Partida Rol por web

Le sonrío de nuevo. Los vampiros tenemos ese encanto para los mortales que no saben muy bien por qué, pero se sienten atraídos.

-Gracias-le digo sensualmente-. Y dime, Peter, ¿no vas a invitarme a nada?-le digo decididamente sin cortarme ni un ápice.

Miro su suave piel de joven estudiante y no puedo evitar imaginar mis colmillos rasgándola suavemente.

-Por supuesto, madame-responde con la rapidez de un rayo.-Déjeme que te sorprenda.

Llama al camarero que te atendió a ti hace un rato y le dice:

-Una Guinness para mí y un "dulse suspiro" para la seniorita.

Se gira hacia ti y te dice, con una sonrisa:

-Espero que te guste.

Al cabo de un rato el camarero viene con lo que ha pedido, un pinta de cerveza negra y una copa llena de un líquido encarnado en el que flotan un par de hielos. Huele a ron y a frambuesas.

-Gracias-le digo mientras una vez más hago como que bebo, pero no llevo nada dentro de mi estómago. 

Inconscientemente recuerdo a Yakov y miro hacia la puerta, pero no viene. Luego vuelvo a mirar a Peter. 

-Parece que tu amigo se retrasa-le digo, no sé muy bien de qué hablar, así que simplemente quiero dejarle que sea él quien lleve el peso de la conversación.

-Sí, es verdad.-dice, mirando su reloj.

En ese momento te suena el móvil. Es Erick. Destapas el aparato algo nerviosa y contestas:

-Buenas guapa-te dice la voz al otro lado de la línea.-¿Qué tal andas?

Te lo imaginas sonriendo mientras habla contigo, sentado en cualquier lugar de la ciudad.

-Hace mucho que no nos vemos. Lo siento, pero con tantas cosas no tengo tiempo ni para verte, y eso es una pena. Ahora mismo estoy con la cuadrilla, bueno, de Rosas está a lo suyo. Hemos descubierto una pista interesante, por si te quieres pasar. Bueno, ya sabes que, si estás ocupada, no hace falta que vengas.

Te metes en la furgoneta donde atas al hombre rubio con una cuerda que ha traído Jean Carlo. Peñafiel, el contable albino, conduce hasta la vía Carpetana, donde está la parroquia-sede del Sabbat.

Al llamar a la puerta te abre García, el ghoul de Antonia Cortázar, que te acompaña a ti, a Peñafiel y al desconocido rubio hasta una pequeña aula donde están Erick, Amely, Rael y Yavok frente a la Cardenal.

En ese momento, cuando Erick estaba llamando a Kashya, su chiquilla, se abre la puerta y aparecen García, el ghoul de Cortázar, un tipo de pelo blanco que no conocéis, otro desconocido rubio y joven y Juan Manuel de Rosas.

-Buenas noches, señor de Rosas-dice la Cardenal con una sonrisa.- Parece ser que la cacería ha sido fructífera. Aquí sus compañeros y yo estábamos ultimando nuestro siguiente paso, pero quizá su información nos sea de utilidad. Si fuera tan amable de contarnos.

Saludo a Juan Manuel con la mano cuando entra por la puerta y me quedo esperando oir que nos tiene que contar mientras que miro de reojo al joven rubio que acaba de entrar con él.

Es un tentenpie ?
Miro a ese despojo de ser con media sonrisa , en su mente Yakov se sentía superado y lleno de rabia pero permaneció callado conteniendo esas crecientes ganas de arrancar extremidades

Sólo la voz de Erick consigue que me olvide de Peter, de Yakov y hasta de respirar.

-Tengo que marcharme-le digo a Peter con tranquilidad y con voz dulce-. Lo siento-me excuso-. Has sido muy amable, y eres encantador, pero de verdad, tengo que marcharme-le digo naturalemente.

Luego, me levanto con ojos disculpantes y me marcho del lugar haberle dado un sólo trago a mi copa.

Peter se queda con la palabra en la boca cuando te marchas. Sales al frío viento de la noche y caminas hasta la calle Princesa. Tienes algo de dinero y decides pillar un taxi y así no tardar mucho en llegar a Carabanchel.

Cuando llegas a la parroquia le das un billete al conductor y te vas, sin esperar el cambio.

La puerta te la abre García, el silencioso ghoul de la Cardenal, que te conduce una vez más a una de esos cuartos con aspecto de aula de catequesis.

En él están casi todos: Rael, la Cardenal, Yakov, de Rosas, una chica rubia que no conoces y que Antonia Cortázar te presenta como Amely, y un tipo rubio tumbado en el suelo, inconsciente y atado de pies y manos. Y por supuesto, Erick, con una de sus seductoras sonrisas que te vuelven loca.

Parecer ser que están en plena reunión.

Casi no le había dado tiempo a de Rosas a comenzar su relato cuando la puerta del aula se vuelve a abrir y aparece Kashya.

Todos os giráis cuando pasa el umbral y se acerca a vosotros. La Cardenal la saluda y le presenta a Amely con una sonrisa.

-Parece ser que se ha reunido toda la cuadrilla-comenta la Lasombra.

Un placer Kashya - dije cuando la cainita me fue presentada y guardé silencio esperando a ver que tenían que decir los que acababan de llegar. Puede que sus palabras arrojasen luz a nuestra misión.

Tu presencia atempera mi alma hermosa Kashya

Dijo Yakov olvidando por un instante la rabia

Puede que siendo mas en discurrir logremos un buen puerto en esta historia 

Saludas a Kashya con una sonrisa. Ves como ella se sonroja y te saluda tímidamente.

Vuelves la mirada al hombre que yace sentado en el desgastado suelo de terrazo y, cuando vas a levantar la vista, te percatas de un pequeño detalle: lleva, en un dedo de su mano derecha, un anillo de plata con una elegante piedra negra engarzada.

Y, como si de un vaso que empieza a rebosar se tratara, tu mente empieza a vomitar imágenes, trayendo desde lo más profundo de tu cerebro la imagen de ese anillo. El mismo que aparecía, una y otra vez, en tus pesadillas. El mismo puto anillo que no  te dejaba pegar ojo.

Confuso, levantas la vista y, sin saber muy bien por qué, te fijas en de Rosas: él lleva el mismo anillo.

Juan Manuel de Rosas estuvo a punto de responder cuando llego Kashya y despues de mirarla dijo:

-Si tengo novedades,es acerca de esa sociedad secreta que le había comentado,ademas que este rubio que os traje aquí ante vuestra presencia V.E es de una sociedad que desconozco el nombre pero me dijo que es importante,diganme ¿usted conoce a una tal Sociedad de Leopoldo?.

Espero la respuesta de la Regente pero antes que intentaran asesinarle o algo parecido dijo:

-No nos apresuremos en matarle,sugiero que nos es mas de utilidad mantenerlo vivo para sacarle toda la información provechosa y luego si acabemos con su vida,o caso contrario hacer que nos sirve a nuestros fines.

Esto ultimo lo dijo en forma de sugerencia para la regente.

Saludos señorita - le digo a Kashya cuando entra.

Se me abren los ojos como platos cuando oigo decir que ese chico es de la Sociedad de Leopoldo. ¿Sabes como se llama?!?! - digo fuera de mi calma habitual, esperando oir un nombre en concreto

Antonia y Erick abre también mucho los ojos y exclaman al unísono:

-¡¿Es un inquisidor?!

La Cardenal se rasca la barbilla mientras añade:

-Quizás sea la persona que buscamos. Buen trabajo, señor de Rosas. ¿Sabe algo más sobre él o debemos sacarse la información?

Entro más tímidamente de lo que me guatría. Parece que allí libran una pequeña batalla y que De Rosas ha conseguido algo de información. Mis ojos se cruzan con los de Yakov cinco segundos después de con los de Erick. Sonrío a ambos.

-Encantada-le digo a la chica rubia saludándola con amabilidad.

Me siento en algún sitio que haya libre y recoloco mi pelo de esa manera tan sensual que me caracteriza.

-¿Alguien me pone al día?-pregunto pues no me entero muy bien de nada-. Y ¿quién es ese?-digo señalando al chico que está en el suelo atado.