Partida Rol por web

Al adentrarse en el cañon, pueden observar ademas, unas marcas de quemaduras débiles que cruzan serpenteando por el suelo del valle...
Evidentemente no son algo natural del terreno.

- En mi vida he visto algo semejante, pero no hay que ser muy listo que las quemaduras en el suelo y dados los precedentes son casi con seguridad obra de demonios.

La muchacha expresó su idea con total rotundidad, sin embargo al terminar de hablar su mirada volvió a bajar, y echó una mirada furtiva al mago por si volvía a contradecirla.

Henutsen permanecia en cunclillas, no estaba nada seguro de avanzar y permanecia en silencio atento a cualquier movimiento. Sin duda aquellos hoodoos tallados con forma de hombre y cabeza de toro indicaban que habian llegado a una de las entradas de la ciudad de la llama, pero aquellas manchas en el suelo, los restos de fuego, no le ofrecian ninguna tranquilidad. Lentamente desenvaino la espada mientras oteaba donde se encontraba Kasr.

- Leila - dijo entonces - hasta mañana no podre modificar las peticiones de los dones a Irari - Henutsen hizo un gesto rapido de respeto a su dios - ahora mismo puedo crear agua, detectar magia y hacer luz. De momento, no creo oportuno cambiarlos - Henutsen lo dijo regalando a la muchacha una de sus mejores sonrisas, dejando claro que no queria entrar en conflictos y que tampoco le habia parecido mala la idea de la cleriga - pero creo que depender solo de uno de nosotros para crear luz o poder detectar magia puede resultar mortal. ¿que pasa si nuestros caminos se separan? ... Pharasma no lo quiera, pero ¿que pasa si aquel que porta la luz desaparece o muere en un ataque? ¿como sobreviviremos los demas? ... creo que es mejor pasar algo de hambre o sed pero no depender solo de uno de nosotros.... - el druida hizo una pausa - lo mismo digo de las heridas... si solo tu llevases hechizos de curacion, si tu calleras herida ¿quien te curaria?

- Bueno... detectar venenos en trampas o armas con las que nos ataquen también puede ser primordial. En todo caso, tenéis razón...

El valle se extiende varios cientos de metros. A lo lejos, pueden ver las puertas incrustadas en la pared, a baja altura. Entre éstas puertas y el lugar en donde ustedes se encuentran, estan las dos grandes piedras que han sido talladas con humanoides de cabeza de toro.
En medio del valle, se ven esas marcas quemadas...

Tras permanecer en completo silencio durante la travesía por el desierto, y esbozar una ligera sonrisa al ver como el mago reprende a la sacerdotisa de Sarenrae, todos mis sentidos se activan de nuevo al llegar a lo que, según Henutsen, podría ser una de las múltiples entradas que existen a la Ciudad de la llama.

Después, tras observar con detenimiento el cañón en el que nos encontramos, así como los dos enormes hoodos que han sido tallados con forma humana y cabeza de toro, las marcas rojas existentes en el suelo, y las puertas de bronce situadas enfrente de nosotros, les digo a mis compañeros:

- No sé por qué, pero esto no me gusta. Las ubicaciones de los hoodos con forma humana y cabeza de toro, así como la forma del cañón en el que nos encontramos, y las aberturas existentes en sus paredes, son el lugar perfecto para una emboscada. Creo que, antes de intentar cruzar las puertas de bronce, o de intentar averiguar que son esas extrañas marcas que existen en el suelo, deberíamos cerciorarnos de que estamos solos. -

Después, tras realizar una pequeña pausa, con el fin de organizar mis ideas, vuelvo a decir:

- Quizá podría deslizarme sigilosamente hasta el final del pasillo en el que nos encontramos, justo antes de llegar a la zona descubierta del cañón, y, desde allí, intentar percibir alguna cosa. Después, incluso podría intentar acceder escalando a uno de los primeros balcones del cañón, con el fin de tener una visión más elevada del terreno. ¿Vosotros que opináis? -

El Director De Juego escribió:

Leo con detenimiento la nota entregada por uno de los Andoranos con los que nos hemos reunido, intentando memorizar cada una de las palabras que la componen.

Después, tras terminar de leer dicha nota, y mirando fijamente a mis compañeros de facción, les digo:

- Hemos de intentar por todos los medios cumplir las misiones que nos han sido encomendadas: averiguar todo lo que podamos sobre el culto del maligno Dios Moloch, así como averiguar todo lo que podamos sobre dicho Dios, y destruir dicho culto por completo con el fin de evitar su reaparición. No podemos fallarle a quienes han depositado su fé en nosotros. -

 Dranger hizo honor a los estereotipos de los de su raza, escaso en palabras, un tanto huraño, abanzaba sudando mares enfundado en la armadura de escamas metálicas, estas cubiertas por un paño para no recalentarse tanto por el sol, de algún modo se las apañaba para mantener de forma sorprendente el paso de los demás, a pesar de sus cortas piernas y el peso de su equipo.

 A nivel de interacción con el grupo no terminaba de confraternizar con los humanos y la fata, no es que mostrara desconfianza o no, simplemente mantenía cierta distancia.

 Una vez llegados a la entrada del valle, sus oscuros ojos escrutinan los alrededores. Finalmente, tras varios días de viaje, sus labios se abren de nuevo para dejar que su voz salga.

 - Tal vez no sean más que orrnamentos, perro no serría de extrrañar que desempeñen funciones prrotectorras, mi gente los usa en lugarres imporrtantes... y no somos la única rraza que los usa... perrmaneced atentos.- Dice a la vez que se descuelga el pesado escudo de madera y lo asegura en su antebrazo izquierdo.

 El enano parco en palabras asiente, tras una larga pausa en la que parece que no vaya a decir nada más, finalmente, su voz escapa de nuevo entre sus labios.

 - Perro vigilad, el conocimineto, cuando hay dioses porr en medio, puede rresultar peligrroso... debemos extrramarr las prrecauciones...

Las huellas que descubrieron no le hicieron ninguna gracia a Owen. Mientras Leila y Henutsen hablaban de la distribución de los conjuros el mago trató de recordar donde había visto huellas parecidas a esas.
Estaba seguro de que las conocia. Pero antes de que pudiera decir nada la elfa y el enano se empezaron a mover. Al parecer estaban ansiosos porque les mataran.

Esperad, conozco estas huellas. Desde luego no son humanas, son de algo mucho más peligroso.

Escucho detenidamente las palabras pronunciadas por Dranger, mientras asiento con la cabeza.

- Dranger tiene razón. Inmiscuirse en los asuntos de los Dioses, sobre todo si se trata de los asuntos de Dioses malignos como Moloch, siempre es peligroso. Debemos estar atentos. -

Leila sonrió.

- Lo tengo presente, conozco los riesgos, pasé bastante tiempo en la biblioteca antes de ordenarme...

Y aunque era relativamente cierto, no lo era del todo. Había leído bastante sobre cultos demoníacos, pero con la mente puesta en saber defenderse más que intentando aprender. De hecho había prestado más atención a la gente de la orden, y el resto de novicios -especialmente a los muchachos- que a sus clases de historia y cultura religiosa.

Esas marcas de quemaduras en el suelo...y la forma en que zigzaguean por el valle...como fuegos que hubieran recorrido el lugar, pero sin marcas de pisadas hundidas a su lado.
De pronto, una fugaz idea surge en tu cabeza...si...eso puede ser....Quizás un elemental de fuego, alguno de pequeño tamaño, podría dejar unos senderos quemados en su camino, como los que han descubierto aquí!

Escucho atentamente las palabras pronunciadas por el enano, mientras observo como se ajusta el pesado escudo de madera en su antebrazo izquierdo.

Después, tras asentir con la cabeza, digo:

- Por ese motivo es por el que yo decía que no me gusta nada este lugar. Los hoodoos podrían esconder a cualquier criatura detrás de ellos, o incluso las propias estatuas podrían ser golems a la espera de que algún incauto los pusiera en funcionamiento. Creo que, tal y como he comentado, voy a explorar el terreno que se abre ante nosotros, con el fin de poder averiguar si tenemos, o no, motivos para estar precavidos. -

Después, tras una realizar una pequeña pausa, con el fin de tragar un poco de saliva, vuelvo a decir:

- Estad atentos, por si necesitara vuestra ayuda. -

TRas pensarlo unos instantes Owen acabó por recordar qué tipo de ser dejaba una marcas como aquellas. Al principio estaba repasando demonios, ya que la sacerdotisa los había mencionado. Pero enseguida los desechó. No eran demonios, eran otra cosa. Logica por otro lado en un lugar llamado la Coudadela de la Llama.

Atentos. Pueden haber elementales de fuego por aquí.
Por los restos no creo que sean muy grandes, pero no por ello los hace menos peligrosos.

Un rápido repaso a los conjuros que lelvaba preparados dio como resultado un chasquido de lengua. Las manos ardientes no servirían de mucho, pero en cambio el conjuro menor que había aprendido para hoy podría dar mucho juego.

Te adelantas silenciosamente hasta donde el estrecho cañon se abre al valle. Desde alli, espias el interior.
Ademas de las zigzagueantes marcas chamuscadas en el suelo, y de las enormes piedras, el lugar parece desierto.

Aunque el psio del valle es de piedra lisa, en los bordes hay pendientes pronunciadas mucho más ásperas y fácil de escalar (climb
DC 0). Más alla de estas piedras rugosas, el suelo es más traicionero, cubierto de escombros y de arena resbaladiza. (terreno difícil)