Partida Rol por web

“Es una gran idea”, concurrió Ran. Había dado el mismo voto que Yuki, por no poder decidirse, y por consiguiente le importaba muy poco cuál de las flores había ganado, porque todas la habían impactado por su belleza casi surrealista.

Realmente tienes que fijarte en las cosas hermosas; si no, pasan desapercibidas delante de ti...

Estaba respirando libremente, caminando casi con pequeños saltos, deseosa de comenzar el trabajo con las tarjetas. Y ya tenían buenos motivos para embellecerlas.

Bien, la cogí por la mano y salimos en dirección a mi cuarto, sin perder mas tiempo, me muero de ganas por probar sus dulces labios otra vez, de charlar de lo qué nos gusta, y de tal vez, si nadie nos molest, tener un momento de intimidad mas profunda entre nosotras.

-Vamos, no perdamos tiempo-

Solo esperando que no este nadie en mi cuarto.

Cuando llegasteis al cuarto de Rubi, no había nadie, así que teníais todo para vosotras. Sabíais que habría más tarde una reunión de té, pero que ahora mismo, debíais preparar las tarjetas... o no, porque quizás Hina quisiera hacer una con Ruby y Mitsuki con Mai.

A-adios Hyuga-san, ha-hasta la pro-próxima re-reunión...- me despedí de la gerente del club con una leve reverencia. Mi foto no había quedado como la favorita del club... pero no me importaba, la foto que ganó también estaba bien... y además yo no hacía fotos para quedar por encima de nadie. Así que no me importaba.

Durante la salida Yaya intento consolarme por quedar segunda, pero no había nada de consolar -N-no t-te pre-preocupes Yaya-chan... n-no me i-importa... pe-pero gra-gracias...- le dije a la chica, agradeciendo el consuelo y el piropo a mi fotografía de forma tímida.

Ahora tocaba regresar a Ichigo... a preparar todo para la... "fiesta" de las tarjetas. Asentí ante la idea de mi compañera de usar las fotos que hemos hecho en nuestra búsqueda para las postales. Si, podrían quedar bien. Pero luego, miré a Akagi un momento -Ran-chan...- me dirigí a ella con cierta timidez -¿Va-vas a ve-venir a nu-nuestro cu-cuarto ya...? ¿O-o cu-cuando ya te-tengamos to-todo li-listo y...?- tragué saliva un momento al estar un poco nerviosa con la idea -¿Y ve-vengan las de-demas?- terminé la pregunta.

No había pasado buena noche así que al terminar las clases decidí ir a hacer una siesta. Al abrir los ojos y mirar la hora di un salto de la cama ¿¡hoy empezaba el club de costura!? di una palmada en mis mejillas para despertarme justo después de salir de la cama de un salto, al menos intentaría llegar, aunque me temía que llegaría tarde.

Corría por el camino cuando visualicé a Hina acompañada de algunas chicas, saludé con la mano sin a penas bajar el ritmo -¡Llego tarde al club!- grité mirándolas, cosa que hizo que tropezase y casi cayese al suelo, aunque finalmente quedó solo en un susto antes de poder seguir con mi camino.

Ayami llegó tarde, como era de esperar, al club de costura, pero no tanto como para encontrárselo vacío. Cuando entró, le esperaba la mismísima presidenta del consejo de Miatre, Rokujo Miyuki, además de unas cuantas chicas que dejaron sus máquinas para mirarla.

-Bienvenida -dijo solemnemente Miyuki -. Creo que tienes un sitio con una máquina allí mismo, así que puedes sentarte.

-Al lado de la máquina hay algunos modelos con dibujos para que podáis seguirlos. Si tienes alguna duda, puedes preguntarme -continuó diciéndote, con mucha seriedad, pero sin que pareciese estar enfadada ni nada de eso.

Buenas tardes- digo tímidamente mientras abro la puerta despacio y encubada, como si así fuese lo suficientemente discreta como para que nadie se fijase en que llegaba tarde pero tan pronto como lo hice aquel tono solemne me hizo en un pequeño salto quedar erguida y rígida como si se tratase de un saludo militar mientras contestaba -s-¡sí!-

Pronto recuperé mi postura natural y me dirigí al sitio que me habían ofrecido mientras inclinaba ligeramente la cabeza y agradecía.

Comencé a trabajar en silencio mientras dirigía miradas esporádicas a la presidenta -siento haber llegado tarde- dije con un hilo de voz, no parecía enfadada pero si no me disculpaba no iba a poder concentrarme.

Mitsuki entró en el cuarto de Momomi con una sensación agridulce, mezcla de la tristeza y la frustración de la muchacha, y la alegría de haberla visto jugar, y de haber podido intimar tanto con ella y conocerla tan a fondo, en lugar de quedarse en la superficie de su personalidad segura y fanfarrona. 

Una vez allí, la rubia se sentó en el borde de la cama y observó cómo su compañera recogía la ropa para cambiarse una vez terminara de darse una ducha. Vio que Momomi dudaba un momento antes de irse al baño. La miró con curiosidad, y no pudo evitar sonrojarse al pensar que la joven iba a ducharse a apenas unos pasos de la cama donde se sentaba. -Cla-claro. Aquí te espero -respondió, levantándose de golpe y dirigiéndose a la mesa que le había indicado. No quería empezar sola, pues suponía que las dos juntas tendrían más posibilidades de pensar en algo gustoso y original. Para cambiar el rumbo de sus pensamientos, se dedicó a colocar los folios, las cartulinas, y hasta a ordenar los rotuladores por gamas de colores. 

Entré tímidamente, pero sin poder esconder mi sonrisa. Di una vuelta sobre mi misma y me senté en la cama de Rubí. Apoyé las manos sobre la colcha y miré a mi novia con intensidad.

- Tus palabras me llegaron muy adentro, Rubí, tocaron en lo más profundo de mi ser y provocaron en mi un cálido sentimiento. Apenas conseguí contestarte adecuadamente, pero quiero que sepas que comparto tu alegría y tus tiernos sentimientos - dije llevando una de mis manos al pecho.

Momomi le dedicó una última y fugaz sonrisa antes de entrar en el baño. Intentó ser eficiente y no perder demasiado tiempo, no porque Mitsy fuese a sentirse sola, sino porque deseaba estar a su lado.

Tras unos eternos cinco minutos, Momomi salió del baño, no tan seca como debía, pero sí mucho más limpia, y con una toalla que quizás dejaba ver demasiado.

-Eh, ya estoy Mitsy, pero me he dejado la ropa allí fuera, lo siento mucho -le dijo, caminando descalza por delante hasta llegar al armario.

Acto seguido, buscó una de aquellas camisetas largas que tanto le gustaban y se la puso sobre la toalla. Solo entonces dejó que esta cayese al suelo, quedándose ella únicamente con aquello puesto.

-Bueno, Mitsy. ¿Qué se te ha ocurrido sobre la tarjeta? Yo he pensado que en mi caso, quizás podría hacer algo sobre el voleibol y en el tuyo, algo de cocina, como poner una tarta o algo así.

Entonces Momomi miró a Mitsy. Parecía sonrojada, algo que esperaba. Después de todo, no la había visto así ni habían estado a solas en una habitación, nunca.

-¿Estás bien, Misty? -le preguntó suavemente, mientras le acariciaba una mejilla.

Mityuki se acercó a ti para ver lo que hacías y frunció el cejo.

-Las puntadas deben estar más espaciadas o de lo contrario, romperás la tela. Ten en cuenta que los dibujos son casi siempre muy complejos, por lo que a veces, se necesita mucha habilidad para hacer todo el contorno, pero ahora solo estamos practicando. No te preocupes si no te sale bien a la primera y gasta todo lo que debas, pero intenta siempre ir despacio más que acabar rápido.

Después continuó dando vueltas por las mesas de las otras chicas. Una de ellas te miró y te sonrió.

-Hola, también es la primera vez que vengo a este club y es muy difícil. He tenido que usar ya tres trozos de tela diferentes y todo para hacer una simple margarita.

Remon parecía algo agobiada por su falta de habilidad, pero por otro lado, también mostraba bastante buen ánimo.

-Pero supongo que mejoraremos, ¿no? ¿En qué curso estás? Yo en segundo.

-¡claro que mejoraremos!- contesto sin un ápice de duda e incluso, quizá de forma demasiado efusiva -crearemos nuestros propios vestidos de graduación y seremos la envidia de todas ¡ya lo verás!- expliqué poniendo mi meta "a corto plazo" como una en común ahora para las dos -uah entonces soy un año mayor que tú, voy a tercero- dije algo sorprendida -por cierto, me llamo Ayami, pero puedes llamarme Ami-chan- me presenté esbozando una sonrisa y llevando una mano a mi pecho.

Ante aquellas palabras tan tiernas, no podia siquiera pensar con claridad, me siento tan felíz, cómo si estuvieea en el reino de Morfeo, un bello sueño del qué no quiero despertar.

-Lo... Lo mismo hicieron sentir tus palabras Mai, pude notarme en la novena nube, yo realmente... Disfruté cada una de tus palabras - hice una pausa para sentarme a su lado y contemplarla mas detenidamente, como si quisiera guarda cada acción de este dia en mi memoria - Yo... Yo te amo... Desde el fondo de mi corazón, pero hay cosas que no se pueden explicar con palabras...-

Y es así, qué la tomé por la mano que tenia en su pecho, llevandola a mi rostro, acercandome lentamente a su boca, respirando la suave esencia de su piel blanca cómo la leche y lisa cómo el jade, encontrando me con sus labios, dejando que el beso fluya cómo un río desbordado.

Tres haberse despedido de la profe del club, Ran respondió a la pregunta de Yuki: “Bueno, lo que tuvimos últimamente acordado era lo siguiente: ir al cuarto de Tamao y allí preparar las tarjetas. Y allí tendrá lugar de fiesta, y sólo tras haber preparado las tarjetas. Pero si te molesta demasiado hacer la preparación en un círculo más amplio de personas, y voy a vuestro cuarto, y allí no vendrá nadie más. Dime, Yuki, ¿qué prefieres?”

Ran, evidentemente, habló sin juzgar, sin pensar siquiera que podría juzgarla, pero simplemente para saber qué sería preferible para su persona. Al fin y al cabo, era ella, Ran, que pidió ayuda a Yuki, no al revés.

Estoy segura de que Hana-chan prefiere que seamos pocas -dijo Yaya, irrumpiendo entre ambas -. ¿Así que por qué no vamos a nuestro cuarto, preparamos las tarjetas y después nos vamos a la fiesta de Tamao-chan?

Yaya no iba a insistir en organizar una reunión con muchas chicas porque ya había experimentado bastante con Yuki. Con ella, menos era siempre más. No quería hacerle daño de nuevo.

“Para mí, esta bien!” realzó Ran alegremente.

De verdad no le importaba si estaba rodeada de muchas personas o pocas cuando se trataba de hacer la tarjeta. De hecho, sólo había acogido con rapidez la demanda de las demás chicas de juntarse porque no se había percatado de que podría dañar a nadie.

Sabiendo, sin embargo, que podría hacer sufrir a Yuki, por supuesto prefería que lo hicieran sin más alumnas de la arte divina de Yuki.

“Me enseñarás como hacer bien la tarjeta, no es cierto, ¿profesora?” le dijo sonriendo a la chica artista.

Remon sonrió ante el comentario y el gran ánimo de Ayami. Era genial encontrar a alguien con tanta determinación a hacer las cosas bien.

-Encantada, Ami-chan. Yo soy Remon, pero todos me llaman Remi-chan. 

Y tras presentarse, continuaron trabajando en sus modelos, intentando que quedaran lo mejor posible. 

Después de un rato, Miyuki decidió intentar algo más complejo. 

-Bueno, ahora que os habéis familiarizado con vuestras máquinas y con los principios de funcionamiento, vamos a intentar bordar un pañuelo. Nada complicado, solo una flor o algo bonito con el que consigamos que algo como esto -y entonces mostró una tela blanca -, se transforme en esto.

Disponéis en vuestra mesa de unos cuantos modelos. No escojáis uno muy complejo. Es mejor al principio que sea algo simple y colorido, para que salga algo mejor. Si tenéis dudas, preguntadme.