Partida Rol por web

No contar con la Mansión o la fortuna Wayne no quería decir que estuviesen a la merced de los inconvenientes económicos.  Al menos no del todo. Gracias a las habilidades de investigación de los hijos de Bruce Wayne, lograron dar con un penthouse en el Upper East Side de Manhattan.  Una propiedad... cómoda.

Allí vivían los tres con espacio de sobra para no verse las caras, si eso era lo que querían.

La llegada a este mundo no había sido sencilla... sobre todo considerando que cinco años atrás vivían en uno totalmente distinto.

Después de activar el dispositivo BlackOut todo cambió.  Pudieron sentir con gran sufrimiento en su piel y su carne como la realidad se desgarraba y volvía a recomponerse.  Y así llegaron aquí.  Sus mentes pasaron a ocupar la mitad del lugar en los cuerpos de sus "doppleganger" de este universo, en una fusión de pensamientos digna de un cómic con pereza narrativa.

El inicio no fue fácil.  Sobre todo para Demian.

Si llegar a un nuevo universo no era suficientemente desconcertante, encontrarse con que su mejor amigo de la infancia y su pareja (ambos muertos) estaban vivos parecía ser que lo ayudaría a sobrellevar todo.  Pero no exactamente.  En esta continuidad John Kent (ese amigo por que había sido la primer persona a la que le dedicó una lágrima) y Demian habían sido, simplemente, dos más de los hijos de los héroes del planeta.

Pero el punto que realmente lo destrozó fue Mary.  Momentos antes de que todo se fuese al demonio, Connor les había informado que Mary estaba muerta.  Demian no tuvo siquiera tiempo para llorar su muerte, pero el dolor en el pecho aún seguiría allí.  Cuando la vio de nuevo en esta nueva realidad, se encontró con que la chica y él eran solo un poco más que conocidos, con que ella odiaba a Dick y, por elevación, el manto de Nightwing no lo ayudaría.  Los primeros acercamientos de Demian no fueron demasiado fructuosos, por lo que el muchacho dejó correr el tiempo... esperando a volver a tener una oportunidad con, probablemente, la única persona que podía llenar el vacío que llevaba dentro.

Para Anna, las cosas no resultaron tan terribles.  Si bien Olivia no recordaba nada sobre lo vivido en la realidad anterior, sus acercamientos e intentos por reencontrarse tuvieron mucho más suceso.  Con el plus de que fue como enamorarse de nuevo por primera vez.  Las similitudes entre "Olivias" eran muy grandes, y en poco tiempo ya servía de soporte emocional para lo que Anna estaba viviendo.

En el caso de Helena fue algo distinto.  Quizás por haber sido la que activó definitivamente el dispositivo, o por alguna otra razón aún por explicar, la chica conservó solo parcialmente los recuerdos sobre lo sucedido.  Reconstruir su vida fue bastante más sencillo, sin una mochila tan pesada sobre su vida anterior.

Y entonces... El ascensor privado que llevaba al penthouse se activó.  Alguien estaba subiendo.

El corredor estaba vacío y oscuro, la única luz provenía del hogar encendido dentro de la biblioteca. En aquel momento mi padre y yo estábamos teniendo una conversación seria. Al trasluz de la luz anaranjada del fuego su querido perfil se me antojaba como una imagen sagrada dentro de una iglesia, una mezcla de severidad y protección que había marcado mi infancia y que tanto amaba. Otros por supuesto habían temido ese perfil, y lo bien que habían hecho.

Mientras las sombras se esparcían por la habitación permanecíamos sentados junto al fuego el uno junto al otro conversando en susurros. Su voz grave hablaba de responsabilidades, de confianza, de legado, de la familia. Sus ojos infinitamente azules me evaluaron como siempre, pero esta vez escondían algo... Yo también había aprendido a leer a las personas.

Tomó una caja rectangular de joyería que había sobre la mesita a un lado de los sillones y la abrió revelando su contenido: un collar de perlas. No me fue difícil reconocer que era el mismo que la abuela tenía en el cuadro del salón de armas. Mis ojos se abrieron -Papá...

-Este collar perteneció a tu abuela, luego a tu madre -había un ligero rastro de dolor en su voz que hizo que mis ojos se humedecieran, pero las lágrimas se congelaron en mis retinas de igual manera que su voz se compuso enseguida. En aquel momento no lo pensé pero años después agradecí que él sintiera que delante de mí podía permitirse flaquear, aunque fuera solo un poco. -Y ahora quiero que lo tengas tú.

Acepté el regalo y lo abracé aprovechando la guardia baja. -Te quiero papá.

Sus manos acariciaron mi cabello y sus palabras en aquel instante tuvieron el sabor de una despedida anticipada -Oh, mi valiente, maravillosa soldado: vive por mí. Te amo, Helena.

Abrí los ojos. La piel de las mejillas me ardía y las pestañas estaban mojadas, había llorado en sueños otra vez.

Me senté en el borde de la cama en un solo movimiento y sin preámbulos me preparé para salir a correr.

El momento previo al amanecer era mi favorito, el aire límpido de la madrugada, los sonidos de la ciudad que lentamente despertaba aparecían poco a poco como en una sinfonía, el día y la noche se fundían durante un maravilloso instante en el que el péndulo del tiempo hacía el pase mágico al sol. Nunca el trinar de los pájaros era tan claro, el verde de los árboles tan puro, el azul del cielo más diáfano.

Me gustaba sentir la caricia del sol mientras mi cuerpo trabajaba atravesando calles, cruzando parques, recorriendo aceras. Todos los días cambiaba el itinerario, y todos los días compraba bollos o donas para desayunar con mis hermanos. Esperaba que aquella mañana Anna hubiera hecho café al menos... Y Demian, Demian me tenía preocupada, pero mejor ocultarlo para no ofenderlo.

Cuando llegué me duché y luego me dispuse a desayunar, parecía un día como cualquier otro pero entonces el ascensor comenzó a subir... Disimuladamente tomé un cuchillo de la cocina por si acaso.

Un muchacho que conocían de sobra apareció en el elevador.  Arthur Curry Jr. A.K.A. Tempest.  El heredero legítimo del trono de Atlantis.

El muchacho había cedido el trono a su medio hermano Koryak que, a su vez, había cedido el trono a Serenity para dedicarse a salvar el mundo como Aquaman, con la compañía de su otra media hermana, Merrena (aquagirl).  Pero Arthur era más ambicioso.  No quería vivir a la sombra de sus hermanos, y tampoco quería el peso del trono sobre sus hombros.  Fue por ello que asumió el rol de Tempest y se unió a Superhero Inc.

El Atlante salió del ascensor con el torso desnudo, como era de costumbre, mostrando sus tatuajes atlantes y su piel curtida por la presión de las profundidades.

Al entrar vio a Helena con el cuchillo y sonrió.

No creo que puedas hacer mucho con eso... pero vamos, tampoco me voy a ofender viniendo de una Wayne.  Dijo abriendo los brazos.  Era claro que un cuchillo no penetraría la piel atlante.  Cómo estás helena?

La sonrisa, el torso que parecía tallado a mano por algún dios ya olvidado y la confianza harían que cualquier mujer se derritiese... quizás incluso Helena, pero demostrarlo no era muy digno de una Wayne.

Vi a Arthur salir del ascensor haciendo alarde de sus músculos. Más que un heredero de Atlantis parecía un pavo real, me pregunté si no estaría compensando otra cosa... y me reí por su comentario, me gustaban mucho las bromas, sobre todo porque no había aprendido del todo el arte de hacerlas, mis intentos habían terminado en frases demasiado siniestras o miradas descolocadas de los presentes.

En ese momento miré el cuchillo con cara de decepción y alcé las cejas con una sombra de picardía, -Me alegro no haberte decepcionado como Wayne -sostuve con una postura orgullosa -Aunque este giro es del todo Kyle- aclaré bajando la voz una octava para que pareciera más sensual, dejé el arma sobre la mesada y le devolví el abrazo.

Saqué el jugo de naranja del refrigerador y le ofrecí un vaso -¿Qué te trae por el castillo Wayne?

El chico no esperaba un abrazo, y eso lo descolocó.  Mucho menos viniendo de Helena pero, luego de un segundo un tanto incómodo, la abrazó con firmeza.  Sabías que la piel atlante era así de dura, pero siempre te sorprendía tocar músculos que parecían roca sólida.  Quizás tu padre habría hecho alguna investigación al respecto.  Aunque pensar en experimentar con un atlante no debía ser demasiado ético... o sí?

Arthur pareció darse cuenta de que tu cabeza estaba en otra cosa, ya que el abrazo parecía durar un poco más de la cuenta.  Por lo que comenzó a hablar.

La verdad, es que estoy buscándolos a los tres.  No sé si lo sabes, pero desde hace un tiempo soy parte de Superhero Inc.  comenzó.  De hecho he ascendido y soy uno de los coordinadores operativos.  Título pomposo para reclutador y niñera.  sonrió.

Tomó un cubo holográfico y lo lanzó contra una ventana.  El cubo se pegó en ella y desplegó una imágen interactiva, que se proyectó hacia adelante dejando un cuadrante holográfico con imágenes 3D.  En él flotaban cabezas y textos.  Reconociste bastante nepotismo en la organización, ya que la mayoría de los coordinadores y líderes eran hijos de los compañeros y compañeras de tu padre.  Reconociste a Arthur, Olivia Queen, Lian Harper, Rex Stuart, Jiwe McGabe entre otros.

En el centro se encontraban Cube, el hijo de Cyborg y, orbitándolo, Sarah Diggle A.K.A. Oracle.

Arthur tomó su foto y la acercó, luego despejó el resto de la pantalla y las fotos que lo orbitaban se ampliaron.  Allí estaban ustedes tres, un chico que reconociste como Connor Queen y algunas personas más.

Tengo que formar una unidad de nuevos reclutas bajo mi coordinación.  Y ustedes son mi primera alternativa.  Creo que sería una buena forma de honrar a su padre integrarse a la organización que él formó.  Además... quién no querría a los Wayne en su equipo?  Tuve que alegar conflicto de interés por parte de Olivia y me llevé tres disparos en el pecho de Lian antes de lograr que me diesen prioridad. 

Tomó el jugo de naranja que le ofrecías y esperó tu reacción.

El gesto de abrir los brazos me había llevado a entender que Arthur quería un abrazo y yo se lo proporcioné sin pensarlo, pero al notar su incomodidad me di cuenta de que quizás lo había malinterpretado y me sonrojé tanto que sentía que me ardían las mejillas y calor en toda la cara aunque traté de disiparlo, ni que fuera una tortura abrazarme.

-No lo sabía* -repuse apartando furiosamente un mechón de mi rostro soplándolo, carraspeé y me ladeé para ver las imágenes holográficas que se presentaban ante mí, me crucé de brazos y le di una sonrisa de lado mientras escuchaba su explicación sobre cómo obtuvo prioridad sobre el resto -Chico listo -musité un poco en broma, un poco en serio. Hice una nota mental sobre este rasgo de personalidad de Arthur para agregar a mis archivos.

Luego me quedé mirando las imágenes pero mi mente estaba más allá, llenándose de preguntas. -Sin duda la decisión debemos tomarla los tres -declaré mirando alrededor por si a mis hermanos se les ocurría presentarse -Mientras tanto ¿Querrías explicarme más detalladamente a qué se dedicaría el grupo?

Claro... Cada uno deberá tomar su decisión.  De todas formas, son libres de aceptar todos, alguno o ninguno.  No me cierro a un "paquete".  Dijo haciendo las comillas con las manos.

Mientras esto sucedía, un portal se abrió de súbito y un joven delgado de cresta y remera holgada salió de él.  Helena lo reconoció fácilmente como Connor Queen, el hijo menor de Oliver Queen A.K.A. Green Arrow.

Bienvenido Connor.  dijo Arthur.  Creo que las coordenadas que te envié fueron las adecuadas.  Para serte sincero, tenía algunas dudas con la altura del edificio, pero me alegra que la estimación fuese correcta y no estemos viendo tus piernas colgando del techo o tu cabeza saliendo del suelo.

El atlante sonrió, aunque era difícil saber si estaba diciendo la verdad o, simplemente, estaba tomando el pelo al recién llegado.

Al aparecer procuro peinarme y observo mi entorno y a quién me rodea. Como veo que son amigos me relajo.

Yo también me alegro, Arthur... ¿qué tal, chicos? ¿Cómo va todo?Aquí estoy para lo que me necesitéis, y pueda hacer.

Una incomodidad que no tenía hace bastante tiempo había vuelto esa mañana perturbando mi sueño,la sensación de estar fuera de lugar no era fácil llevarla pero me acostumbré al pasar el tiempo.

Varias veces maldije el hecho de que todos los cuerpos del multiverso que pude tomar fui con probablemente uno de los más raros con poderes y viendo el rostro de dos personas que desaparecieron de mi vida de forma dolorosa y aún sin no compartían los mismos recuerdos sus rostros me inquietaban me hacían sentir culpable e incluso impotente.

Bajé de mi habitación intentando calmarme a pesar de que mi hermana aparentemente tenía una visita los ignore en mi camino a la cocina volviendo con un vaso de jugo de naranja apoyandome en la mesa para saludar -¿A que debemos agrader por la visita?- me diriji a los dos que no pertenecían a nuestro clan algo curioso mientras bebía el contenido de mi vaso.

Se notaba cierta seriedad en el ambiente,esta no era una visita casual debía ser algún tipo de un encuentro de negocios como super héroes.

Imagino que este tipo de visitas nunca son de cortesía. No estaría mal un vaso con agua en forma de cubitos acompañada por un poco de Whisky... tengo la garganta un poco seca del viaje... Imagino que mi voz será necesaria para algo más que para cantar.

Mi mirada va alternativamente entre Arthur, Connor y mi hermano, que ha deciddo levantarse. Si el primero está haciendo un chiste o no sobre Queen no puedo figurármelo, deduzco que así es...

-Buenos días, Demian -lo saludo con un atisbo de sarcasmo mirándolo de arriba a abajo con ojo crítico de hermana, tiene cara de que ha dormido mal o de que algo lo tenía preocupado.

Miro a Connor y su comentario me cae mal, ¿Nunca son de cortesía? Alzo una ceja, aquello que parecía una propuesta de Arthur ahora me genera dudas. Me cruzo de brazos con más seriedad en mi rostro cuando insinúa que quiere un whisky -El whisky y la mañana no se llevan bien -sostengo haciéndole ver que no pienso servírselo y me doy vuelta para servirle jugo como a Arthur.

Se lo alcanzo y me quedo esperando a que desarrollen su propuesta, sea cual sea.

Buen día Demian.  Dijo el atlante al recién llegado.  Y Connor, toma un consejo de la Atlántida: el agua es vida.

Arthur tomó un poco de jugo de naranja del que tenía en la mano y continuó.

Bien, básicamente estoy aquí para ofrecerles trabajo como unidad de asalto Beta en Superhero Inc.  Su rol sería el de investigar sucesos pertinentes y participar en operaciones de campo que les sean requeridas.  Los cuatro tienen talentos, ascendencia y un nombre, algo que en SHI valoramos mucho.  Al fin y al cabo, queremos ser una gran familia, y un lugar en el mundo donde hacer lo que debemos hacer mientras encontramos la contención necesaria.  No lo tomen a mal, pero vivir las cosas que vivimos suele generar crisis en los héroes.  Tenemos equipos para entrenar, sanar, investigar y pelear contra las amenazas más importantes de este mundo.  Y quiero que formen parte de esto.

Proveniente del piso de arriba, se escuchó un estruendo que daba la impresión de un mueble desplomándose contra el suelo, seguido de una maldición en un idioma que no era inglés.

Unos segundos después una esbelta figura vestida con chaqueta y pantalones de cuero y calzando botas de combate bajó por la escalera. Su cabeza estaba cubierta por un pasamontañas negro, que se quitó al llegar al pie.  

Anna sacudió la cabeza para acomodarse los cabellos que le habían caído sobre la cara, revelando un hematoma a la altura de la barbilla.

Lanzó un escupitajo lleno de sangre dentro del lavabo de la cocina y paseó la mirada entre los presentes.

“Veo que habéis amanecido bien.” Dijo con una leve sonrisa cargada de sarcasmo. “Me alegro. Por suerte para vosotros hay gente que todavía se preocupa por hacer su trabajo, para que el resto pueda dormir tranquilo.”

Dejó caer unos nudillos metálicos manchados con sangre sobre una mesa cercana. Cogió el vaso de jugo de la mano de Arthur y bebió un sorbo. Miró a Helena.

“Creí haberte dicho que no dejes esa mesita debajo de la ventana del piso de arriba.”

Luego volvió a mirar a Arthur.

“¿Qué te trae por las frías aguas de la bahía de Gotham, niño pez? Te hacía en Malibú, salvando de ahogarse a rubias californianas”

Levantó una mano antes de que el muchacho pudiera hablar.

“No te molestes, escuché tu bonito discurso desde arriba. Supongo que te llevó su tiempo prepararlo.”

Se señaló el rostro lastimado.

“Yo ya tengo un trabajo, pero te lo agradezco. Perdóname si no me interesa estar a las órdenes de un guardavidas con superpoderes.”

Sonrió sin alegría y le devolvió el vaso.

“Sin ofender.”

Miro el entorno en busca en una nevera, un minibar, algo líquido, lo que sea. Observo a la recién llegada y a Helena tras su comentario.

El whisky y yo hacemos buenas migas siempre, y en para mí la mañana en poco se diferencia de la madrugada. Bueno, a mí lo que dice Arthur me parece coherente... por eso decía que estas visitas nunca son de cortesía. Estamos en tiempos convulsos para quienes son como nosotros y quedarse mirando no es la mejor opción, aunque estas tareas suelen tener riesgos... no somos precisamente populares. Cuenta conmigo Arhtur... esos equipos suenan interesante y, oye, en vaya "choza" nos hemos reunido... desde luego una casa bonita.

Miro de soslayo a las dos chicas, parecen estar irascibles... deduzco que es algo propio de estos días y procuro no tenerlo en cuenta.

La excesiva rudeza de Anna me causó gracia pero me cuidé en demostrarlo para no hacerla enfadar más de lo que parecía estarlo, solo me limité a comentar fríamente con respecto al mueble -Yo no lo dejé ahí -me encogí de hombros y decidí no hacer caso a sus comentarios, si había algún problema o ella tenía algo que decirnos sería luego sin dar un show a otras personas, en familia. Por mi parte yo tenía un par de cosas que decirle...

-Yo creo que sería una oportunidad interesante para forjar lazos con el resto de los superhéroes y superheroínas -expuse hablándole directamente a Arthur -Por mí está bien, aceptaría formar parte de un equipo aunque supongo que si notara que no funciona para mí podría salirme cuando lo quisiera, ¿Verdad? -pregunto para corroborar.

Miro a mis hermanos, me pregunto si existe alguna forma en la que Anna podría ser convencida de participar, no le vendría mal un poco de socialización... y de humildad, -Anna, hasta nuestro padre estuvo en la Liga de la Justicia cuando fue necesario... -la miré buscando que se tranquilizara un poco, a veces me parecía que era como un animal salvaje que necesitaba focalizarse para poder orientar toda esa fuerza bruta y de voluntad -Hay misiones que se pueden llevar en soledad y otras en las que simplemente tenemos que unir fuerzas con nuestros pares -traté de abogar por el asunto.

Que tal Angry-bat.  Respondió Arthur, en referencia al popular juego, a la probocación de Anna, con una sonrisa.  Al parecer las rubias californianas han aprendido a nadar... y, lamento decírtelo, pero "We are not in Gotham any more".  Rió y subió la apuesta.  He venido a buscar rubias que rescatar a New York... quizás sepas de algún avecita que pueda guiarme.

Al escuchar la negativa de Batgirl, Tempest volvió al ruedo.

Mira, sé que estás haciendo lo que puedes aquí.  Pero estás desperdiciando tu talento sin siquiera saber en qué ciudad estás.  Realmente crees que puedes seguir así? Trabajando de día y salvando la ciudad... si es que logras identificar en cuál estás... de noche?  Resopló y continuó.  Simplemente te estoy ofreciendo una mejor posibilidad.  Entrar a jugar en las ligas mayores, como sé que lo hacían antes de venir aquí.  Ya han salvado al mundo... por qué conformarse con una sola ciudad?

Al escuchar la respuesta de Connor se volteó.  Bien Connor, cuento contigo.  Helena continuó y Arthur asintió.  Bien, dos entonces.  Y claro... en cualquier momento puedes abrirte, es un trabajo, no esclavitud...

Se apartó de la conversación cuando escuchó que Helena intentaba convencerla.  Sabía de la valía de Anna pero realmente la chica lo sacaba de sus cabales.  Quizás sería mejor que sus hermanos hablasen con ella.

Y tú... qué dices Demian?  Salvamos al mundo?

Aún bebiendo mi jugo de naranja al ver que Anna regreso solo pude darle una mirada de saludo que me había acostumbrado a usar cuando volvía de sus patrullajes y aún después de escuchar la propuesta de Arthur no pude evitar darle la razón -Odio admitirlo pero desde que llegamos,hemos estado en una para nada sana rutina- di un suspiro antes de terminar mi jugo y dejar el vaso en la mesa.

Anna Creo que debes considerarlo,que debemos considerarlo,yo no estoy bien y tú tampoco volviste a ser violenta y no puedes negarlo- more a los presentes uno por uno y aún con incomodidad y un claro disgusto acepte -Anna y yo nos uniremos,debemos hacerlo y espero no arrepentirme de esto o tú serás quien lo pague Curry.

Qué fatales os ponéis, Demian, claro que nos arrepentiréis de embarcarnos en esta aventura, digo yo... Porque las cosas se pondrán feas en algún momento, seguro. Pero más me arrepentiría si me quedara de brazos cruzados mientras todo se pudre. Habrá que hacer algo útil con nuestros dones, digo yo... Y si hay que pagar un precio, pues se paga y listo. Me alegra que seamos unos cuantos.

Con una sonrisa mientras bebe Connor trata de quitar hierro al asunto y aspereza al contenido de sus palabras.