Partida Rol por web

Reclutar una leva de milicianos en tus tierras no es fácil, puesto que aparte de Puerto Rojo no hay pueblos grandes: solo cabañas de pescadores y campesinos, y bastante esparcidas entre sí. Tienes que irlas recorriendo una por una. Muchas ya están vacías pues han ido a esconderse a vuestro castillo. Otras las han quemado los saqueadores. En otras te miran con cierto rencor. A fin de cuentas les estás pidiendo que dejen sus cosas para ir a salvar tu castillo...

Dayna mira por la ventana. - Mierda. Otra vez esos malditos bárbaros. Bethany, hay algún túnel debajo del castillo? debeis esconderos, vuestro estado es frágil y puede que todo se complique.

Lady Bethany está ocupada controlando su respiración, pero consigue decir que no hay tunel ni escondrijo. Tenéis que encerraros en la torre principal. Ayudada por Desmera, corréis hacia allí. Bethany rompe aguas por el camino.

- Un momento, señoras.- dice Dalor. Cuando se alejan Bethany y Desmera con las niñas, entra en el septo, arrastra fuera al septón, que suplica con la poca voz que le queda, y lo remata con su espada.

Una vez en la torre, Dalor cierra la puerta con una tranca. En la habitación de Desmer a hay un arco de calidad y flechas.

Lady Serret ayuda a Bethany a llegar a la cama. - Túmbate Bethany, intenta estar tan cómodale como sea possib. - Desmera, por favor ayudala cuanto puedas y hablále para distraerla del dolor, cuando llegue el momento avísame.  Dayna se dirige a una ventana armada con el arco y algunas flechas, dispuesta a disparar contra los hombres del hierro.

Dayna busca con la mirada al jefe para intentar herirle. Desde la torre no puede verlo, de modo que se decide a disparar a tantos asaltantes como pueda.

Paxter se camina lentamente con su espada desenvainada hacia la puerta. Su entorno de batalla era el mar, en tierra se sentida torpe y desequilibrado, sin tener que combatir los vaivenes de las olas. Sin embargo sabia que era esencial organizar la defensa, para no perder hombres en un enfrentamiento vano hombre contra hombre, cuando con una defensa bien organizada vencerian e incluso harian huir a los invasores al plantearles una presa mas complicada de lo que estimaban en un principio.

-Vamos! Formad frente a la puerta! Expulsemos a esos hijos de perra!

El tiempo que habia pasado en tierra no habia borrado sus años de marino  de su vocabulario.

DAYNA

Desde la ventana de la torre, Eliges tu blanco cuidadosamente: un guerrero de brillante armadura que se ha quedado un poco en un aparte para poder controlar la situación y dar órdenes. Eso lo convierte en un buen blanco. En un gesto fluido, fruto de tus numerosas cacerías en los bosques de Silverhill, sacas una flecha, la enhebras, tensas el arco hasta la oreja y sueltas un dardo. tu flecha le alcanza claramente, y cae de espaldas!

Sus hombres se apresuran a cubrirle con sus escudos. Un veterano barbudo grita:

- ¡Tomad esa torre al asalto! ¡Quiero la cabeza de ese arquero clavada en una pica!

PAXTER

Ves que la herida de su jefe dispersa un poco a los hombres de hierro, dándote mayor oportunidad de organizar a tus hombres.

PAxter, hazme la tirada de Guerra (Mando) Dif 9.

Paxter avanza con sus recien reorganizados hombres.

-Vamos! Sacad el carro, cerrad la puerta! Defendamos nuestra casa!

Les exhorta a combatir el veterano capitan.

Los incursores cargan contra las filas de la guarnición, pero pese a sus alaridos feroces y su aspecto terrible, tus milicianos aguantan bien y las filas aguantan su cohesión. Ahora es momento de devolver el golpe...

El herido castellano grita con todas sus fuerzas.

-Atacaaaaaad! Vamos a sacar a estos mierdas de nuestra casa!

Si bien se encontraba mas a gusto combatiendo en el mar, su experiencia comandando hombres como el capitan de su barco volvia a el en estos momentos de necesidad. Una ligera punzada de preocupacion paso por su mente al pensar en su sobrino, quien estaba paseandose por sus tierras reclutando gente. Ahora se encontraria con una incursion y podria resultar herido o algo peor. Dado ese caso Paxter se podria encontrar siendo el heredero legitimo de las tierras y titulos de los Alander. Un honor que, no por grande, desearia que no recayera sobre sus hombros, ya que para eso deberia perder a su querido sobrino, un poco temerario y prepotente, pero sangre de su sangre al fin y al cabo.

El combate se mantiene enconado y sin decidirse, pues aunque tus hombres pelean con valentía por sus hogares, los hombres de hierro tampoco se arredran ante la adversidad.

-No cedais! Expulsadles! 

Ahora mismo sois una unidad de Milicia (guarnición inexperta) contra una de Saqueadores. Es 100 contra 100 aproximadamente.