23 de diciembre - 14.35h

A pesar de algunas absurdas discusiones y a pesar de que algunos de los invitados habían decidido echar un vistazo a lo que había debajo de las sábanas oscuras, por allí no aparecía nadie. Ni los Rocks, ni el mayordomo, ni nadie del personal de la mansión.

Los invitados se encontraban allí, solos y a la espera de que algo sucediera. El caso es que los minutos parecían haberse convertido en horas y las horas en días... ¿Dónde se habrían metido los Rock? ¿Les habría pasado algo? ¿Estarían esperando a alguien más? ¿Estarían esperando algún tipo de reacción por parte de los invitados? ¿O simplemente se estaban haciendo de rogar?

Si los vinos avinagrados olían como Rucio, sin lugar a dudas ese vino olía a Rucio.

En cuanto el chorritín de vino cayó sobre la taza empezó a desprenderse una apestosa nube de humo que hizo toser a todos los presentes. Todos empezaron a notar como el humo les asfixiaba y les costaba respirar. Maligna, la más mayor de todos, sintió como sus piernas se aflojaban y perdía la consciencia por unos segundos cayéndosele la taza al suelo.

Por fortuna, el objeto a pesar de ser de delicada porcelana, no parecía que se hubiese roto. Segundos después, Maligna recuperó el conocimiento para ver a todos mareados y con unas horribles náuseas y muchísima tos.

¿Qué era lo que acababa de pasar?

Faustina en ese momento en el que el vino salía a la taza de la Señora Maligna lo percibió.

• Debería tener cuidado Señora Maligna, si que huele como mi Rufio ese vino.

Dicho lo cual dejó la botella sobre la mesa y, por fin decidió hacer caso a lo que la chica rusa estaba diciendo, al parecer las puertas estaban cerradas.

• ¿Y de verdad no hay forma de salir de aquí? ¿Ni por las ventanas? Porque a unas malas podríamos irnos por una ¿no?

Maligna se levantaba a duras penas del suelo y con cara asustada. Mientras miraba a los presentes y la reacción del humo que salió de la taza dijo

pretenden envenenarnos, esta gente están locos hay que salir de aquí como sea. 
 

tras decir eso cogió el objeto número 1 con gran premura y dijo

voy a intentar abrir las puertas con esto y que nadie me detenga

Aunque estaba un poco apartada del resto empezó a notar un malestar general y una tos que no se le terminaba de ir. Cuando Maligna cayó al suelo, se levantó entre toses y fue directa hacia ella para ver como se encontraba. Después de levantarse y afirmar que intentaría buscar una salida con la llave de la subasta decidió dejarla con su tarea. -Sinceramente, no se como serán los vinos de esta región pero muy normal no creo que sea esto.- Dijo señalando la botella de vino. -Aunque también me extraña la taza...- Mientras la recogía del suelo buscando algún desperfecto. 

Respondiendo a una pregunta que habían lanzado antes añadió -no, el objeto que buscaba tampoco está aquí-. Dejó la taza en su correspondiente lugar con cuidado y se acercó a la jarra bañada en oro -aunque esto no me disgusta del todo- dijo tratando de estimar su fecha de fabricación.

-Parece que estos objetos tienen algo de especial. Pero que nos dejen usarlos a nuestra bola y nos hayan encerrado sin que nadie aparezca hace que la idea de una trampa vaya más allá de la idea.

Sabía que el vino no era trigo limpio desde que vio que habían reemplazado el corcho. Y la "porcelana" era más dura de lo que parecía. Supuso que el resto de objetos también escondería algo. Claro, que visto el humo que casi acaba con la más anciana, podrían ser peligrosos.

Anna se cubrió el rostro con el brazo, pero aún así tosió y se sintió mareada al respirar levemente aquel humo repelente. -¿¡Qué fue eso!?- Exclamó la mujer, bastante asustada por lo que había pasado. Se horrorizó al pensar que cosa horrible habría ocurrido a la señora Faustina si se hubiera bebido el vino directo del pico de la botella.

Las palabras de la señora Maligna, y los comentarios de un lado a otro le hicieron mirar a la señorita Fraser. -¡Usted dijo que había camarras! ¿Dónde están?- Dijo, mirando a su alrededor. -¿Nos están viendo ahorra? ¿Acaso somos un espectáculo?- Dijo, pensando en los programas de televisión que había visto tantas veces en el aparato del cuarto de servicio. -¿Y el rreloj qué? ¿Marrca una horra especial? ¿Explotarrá en nuestrra carra?- Dijo, acercándose al reloj de pared y revisando su interior o si había algún mecanismo para abrirlo.

Faustina estaba muy confusa, todo había sucedido mientras ella estaba olfateando de nuevo el vino y no estaba acostumbrada a tanto ruido y gente hablando nerviosa a la vez.

Voy a la Señora Maligna, ya recuperada andar hacia la ventana con la vieja llave de hierro, el político insistiendo en que sabía montar a caballo y las dos chicas preocupadas.

Lo último que le llego a sus oídos fue la chica rusa hablando asustada sobre el reloj.

• ¿Qué explosión, ni reloj, ni bomba ni bicho muerto?

Fue hasta el reloj, puso su mano junto al minutero y con una suavidad inusual en ella empezó a girarlo haciendo que fueran pasando los minutos.

• ¿Ves muchacha? ¿Ves? Relájate, no pasa nada. Como mucho saldrá el “pajarico” ese brillante.

Al que, todo sea dicho, tenía pensado coger en cuanto asomara, quería asegurarse de algo que le había parecido ver antes.

Maligna estaba ya un poco harta de todo o salía de allí o mataba a alguien seguro, tanto estrés no era bueno para su edad, luego se paró por un momento y dijo en voz alta. 
 

Ya lo entiendo todo, lo he descubierto. Esto es una cosa de esas que le gusta el hijo de mi sobrina Eugenia, como es que se llamaba? Queip run no no. Esqueip rum eso eso. 
La fecha que coincide hay que introducirla en el panel para salir antes de que el reloj de cucú de una hora más o todos moriremos drásticamente 

La llave es demasiado grande y gorda para que quepa en la cerradura de la puerta de entrada del hall. Y la puerta de arriba de las escaleras (por donde se fue el mayordomo) no tiene cerradura.

La taza no tiene ni un solo rasguño.

Sobre la fecha de fabricación de la jarra, no tienes ni idea. Solo parece antigua, como el resto de objetos.

El reloj no parece que tenga nada de especial. Y sí, parece que tiene un mecanismo para abrirlo, aunque parece demasiado duro y no cede.

El reloj marca la hora que es.

23 de diciembre - 14.43h

Faustina se puso a avanzar las manecillas del reloj delante de todos. Y cuando el reloj marcó las 15.00 no pasó absolutamente nada. 

Lo sorprendente vino cuando soltó la manecilla, que éstas volvieron a ponerse en hora marcando la que correspondía. Las 14.43h.

Ver como el reloj regresaba a su hora luego que la señora Faustina lo moviera dejó sorprendida a la rusa; jamás había visto a un reloj hacer algo así. -Hay una manerra de abrrirr el rreloj.- Les explicó al resto, señalándoles el mecanismo que había en el objeto. -No puedo moverrlo, es muy durro parra mi.- Dijo, nerviosa.

Miró de nuevo los objetos en la mesa, y se acercó a ver el libro de "1984". No lo había leído nunca, pero revisaría si había alguna pista o algo que le llamara la atención en aquel objeto.

23 de diciembre - 14.48h

Tras revisar el libro no parecía que tuviera nada sospechoso.

Faustina vio a la chica rusa tratando de abrir el reloj sin suerte. La chica era de uña fina y mano sin callo.

• Deja niña, déjame intentarlo.

Se acercó al reloj y tiró con fuerza del mecanismo que había indicado la chica.

El libro parecía normal y corriente, lo único llamativo hasta el momento era que llevara la misma fecha que la botella de vino. De todos modos lo mostró hacia los demás, especialmente en dirección del detective inglés, que tenía la apariencia de ser un poco más erudito en el tema de lectura.

-¿Alguno de ustedes ha leído este librro antes? Quizás haya alguna pista que se me escape entrre sus páginas.- Dijo, esperando ver quien sería el que tomara el libro.

Todo era muy raro. Humo negro, desconocidos que no pueden salir... todo olía a perdidos. Aunque la vieja decía que estaban en un scape room. También pudiera ser que tuviera razón.

-Por supuesto, he leído el libro. Es muy bueno.

El argumento del libro era uno de sus sueños donde él lideraba España como dictador supremo no dejando que ningún ciudadano escapara a su control.

-Va de un estado totalitario donde todo el mundo está vigilado por el "gran hermano"-  lo cual robaron para hacer ese insulso reality- con miles de cámaras y funcionarios (los cuales también están vigilados) que no permiten que nadie se salga de las normas. Evidentemente, la mayoría de las libertades están más que restringidas y nadie puede ganar al sistema.

Lo dicho, uno de sus sueños.