle a Rubí-chan que me perdone..! - pidió mirando hacia Mitsuki.

Acto seguido inclinó la cabeza otra vez y al alzarse se ajustó las gafas, al tiempo que salía corriendo tras Ayami, estaba preocupada por Fran, pero tras ver las lágrimas de Ami-chan no podía dejarla ir sola. - Vamos juntas Ami-chan..! - le pidió mientras alargaba la manita para coger la de ella, mientras ambas iban corriendo. Aunque realmente seguiría a la rubia por dónde dijese ya que ella sabría moverse por su propia escuela mejor.

Fran sonrió contenta ante el hecho de que Kaname pareciera complacida con las nuevas dos integrantes del club. Al menos no se decepcionaría por la falta de miembros, si bien la peliblanco esperaba que se apuntaran algunas más para, posiblemente, ver sonreír a la presidenta, aunque no estaba segura de que eso fuera a suceder, ya que no todas se veían interesadas por esa clase de actividades, por más que para la guitarrista, la esgrima, era algo bastante genial, junto con kendo, claro. Incluso había pensado, tiempo atrás, en practicar karate, pero sus padres le habían prácticamente rogado que no lo hiciera, ya que pensaban que saldría muy violenta o carente de refinamiento. Un prejuicio completamente erróneo, sin duda.

- Mejor así. Significa que podremos practicar y probar nuestra habilidad entre nosotras. - Aseguró alegre ante la idea. No era lo mismo practicar con el mismo oponente, que hacerlo con varias personas que tendrían capacidades completamente diferentes. Sin embargo, Fran sabía que la única que la haría mejorar sería la presidenta del club. Sólo enfrentándose contra alguien con mucha experiencia, podría mejorarse a sí misma en dicha actividad. Aún así, quería que Kaname estuviera feliz, y suponía que más integrantes la contentarían lo suficiente, incluso si eso significaba que debería dividir su atención con el resto durante las prácticas. Una parte de ella habría preferido tener a la joven elegante para ella sola, si bien no tardó mucho en recriminarse a sí misma en su mente, por la actitud tan idiota de su parte. No debía pensar así, menos cuando apenas tenía una relación de amistad con la muchacha... Por más que se sintiera a gusto con su presencia.

Por alguna razón, Kaname se había sorprendido ante su pregunta de su comida favorita, algo que hizo que la peliblanco pensara que tal vez había sido algo muy personal, por más que había sido para desviar el tema de conversación a algo más agradable y porque... quería obtener cierta información para algo que tenía en mente en el futuro... si se daba la oportunidad, claro. De todos modos, a pesar de la sorpresa, no tardó mucho en responder a su pregunta, por lo que la joven rebelde le dedicó una sonrisa brillante, antes de intentar disimular su alegría por la respuesta. - Genial, eso significa que podré cocinar al- Mientras murmuraba para sí misma, de buen humor, se interrumpió al instante al notar que estaba diciendo lo que pensaba, no pudiendo evitar ruborizarse un poco ante la vergüenza. No obstante, se recompuso al instante, antes de volver a mirar a la presidenta, dispuesta a responder su pregunta. - Mm pues... a mí también me gusta el ramen y los onigiri. Aunque amo los tempuras de mariscos y los futomakis... también yakisoba. - Explicó con cierto entusiasmo, no sólo contenta por darle a conocer otra parte de ella a Kaname, sino también porque le encantaba hablar de sus comidas preferidas.

- Mm los manjus son un buen postre. - Dijo al final, teniendo en cuenta que la presidenta había mencionado sólo comida japonesa. Ahora sabía que podría prepararle un obento si así lo deseaba... que pudieran compartir entre las dos luego de un día duro de clases y... Ah, ya se estaba haciendo otra idea que no debía. Ni siquiera sabía si la joven elegante aceptaría comer de su obento si lo preparaba en algún momento. Bueno, tendría que intentarlo y ver si la chica se mostraba agradecida o no cuando lo hiciera. No perdía nada con hacerlo. Además, deseaba expresar su agradecimiento por el apoyo que le había prestado Kaname por lo de Momomi, al igual que era una forma de disculpa por haber hecho que pensara en cosas tristes. - Si te gustan los onigiris... podría compartirte alguno cuando cocine algo para mí. Si quieres, claro. No me desagrada la comida de la cafetería, pero de vez en cuando me gusta cocinar algo. - Le propuso de manera casual, intentando que no se le notara el entusiasmo, ante la idea de cocinar para la presidenta del club. El único problema era que no sabía si le permitirían utilizar el aula del club de cocina sin ser integrante de dicho club. Eso sería un problema. Todavía no deseaba apuntarse a esa actividad porque significaba que tendría que ver a Momomi, y, por más que agradeciera los consejos de Kaname, aplicarlos en la realidad era un tema completamente distinto.

Mientras las chicas se presentaban, yo esperaba en silencio, viendo como BK volvía a derrochar energías y Yaya se mantenía cerca mia... ¿me lo parecía a mi o Yuno se fijaba en mi más que en las otras? Espero que no.

Cuando empezó a hablar de los conceptos técnicos de la fotografía, me alegré... ¡sabía de fotografía! No la habían puesto para rellenar clubes -¡S-si! ¡Y-yo te-tengo va-varias!- dije, cogiendo mi cámara con las manos. Con unos pocos nervios, me acerqué a ella para enseñarsela... esperando que Yaya me siguiese pues me daba cosa dar el primer paso -E-esta e-es una Nikon D5300... tiene una resolucion de 6000 por 4000, 24.2 megapíxeles... también tengo varios objetivos. Y una cámara más vieja, y otra cámara que es polaroid... ¿quieres verlas también?- empecé explicando mi cámara, y luego me ofrecí a enseñarle las demás. Se notaban dos cosas a la legua: Que quería impresionar a la presidenta, ¡y que la fotografía me gustaba más que mucho!

La habitación aún estaba llena de gente, pero Mitsuki se sentía muy sola en aquel momento. Momomi le había explicado su parte de lo ocurrido, y le había parecido que tenía sentido. Pero Ayami no parecía opinar lo mismo, y se había marchado de allí corriendo para buscar a Fran. Pero habían sido sus palabras las que habían dejado intranquila a Mitsuki. ¿Qué había querido decir con sus acciones y palabras? La rubia había visto algunas expresiones un poco juguetonas por parte de Momomi, sí, pero no acciones. Se preguntó si quizá Mai tendría razón, si era verdad que Momomi no la quería tanto como le decía. 

Sin embargo, estar rodeada de gente, la mayoría desconocida, le hizo recomponerse en parte. Dedicó una mirada seria a Momomi y, al pasar por su lado, susurró para que solo ella pudiera oírlo.- Ya hablaremos luego. Luego se acercó a la mesa en la que Misora apuntaba a las alumnas que quisieran participar en el club de cocina. 

-Nakano-san, si no ha quedado claro, me gustaría apuntarme. Saito, Mitsuki -le reafirmó su apellido y su nombre para que quedara claro. 

-¡¡Halaaa!! Pues yo no tengo ninguna, Hana-chan. Yuno-chan, ¿hay cámaras de sobra para que podamos practicar?

Yaya vio como Yuki se emocionaba al hablar de las cámaras. Se notaba que aquello era su pasión. Así que sonrió al ver cómo sacaba sus cámaras y se las enseñaba.

-Yo no entiendo mucho de cámaras, Hana-chan, pero todas parecen muy buenas. Espero que me dejes una para que podamos hacer fotos juntas.

Vaya. Al parecer, tanto BK como Yaya carecían de cámara de fotos... ¿entonces como iban a sacar fotos? ¿Y porque se apuntaban? Con esa última pregunta, una respuesta me paso por la cabeza -Porque yo quiero meterme...- pense. Guau... la verdad es que no había caído en ese gesto de las dos hasta ahora; aunque yo hubiera hecho lo mismo... que detalle.

BK le preguntó a la presidenta si había más cámaras para que pudiera practicar... pero Yaya me lo pregunto a mi si podía prestarle una de mis cámaras -¡S-Si cla-claro! Pu-puedes usar u-una mia...- le dije dándole mis otras dos cámaras -E-esta es una polaroid... e-es la primera ca-cámara que tuve. E-este ti-tipo de cámara es i-instantánea. Ha-hace las fo-fotos y las imprime directamente... pu-puedes sacar fotos mu-muy bonitas, pe-pero sólo ti-tienes la co-copia física y n-no se pu-puede editar- le explique cual era la primera... quizás me alargaba mucho. Pero es que era tartamudear de esto y se me soltaba la lengua.

La o-otra es mi a-anterior ca-cámara di-digital... no da a-a las fotos e-el mismo a-acabado, co-color y e-encuadre po-por culpa de los pi-píxeles; pe-pero ti-tiene la ve-ventaja de te-tener memoria pa-para muchas fotos, se pu-pueden a-ajustar muchos aspectos, se l-le pu-puede a-acoplar a-añadidos, se pu-pueden guardar e-en el ordenador, y e-editar co-con photoshop...- termine de explicarle.

¿Cu-cual pre-prefieres que t-te pre-preste?

Claro -le dijo Nakano a Mitsuki, mientras terminaba de apuntar a todas. Después, se puso en pie.

Bueno, pues... muchas gracias por apuntaros. Mañana se publicará el horario y los días de los clubs, y entonces sabremos cuándo nos veremos. 

¿Tenéis alguna duda? Si no, espero que nos veamos muy pronto y aprendamos a preparar muchas cosas.

A Momomi no le gustó ni la reacción de Ayami ni la de Mitsuki. Entendía que Ayami, al ser su compañera de habitación, podía ser más protectora con ella, pero como todavía recordaba la mirada que le había echado Mai en cuanto llegó, empezó a pensar que todas, estaban en contra suya.

Y cuando eso sucedía, Momomi solía mandarlo todo a la porra.

Pero Mitsuki... ella estaba preocupada y no podía dejarlo estar. Así que tendría que tener paciencia para arreglarlo todo. Ella no tenía la culpa de lo que había pasado con Fran y a pesar de haberse portado correctamente, ahora tenía a varias de las chicas como si fuese culpa suya.

No le gustaba nada. 

Así que como ya había dado su nombre, salió de la clase a esperar a Mitsuki en el pasillo. Hablarían en cuanto estuvieran fuera.

Ayami y Hina caminaron juntas en dirección a Spica, preguntándose lo que habría sucedido entre Momomi y Fran. Realmente, ¿Momomi habría jugado con los sentimientos de Fran? ¿Cómo se sentiría esta?

Cuando llegaron, subieron a las clases y vieron bastante movimiento en todas ellas, con chicas entrando y saliendo. Claramente, en alguna tendría que estar Fran... si es que al final había venido hasta aquí.

Tras responderle, Kaname se percató en que de nuevo el rostro de Fran se iluminaba cuando ella respondía a sus preguntas sobre lo que le gustaba. Quizás es que esperaba que le dijese que se trataba de algo muy personal, o que solo le gustara las cosas más vulgares, aunque en cuanto a la cocina, no eran nada especial.

Genial, eso significa que podré cocinar al...

No terminó la frase y además, se puso coloradísima. Eso divirtió a Kaname, no de un modo ofensivo, sino porque le pareció... un encanto. No dijo nada, no obstante, sino que esperó a que ella misma continuase hablando.

Mm pues... a mí también me gusta el ramen y los onigiri. Aunque amo los tempuras de mariscos y los futomakis... también yakisoba. Mm los manjus son un buen postre.

Kaname se rió, más relajada al hablar de comida.

-Sí, está bien, aunque el manju quizás es demasiado dulce. 

Si te gustan los onigiris... podría compartirte alguno cuando cocine algo para mí. Si quieres, claro. No me desagrada la comida de la cafetería, pero de vez en cuando me gusta cocinar algo.

Claro, me encantaría. Seguro que te salen muy buenos. Yo la verdad es que no tengo paciencia para la cocina, pero si los haces tú... me gustaría probarlos.

Kaname sentía que entre ellas dos había una conexión especial que parecía reforzarse a cada momento que pasaba, y eso le hizo sentirse algo insegura. ¿De verdad podía arriesgarse a eso? El corazón era caprichoso. Pero se le ocurrió que también podía intentar formar parte de algo mayor.

A lo mejor deberíamos preparar una especie de comida para celebrar el comienzo del curso. Seguro que nos lo pasaríamos bien. 

Tras decir eso, sintió que había sonado como una cita. Pero no se arrepintió demasiado. Le interesaba ver la reacción de Fran.

Por alguna razón, Kaname parecía más alegre que antes, aunque la peliblanco no sabía muy cuál era el motivo. A menos que... ¿se estaba divirtiendo con lo avergonzada que Fran se había sentido antes por hablar para sí misma? Era posible... aunque esperaba que no fuera que ella le parecía graciosa en un mal sentido. No sabría dónde esconderse ante la verguenza, además del hecho de que deseaba caerle bien a la elegante joven, por lo que no sería bueno que riera de ella porque había quedado como una idiota. Por un momento, sintió la necesidad de que se la tragara la tierra, al mismo tiempo que sentía cómo se le enrojecían las mejillas cada vez más. Genial, ahora si que lo has arruinado todo, tonta. Se criticó a sí misma en su mente mientras intentaba evadir la mirada de su amiga.

No obstante, la presidenta del club no tardó en mencionar el tema de los manjus, haciendo que la guitarrista se aliviara un poco, agradecida ante el hecho de que ésta no pareciera desear preguntarle sobre lo que había murmurado antes. - Ah... no lo sé. Los dulces me encantan, pero no creía que fueran tan dulces. - Dijo con cierta tranquilidad, mientras tenía en cuenta que Kaname no parecía una chica que apreciara mucho los dulces. No duró demasiado en tachar cualquier tipo de dulces de su lista de comestibles que preparar para la muchacha. Aunque... tal vez, unos chocolates... no serían una mala idea... ¿En qué estaba pensando? De nuevo con las tonterías, y su pequeño mundo de sueños, cuando debía mejor tener los pies en la tierra. Kaname era una chica muy dulce, que incluso tenía un lado sensible, detrás de aquella coraza que solía mantener en pie, además de bonita, por lo que era normal que la joven rebelde se viera atraída por ésta. Sin embargo, no debía de olvidarse de lo que había sucedido con Momomi, por pensar cosas que no eran.

De cualquier modo, todo momento de razón que hubiera deseado mantener, pensando en lo que había sucedido con Momomi, no tardó en desvanecerse de su mente, con el sólo hecho de escuchar la aceptación por parte de Kaname ante su propuesta de comer lo que Fran habría de cocinar. Por un breve instante, no pudo evitar esbozar una sonrisa amplia de pura alegría, mientras en su mente daba saltos de victoria por aquello que para ella era un logro más que importante. Con la excusa de que habría de cocinar algo para ella misma, había convencido a la presidenta de que aceptara comer lo que Fran prepararía. Comería su comida, lo que significaba que tendría que hacer el mejor esfuerzo posible para que fuera la comida más deliciosa que podría comer. Aún así, no dudó en recomponerse un poco, adquiriendo una expresión más tranquila, para que no pudiera notársele el entusiasmo, a pesar de que sus ojos parecían mostrarse bastante risueños. - ¿En serio? Te prometo que te encantará... aunque a mí también me gustaría probar algo que tú cocines. - Incluso si a Kaname no se le daba muy bien cocinar, a la guitarrista le encantaría comer lo que ella preparara, sólo por el mero hecho de que hubiera cocinado para ella. No importaba el sabor, sino la intención... bueno, al menos para Fran... cuando se trataba de la presidenta.

Sin embargo, si había creído que no podría estar más contenta en una tarde, a pesar del hecho de que antes había estado bastante mal por el rechazo de Momomi, se equivocaba por completo. Kaname le había propuesto preparar comida para celebrar el comienzo de curso, lo que significaba que estarían juntas... cocinando... juntas... pasándoselo bien, como lo había expresado la elegante joven. La mente de la peliblanco hizo cortocircuito por un instante, sus ojos abiertos, mirando directamente a la presidenta como si tuviera la mente en blanco, al menos hasta que la razón volvió a su mente, criticándola por quedar así de impactada frente a la chica. En ese instante, la guitarrista desvió la mirada con rapidez, poniéndose nerviosa, por primera vez en mucho tiempo, y sus mejillas realmente rojas ante la vergüenza por cómo había reaccionado ante lo que parecía ser una propuesta de una especie de cita con Kaname, incluso sí, posiblemente, la presidenta no lo había dicho con esa intención. - E-Eh... c-claro... - Respondió con cierto nerviosismo, antes de recomponerse con pura fuerza de voluntad para no incomodar a la preciosa joven. - Me encantaría, Kaname. Quiero ser de ayuda para el club... y... mm... me gustaría cocinar contigo. - Confesó al final, intentando mantener un tono neutral, a pesar de que se le notara una mezcla entre entusiasmo y nervios. - ¿Tienes una idea de lo que quieres que preparemos? - Le preguntó curiosa a la presidenta, suponiendo que sabría lo que quería. - Ah y... ¿podemos usar el club de cocina? Por más que no formemos parte del club. - Eso era importante, una buena pregunta.

Mitsuki estaba ansiosa por salir de allí. Todo lo que había pasado no solo le había afectado a ella, Momomi también parecía haberse apagado. No sabía cómo interpretar su expresión, si estaba enfadada, avergonzada, decepcionada... pero sabía que algo andaba mal. Por ello, cuando Misora le confirmó que todo estaba corriendo, le dedicó una educada pero rápida inclinación como despedida, y se lanzó a seguir a Momomi, no sin antes agradecer a la jefa del club. 

Una vez fuera, Mitsuki echó un vistazo rápido para ver si Mai se encontraba allí, pero esperaba que no. Se colocó al lado de Momomi, sin saber muy bien qué hacer en ese momento. La muchacha no había estado más confusa en toda su vida. No sabía si debía enfadarse con Momomi por tontear con Fran, con Fran por no respetar su relación, o consigo misma por no atreverse a mostrarlo abiertamente. Ni siquiera sabía si debía enfadarse con nadie. La expresión en su rostro había cambiado: seguía seria, pero ya no mostraba dureza. -Momi-chan... -empezó usando el diminutivo con el que le había pedido que le llamara para suavizar las cosas, aunque tampoco sabía cómo continuar, por lo que dejó la frase sin acabar, esperando a que ella siguiera. Lo que sí se aseguró de hacer fue mirarla directamente a los ojos. 

-¡Hina!- dije abalanzándome sobre ella para abrazarla tan pronto como vi que me acompañaba, dejando escapar las lágrimas que trataba de contener momentos atrás -gracias- pronuncié al separarme mirándola con los ojos aún rojos y las mejillas mojadas así como con una sonrisa sincera. Pronto usé mis mangas para secarme los mofletes preparada para seguir con nuestro plan -¡Hay que encontrar a Fran!- expuse recuperando la energía dije sin soltar su mano durante el camino.

-Ummh- pronuncié en señal de estar pensativa tratando de averiguar donde estaría -Hina, avisame si la ves pasar, le enviaré un mensaje- dije mientras sacaba mi teléfono móvil para escribirle un mensaje preguntándole donde se encontraba.

Nagisa-sama parecía tan amable cuando me pregunto sobre el género que solía escribir pero normalmente solía aventurarme a escribir de todo un poco por lo que no tenía algo que llamara género.

-suelo escribir mayormente fantasía en cualquier forma; novelas, poemas, guiones teatrales…porque aunque no lo pensemos transmitimos en palabras lo que en realidad sentimos y deseamos sentir en profundidad, el deseo de amar a un ser platónico o de soñar con bailar con una mujer transformada en hombre, un sentimiento de traición que se inicia con una punzada pero que acaba sangrando como una herida horrible- explique a Nagisa-sama que me empezaba a caer en gracia a pesar de olvidarme de su titulo en frances.

Fran~
Hina y yo estamos en Spica ¿estás por aquí ?