Partida Rol por web

Alice tuerce el gesto, avergonzada por la pequeña regañina y suspira:

-Lo entiendo. Sólo fue algo puntual, ya sabes que no me resisto a probar cosas nuevas...ahora ya lo he probado y...bueno prefiero ser yo misma.- reconoce con un encogimiento de hombros.- Y no me ha gustado estar como estuve al día siguiente...fue muy desagradable. No quise asustarte, pero perdí el control de la situación, quedé con Frisbee pero no imaginé que fuéramos a irnos a un camping lejos de la ciudad. La verdad es que debí preocuparme más por mi seguridad...ahora lo pienso y sé que en otras circunstancias, con otra gente, un golpe de mala suerte y...-Alice no termina la frase, tan sólo se vuelve a encoger de hombros y prefiere dejar el tema.

-En fin, es igual, vamos donde tú quieras y vamos a olvidarnos de lo malo.- añade,descartando una serie de posibilidades en las que las cosas se torcían irremediablemente.

​​​​​

Os ponéis en camino. Tu acompañante  llama a un taxi. Os recoge al poco y empredéis el regreso al apartamento de ella.

Un suspiro de inevitabilidad escapa de la boca de Michelle. – Vas a quedar con ella de nuevo. Lo se. En tus ojos brilla la luz del desafío a explorar límites. No te puedes contener. También vas a seguir adelante con el BDSM. Por cierto, ¿has pensado cuándo lo harás?

Te mira con intencionalidad a los ojos- Va en tu naturaleza. También pienso que intentarás forzar las cosas conmigo. Aunque no quieras, o sea de manera inconsciente. Alice. Alicia en el país de las maravillas. Tu nombre lo dice todo, ¿no crees?

Alice se la queda mirando un instante, pareciera que va a protestar,aunque al final cierra la boca y baja la mirada de nuevo a sus pies.

-Si... volveré a quedar con Frisbee...- admite, un nudo en su garganta casi le impide respirar, su cara está roja- pero... por encima de todo no quiero hacerte daño Michelle. Por eso no voy a forzar los límites contigo...no no me lo perdonaría...- y lo dice con sinceridad, con triste sinceridad. - yo no voy a hacer nada ir te dañe Michelle...- la morena guarda silencio llegado este punto...como si estuviera apunto de decir algo pero se contiene. Cambia el tono tras carraspea.

-Si...Alicia, no lo había pensado. A veces también me siento muy pequeña en un mundo muy grande.

El mensaje de Frisbee la deja pensando toda la tarde. Se sentía tan atraída como repelida por ella, demasiadas emciones encontradas que no sabía cómo gestionar. No contesta por ahora, aunque estaba sumida en un mar de trabajo, no le importaba, estar con Michelle siempre se le hacía de lo más agradable, por muy exigente y quisquillosa que fuera, siempre sabía agradecer aunque sólo fuera con una mirada, un trabajo bien hecho. Y viendo el devenir de los acontecimientos desde que se separó de ella el lunes...no, hoy no quedaría con Frisbee, hoy el día era para Michelle. 

Hoy no, chica tattoo ;-) tengo asuntos que resolver, pero nos veremos en un día de estos, ¿vale? Si es que aún quieres...

Enviar. El nudo de su estómago se deshace un poco y puede continuar trabajando, ignorando el móvil el resto de la tarde. Llega la hora de plegar y ve esa transferencia... wtf...esto es mucho dinero joder...

Se repone de la sorpresa justo a tiempo para cerrar el portatil y ver como Michelle se acercaba, con esa expresión tan adorable, se le hacía tan dulce ver a esa poderosa mujer con esa curiosa timidez... su sonrisa es contagiosa y Alice se olvida de Frisbee y de todo lo que no sea ella en este momento.

-Si no admites un no, entonces me aceptarás un si...- se levanta y se acerca para besarla...pero Alice es un poco tramposa y sus manos se mueven hacia la espalda de Michelle y trata de tocar, solo tocar, lo que estaba ocultando, deseosa de saber lo que guardaba. Durante el beso, en sus labios se forma una traviesa sonrisa porque sabía que iba a ser descubierta.

Al comprobar la transferencia también ves otros mensajes, de amigas, de Brenda…Avisas que no vuelves a la pensión hoy. Respuesta de Frisbee:

-Quiero. Quiero. Quiero. Quiero. ¿Mañana? Estoy ansiosa, sí, soy una puta ansiosa.

El texto es claro. Aunque hoy toca Michelle. Mañana ya se verá. ¿Otro finde con Michelle? Te apetece, ¿y a ella? Te estás quedando colgada, sin duda. Es el refugio después de navegar en mares tempestuosos.

El juego el beso y el escondite se dilata. Tú tocas una cajita. Ella te besa, se aparta. Tú vuelves a intentarlo, Michelle te muerde un labio. Acaba enseñándote una cajita envuelta en papel de seda rosa. La expresión de Michelle es de muchos nervios.

-Cuando buscaba lo del BDSM, encontré mil artículos, relatos, imágenes, juegos, juguetes… una locura. Vi esto…y videos…Siento mucha vergüenza, al final me decidí, conociéndote ese gusto tuyo…-Se gira y te da la espalda. -No puedo mirarte mientras lo abres. Pensé que…me están entrando calores, y ya verás, luego te reirás de mí. Si no te gusta, nada, lo devuelves a la caja y a la basura. Y si quieres probarlo…podemos hacerlo juntas…

Qué misterio será, te peguntas. Te hace gracia verla tan cortada. Coges la cajita, la agitas un poco, la desenvuelves…Y te encuentras con...

...un mando a distancia, pequeño, ovalado, negro. Con cinco velocidades. La rubia te señala su dormitorio.

Sobre la cama hay otra caja de ciertas dimensiones, cubierta del mismo tipo de papel. La abres...

Cuentas ocho modelos similares pero diferentes...

Colgada...ojalá sólo fuera eso...quedarse colgada sonaba mejor que el resto de opciones que se agolpaban en su cabeza.

Por ahora no responde más mensajes de Frisbee.

El juego...la cajita...la sorpresa y los ojos le brillaron de excitación y asombro. Sigue el gesto de Michelle y descubre la otra caja más grande y su emoción se dispara. Parecía que fuese Navidad.

-Oh Michelle que puta locura...dios...es una pasada!- emocionada hasta el extremo, su voz recordaba a la de una niña pequeña. La caja ya ha quedado desechada, tiene el mando en la mano y corre para tomar las manos de la rubia y arrastrarla a la habitación, cubriéndola de besos de todo tipo.

-Maldita sea, estás loca...- le dice entre beso y beso le deja el mandito entre las manos- ¿Esto...esto si te gusta? En bdsm hay...hay mucho más que solo dolor...- se muerde el labio inferior y su caída de ojos lo dice todo.

-¿Podemos...ahora...?

-¿Te ha gustado? ¿En serio? -te pregunta entre emocionada, excitada, dubitativa. -Yo...No es que me guste, no lo se. Lo hice por ti. No...no parece tan agresivo...se introduce un poco, y con el mando...Nunca he usado juguetes. -se aparta los cabellos de la cara, tiene una expresión de cría tanto como tú. -Ya se que el BDSM no es solo dolor, tonta -te saca la lengua y luego te besa.-Pero esto es otra cosa. Son juegos sexuales, ¿sabes que hay mujeres que lo llevan durante parte del día? Sin la cola, se desmonta. Para aliviarse un rato, no se, jajaja.

Acaricia las colas de zorro. -Es suave. Me hizo gracia este adorno. Tú de gatita, mi zorrita...

Comienza a desabotonarse su camisa como respuesta a tu ¿podemos..?

-Me ha gustado mucho...-  le dice con una gran sonrisa, coge uno de las colas, la negra completa y la acaricia, disfrutando de su tacto- si son juegos pero...si tú tienes el mando...tu tienes el poder. -  la vuelve a besar, tremendamente excitada- y eso...eso me encanta.

Alice se muerde el labio inferior, el brillo en sus ojos denotaba lo muchísimo que bullía en su interior.

-Yo he...he leído algún relato sobre el uso de esto. - se ríe nerviosa mientras la ayuda con los botones de su camisa, suavemente pero sus manos temblaban- a veces los...amos las usan delante de gente o...cuando sus sumisas están trabajando...- vale si, está realmente lujuriosa solo de pensar. Era como si Michelle estuviera haciendo realidad una de sus muchas fantasías.

Las dos estáis nerviosas. Cada una por sus motivos. -Creo que me estás abrochando los botones que yo quito.- se burla. 

Su camisa va fuera. La tuya es la siguiente. -No, no. No soy tu ama. Ni tú mi sumisa. Mira el mando en su mano- Vale, tengo ese poder, ¡el poder! - bromea- , pero también puedes usarlo tú misma. Cuando quieras, a solas. Y juntas...Si yo controlo el mando, tú te relajas, ¿no? 

Te mira con ojos muy abiertos y perplejos- ¿En público? Estás loca, Alice. ¿Me estás diciendo que te lo vas a poner trabajando? Tienes una mente perversa y lujuriosa, muchacha. Dios, qué calores, me siento húmeda. 

Unos momentos más, y estáis en ropa interior. Llega el primer beso. 

Alice se ríe, aún más nerviosa y toma de las manos a la rubia para llevarla hasta la cama, aparta a un lado la caja con el resto de los plugs y tira de ella hasta sentarla a su lado. Su mano acaricia la mejilla al fundirse en un nuevo beso, pasional, húmedo y grande, no llega a ser devorador pero es la antesala de lo que se viene.

-Vale vale...no no eres mi ama...pero si...supongo que si tú tienes el mando cuando estemos juntas...así como ahora, pues me relajo. O no...- su tono se vuelve travieso y le guiña un ojo, acaricia aún el juguete y lo utiliza para acariciar la piel de Michelle haciéndole un poco de cosquillas.

-Vale vale...jajjaa vamos despacio, me estoy viniendo arriba, lo siento...- suspira y se ayuda el cabello, ella también está acalorada e incluso ha empezado a hiperventilar un poco- tú llevas el ritmo ¿Si? Tú tienes que frenarme...- lo dice, no como si pretendiera cargar una responsabilidad en ella sino como si quisiera cederle el control- ... confío en ti Michelle. - le susurra sinceramente.

Michelle está tan excitada como tú. Una transparente sudoración hace que brille su piel. Tiembla cuando la acaricias con el plug...Tu beso la enciende, reseca su boca, busca humedecérsela con tu lengua. 

Coge un lubricante natural...-La vibración del plug no es muy fuerte ni en el nivel más alto. Estarás controlada. -Le da corte cruzar los ojos con los tuyos -Yo...espero que te de gustito. -observa el juguete con atención y curiosidad. Usa el lubricante - Me podría...animar yo también...¿tú crees? Dos gatas en la cama, jajaja. Joder, no se lo que digo. Voy a por vino. 

La ves marcharse corriendo, a saltitos, su cuerpo maduro todavía deseable, atractivo. Te tumbas en la cama. ¿Empiezas tú misma o prefieres relajarte del todo y que Michelle haga los honores?

-¡Claro! - la anima Alice, encantada con que Michelle se atreva, la ve con curiosidad y desea experimentar con ella... Las dos, juntas, jugando...probando cosas nuevas. Era maravilloso...

-No tardes o te iré a buscar...- le advierte con una risita mientras ella se queda sola en la habitación. Recoge todos los plugs exceptuando el negro, que le gustaba para ella...y el blanco para Michelle. Le parecía que combinaba con su cabello y su piel tan pálida y hermosa, brillante como la nieve...era un curioso contraste con ella.

Luego de eso se queda esperando, se muerde el labio, acaricia el pelo de las colas y llega a la base...al plug y los acaricia también, imaginando el tacto dentro de ella...no se resiste, acaba llevando su mano a su sexo y se toca...suave, no busca estimularse, pero aliviarse un poco, no quiere enfriarse esperando...

Tu madura amante llega con una bandeja, vino rosado fresquito, dos copas -¡Eh! No empieces sin mí -se ríe al ver que te estás "tocando". Lo que viene luego es vino, besos y placer. Y mucha ternura por parte de ambas. Michelle te traslada esa dulzura que sabe dotar a las relaciones íntimas. Es una sensación extraña el plug dentro de ti, no desconocida, no duele, molesta un poco mientras te acostumbras. Hasta que la rubia le da al uno del mando a distancia. Te entra la risa, son cosquillas, nada que ver con una penetración en serio, caminas y te sientes estimulada y divertida con la cola de zorro oscilante a tu espalda. 

-¿Qué tal, cómo te sientes? ¿Te duele? -te pregunta, medio sentada de rodillas sobre la cama, desnuda, maravillándose absorta con la belleza de tu cuerpo desnuda y tu colita de zorrita tan sexi. -Me estoy mojando mucho, gatita. Ven conmigo.   

En verdad es muy agradable y estimulante, aún en plan dulce, no dolía en absoluto, pero ahora, con Michelle, no echaba de menos eso. Le da el gusto de verla contoneándose de un lado a otro, caminar con aquello era...muy interesante también.

Se estaba mojando muchísimo, suave pero inconteniblemente, incluso llega a sentir como escurren una gotas de humedad entre sus muslos y emprendían su vertiginoso descenso.

Cuando Michelle la llama a a su lado, Alice siente que con muy poco ya tendría su clímax, puede que incluso con un beso.

A cuatro patas como manda su pequeño juego, la morena repta por la cama y se acerca a ella, sinuosa y provocativa.

-Umm sube un poco la velocidad...esto está bien pero quiero ver qué más puede hacer...- le pide entre besos y ronroneos.

Esas gotitas que se deslizan muslo abajo no se le pasa de largo a Michelle. Ella misma se siente excitadísima. Abre los brazos, abre la boca en una enorme sonrisa maliciosa llena de deseo...abre las piernas -Fóllame, gatita -susurra mientras gateas hacia ella. 

Te acoge entre besos, más besos y tus ronroneos y lamidas. Sube el nivel al dos, la vibración dentro de ti se hace notar, constante, suavecita, una cadencia regular, que junto a la imagen hermosa del sexo rosado, delicado y depilado de tu chica, ¿tu chica? , y esa rosa en su pubis, te provoca que más perlas transparentes humedezcan tus muslos. Abrazas a Michelle, te acoplas a ella, vuestros sexos se unen, labios que abrazan labios, clítoris que se besan...Te mueves sobre ella. Vuestras caderas bailan un baile a dos. Michelle gime, jadea, te estrecha entre sus brazos, te besa, suspira y jadea en tu oreja...

Level tres. Uff...Esto te empieza a gustar...

Uff...nivel tres...esto empieza a ser...mejor... Las sensaciones que el plug le transmitía la estaban llevando a la locura, no sólo por si mismo, claro...era un todo con Michelle y la sensación de suave "pérdida de control" en manos de Michelle...dejar que ella tenga el mando, literalmente...ya solo ese conocimiento la hacia humedecerse...y todo lo demás...suma y sigue...

-Más...d-dale al...cuatro...- súplica jadeando en su boca mientras sus anexos se unen en la danza húmeda...y delirante...la atmósfera estaba haciendo que Alice ya estuviera temblando, hiperventila, gime y se abraza aún más fuerte a Michelle. Deseaba correrse asi, con ella pero...pero no iba a poder esperarla.

Para tu sorpresa es Michelle quien se va antes. Lo hace como casi siempre,  con esos suspiros largos, murmullos silenciosos y las lágrimas que le corren por los extremos de los ojos, aprentándote entre las tenazas de sus piernas.

Y mientras ella jadea, y se agita contigo, el level 4, siendo suave en comparación con una penetración, hace que descargas eléctricas se disparen desde esa zona irradiando por todo tu cuerpo en ebullición. La conjugación de los efectos del plug con el roce del sexo de tu compañera te conduce a un paroxismo de placer donde tus caderas parecen cobrar vida propia.

De pronto la constante vibración aumenta en potencia, esas ráfagas relampagueantes alcancen tus pechos, los pezones se endurecen igual que dos lanzas diamantinas, Michelle ha aumentado al 5…

Se queda muy sorprendida de que Michelle la adelante, hasta el punto que se le escapa una breve sonrisa...que es rápidamente borrada por un intenso gemido que la deja con la boca abierta cuando la rubia sube al cinco...la vibración la hace llegar a un éxtasis dulce, atrapada entre las piernas de la rubia, se agita en espasmos sobre ella hasta que se queda vacía y desmadejado, jadeando sobre el hombro de su madura amante.

-Ya...ya puedes...pararlo...-​​​​​​-dice, refiriéndose al plug, y es que, una vez "agotada" la excitación salvaje que la había llevado hasta lo más alto, ahora esa vibración se sentía extraña dentro de ella, no desagradable. Pero tampoco agradable. Seguramente dentro de un rato estaría de nuevo receptiva para más, pero ahora solo quería mimos.

-Ha sido hermoso, ¿verdad? -dice una Michelle con una cara de felicidad como un emoticono gigante. La vibración ha descendido y cesado. Os quedáis abrazadas, tú sobre ella, sudorosas, el pum pum de tu corazon bombeando sangre junto al bom bom, del suyo. Su boca respirando tu aliento. Y así durante unos minutos apacibles, silenciosos, destilando ternura y sosiego.

-Yo quiero esto todos los días -susurra a tu oído-. Bueno, acabarías matándome. Pero qué muerte más dulce.

Unos intantes después se las arregla para besar y lamer tus pechos, quizá la parte de tu anatomía que sabes más le fascina. Y lamiendo tus pezones igual que su preferido helado de limón, te confiesa o te hace una petición.

-Quiero probar. Me da…me da cosa…pero quiero sentir lo que tú sientes. O al menos, hacerme a una idea. ¿Me lo pones?  Suavecito, eh.