Partida Rol por web

Con ella todo parece fácil. Es como esos magos y sus artes mágicas, sus trucos, tan sencillos en apariencia y tan difíciles en realidad de llevar a cabo. Como las artistas de los saltos de trampolín. Así de fácil es caer en su influencia, en su embrujo. El extremo opuesto a Frisbee y a la vez igual de fascinante.

-Bueno. Tal vez dormiremos juntas. Dormir, eh. -Y cierra la puerta despacio, sonriendo. La ves contenta, para nada crítica. Quizás en exceso condescendiente o sencillamente que sabe leer el estado emocional y empatizar con las personas. 

Estás agotada. Caes redonda en la cama. Tu mente y tu cuerpo necesitan un descanso. No son más de dos horas, pero de forma profunda y calmada, como si supieras que eso, el mundo se ha paralizado este fin de semana dese que has aterrizado en Edimburgo. Soñolienta, te desperezas muy a lo felino y bostezando con ganas. Una ducha y a darle al maquillaje. Antes, miras el móvil, un mensaje de Sey.

-Hola, Alice. No quiero parecer cotilla, pero, hablamos de mantener contacto, ¿cómo ha ido ayer con Frisbee? ¿habéis avanzado?

El bajón te sobreviene de improviso. Ya imaginas que esto va a ser una montaña rusa de las de vértigo total.

Esos breves momentos justo al despertar en que todo parecer haber sido un mal sueño son extremadamente dulces. La lucidez tarda en llegar y la ignorancia es la mejor amiga de Alice en esos milisegundos. Pero entonces la realidad va inundando su mente a toda marcha, como una cabina estanca que se llena de agua en un barco que va a naufragar. Y allí en esa sala está Alice, ahogándose cuando el agua le llega por el cuello. Los recuerdos la colman hasta llegar a su nariz.

Suspira y mira el móvil...y ahi...justo ahí la gota que colma el vaso. Las lagrimas vuelven a brotar, incontrolables, imposibles de manejar, las gotas caen en su teléfono y su mano tiembla hasta que lo tiene tiene que soltar y, rabiosa, frustrada, triste, Alice la emprende a puñetazos con los cojines durante varios minutos. No responde...no ahora, ahora no puede, imposible. 

El enojo se ha apoderado de ella, cambio de fase, se siente arder de rabia, estaba enfadada con Frisbee por no entenderla, enfadada con ella misma por no haber sido capaz de ver a tiempo dónde se estaba metiendo.

Se va al baño y se empapa la cara de agua fría, helada, necesita eso ahora...y luego la ducha, donde va masticando su enfado y frustración. Luego sobreviene otra vez el llanto, y es un continuo...¿es que esto no va a parar nunca?

Seguro que Frisbee lo está pasando fatal también ahora.

Calla, ¿a quién le importa esa zorra? Nos ha dejado

No, nosotras la hemos dejado

Que buena es Michelle, seguro que ella sí que esta enamorada de ti

Bueno la otra, mira a ver si nos haces más lio

¿Debería llamar a Frisbee? 

NI DE COÑA

Pff menudo lio.

Alice y todos su pensamientos salen de la ducha y trata de adecentarse con ayuda del maquillaje. Bien, el objetivo de las próximas horas es no llorar. Casi mejor dejar aquí el móvil para evitar nuevos disgustos. Tal vez debería contestar a Sey para que no se preocupe...

Da un largo suspiro al terminar de maquillarse y toma el teléfono, relee el mensaje...joder le duele hasta lee su nombre.

No fue bien...hemos terminado. No fue por el bdsm, esa parte fue bien. Tenías razón...me quería solo para ella...perdona, ahora no puedo hablar. Te llamo en otro momento. Gracias por preguntar. Un abrazo.

Enviar. De nuevo ahi estaba ese nudo en la garganta, esa sensación de ahogo...tenia que...tenia que tomar aire. Sale del baño y se va directa al balcón apretando fuerte las manos en la barandilla y boqueando con fuerza.

Sobretodo...no llores se recuerda a sí misma.

Sales al balcón y te encuentras con el jardincito que te enseñó Michelle en las fotos. Es agradable el olor a diferentes flores y arbustos. El cielo se está encapotando un poco y seguramente terminará por llover. Muy apropiado para el estado actual de tus emociones. Llorar y llover, van a juego. 

Te das cuenta de que Michelle y su madre te observan desde abajo. La madre de tu jefa, Agnes, te hace señales con un bastón de que bajes. Es bastante mayor, pelo cano blanquísimo, curiosamente en una larga coleta. Se parece a Michelle y te das cuenta de donde procede la belleza de la rubia. 

-Baja, niña, que quiero conocerte, no seas perezosa, no es hora de dormir. Mis nietos también son unos vagos, la juventud no tiene modales ni vergüenza.

-Mamá, Alice, es nuestra invitada. Está un poco...acatarrada, ya te lo expliqué, y ha pasado mala noche. -levanta la cabeza hacia ti- Vamos a la mesa, termino de preparar la comida.

Saludas, de tripas corazón. Entras a la habitación, no te resistes a mirar el móvil de nuevo, aunque luego lo pienses dejar en la habitación. Sin mensaje de Frisbee. Sí que ya hay respuesta de Sey.

"Lo lamento. ¿Tan definitivo? No te  molesto, Alice. Si quieres hablar, contacta. Y lo del jueves próximo, no pasa nada si prefieres anularlo. Ya hablamos."

Roja de vergüenza, Alice saluda tímidamente con la mano a la señora Agnes. 

-Ya, bajo, disculpe.- se hace por utiliza do su tono más agradable por forzado que fuera.

Sale del balcón y revisa el móvil y lo deja caer en la cama con un suspiro amargo...¿Hasta cuando estaría tan hecha mierda? Joder.

Se pone unos zapatos cómodos y sale de la habitación, desendando el camino despacio intentando guiarse para encontrar el salón o la cocina. Tal vez debió esperar a Michelle, pero se había puesto nerviosa.

Animada de valor y entereza, desciendes las escaleras. Saludas a Agnes, que te da un beso en la mejilla y un cálido abrazo.

-Sí que es guapa, sí. Aunque haces mala cara. ¿Un catarro? Tienes pinta de haber salido de una fiesta. Pero si Michelle dice que estás resfriada será eso.

La enfermera ha marchado por hoy. Agnes toma asiento, y no te deja escabullirte con Michelle a la cocina. Te taladra un poco a preguntas, a veces cree que eres la chica del banco, otras su nueva enfermera. Finalmente entiende que eres la asistente de Michelle y se queda conforme. Insiste en que eres muy guapa y que debería presentarte a uno de sus nietos, al mayor, Sean.

Tu jefa acude al rescate con la comida. Agnes acaba por monopolizar todas las conversaciones, metiéndose en tu vida, preguntando indiscreta, que si novios, o novias, que si sabes que su hija tuvo novias, que está de moda y a ella le parece bien. Habla de anécdotas de su juventud como si le hubiesen sucedido ayer, y las partidas de ayer al parchís como si fueran de hace sesenta años. Confunde fechas y momentos, pero en conjunto, aunque algo cascarrabias, es una mujer agradable, con su punto de humor.

Pero seguramente para un rato, no para aguantarla todos los días.

Michelle ríe a  veces, regaña a su madre, gasta alguna broma. Sientes su mirada casi constante, aunque ella disimula. Tú, no estás mal, no del todo. Tampoco en tus mejores momentos. El móvil está arriba y en ocasiones piensas en ir a por él. ¿Mensaje de Frisbee? Te tienes que olvidar. Regresas a la conversación.

-Estás muy distraída...Anna...Alice. ¿Ya sabes que mi hija es muy exigente en el trabajo? ¿Y a qué dedicas tu ocio? Yo veo series, pero me duermo. La vejez, niña. No te hagas vieja. Pero entonces te habrás muerto. No se qué es mejor, la verdad.

-Mamá...

Consigue distraerse gracias a las divertidas incoherencias de la señora aunque también consigue ponerla roja como un tomate, va respondiendo a sus preguntas un poco evasiva pero con gracia. No quiere darle explicaciones innecesarias a la señora pero tampoco ser borde ni mucho menos con ella, así que le sigue el juego y la distrae con sus propias preguntas sobre el parchis, las series, las anécdotas de su vida...va capeando el temporal como puede.

Pero al final va perdiendo a veces el hilo, la angustia se vuelve a apretar en su garganta y de vez en cuando se queda mirando el plato de comida, aunque deliciosa, apenas ha logrado comer ni la mitad de la ración y se siente mal por ello, casi como si estuviera despreciando a Michelle. En sus ojos se adivina una leve disculpa cuando su mirada se cruza con la de la rubia.

-En cambio usted esta en todo, no se le escapa una.- le concede con una sonrisa forzada.

Michelle se da cuenta de tu ansiedad y falta de atención en el momento presente.- Vamos, mamá, que estás aplicando el tercer grado a Alice.

-¿Yo? Qué va. Si no preguntas no te enteras de las cosas, siempre os lo he dicho. Y eso es, sí, niña, nunca se me ha escapado nada, que te lo cuente Michelle, no me podían engañar esos tres truhanes, bueno, ahora hacen lo que quieren conmigo, soy un trasto viejo que mueven aquí, allá, y eso cuando les da la gana de venir a visitarme. Apunta, apunta en tu agenda, en la de mi hija, eso, que visite más a su querida y desvalida madre. Es una descastada. Alice me hace más caso que tú. ¿Quieres ser mi asistente?

Michelle se ríe más que otra cosa. -Venga, madre, a la siesta, que te pones muy pesada.

Se la lleva a una habitación cerquita, para que no suba escaleras tiene el dormitorio abajo. Al cabo de un rato regresa, tú estás recogiendo la vajilla. 

-Espero que no estés muy agobiada. Ahora dormirá lo mismo un par de horas. ¿Quieres echarte también? No hay problema, de verdad. O podemos tomar un café, un té, en un banco del jardín. Lo que tú quieras, Alice. Sin ningún agobio.

La morena recoge despacio la loza y su expresión es de contención. Casi rompe a llorar de nuevo cuando Agnes y Michelle se fueron, pero logró aguantarse Dios sabe como. Pero sabía que no duraría mucho tiempo.

Se concentra en los platos, echando las sobras todas a uno y los apila. Nota que le tiembla el pulso, la ansiedad se le dispara. Suspira y decide coger el bulto de vajilla con las dos manos y se encuentra con la rubia, a quien esquiva la mirada para que no le vea los ojos anegados en lágrimas de nuevo.

-El...el jardín está bien...no me apetece dormir más. O sea, si querría pero creo que no es bueno ya...no quiero pasarme el fin de semana metida en la cama. Te...te ayudo a preparar un café o algo...yo...no se ¿tienes tila?

No se te pasa. Tiempo. Lo necesitas. Michelle lo ve. Te coge los platos.- Te preparo la tila. Ves al jardín, que ahora voy. 

Estás un poco sonámbula, de manera que aceptas con la cabeza, como una autómata alimentada por sus propias lágrimas sales fuera y paseas un poquito por el estrecho sendero del pequeño jardín. Es un buen lugar, bonito, agradable, recogido. Algunos pequeños pajaritos posados en las ramas te miran curiosos, preguntándose quién eres y qué te pasa. 

Estás abatida. Es normal. Todo ha sido repentino e intenso, un choque a máxima velocidad contra un muro. Estabas borracha de...de amor, no. ¿De sexo? No, no era solo sexo, era mas trascendental. ¿Lo era?

-Vamos a sentarnos ahí -Michelle te atrapa por la espada, te abraza y sus brazos te acogen en tu naufragio. Te da un sentido beso en la cabeza. -Tal vez puedas hablar con ella. Que la despedida no sea tan agria. Unos días de perspectiva. Estás situaciones son difíciles, complicadas, y cada una de nosotras las vive de forma distinta.

De nuevo se derrumba en sus brazos cuando nota que la acoge por la espalda, lleva sus manos a las de ella y las aprieta. Se siente tan mal, ya no por Frisbee sólo que también, sino porque en lugar de estar disfrutando su tiempo con Michelle, la estaba haciendo cargar con sus mierdas sobre una relación con otra mujer. Era de locos que la rubia estuviera soportar todo aquello. Y por supuesto, está rabia y está frustración ahora se convertía en más lágrimas.

-No...no puedo hablar con ella. Se qué flaquearé y...¿Y si cedo? -suspira y se recuesta en ella un poco intentando mirar los pajarillos para dejar de llorar. - No estoy lo bastante fuerte...lo siento Michelle, yo no quiero estar así...no te lo mereces.

-No te digo que hables ahora, mañana, el lunes. Cuando estés más serena. Simplemente para que cierres este capítulo de tu vida y no dejes la puerta siempre entreabierta y en el futuro se cuelen fantasmas del pasado. Quizás soy un poco críptica en mis palabras. ¿Me comprendes? Además, habrá que ver si ella quiere hablar. 

Te conduce de la mano hasta unos pequeños sillones de mimbre en derredor de una mesa de mármol. Te pasa una tacita de tila, ella se sirve el café. -No me digas mas veces eso, vale, Alice. Acabarás por hacerme enfadar. Las cosas vienen como vienen y hay que enfrentarlas. No me estás decepcionando, ni molestando, ni aguando el fin de semana. Estás aquí, me siento feliz por ello. Apenada por lo sucedido, desde luego, pero no te martirices. No vas a conseguir nada más que amargarte las horas de reposo que puedes obtener en este par de días.

Señala el jardincito con el brazo. -¿No es el paraíso? Venga, va, cuenta, y qué más has hecho durante la semana. Piensa que hay trabajo para la semana próxima. Tengo cantidad de asuntos pendientes, vas a tener que cubrirme en algunos. Si quieres te empiezo a pasar ficheros, puede que así se te olvide un poco el asunto -señala en plan broma.

-El lunes...no lo se tal vez...ya veremos.- traga saliva y se pasa los dorsos de los dedos por los párpados, procurando limpiarse las lágrimas con cuidado de no estropearse de nuevo el maquillaje.

-Lo siento, vale...tienes razón. Ya dejo eso jeje.-le promete en cuanto a dejar de pedirle perdón por estar mal. Michelle tiene razón, como siempre...las cosas vienen como vienen y ninguna de las dos podía cambiarlas.

-Si, este rincón es precioso y la comida estaba deliciosa, de verdad. Tu madre tiene razón, casi tendrías que venir más a menudo para tener paz.- comenta volviendo a recostarse un poco, no mucho en su hombro.- ¿En la semana pues...no se...el tatuaje y...otra cita con Frisbee a la que por cierto, no fue jeje...no se ha sido una semana muy intensa. La noche antes de quedar con el comprador de las monedas también estuve con ella y estuvo...la verdad estuvo bien. Debí darme cuenta de que se estaba pillando..Lindsey me lo dijo ¿Sabes? Me dijo que era cuestión nde tiempo que esto pasara. Pero no pensé que tan pronto.

Te sientes un poquito más calmada, o quizás es una sensación falsa, pero te lo parece. Ves a Michelle tomando su café y observándote con ternura en los ojos. Cariño, pero no condescendencia. 

-Te comenté que Lindsey me parece una mujer centrada, inteligente, y seguramente debe de tener estudios de psicología, o es natural en ella. -Se queda en silencio, con su café, recordando tu descripción del encuentro con ella. La ves más seria. 

-Te va el sado. Bueno, el sadomasoquismo. Ahora lo sabes, ya es un paso en tu descubrimiento. Te queda aceptarlo, controlarlo, asimilarlo. Imagino que Lindsey te puede ayudar con eso.-Está cabizbaja, reflexionando. Puede que se sienta algo mal al pensar que ella puede ofrecerte ese dolor que buscas pero que tan poco le gusta a ella. -Bueno, y yo, en lo que pueda. Supongo que puede ser una vía de libertarte de tu estrés, de tu...de ese volcán que te arde y bulle por dentro. 

Se estira todo el cuerpo y luego se recuesta en el sillón. -Jo, si voy a ser yo la que se eche una siesta, jajaja. 

Alice se centra en el cambio de tema que propone Michelle. Es un tema doloroso también, bueno, todos lo son, pero era mejor que hablar de sus sentimientos ¿Los había? por Frisbee. Carraspea un poco y toma tila en silencio, meditando sus últimas palabras.

-¿Te gustaría emm...ayudarme? Tal vez...tal vez puedas.- empieza a comentar con algo de timidez, desviando continuamente la mirada- creo que tú...te sientes incómoda causandome dolor pero...pero he descubierto que no sólo es el dolor lo que me gusta. -​​​​​​-da un sorbo lento, examinando las reacciones de Michelle, preparada para "abortar misión" en cuanto viera una muestra de negatividad- Lindsey sugirió que tal vez tú...tu te sentirias cómoda o menos incómoda si probamos algo de...Bondage...ya sabes. Tú conmigo.- traga saliva y espera la respuesta, pre-preparandose para un "no".

Tu anfitriona se te queda mirando, con la taza de café en la mano, durante largos segundos. Es una mirada intensa, difícil deducir que hay detrás de ella, y tú estás en plan casi de "tierra trágame". 

-Eres insaciable, Alice -empieza con un suave tono que, ya la vas conociendo, no augura nada bueno o, por lo menos, te va a provocar una mala digestión- ¿Sabes una de las cosas que me gustan de ti? Que manipulas a la gente de tal forma que creen que son ellas las que te manipulan a ti. No es mala la manipulación en sí, yo la he usado durante toda mi vida, pero...que no se te note, Alice. 

Bebe lentamente su café sin dejar de observarte.- Quizá te has pensado que yo soy un ovillo de lana y tú la gatita que juega con él. Me equivoco, tú eres el ovillo y yo la gata que se vuelve loca jugando con él. 

Deposita la taza sobre la mesa-Puede que ni siquiera te des cuenta de que lo haces, pero tienes unos objetivos claros y apartas las piedras para llegar hasta ellos. Si incluso te compré la colección de plugs...Y los he usado conmigo misma. Impensable. Y me ha gustado.  Me estoy dejando arrastrar por ti. No me preguntes el porqué, no he reflexionado sobre ello, lo mismo que tú tampoco sabes responderte a ti misma acerca de tus sentimientos por mí.

Tal vez boqueas. Michelle acaba de poner las cartas sobre la mesa. ¿Te mareas? 

-Me caes genial, Alice. Me duele que lo pases mal, que te hagan daño. Eres un poco mi debilidad. Te tengo mucho cariño. Y no solo por eso, yo me preocupo y cuido de mi familia, de mis amistades, de las personas que aprecio. -toma aire -Bondage. ¿Lo ves? Tus objetivos. Tus deseos. Bondage, el arte de atar o ser atado. Por sado, o dominación, o por el placer de sentirse maniatado e indefenso. Más o menos. 

Se humedece los labios, no parece nerviosa, sí inquieta- Temes que conteste que no. Podemos probarlo, tengo una mente abierta y tras la última noche juntas...En esta semana he pensado bastante acerca de mi sexualidad, de todos estos años atrás. Bondage suave, vale. El corazón se me ha desbocado ahora mismo. Pero si no le veo la gracia no seguiremos, ¿de acuerdo?

El corazón se le acelera, pero no para bien, se le atenaza. Luego vuelve a cabalgar con furia, hasta casi notarlo en la garganta. Por un momento el mundo se le vino encima, Michelle le estaba hablando de una manera que no solo auguraba una negativa, sino algo mucho peor. Tal vez otro adiós. Incluso se quedó pálida pensando en lo que se le venía encima.

¿De verdad era así? Tal y como lo pintaba Michelle...¿Tan mala persona era? Si...de hecho...lo era. 

Tus deseos. Tus objetivos. Pero...¿Qué derecho tenía ella sobre los gustos de los demás? Ellos se ofrecen a ayudar ¿No? Pero...¿Hasta donde? Era ella la que se sobrepasaba y pedía más y más cada vez...y al final las cuerdas se rompen, por muy elásticas que sean.

Siente un gran vacío en el estómago, incluso se le sobreviene una náusea o eso le parece. Casi un mareo.

Jamás se había planteado que fuera una mala persona...y hacerlo ahora...justo en este punto...las cosas vienen como vienen. ¿Y ahora... qué?

Tarda un rato responder...juega con la cucharilla pensando en cómo aliviar la situación.

-Tienes razón...siempre estoy pensando en mí. Dejé a Henry pensando sólo en mi. Empecé a quedar contigo...empezaste a gustarme, tal vez algo más...y pensaba sólo en lo que yo sentía. No se si tú sientes algo por mi...no se si quiero saberlo, tengo miedo a que las respuestas sean incompatibles y cargarme esto que tenemos. Pero déjame acabar... Mis elecciones, mis miedos...mis gustos...lo que yo quería de Will y de Robby, cuando tuve miedo, se terminó...nunca pensé en lo que ellos querían. Soy una manipuladora y cuando Frisbee me pagó con la misma moneda...ahí tuve miedo y hui. Porque eso es lo que sé hacer...huir.- temblando, toma la taza de la tila y la acaba, tiene suerte de no echarse la por encima.- No quiero ser mala persona...supongo que nadie quiere, pero tienes razón. Manipulo a la gente pero creo que...que si no soy yo la que tiene el control, solo puedo perderlo. Lo mismo que en el BDSM. O controlo del todo...o soy una hoja arrastrada por el viento...-​​​​​​-no se lo podía creer...toda esta reflexión, todo este repaso...le estaba saliendo de dentro, cada palabra le dolía, era como una pedrada en la cabeza- no sé dónde está el término medio. Soy insaciable y eso va a destruir todas las relaciones que quiera construir. Tengo que...que pararlo. Como sea.

Cuando terminas, sin que Michelle te interrumpa, sientes cierto alivio, has soltado lastre, has revelado emociones que ni tú misma creías que existían dentro de ti. Has vomitado tu interior y le has dado la vuelta. 

-No dramatices ni te victimices, Alice. No eres mala persona. No te desprecies. Es cierto lo que dices de Will y Robby, pero si huiste fue por temor a hacerles daño. Pero nunca hablaste en profundidad de lo sucedido con ellos. Y con Brenda no te aprovechaste. Tu forma de ser no es la de una bruja malvada. 

Toma tus manos entre las suyas, siente tus temblores, las envuelve para transmitirte seguridad. -Solo te hago ver la realidad que hay en ti. Estás en un punto delicado de tu vida. Ya te dije que estás liberando tus frustraciones del pasado pero no las sabes manejar. -Se pone un poco más de café.

-Lo has dicho muy bien, necesitas el control o eres esa hoja arrastrada por el viento. Ambas cosas te gustan. Pero no afrontas tus miedos...No del todo al menos bajo mi punto de vista. Y no solo eso, la parte , "oscura" que no dejas salir, que reprimes, te crea más frustración y angustia.

Bebe un sorbo de café- Estoy convencida de que si hablas con Will obtendrías de él lo que quieres. Y lo mismo de Robby, ¿no se dejaría "amar" de nuevo por ti? ¿Y qué me dices de Brenda? Me has explicado como es, una persona maravillosa con ánimo de ayudar y servir a todo el mundo. No te costaría nada subyugarla y manipularla. Sería tu fiel criada para todo. Pero algo te retiene. Son ejemplos. No eres malvada, Alice. 

No ha dicho nada acerca de sus sentimientos por ti más allá del cariño. No sabes si quieres saberlo, y Michelle no te saca de dudas. Quizás, seguramente, ni ella misma lo sabe.

Con las pupilas temblorosas, Alice fija su atención en Michelle abre la boca varias veces durante su discurso, pero finalmente no la interrumpe y la escucha hasta el final, aunque no parece realmente consolada por sus palabras. Probablemente porque Michelle no buscaba consolarla, lo único que puede dar paz a esta Alice es el control, el verdadero control, no de los demás, eso ha demostrado que puede hacerlo, para bien y para mal.

No, lo que necesita es control sobre sí misma, en lugar de negación y temor. Pero eso no lo iba a tener en un día ni en dos.

-Pero...no, no te entiendo. Si hago eso con Brenda...si me centro en obtener lo que quiero de Will y de Robbie...¿no me convertiría eso en mala persona?-pregunta, confusa, no termina de entender donde está el cambio de actitud que necesita. Entiende que son ejemplos pero no sabe como llevarlos a la práctica sin dañar a nadie- Estaría...usando a las personas otra vez para obtener lo que quiero. Will y Robbie bueno... podría tener algo así con ellos, es una relación igualitaria pero...Brenda es diferente, con Brenda si que estaría abusando de sus ganas de enamorarse. Y ella se merece tener tanto amor como está dispuesta a dar no que yo o nadie se aproveche de eso para...bueno para tirársela y si te he visto no me acuerdo. -suspira y deja caer cabeza, posando la frente en las manos entrelazadas de ambas.

-Es todo tan difícil...¿y qué hay de ti? Siempre hablamos de lo que quiero y lo que necesito yo...dime que...¿Qué es lo que quieres tu? Quiero saberlo, de verdad, quiero que eso importe. Y si está en mi mano, me encantaría dártelo.

Michelle te acaricia la cabeza. -No me he sabido explicar. No quiero decir que hagas eso. Sino que veas que podrías hacer algo que yo también considero que está mal, y no lo haces. Tienes conciencia, remordimientos. Con Will, Robby, como tú dices, sería igualitaria, no con Brenda. Pienso que tienes que cultivar la amistad de los tres y nada más.

Te da un beso en la cabeza- Pero una parte de ti es una depredadora. Y es esa parte la que tienes que canalizar su energía. Tienes que soltarla intentando no dañar a nadie en esa liberación. -Te levanta la cabeza, se aparta un poco y te toma un pie, que descalza- No tienes la cabeza para estas cuestiones ahora, Alice. -Comienza un suave masaje con sus manos en el pie- Te ayudará a descargar malas vibraciones y frustración. En un ratito te sentirás más animada.

Es verdad. De alguna forma sus sabios y hábiles dedos tocan las teclas adecuadas componiendo una pieza musical silenciosa en el teclado de tu cuerpo. No es que te quieras ir de fiesta, ni estés eufórica, pero no lo ves todo tan negro.-Yo no quiero nada en particular, Alice- confiesa finalmente- Me gusta mi vida, mi trabajo, mis amigos, mi familia. He alcanzado todo cuanto deseaba. Soy feliz. Tengo una posición acomodada, mi salud es buena, mi físico todavía  no es una ruina. -sonríe.

-Y tú has entrado en mi vida. Me das emoción, me das un sexo maravilloso. Me has hecho descubrir cosas nuevas en ese terreno aunque tuvieses una intención de beneficio en ti. Eres una buena asistente, con potencial, trabajas duro y bien. Quiero que me prepares un café antes de pedírtelo, que te adelantes a mis deseos, que me des un baño después de sudar juntas. Que seas mi amiga. Soy exigente, ¿me estoy aprovechando de ti? Puede que un poquito. Pero también se que tú estás contenta con ello.

Continua con el relajante masaje- Quiero que seas feliz, que te desarrolles como persona, sin agobiarte ni que creas que me meto en tu vida en exceso.  Quiero que sigas dándome todo esto.  ¿Está en tu mano?

Alice se deja hacer, sabe del poder de los masajes de Michelle, y sabe que cumplen lo que promete.se recuesta un poco hasta que su cabeza mira al cielo y se lleva las manos a la cara, apartándose el cabello despacio mientras escuchaba a su jefa y el masaje iba haciendo su efecto.

Caray cuánto necesitaba esto... Dijera lo que dijera Michelle, Alice nunca dejaría de ver cierta magia, de la buena, en todo esto.

-Joder si que tengo la cabeza hecha un lío...- comenta con una sonrisa algo amarga, pero una sonrisa al fin y al cabo.- era evidente que querías decir eso, no sé cómo lo estaba entendiendo. - resopla, agotada, toda la sinceridad, todo el vuelco de emociones la habían dejado cansada como si hubiera corrido una maratón. No era un cansancio de querer dormir, era..era como un cansancio de sentir.

-Una depredadora...si, así me siento a veces...¿Crees que ligando en una disco podría ir liberando eso? Al principio de conocer a Frisbee pensé que era yo la que la estaba cazando...que estúpida soy ¿Cierto? Jeje.

Luego guarda silencio de nuevo para escuchar la otra parte, lo que ella quería. Se sentía feliz de escucharla hablar con tanta franqueza, tal vez le hubiera gustado que le confesara alguna fantasía o fetiche oculto. Algo tangible a lo que agarrarse para poder ofrecerlo, pero Alice también entendía que una mujer con tanto recorrido vital...ya sabía bien de sobras lo que quería y lo que le gustaba y lo que no.

-Cafés... baños...creo que puedo hacer todo eso- se ríe, ligeramente animada- ser feliz, desarrollarme... Bueno, me encantaría hacerlo, de verdad. Eso es algo que yo también quiero.