Partida Rol por web

La secretaria te conduce por un pasillo blanco que parece recien-construido. Sabes que no debe ser así, pero los materiales de esta zona deben tener algun tipo de tratamiento nanotecnologico que atenue o anule el paso del tiempo y el maltrato a los materiales. En esta zona el hilo musical es de una suave brisa marina, animada por hologramas de olas que casi parecen pinturas japonesas. Llegais hasta la puerta, guardada por la mesa de la secretaria y esta abre la puerta sin llamar...

Al abrir la puerta una cascada de sonidos inconexos sale de la puerta rompiendo el ambiente armonioso del pasillo. En una habitación asepticamente blanca miles de pantallas proyectadas holograficamente la iluminan en una constelación de canales de noticias y grabaciones, posiblemente en directo, de distintas secciones del periódico. En el centro de la tormenta hay un escritorio, con el logo de The Word grabado en su frente. y tras el escritorio, sentado, un hombre rollizo y con perilla que parece fumar varios cigarrillos a la vez mientras parece fijarse en un ordenador personal cercano. Al ver entrar a Ryan este deja los cigarrillos en un cenicero cercano y se dirige hacía este.

-Vaya, bienvenido. ¿Quiere un cigarrillo?-Dice alargando un paquete de Winstons luchando por hacerse oír en el caos. Hasta que se da cuenta de una cosa y apreta un botón, desvaneciendose todo. -Bueno, así podemos hablar.-

Tomo uno de los cigarrillos. No soy fumador habitual, pero dado que me lo ha ofrecido lo acepto como gesto de cortesía.

-Gracias, señor.

Le muestro mi mejor sonrisa para intentar resultar simpático. Reparo en la apariencia del tipo. No me imaginaba así al redactor jefe del Word. Aunque ahora me doy cuenta de mi error. El Word no se habría hecho tan grande de haber tenido como redactor a un típico ejecutivo esnob con cara de funeral.

Me detengo frente a la mesa (espero que el tío me invite a sentarme) y dejo mi bolsa en el suelo. Me siento un poco torpe al hacerlo. ¿Parezco un sin techo? De nuevo firme, abordo el motivo de mi visita.

-Como imaginará, vengo por su anuncio.

Con un gesto señalando la silla Royce da ejemplo acomodándose en su butacón. Se pasa uno de sus cigarrillos a los labios dándole una breve calada, luego acaba en el amplio cenicero. De no ser por los tratamientos anticancer este hombre hoy estaría atado a un pulmón artificial.

-Bueno, he conseguido ciertas referencias en algunos feeds informativos de corte underground. La verdad es que no lo hace nada mal y se ajusta al perfil que buscamos. Se moja y se sumerge en la calle para poder encontrar la noticia y eso es algo que personalmente aprecio.-

Sonrisas compartidas, vuelve a poner el cigarrillo en la comisura de los labios y se acomoda aun más en el sofá, como un sultán de las mil y una noches delante de un espectáculo.

-Sin embargo tengo algunas preguntas para usted, señor Adler.-

-¿Que sería capaz de hacer para ir en busca de la Verdad?-

-¿Que espera conseguir trabajando en nuestro equipo?-

-¿Cual son sus metas personales?-

Quedo unos segundos en silencio, pensando las respuestas. Pueden parecer muy obvias, pero si quiero causar una buena impresión (y se trata nada menos que del editor jefe) deberé evitar una excesiva espontaneidad.

¿Que qué puedo hacer por buscar la verdad? Acabar viviendo en un puto sótano y convertido en un muerto de hambre por haber tirado por el desagüe mi reputación como ciudadano y ser considerado enemigo del gobierno. Supongo que no parece poca cosa.

¿Qué espero conseguir? ¿Aparte de mejorar mi situación económica y personal? Darle al periódico el toque agresivo que no ha tenido desde que su mejor periodista se retiró. Incomodar a los políticos tanto como me sea posible. Pueden cerrar un canal clandestino, pero ¿qué pueden hacer contra un medio tan masivo como éste? Si me queda tiempo, puede que incluso haga alguna amistad.

¿Mis metas personales? Derrocar toda forma de gobierno, pero será mejor que no diga eso. El Word siempre se ha distinguido por su carácter crítico, pero no sé si hasta el extremo de mi propio carácter, y desconozco las ideas políticas del editor.

-Bueno, señor, en primer lugar, la Verdad es para mí la única autoridad válida y legítima. Si conoce mi historial sabrá que soy más leal a ella que a cualquier político. Lo que pretendo en The Word es que esta convicción no me salga demasiado cara, como ha sido el caso hasta ahora... En cuanto a mis metas, podría decirse que básicamente trato de mejorar el mundo.

Royce se acomoda en el sillón poniendo sus dos manos entrecruzadas sobre su prominente barriga.

-Bueno, es exactamente lo que buscamos. Desgraciadamente hace tiempo que los periodistas se han acomodado en las redacciones... y cuando salen solo buscan hacer documentales de cámara oculta que solo sirve de telebasura fácilmente olvidable. En este periódico aun queda gente de la que cree en el antiguo y buen periodismo.-

Hace un gesto con la mano abierta como disculpándose delante de Ryan por aburrirle con sus divagaciones.

-Bien... te explico las condiciones, aunque no eran un secreto. 3000 mensuales y Seguro de Periodista. ¿Que me dice?-

-Bien... muy bien, señor... empezaré cuando usted quiera...

Sonrío ampliamente mientras le doy la mano con efusividad. Verbalmente no consigo reaccionar como pretendería. Me siento muy contento de ser aceptado y no puedo creer que finalmente haya sido tan fácil.

Royce me cae bien. Pensaba que tal vez mis planteamientos fueran demasiado idealistas, y me alegro mucho al ver que el tipo, además de ser simpático, parece compartir algo de esa visión. "Exactamente lo que buscamos", ha dicho. Evidentemente apenas tendré que tratar con él al ser el editor jefe, pero espero que mis compañeros compartan su espíritu entusiasta.

Aún asimilando la alegría y el orgullo de tener por fin un empleo en condiciones (y no podría imaginar uno mejor) me mantengo a la espera de que me de instrucciones, pues me siento ansioso por comenzar.