Partida Rol por web

(Título provisional)

Ambientación

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14/04/2021, 09:55
Sabio Laucán

Aunque sus ojos tienen una falta de brillo propia de los que están perdiendo la visión, y su cuerpo ya es poco más que piel y huesos, el sabio Laucán, guardián del conocimiento y cuentacuentos de la isla, vuelve a sentarse con dificultad y un gruñido de dolor en el asiento de piedra dentro de la cabaña hecha de huesos y pieles, que cubría la entrada a unas cuevas poco profundas y sólidas que buena parte del pueblo usaba de refugio... Pero que no fuera lo bastante profunda como para no salir de allí si amenazaba con derrumbarse.

Tras aceptar un trago de agua para aclarar la garganta, servido en un jarro de arcilla, posó su mirada sobre cada uno de los presentes, la práctica totalidad de los supervivientes, y tras mirar hacia arriba, donde la calavera de una horrenda criatura atestiguaba tiempos aún peores que los actuales, comenzó a hablar.

El abuelo de mi abuelo le contó exactamente esta misma historia, y ahora yo os la cuento a vosotros... Comenzaba siempre. Un breve temblor no asustó a nadie. Conocían bien esos temblores de tierra, y no eran de los que solían preceder a erupciones volcánicas.

Para que se las contéis a vuestros nietos.

Hubo un tiempo en que la tierra se extendía hasta donde alcanzaba la vista, y el sol brillaba con fuerza, en lugar de apenas verse entre las nubes. En ese tiempo, las noches no eran negrura absoluta, si no que un sol que cambiaba de tamaño, llamado luna, y diminutas luces, llamadas estrellas, iluminaban el cielo de la noche, y todos los campos eran verdes y crecían deliciosas frutas y animales para que nadie pasara hambre. Mi abuelo podía ver las lágrimas en los ojos de su abuelo, cuando explicaba que la lluvia no caía siempre, y que los campos cambiaban de color cada cierto tiempo, del verde al ocre y al blanco, y de nuevo al verde. 

Un tiempo en que los hombres y mujeres eran incontables, en que los libros se escribían y repetían, y en que el mar estaba muy muy lejos de aquí, pero era hermoso y tranquilo como un lago, lleno de peces, donde los niños se bañaban y jugaban sin miedo. Era un mundo en que las preocupaciones de la gente no eran sólo la supervivencia, si no que se divertían, reían, y pasaban el tiempo en una dicha inimaginable.

Fue antes de que Dios se enfureciese con los hombres, y lanzase en Castigo. Tomó algo de aire y de nuevo se aseguró de que todo el mundo le estuviera prestando atención. Para Laucán era muy importante que todo el mundo conociera esas historias de memoria, y de alguna forma, aunque su vista estaba muy deteriorada, sabía cuando alguien no le prestaba atención. Golpeó su bastón contra el suelo y fijó su mirada en el jovencito Halin, que estaba mirando a otra parte. El chico se sobresaltó al notar el silencio y ver al vetusto narrador mirarle fijamente.

Laucán asintió y continuó. 

El cielo, antes luminoso, se oscureció de repente, y la tierra, que era quieta y silenciosa, ¡Comenzó a temblar, y resquebrajarse!

Como si quisiera acompañar a las palabras del anciano, el suelo volvió a sacudirse, esta vez con más violencia. La fuerza de la costumbre, sin embargo, hizo que nadie se moviera del sitio, seguros de que a pesar de lo que pareciera, aún no había peligro.

Este lugar eran montañas, las cabras, ovejas y vacas pastaban tranquilas, cuando los rayos comenzaron a golpear el suelo. Muchos hombres y bestias se convirtieron en criaturas de pesadilla... Dijo alzando la vista hacia la calavera. Y otros seres llegaron, como los galgos puerco, que en el viejo mundo no existían. La tierra siguió moviéndose durante días, el volcán Martillo fue el primero en despertar, y después vinieron el resto.

Cuando la tierra comenzó a hundirse, o el mar a subir, pues con tantos temblores era difícil de decir, los supervivientes, el abuelo de mi abuelo entre ellos, se reunieron en los lugares más elevados, llevando consigo los pocos libros que pudo rescatar, evitando a los khalus y a otros hombres y mujeres desesperados y hambrientos, hasta que nuestra montaña se convirtió en una isla, y quedaron rodeados de una oscura tormenta perpetua.

Creyendo que el mar se los tragaría, acudieron con fervor a Dios para que les perdonase, y la tierra dejó de hundirse... pero el Castigo no acabó. Hasta hoy, el volcán del Martillo humea, la tierra tiembla, y los khalus salen del mar a atormentarnos, la comida y el agua potable escasean, y la madera...Dijo acariciando el asiento de piedra Antes común, escasea.

Con el tiempo, los supervivientes recogieron de entre las ruinas del Viejo Mundo lo que encontraron. Las herramientas, el metal, las armas... Lo que pudieron salvar, o lo que el furioso mar traía a las costas los primeros meses del Castigo, lo atesoraron y lo utilizaron. El hambre impulsó la lucha hombre contra hombre, hasta que nuestro número quedó poco más o menos como el actual, desde entonces hasta ahora. Hemos de seguir luchando, porque...

Otro temblor, éste mucho más violento, hizo que la cabaña se quejase, amenazando con destartalarse. Un adulto salió a 'ver el Martillo', para asegurarse de que la humareda que expulsaba desde que se tenía memoria no estuviese iluminada con las luces de una erupción, señal de que se acercaban problemas.

Al poco, el hombre entró como un vendaval en la choza.

¡Salid a ver esto!!

Cuando salió todo el mundo... el Martillo había dejado de humear, cosa jamás antes vista, y la nubes alrededor de la isla, si bien aún de un profundo gris plomizo, lucían tan sólo esporádicos destellos de relámpagos, en lugar del fulgor continuo de docenas de ellos.

El viejo salió el último, de la mano de su tampoco muy joven hijo, y preguntó qué pasaba. Al escuchar la respuesta, sonrió.

Porque algún dia el Castigo ha de acabar...

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14/04/2021, 16:25
Director

FAUNA DE LA ISLA

Aunque se tienen recuerdos (Huesos, sobretodo) de criaturas de rebaño y de granja de la época anterior al Castigo, no sólo se tienen de esos animales. Tanto herbívoros como carnívoros siguieron el mismo camino que los hombres y mujeres que huyeron montaña arriba mientras el mundo literalmente se hundía. Según Laucán, en los primeros meses después de que cesase el hundimiento, la caza fue fructífera, pero también los peligros a causa de lobos y osos que habían logrado llegar a las cimas antes de ahogarse. Con esa carne, la gente que sobrevivió pudo comer... al menos durante un tiempo, aunque estos depredadores hace tiempo que fueron exterminados, y poco después, la mayoría de las presas.

Junto con los animales comunes, nuevas criaturas, ya fueran deformaciones grotescas y demoníacas de personas y animales naturales, e incluso plantas, o directamente criaturas emergidas de las aguas, comenzaron a poblar también la isla.

Según el tatarabuelo de Laucán, las criaturas no parecían particularmente organizadas contra los humanos, pero si territoriales y agresivas. El problema era que el territorio cambiaba cada mes, y la gente debia moverse tanto para buscar comida como para evitar erupciones y grietas del terreno, así que a menudo entraban en los territorios de las bestias.

Aunque eso fue al principio.

Durante vuestra vida, aunque los terremotos han sido frecuentes, el paisaje ha cambiado poco y tan sólo ha habido que mudarse una vez al año aproximadamente, y se conocen mejor a los terribles vecinos, que también saben que los humanos han aprendido a defenderse.

GALGOS PUERCO
 

De unos cincuenta centímetros de altura y aproximadamente un metro de largo, no son peligrosos en números pequeños, pero suelen ir en grupos grandes. Acosarán y matarán a cualquier grupo de humanos que consideren una presa, pero por suerte, son comestibles. Su carne es seca y dura, pero nutritiva. 

Hay muchas teorías sobre su ecología, la primera y más difundida es que emergen del suelo al nacer, y que comen tierra, pues se les ha visto masticando tierra, aunque prefieren la carne. Por supuesto, de ser cierto, ellos no tienen problema para alimentarse y si no fuese porque se los extermina de forma periódica (Y para comer), pronto superarían lo suficiente en número al pueblo como para atacarlo.

Viven en cuevas, aunque tienen algún tipo de guarida en alguna cueva del Bosque Gris, porque siempre hay un número importante de ellos por allí.

 

KHALUS

400Los Khalus son una amenaza mucho mayor, aunque menos frecuente.

Con unos dos metros de estatura y fuertes pinzas, uno de ellos puede matar a varios hombres sin problema. La piel de su espalda y brazos es asombrosamente dura y se utiliza para hacer escudos y armadura cuando se abate a uno de ellos, y sus cuernos para armas o picos.

Hablan entre si, y algunos llevan sortijas o colgantes que hacen con sus pequeñas manos pectorales, algunos aseguran que incluso lanzan hechizos, pero lo que es seguro es que no son idiotas y pueden coordinarse, si bien sus estrategias no son especialmente sofisticadas y suelen acabar con una carga entre gruñidos y bufidos.

Un grupo típico suelen ser entre tres y cinco Khalus, y emergen varias veces al año desde el mar para caza y robo. Una estrategia común para defenderse de ellos es no alejarse del pueblo de noche, pues se desenvuelven muy bien. Como son algo lentos en tierra, durante el día se les puede ver y huir de ellos con relativa facilidad, si se está atento, por supuesto.

Después, hay que molestarles y hostigarles lo suficiente como para llevarles a un terreno que les sea desventajoso, como una cuesta abrupta (Cosa que abunda) y entonces intentar acabar con ellos por superioridad numérica, aunque aún así suelen dejar algunos muertos atrás en cada ocasión. Aunque son comestibles, suelen provocar indigestiones.

 

FLORA DEPREDADORA

El Bosque Gris parece haberse recompuesto de los vaivenes del terreno, pero se le llama así por la gruesa capa de ceniza que tiene encima cuando no llueve.

Los árboles que crecen agonizan por encontrar algo de luz solar entre los nubarrones, y como algunas criaturas vegetales acechan en su interior, es poco seguro ir a recolectar frutos o talar madera, así que, como casi todo, suele ser un trabajo en equipo.

Los Zárcidos son criaturas que tienen el aspecto de zarzas, o algunas otras plantas de sotobosque. Cuando uno pasa cerca, se alzan y 'abrazan' a su víctima, estrujándola y rasgándola hasta que muere. Luego dejan que el cuerpo se descomponga, y cuando ha sucedido, se mueven a otra ubicación, momento en que son extremadamente vulnerables. Alzada pueden medir de dos metros y medio a casi cuatro.

Las Flores colmilludas aparentan ser troncos derribados o árboles, cuando están de pie se disfrazan confundiendo las 'cabezas' en las copas de otros árboles para que no se las distinga. Cada poco tiempo rocían el suelo a su alrededor con un adhesivo muy fuerte, y una vez sienten su presa, la cabeza atrapa a su víctima con un movimiento endiabladamente rápido, y lo más habitual es que ésta muera en el acto. 

Pueden moverse para huir en caso de ser atacadas, pero acostumbran a luchar hasta la muerte ya que son muy lentas. Su savia resulta de utilidad para unir piezas porque es un adhesivo muy potente, y resistente al agua.

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15/04/2021, 12:20
Director

VIVIENDA, CULTURA Y TECNOLOGÍA

El pueblo (O más bien tribu) utiliza cuevas poco profundas, a las que le habilita una entrada amplia y techada, utilizando grandes vigas de hueso y techado de pieles, para que el agua no entre en la cueva y hacer de 'salón' principal para la tribu. Otras casuchas y tiendas se suelen agolpar cerca de la cueva. 

Cuando el frío arrecia en invierno, la tribu hace mucha vida juntos dentro de la cueva, gracias al calor de la tierra y del agrupamiento de gente, se hace mas llevadero sin tener que quemar combustible. Se buscan cuevas poco profundas por si un temblor las amenaza, poder huir sin estar a gran profundidad.

El número de habitantes bajó dramáticamente durante el primer año y las décadas siguientes, pero lleva algo más de un siglo estabilizado entre los 100-140 habitantes.

Al ser un grupo tan reducido, la mayoría de la gente es familia no demasiado lejana entre sí, y muchos padecen algún tipo de daltonismo. La convivencia tiene por supuesto sus problemas, pero la cultura del pueblo ha evolucionado con el tiempo para paliar este tipo de problemas, y la música, sobretodo percusión y viento, hace que la gente pueda relajarse y mantener vivas historias de héroes del pueblo que vivieron después de iniciarse el Castigo, que inspiran a los habitantes.

El liderazgo se divide entre dos personas. 
El Primer Cazador es un veterano cazador que enseña a los demás y dirige las partidas de caza y recolección.
El Guardián se encarga de organizar las defensas del pueblo, tomar decisiones de cuando trasladarse y el manejo diario de problemas logísticos y de infraestructura que puedan surgir.

Aunque no son líderes per se, cinco ancianos (o ancianas) dirimen cuando hay una disputa grave e imponen penas a quienes rompan las reglas, que pueden ir desde castigos físicos, pasar hambre un tiempo o arrebatarle algunas posesiones a la expulsión. Aunque la pena capital no está contemplada, en la práctica cuando un crimen es muy grave (Asesinato, violación o similares) se mira para otro lado cuando el exiliado es cazado como si fuera un animal por los agraviados.

Dado que cada año se producen unas cuantas muertes de forma habitual, la supervivencia de la especie humana depende de que haya una alta tasa de nacimientos debido a la mortandad infantil. Esto pone a la mujer en una posición de ser protegida, (Lo cual no quiere decir que no deban saber defenderse, si pasa algo cuando los hombres están lejos) y expone más a los hombres en las cacerías. Actualmente hay 129 habitantes, 38 de los cuales tienen 10 años o menos, 20 entre 11 y 13 (Aprendices) y de los 71 adultos, 42 son mujeres.

Aparte de los cinco ancianos, el sabio Laucán y su hijo e hija mantienen la historia viva y tantos conocimientos del mundo antiguo como es posible. Su familia lleva haciendo eso durante generaciones, ya que su tatarabuelo fue un sabio que logró sobrevivir. También trata de extender su saber al resto del pueblo, y aunque es de obligatorio cumplimiento escucharles cada cierto tiempo, muchos opinan que ya no tiene sentido amargarse con lo bien que estaba todo antes, y unos cuantos ya no acuden a la cita a pesar de que se considera una tradición, por no escuchar acerca de algo que no volverá o que simplemente consideran fantasías. Aún así, el Sabio es muy respetado en el pueblo y sus conocimientos son invaluables.

En cuanto a la religión, el pueblo está creando de unas décadas a esta parte pequeños ritos y costumbres, adaptados a la situación que viven y el mundo en el que existen. Los que más escuchan a Laucán a menudo todavía piden a Dios que haga cesar el Castigo, pero ya son muy pocos los que mantienen viva la vieja fe, y muchos se burlan de ellos ante la pasividad de la mayoría. En general, el pueblo no es demasiado espiritual.

El pueblo atesora unas pocas reliquias de los tiempos antiguos, pero el grueso de sus herramientas y armas son de piedra y hueso. Aunque después de los primeros terremotos se pudo salvar material y herramientas de herrería, el metal que queda de aquella época está muy deteriorado, y la falta de madera para poder trabajarlo o fundirlo hace que las extendad reservas de minerales que han aflorado en la isla desde el Castigo no se puedan explotar adecuadamente. 

Hachas y picos de metal viejo se usan como último recurso o casi como símbolo de poder en la tribu, mientras que las antiguas espadas se han convertido en puñales largos, más resistentes, y las armaduras que se salvaron del Castigo, quedaron inservibles hace tiempo y su metal o bien se refundió para herramientas y algunas armas o bien se almacena para cuando 'sobre' madera poder fundirlas en las herramientas que se necesiten.

Al gastar menos metal, las armas más comunes que lo utilizan son lanzas, usándose puntas de piedra o hueso para flechas y jabalinas. Las hachas se conservan para la tala, ya que conseguir madera es peligroso, y es necesario derribar el árbol rápido para atraer cuantos menos galgo puercos mejor.

Las pieles de galgo puerco se cosen, tratan y utilizan para hacer ropa, mientras que las de los khalus se usan para escudos y armaduras flexibles y resistentes, aunque se reseca y se vuelve quebradiza con relativa rapidez y hay que mantenerlas con una mezcla de resina de flor colmilluda y aceites o grasas para mantenerla un tiempo más, y sus cuernos y huesos son usados para herramientas y armas más resistentes, como los picos de cuerno de Khalus (útiles como arma y como herramienta) y sierras con sus pinzas, o puntas de flecha con sus dientes.