Partida Rol por web

.........

Os quedaís los dos solos en la sala (Crish y Kilian) terminando el delicioso caldo en un incomodo silencio, cuando de pronto, regresa la hermana Steffania con rostro sonriente -¡Las habitaciones ya estan preparadas!- dice con entusiasmo -Vaaaya, que impacientes son los demas, ¿no dijimos que vendriamos a buscarles?- dice frunciendo el ceño e inclinando levemente la cabeza -Bueno, en fín...¡acompañenme por favor si son tan amables!- os dice haciendo una leve reverencia de sumisión y cordialidad

¡Vaya!, srita Esteffanía vine con la intención de aprender sus trucos para preparar los aposentos, pero parece que he sido muy lento, veo que ya ha terminado todo. Digo con sorpresa y con una sonrisa al verla despedirse e ir con el resto de la compañía.

Una vez la hermana Estefanía se ha ido le pregunto con un tono un poco más serio a María

Muchas gracias por toda su atención hermana de verdad se lo agradezco, disculpe, pero en verdad quiero que sepa que deseo ayudarles pero para hacerlo me gustaría tener un poco más de información. Digo mientras coloco mi mano izquierda en mi bolsillo y comienzo a sujetar mi moneda de la suerte.

Que sabe del Hermano… Señor, no estoy al tanto de su título me refiero a Ashran, vera puedo decir que he pasado y sufrido en muchos sitios pero si hay algo que puedo reconocer en cualquier parte es el desprecio, y creo que tiene un pasado o presente más inusual de lo que aparenta ese joven.

¡Oh, por fin! ¡Qué ganas tengo de descansar!

-Si. Respondo a Steffania. Dejo el caldo, me levanto, y la sigo. Cuando llego donde ella, me giro y miro a Kilian, como instándole a que venga también.

La verdad es que estoy deseando que se acabe este día cuanto antes.

Me doy cuenta de que hasta ahora no he mostrado ninguna gratitud por el buen trato recibido. La situación me resultaba demasiado intimidante al principio, pero ahora que estoy más calmada, se lo agradezco a Steffania.

-Quería agradecerles todo lo que están haciendo. De verdad significa mucho para mí.

Con el estómago lleno y volviendo a sentir el calor extenderse por mi cuerpo, me levanto despacio ante la invitación de la monja y la mirada decidida de la joven invitada. "La impulsividad puede ser una virtud, pero supongo que algunos la llevan al extremo", comento en respuesta a nuestros compañeros desaparecidos. "Imagino que estaban deseosos de probar las camas, o tal vez querrían pasear un poco para ayudar a la digestión."

Escucho a Crish agradecer las atenciones recibidas, pero no me uno a ella esta vez. Con agradecer una vez es suficiente, todo lo demás es malgastar palabras en algo que ya se sabe. "¿Sería posible reunirse mañana en las primeras horas con el Diácono? No hemos tenido mucha ocasión de agradecerle a él..."

Salió en busca de las jóvenes, dispuesto a ayudarlas.
Pero no consiguió dar con ellas, si no con un joven que los miró de forma extraña y sin decir nada.
Sí, suelen preguntarme de donde he sacado esta espada... bromeó, mientras se acercaba.

¿Dónde están Maria y Steffania? Ya que estamos, ¿no sabrás algo tú sobre los dos monjes fugitivos o desaparecidos? No sabemos aún... preguntó en un tono amigable.

Que sabe del Hermano… Señor, no estoy al tanto de su título me refiero a Ashran, vera puedo decir que he pasado y sufrido en muchos sitios pero si hay algo que puedo reconocer en cualquier parte es el desprecio, y creo que tiene un pasado o presente más inusual de lo que aparenta ese joven.

La hermana María sonrie con tristeza antes de contestar -El Hermano Ashran ah sufrido mucho, le ruego le disculpe si le ha ofendido de algun modo... es muy timido y reservado, no mataría ni una mosca...pero no le gustan las personas, y prefiere estar solo...-

Muchas gracias por toda su atención hermana de verdad se lo agradezco, disculpe, pero en verdad quiero que sepa que deseo ayudarles pero para hacerlo me gustaría tener un poco más de información.

La hermana María vuelve a sonreir nuevamente - Gracias por su interés, sin embargo hoy es tarde. Si lo desea mañana podremos hablar nuevamente sobre como puede ayudarnos, y de que modo...- dice con una leve reverencia e invitandote a pasar a tu dormitorio

-Quería agradecerles todo lo que están haciendo. De verdad significa mucho para mí.

La hermana Steffania sonrie con sinceridad -Oh! no se preocupe por favor, es nuestra labor, ayudar a los demas es nuestra forma de vida...- dice con cierto orgullo

 "¿Sería posible reunirse mañana en las primeras horas con el Diácono? No hemos tenido mucha ocasión de agradecerle a él..."

Steffania mira a Kilian y asiente con alegría -¡Claro que si!, mañana a primera hora le avisaré para que os conceda una audiencia, ¡sin problemas!- dice mientras os acompaña a las habitaciones

Sí, suelen preguntarme de donde he sacado esta espada... bromeó, mientras se acercaba.

¿Dónde están Maria y Steffania? Ya que estamos, ¿no sabrás algo tú sobre los dos monjes fugitivos o desaparecidos? No sabemos aún... preguntó en un tono amigable.

El monje te observa con el rostro impasible pero no contesta, simplemente os observa detenidamente, de un modo casi irrespetuoso...

.........

-Oh! vaya asi que estan ahí!- escuchais la voz de Steffania resonando en el eco de la sala, se acerca con Crish y Kilian

-¡Veo que han conocido al hermano Ashran!- dice dirigiendose a Kelgar y Alveco -¡No se esfuerzen en sacarle palabra alguna, el pobre es mudo...!- dice con tono comicamente dramático

El monje, de aspecto joven, pero de rostro serio se marcha hacia la penumbra sin pronunciar palabra alguna, despues eso si, de dirigiros a todos una mirada penetrante e inquisitiva.

-¡Bah, no se lo tengan en cuenta, es muy apatico!- dice Steffania sin darle mucha importancia, y continua llevandoos a vuestras habitaciones

.......

Finalmente os reunís todos en el pasillo que da a los dormitorios, la hermana María y Az estan allí hablando cuando entrais con la hermana Steffania.

-Oh, ya han llegado..- dice María con voz dulce -Sus habitaciones estan listas...- dice sonriendo mostrandoos las puertas abiertas a su alrededor.

Los cuartos no son gran cosa, y mas bien son dormitorios de paredes de piedra, pequeños, con un camastro, una mesilla, algunas velas, un pequeño armario, y un gran crucifijo labrado situado en la pared sobre la cama. 

-Que descansen...- os desea María, la hermana Steffania simplemente asiente con una sonrisa, y ambas se disponen a marcharse, dejandoos a todos en la oscuridad de los pasillos del monasterio

Ah, por fin los dormitorios.

Quiero descansar cuanto antes. Me gustaría estar mañana también en la reunión con el Diacono, aunque sólo sea por no separarme del grupo ni quedarme sola, así que se lo hago saber a las hermanas.

-A mí también me gustaría estar en la reunión, si no les importa.

Acto seguido, me voy a mi habitación a dormir.

Alveco pretendía curiosear pero lo concurrido del pasillo se lo impide, sin embargo a visto otra cosa que ha llamado su atención. 
-Disculpe hermana Steffania, ¿el hermano Ashran es mudo de nacimiento o quizás alguna herida le imposibilita hablar?

Una vez llegan hasta la hermana María Alveco dice: -Muchas gracias hermana, espero no ser una molestia. Deja sus cosas a un lado en su habitación y comienza a quitarse piezas de la armadura, cuando está terminando oye de casualidad la conversación de Crish y aprovecha para acercase. -Disculpa no sabía nada de una reunión con el Diacono. Quizás me ausente demasiado pronto de la cena, pero estaba cansado y quería quitarme esta armadura.  

Entran todos al cuarto y el tal Alveco parecía haberse encontrado con Ashran también, aunque no puse mucha atención a lo que decían si pude enterarme de una supuesta reunión de mañana con el Diacono.

-Muchas gracias por su ayuda hermanas.- Les digo amablemente.

-Me despido compañeros de viaje, si no nos matan esta noche será interesante verlos mañana, ciau- me despido con una seña con la mano

Me desvisto puesto que duermo con el más mínimo ropaje aunque siempre con un arma cercana y me acuesto en la cama a descansar.

Espero poder aprender un poco más de este tal Ashran, aunque quizás solo sea un hombre cualquiera, solo el mañana dirá.

Antes de marcharse, las hermanas escuchan vuestras preguntas

-A mí también me gustaría estar en la reunión, si no les importa.

-¡Claro que si!- te dice alegre Steffania -Mañana vendré a despertarles y despues del desayuno y la misa matinal, el Diacono estará encantado de recibirles a todos los que lo deseen...- dice con entusiasmo 

-Disculpe hermana Steffania, ¿el hermano Ashran es mudo de nacimiento o quizás alguna herida le imposibilita hablar?

Steffania se queda un momento triste antes de responder -Lo cierto es que no tiene lengua...- se hace unos segundos incomodos de silencio -...Ashran es de Remo, y no se si saben lo que sucedió allí, pero el caso es que le cortaron la lengua despues de ser tomado prisionero, y no se muy bien como acabó aquí, pero es una historia triste...- dice con voz apagada

Acto seguido ambas se despiden cordialmente de vosotros, para que podais descansar

Esa noche intentais descansar entre las paredes frías de piedra del viejo monasterio, y a pesar del incesante cacareo de los cuervos del exterior, y el repicar de la lluvia en las sucias vidrieras, lograis reponer vuestro cansancio en los viejos camastros de vuestras "celdas".

Esa noche teneís todos extraños sueños, algunos se transforman en incomodas pesadillas que os hacen dormitar sudorosos y agitados, aunque no podeis lograr recordar exactamente sobre que trataban al despertar...

A los primeros rayos de luz, escuchais unos cánticos religiosos que parecen provenir del Hall principal, la letanía se extiende durante al menos 1 hora hasta que se interrumpen de forma brusca. Una media hora mas tarde, unos golpes en vuestra puerta os despiertan, la voz de la hermana Steffania resuena en el pasillo -¡El desayuno esta servido en la cocina!-

Si mirais por la ventana podeis ver que el día se alza nuevamente gris y cenizo , con una fina lluvia cayendo despacio; la niebla, densa y espesa ocultando el mundo, dejando solo entrever trozos oscuros de las montañas rotas, y millares de cuervos volando en círculos en el cielo, apoyandose sobre las ruinas, y los capiteles de las catedrales.

Si salís de vuestras habitaciones, el interior del monasterio es casi tan oscuro como la noche, con los pasillos en penumbra dibujando extrañas sombras, y los enormes ventanales de vidrieras, negruzcos por la suciedad, apenas dejando pasar la luz del sol.

Algunos pocos neofitos caminan de aquí para allá apartando la mirada para no importunaros, y cuchichean cuando pasais. Pero hoy, con algo mas de luz, podeis daros cuenta de que hay muy poco personal eclesiastico, y la mayoria de las veces caminais completamente solos por las abandonadas estancias del monasterio, con el sonido exterior de la cacofónica graznada de los cuervos como compañía.

Cuando llegais a la cocina, las mesas esta sorprendentemente vacías, al igual que la noche anterior. Eso si, el aroma del pan caliente, la miel y la leche, os reconforta y despierta nuevamente el apetito.

-¡Sentaos, sentaos!- dice Steffania mientras viene con un cesto de mimbre cargado de pan humeante -Pan, Miel, Leche de cabra y gachas...¡el desayuno ideal para un nuevo y fantástico día en Moth!- dice con su característico entusiasmo

-A proposito...cuando termineis vuestro desayuno, al Diacono le gustaría reunirse con todos vosotros en su despacho...creo que quiere proponeros algo...- dice con un tono de misterio