Partida Rol por web

Junto antes de que el muchacho empiece a subir las escaleras, le interrumpo alzando el brazo y poniéndolo en su camino, de una manera arduamente delicada, pues no quisiera que su "guardián" sintiera de alguna amenaza, y con la cara mas amable del mundo le digo al chico: --- Muchacho, considero que la pelea hay arriba ya a terminado, seria mejor que tus jóvenes ojos no vieran el resultado.

---Ale, listo- digo sonriendo mientras me guardo el objeto de nuevo- Ahora solo necesita un poco de descanso  y comer mucha comida. Eso siempre me recupera a mi ¿verdad Capri? ¿Lo he hecho bien?

- Sí amo, ¡ sois todo un pequeño caballero !. Dice Traian con un sutil toque de sorna en su tono. - ¿ Qué hacemos ahora con la muchacha ? Os inquiere a los dos.

Al ver que el joven sin titubear sube acompañado por el corpulento hombre, pienso ---supongo que saben lo que se hacen asi que mejor les dejo tranquilos. A continuación me dirijo hacia donde esta la anciana y le pregunto lo siguiente:
---Disculpe señorita pero ¿que tiene algún huésped que pueda estar ocasionado esos ruidos?

--- ¿De verdad? ¡Ya lo sabia yo!- digo ilusionado girandome hacia Traian- Deberiamos ponerla en cama ¡ Ale, ya sabes lo que tienes que hacer!

Me giro hacia el desconocido y sonrio mientras le saludo con la mano.

---¿Hola! No nos conocemos ¿verdad? Yo soy Wander y él es Tio Capri mi Chabe....chabe...chabeloqueseaquesellame...¡Puf! Que nombres mas raros ponen a las cosas ultima mente ¿no? ^^' 

Te acercas a la puerta de la cocina que se encuentra abierta. Observas como la anciana se encuentra preparando unas liebres para ser cocinadas. La cocina está algo revuelta pero limpia y el hogar encendido despide un fuerte calor. Nana se percata de tu presencia y se acerca un poco a tí para contestarte sin tener que alzar la voz.

- Jajaja. Ríe con gentileza. - Hace mucho tiempo que deje atrás mis días de señorita preciosa. Lo siento, no sé de qué ruidos puedes hablar desde la cocina no he oído nada. Todos mis huéspedes os encontráis en el comedor ahora mismo. ¿ Ocurre algo ?

---A nada no se preocupe, entonces serán imaginaciones mías.
Seguidamente salgo de la cocina asegurando dejar la puerta cerrada, al acabar de cerrar la puerta tranquilamente, cambio de actitud bruscamente y empiezo a correr pisa arriba.

Me mantengo en calma, parado. No le impido al chico acercarse. En el fondo, valoro la idea de que quizás el tenga algún conocimiento más amplio de las artes curativas y eso pueda salvar a aquella chica.

Era gracioso. Aunque no supiera nada de ella, el simple hecho de vivir ese tipo de escena, cargada de misterio y secretos, había despertado mi curiosidad por lo que la había movido hasta aquella ventana y quien le había provocado aquella simple pero dolorosa herida.

Cuando veo los salmos y como la herida se cierra mágicamente, no puedo hacer otra cosa que abrir los ojos y dar un par de pasos para atrás. "Esta es la magia de la que siempre hablaban en el poblado..." La aparición del anciano al lado del joven no hace otra cosa que acrecentar la sensación de desconocimiento y sorpresa, siendo tal esta que apunto estoy de pegar un brinco hacia atrás intentando protegerme de una amenaza que no es tal.

El que acompaña al de pelo blanco responde al ego de este de modo que parece poco más que un autómata, un esclavo que solo pretende adular a su amo.

"Realmente son una pareja extraña..." Pienso durante un segundo antes de retomar de nuevo mi atención en el objeto que nos había traído a todos a aquella habitación: La joven.

- Creo que podría dar con mi habitación, me he alojado recientemente y apenas tengo un poco de ropa - Les comento a ambos como una de las soluciones al respecto.

Me giro y tomo por los hombros a la joven. Respira normal y parece que recupera un poco el color así que moverla no debería suponer ningún problema.

- Solo necesito que alguno de vosotros la coja por los pies y la llevemos hasta allí - Añado a la frase anterior a modo de resolución.

Cuando Wander se presenta no puedo más que levantar una ceja. Me resulta una persona un tanto extraña: Parece amigable, tiene lo que parece ser magia y no para de hablar... Del tema de la magia me guardo mis preguntas para un momento más pausado y menos urgente.

- Creo que nos hemos visto abajo - Miro a continuación a "Capri" intentando descifrar lo que dice Wander que es suyo. Sin hallar respuesta continuo - Mi nombre es Ameko. ¿Vamos? - Dejando entrever que siempre hay tiempo para presentaciones.

Tras cerrar la puerta de la cocina dejando a Nana con una expresión algo confusa, Shiba corre escaleras arriba.

Cuando Shiba alcanza el primer piso. Es evidente que lo que esté ocurriendo tiene lugar en la salita del fondo. Al llegar al umbral observa a Traian esperando pacientemente al lado de Wander. En estos momentos está agachado junto con Ameko y parecen observar la figura de una dama que viste una capa negra y que reposa con los ojos cerrados en el suelo.

Según Shiba llega, puede escuchar como Wander se presenta al joven viajero, que tras pedir ayuda para transportar a la desconocida a su cuarto se presenta como Ameko.

Al subir: calmo mi marcha y regulo mi respiración, fuera lo que fuera que hubiera pasado ya no se podía remediar, poco apoco me voy acercando al la escena de los echos y primeramente me acerco a donde supongo que se desplomo la chica y le echo un vistazo rápido por el momento, luego me acerco a los chicos y pregunto lo siguiente

---Disculpad, ¿alguien seria tan amable de informarme de la situación?.  (mas aya de lo evidente claro)
Tras unos breves instantes: pongo cara de darme cuenta de algo y digo: ---A si, disculpad señoritos, se me olvidaba, podéis llamarme shiba.

Tras decir eso le hecho un vistazo a la chica para intentar deducir en que estado se encuentra, y relacionarlo con lo que aya podido ver.

De un vistazo es dificil deducir qué ha ocurrido. No hay signos de lucha ni nada que indique algún tipo de refriega. Al observar a la mujer observas que en el costado tiene la ropa algo rasgada y está manchada de sangre, mas donde cabía esperar que hubiese una herida no la hay. Su respiración es suave y profunda, parece que simplemente está dormida. De pelo claro y labios carnosos dirías que tiene unos 25 años.

Aparece un nuevo miembro en escena: Una chica.

Hago memoria de los que estaban abajo y termino por deducir que ella se encontraba entre ellos. Seguramente, al ver que tres de los que compartíamos desayuno habíamos optado por tomar las escaleras para comprobar que pasaba, se habría unido a la pequeña avanzadilla. Era probable, siguiendo este razonamiento, que pronto llegara alguien más.

Se pasea por la escena, como si eso no fuera con ella, ante una mirada sorprendida por mi parte.

"La gente es fría más allá de los bosques ¿Qué será lo que les mueva a ello?" Quizás, para aquellas personas no fuera más que un iluso. Pero a mis ojos, ellos eran muy raros...

- No hay más de lo que ves - Respondo ante su muestra de interés un tanto forzada. Después, y como había hecho con Wander, vuelvo a lo mio - ¿Podrías abrir la primera puerta de la derecha nada más subir las escaleras? Vamos a trasladarla allí.

Te sumerges en los recuerdos de Cau-Kun. Ya estás acostumbrada a navegar por los recuerdos de la gente en busca de aquello que más dolor les produce. En este caso un suceso reciente, fácil de hallar en su memoria. Sin duda la muerte de su madre, una madre que murió por fatiga tras deslomarse a trabajar por el bien de su propio hijo. Nunca son recuerdos gratos aquellos que encuentras, siempre inmersa en el sufrimiento de los demás, los shinigami no llevan vidas fáciles...

Cuando vuelves en tí no puedes evitar ruborizarte un poco al contemplar que Cau-kun ya se ha quitado la camisa y tiene su torneada espalda al descubierto. Parece que va a proceder a quitarse las botas y lel resto de sus ropajes.
 

Traian suelta un leve suspiro y después de eso se prepara para ayudar en el traslado.

-Jiiii~ (mirada fija)- Aparezco en un rincón de la habitación, tengo los ojos entrecerrados con la mirada fija en la cara de Cau-kun, me había vuelto a ser visible. -Desnudándote frente a una chica... Ahora no solo eres un bakabaka, también eres un pervertido.- Digo con tranquilidad, cerrando los ojos y dándole la espalda. Me quedo mirando el cielo a través de la ventana.

Responderé afirmativamente a la pregunta de Ameko y me dispondré a abrir la puerta, pero antes de abrirla procuro analizarla mágicamente (lo hago por experiencias pasadas, procuro vigilar de mas con las puertas que me piden que abra)

---Si claro, adelante : digo mientras les abro la puerta.