Partida Rol por web

Frank se apoyó en la ventanilla del coche y asomó la cara. Se quedó en silencio mirándolas, con cara de "¿que me he perdido?"

La mirada de Desi le puso algo nervioso, al igual que la de Megan.

-Emmm....¿Que ocurre..?

Inquiere.

-..Pues...hay una superviviente, una anciana, parece que sabe como dar a luz..y se ha interesado mucho por ti, parece que nos dejará quedarnos para cuidarte. Yo no sé que pensar, la gente se ha vuelto algo loca últimamente...

Se rasca la barba. Lo cierto es que Frank estaba bastante desmejorado de como era antes, pero como todos: le había crecido algo el pelo, incluso tenía algunas canas por la zona de la patilla, sus mejillas y barbilla estaban cubiertas por una buena barba clara y también había perdido bastante peso.

-Nada, estábamos conversando de cosas de mujeres, Frank no seas metido -le contesto riéndome un poco. Luego escucho sobre lo de la mujer y la cara se me transforma en una expresión de felicidad.

- No lo puedo creer -abrazo a Megan y le digo -¿Ves, vas a tener a tu bebé y cuidada por alguien que realmente sabe cómo hacer las cosas?

Mirando nuevamente a Frank.

-¿Entonces llevamos el coche allí? ¿Tiene garage la señora para poder meterlo?

Espero su respuesta y ya pienso en que por fin la fortuna realmente nos ha hechado una mano.

Frank sonrió levemente por lo que dijo Desi, aunque aun continuaba con el ceño fruncido, como preguntándose porque estaban tan felices.

-Em...vale, son cosas de chicas.

Volvió a sonreir y luego suspiró, mirando hacia ambos lados.

-Mejor dejamos el coche por aqui, por si la mujer no resulta ser de fiar o no se tome a bien que tengamos tanta confianza con ella para también querer usar su garaje. Voy a intentar esconderlo un poco por un lateral de la cara para evitar que lo vean y lo saqueen.

Comentó, reflexivo.

-Desi, pequeña, coge un arma de fuego, me sentiría mas comodo si tu estuvieras siempre con Megan, hay sitios a donde yo no puedo ir y tu si.

Opinó mirando a la chica.

Ante el pedido de Frank saco la 9mm que llevo en los vaqueros y se la muestro.

-Me la quedé cuando volvíamos con Alan, no dije nada pensé que él te había dicho. De todas maneras que no sé muy bien disparar, por eso siempre tengo a mi palo.

Guardé nuevamente el arma en la parte de atrás de los vaqueros, salté del coche y le ayudé a Megan a bajar.

-Si quieres yo me acerco con ella caminando mientras tú guardas el coche en algún lado. ¿Te parece bien?

Sostenía los brazos de la mamá con suavidad pero fuerza, en su estado una caída podía ser muy perjudicial para el bebé, o la bebé.

"Siii la bebé, la nueva Desi..." me emocioné una vez más pero me dispuse a prestar toda la atención del mundo a lo que estaba haciendo.

Frank asintió con agrado al ver que Desi estaba armada.

-No lo sabía, pero me alegro. Si todo esto sale bien, te enseñaré a disparar.

Le ofreció. Luego escuchó lo que la joven tenía que decir y asintió.

-Me parece estupendo tu propuesta, pero tened mucho cuidado ¿vale?

Dijo. El antiguo agente de policía abrió la puerta del asiento del conductor y se apoyó en la misma, mirando hacia el horizonte, por ahora no había zombies pero ¿estaban seguros allí? además, los zombies no era lo que más le preocupaba sino el propio ser humano.

-Y yo te enseñaré a construir unos buenos muebles. Creéme que hago bien eso, como reparaciones, plomería. ¿A que no se imaginarían a una carpintera con estas fachas?

Me río y le digo a Megan que se apoye en mí y me dirijo, despacio, hacia la casa.

"Wow... voy a ser tía, o madrina, o algo y voy a saber disparar y todo eso. ¿Ves papá?, ojalá estés viendo cómo logré defenderme sola, y cuidar a otros. Quisiera que veas cómo crecí..."

Miré la casa, parecía muy acogedora. Aunque todo me resultaría acogedor en estos momentos pero, realmente, me parecía un bonito lugar.

Sonrió a su marido y a Desi que le había explicado todo, y las palabras de él la verdad es que la ilusionaron y bastante. Se baja del coche ayudada por Desi y camina junto a ella.

- Ten cuidado Frank..

Dijo antes de alejarse.

- Que gran noticia.. ojala sea una buena mujer y nos pudiesemos instalar aquí, te imaginas???

Hablaba con Desi muy ilusionada cuando llegaron a la altura Alan.

- ¿Dónde está la mujer?

Augustine desde la ventana de una de las habitaciones que dan a la parte delantera, ve como se acercan al chico que se quedó en la puerta dos chicas: una morena jovencita y otra más clara que se la veía más mayor y con una barriguita asomando bajo la camiseta sucia. Esa chica debía ser la embarazada, aunque no distinguías bien las caras.

Sigue trasteando en el salón y en la cocina, preparándolo todo para su llegada. El agua ya está en el fuego, ha sacado las tazas buenas (esas de porcelana de la prima May, las de colores brillantes... ¡qué recuerdos, Dios mío, qué recuerdos!) y las servilletas de tela. Ha hecho rápidamente un poco de masa (no le quedan muchas reservas, ¡pero la ocasión lo merece!) y, tras darles forma, ha metido unas pocas galletas al horno. Está todo dispuesto en una bandeja cuando puede ver por entre las tablas de la cocina cómo se acercan las jóvenes al buen mozo que se quedó en la parte delantera. Sus ojos cansados no le permiten distinguir demasiados detalles, pero hay uno que está claro: la barriga es inconfundible.

Como sacudida por una descarga de emoción, deja la cocina estar y se dirige a la entrada. Ahora lleva sobre sus ropas un delantal a cuadros rojos y blancos completamente deslucido. Se pueden ver, aquí y allá, las difuminadas y desgastadas huellas de manchas dadas por imposibles años atrás.

La señora nos recibe con una calidez tal que me parece irreal después de tanto tiempo escapando y sufriendo. La saludo con una enorme sonrisa boba. Es todo tan perfecto que siento que en un segundo, o menos, podría desvanecerse como una nube en un desierto.

-Hola, soy Desi... ella es Megan. Ella va a tener un bebé -le aclaro aunque no hace falta pero estoy tan contenta de ser recibida en una casa.

Entramos despacito, ayudo a Megan por un costado y la señora va por el otro. Le calculo unos sesenta y tantos, quizás más, pero su cálida sonrisa hace que el rostro sea joven, aunque tenga sus arrugas.

"Por fin papá, me has guíado a una nueva familia. Yo sé que tú me cuidas desde el cielo. Gracias, papá, gracias..."

Habían pasado unos instantes había logrado mantener la mente ocupada con mis pensamientos fijados en el acohol y el tabaco y en mirar a mis alrededores para cercionarme de que todo está despejado -Ha entrado en la casa, supongo que enseguida saldrá -Digo cuando Megan y los demás llegan a mi altura.

No pasaron ni dos segundos cuando la mujer emocionada corría hacía ellos para agasajar a la mujer, de pronto noté como un nudo se empezaba a conformar en mi garganta, al ver aquella escena no pude evitar recordar el día en el que había vuelto de la guerra en Irak, mi padre, mi madre mi novia corriendo con lagrimas de alegría en los ojos, para abrazarme y darme la bienvenida aquella misma escena se dibujaba ante mis ojos como si fuese un Flashback tan real que incluso se llegaron a empañar con lagrimas mis ojos aunque no las deje escapar, apunto estuve de hacerlo, de pronto aquella imagen se hizo polvo y arena, como mis ilusiónes, como mi familia, como mis amigos, todo se volvía polvo y arena ante mis ojos mientras el nudo en mi garganta se acrecentaba, volví a la realidad para observarles eran como una familia feliz, a pesar de que en sus anteriores vidas hubiesen perdido lo que hubiesen perdido, ahora se tenian entre ellos, yo sin embargo me sentía solo, abandonado y con un enorme sentimiento de vació como un alma que es atrapada por un vortice y no puede escapar.

Con una debil voz me dirigí al resto, la cual en algun momento se llego a entrecortar -bu...eno yo, creo que voy a ve...verificar los...alrededores...para estar se...guros de que no..hay nada -Dije con un leve carraspeo para aclarar mi garganta y dandome la vuelta cogiendo el arma, me dispuse a hacer mi ronda quiza para evadir mi mente y alma de aquellos pensamientos

Frank asintió a Desi.

-Me parece un trato justo.

Sonrió y luego movió la cabeza afirmativamente a lo que dijo su esposa, de que tuviera cuidado.

-Siempre, y vosotras.

Frank subió al coche y condujo despacio para situarlo en la parte trasera de la casa. Subió todas las ventanillas y salió del auto, trató de buscar algo con que tapar el coche, sino, tendría que conformarse con dejarlo así.

Se sintió abrumada con el recibimiento de la mujer, no esperaba tal reacción. Estaban acostumbrados a un trato totalmente distinto, a no esperar ayuda ni amabilidad de nadie, porque cualquiera podría darte una puñalada por detrás para quitarte todo lo que tienes.

- Si.. un.. un poco..- dijo nerviosa y miró a Desi, se sentía de lo más rara con la situación.

Se le notaba la tripa, que comenzaba a salir, pero como no podía alimentarse bien.. la tripa no estaba demasiado hinchada. Calcularía que estaría de 6 o 7 meses, no lo sabe con certeza. Se deja guiar por la mujer, aunque mas bien le preocupa ella y que se pueda tropezar.

- Estoy bien.. no se preocupe.. Mi nombre es Megan, y el suyo??

Lo que podría usar para taparlo un poco, son ramas. Alrededor había arbustos y árboles frondosos con los que poder esconder el coche de otros que pasaran por alli.

Frank condujo hacia la zona boscosa y aparcó el coche por última vez. Luego, empezó a reunir algunas ramas caidas, trozos de hierbajos y demás para montar un buen escondite para el coche, no le hacía gracia que alguien lo robara o se llevaran sus cosas.

Luego, el ex policía volvió a la casa, junto con el resto.

Cuando llegó a la entrada, vió que entre Desi y la mujer ayudaban a Megan a subir por las escaleras para entrar en casa, mientras Alan se dirigía a la parte de atrás para dar una vuelta.

La mujer sonríe ante la presencia de sus invitados.

-Sí, querida, sí... -parece que dice a nadie en particular.

Empieza a andar hacia la casa, ayudando a la joven. Le ofrece su brazo para que se apoye. Debe resultarle difícil caminar en su estado. Es difícil juzgar cuán avanzado está el embarazo porque siempre hay que tener en cuenta no sólo lo grande que está el viente sino también toda una serie de factores que influyen. Recuerda por ejemplo a su prima Rose que, a punto de dar a luz a sus mellizos, tenía una tripa que parecía que en vez de embarazada estaba con gases.

-Desi y Megan, ¡qué maravilla! -dice la mujer mirándolas. Ahora está claro que, efectivamente, lo que había en la comisura de sus ojos, era una lagrimilla; lagrimilla que ha empezado a deslizarse mejilla abajo, poco a poco, disimulada pero constante-. No os tenéis que preocupar de nada en absoluto.

Dice estas palabras mientras da unas suaves palmaditas amorosas en el antebrazo de Megan.

-Yo soy Agusutine, queridos míos; Augustine Walker. Bienvenidos a casa.

 En cuanto pueda posteo la entrada a la casa.