Partida Rol por web

- ¿Cómo os atrevéis Butterwell? Dad gracias que sois mi invitado.- se indigna Lord Lannister.

- He estado a punto de no serlo, mi señor, al ver el vino tan malo que me ofrecisteis al llegar. ¿Acaso esos pulpos han cavado un tunel a vuestra bodega?- hace un gesto de asco cómico y el Rey empieza a reirse como el borracho que es.

- Mis sobrinas secuestradas son "gallinas" para vos, mi señor Mano?!!- grita Lord Fairman.

- ¿Bueno, debería verlas primero, no créeis?

Los dos lados empiezan a gritarse a la vez, hasta que el Rey golpea la mesa con la mano.

- ¡¡Bueno ya basta!! Hemos venido a comer y bailar. No a pelear. Guardemos la ira para batallas. Se han dicho muchas cosas aquí. Debo meditar. Mañana sabréis mi decisión. Ahora... música.

Paxter se sorprende al oir decir que el heredero de la casa Redwyne, los señores del rejo es comparado con una gallina y empalidece al ver como la mano del rey cuestiona publicamente la lealtad de los vasallos mientras excusa de la lealtad que un señor tiene ante los mismos. La justicia del rey deberia interceder ante casos como los que se encontraban, y , si bien no era necesario que enviara su escolta personal, como lucharon en Puerto Rojo, si que se esperaria que por lo menos apoyara y ayudara con tropas a resolver una incidencia entre señores de tantisima magnitud.

Sin embargo, el es el hermano del señor de Puerto Rojo, y la labor de un castellano es acompañar a su señor, bastante responsabilidad le habian reconocido ya Westerling y Lannister haciendo que defendiera la causa que les ocupaba. Pero Paxter conocia los limites del permiso otorgado. Quiza le aportara honra, quiza le aportara visibilidad y su señor Lannister le recompesara con su propias tierras por su heroica labor en la defensa de Puerto Rojo y la defensa de la causa ante el rey, ahora que tenia un heredero. Sin embargo no confiaba mucho en ello y sabia que le quedaba un arduo camino por delante.

La decision del rey llegaria pronto y al dia siguiente sabrian cuanta sangre tendrian que pagar los Alander para conseguir venganza y poder.

No hay mucho ánimo festivo después de esto, pero el Rey insiste en que haya baile. Él mismo saca a la pista a su amante, a varias damas de Occidente, y a Julia (a la que pellizca el trasero). A las que da vueltas y vueltas sin ton ni y son. Luego, tras beber suficiente vino para ahogar una ballena, cae dormido en su silla y tienen que llevarlo en volandas a su dormitorio entre cinco criados.

- Eso es lo que se puede esperar del Rey de los Siete Reinos.- se dice que ha murmurado Lord Lannister. Aunque él mismo lo negaría si alguien se lo comentara.

Por el contrario Daemon Blackfyre es de lo más cortés. Todas las damas que bailan con él terminan encantadas de su galantería. Todos los que hablan con él quedan gratamente impresionados. Han corrido rumores de sus proezas con las armas, y más de un caballero que miraba con recelo al gran bastardo lo ve con admiración ahora. Lord Lannister, pero, parece recelar de él.

A la mañana siguiente, a mediodía, el rey se ha recuperado lo bastante para farfullar algo a un criado. Luego vuelve a dormir entre ronquidos de mamut. El criado se lo pasa a la Mano del Rey, que proclama el real decreto:

- En nombre de su Majestad Aegon Targaryen, tercero de su nombre...- etcétera.- Declaro fuera de la ley a los piratas que han atacado las costas de Occidente los dos últimos años. Ordenando a Lord Lannister como Guardián de Occidente poner fin a sus correrías. Dándole permiso real para perseguirlo hasta sus guaridas y allí aplicarles la pena de horca. Con confiscación de sus bienes para el tesoro real menos la tercera parte para sus cazadores.

"Ordeno a todos mis vasallos fieles prestar auxilio a Lord Lannister en este cometido. Y que así mismo todos aquellos que presten fuego, sal, pan o techo a los piratas sea castigado con ser pasado por la espada.

"Tal es la voluntad del Rey. Hágase cumplir.

El público ha acogido bien el decreto.... al principio. Hasta que veis que no hay nada más. Ni librarse de la guerra de Dorne. Ni barcos reales. Ni tropas de refuerzo. Solo permiso para cazar los piratas.

Una vez han dejado el intercambio de dagas entre las dos partes, las dams quedan ya libre para revolotear y charlar. No tarda mucho en acercarse a ti Berryl Marbrand.

- ¿Preparada para la gran noche?- te dice disimulando su cara con el abanico.

A Julia le costó unos buenos minutos sacar de su cabeza las palabras del Rey y los nobles. No parecía que fuesen a obtener mucha ayuda. La aparición de la jóven Marbrand sirvió para despejarse un poco. Julia sonrio.

- Preparada!

- Este es el espíritu, chica. Mira, allí está el hombre que me abandonó- un sutil gesto con su abanico dirige tu mirada hasta un caballero moreno, fornido pero apuesto.- Necesito que le distraigas mientras pienso la forma de aproximarme a su prometida y contarle la verdad.

Julia observó al hombre unos instantes. Sin dudarlo tomó una copa con poca agua y se dirigió hacia allí. Chocó con el hombre como si fuese un accidente y derramó un poco de agua en su propio escote dejando sus pechos con unos pequeñas gotas.

- Ohh disculpe mi señor, a veces soy tan torpe. Simuló buscar una pañuelo para secarse. No encuentro mi pañuelo, no tengo nada para secarme...

- Tomad mi pañuelo, mi señora. Creo que no tengo el honor de conoceros.

Tomó el pañuelo con una sonrisa en la cara y lo pasó lentamente por sus pechos.

- Soy Julia, mi Señor. Y vos? No tengo el placer de conoceros.

- Un placer conoceros, mi señora. Yo soy Ser Fayon Crakehall, heredero de Refugio Quebrado.

- Majestad, dejadme que, en nombre de todas las víctimas, os de las gracias por vuestro real decreto, que augura que pronto la justicia del dragón caerá sobre los culpables.- Lord Roman parece dominar perfectamente la retórica cortesana.- ¿Y quién mejor para ello que el caballero que ya les puso en fuga una vez? Ser Daemon, querréis encabezar la expedición? Hacedlo y pongo a vuestra disposición mis galeras.

Se oyen varios murmullos favorables.

- Una tarea muy pesada le proponéis al joven.- interviene Lord Lannister.- Reseguir áridas islas cuando el invierno se acerca. Comer pan seco y lentejas. Interrogar pescadores lerdos que nada sabrán a menos que les pongáis los pies en el fuego. Desafiar tormentas y arrecifes, contra las que nada pueden corazas ni lanzas. Eso sin contar que vuestros enemigos dornienses dirán que buscáis excusas para cruzar la espada con sus campeones...

- Razón tenéis. No es tarea para un hombre de sangre real. - el rey masculla unos instantes su respuesta antes de soltarla.- Debe ser uno de los agraviados quien se vengue. Por eso encargo la misión a...- consulta un momento a su Mano.- A Ser Alarich Alander.

Eso si causa exclamaciones de sorpresa. Lord Warren se sienta pesadamente y mata a Lannister con la mirada. Este parece un gato que se ha comido un canario.

Alarich mismo parece azorado. ¿Él? ¿Un caballero con apenas tres galeras? Se ha quedado mudo de la sorpresa. Pero el Rey ha hablado, y una vez toma una decisión, ahí se queda. Pese a que Alarich despliega sus mejores intentos de persuasión, fracasa. Así queda nombrado.

Warren Westerling está claramente enfadado. Claramente Lord Lannister ha saboteado su iniciativa de una gran expedición. Muchos capitanes y caballeros seguirían a Daemon a la victoria... ¿Pero quien seguirá al humilde Alarich, al que siquiera conocen? Además un Westerling no puede obedecer ordenes de un simple Alander.

Con todo no basta con un líder de bajo linaje para desanimar a otros. Lord Nolbert Farman se os acerca y dice:

- Contad con mis barcos, Alander.

- Oh, mi señor Crakehall, es un placer conoceros, lamento que sea por medio de este descuido, pero un gran placer. Observo su pecho secando las ultimas gotas con el pañuelo, luego se lo devolvió. Refugio Quebrado debe ser un lugar hermoso, me gustaría poder conocerlo alguna vez...

Estas en medio de la conversación con Fayon cuando se te acerca un criado con la librea real.

- Disculpadme mi señora. Pero su Majestad el rey pide un baile con vos.