Partida Rol por web

Hitomi sonrió discretamente ante la reacción de Ocho al comentario de Uzume.

<< Se estaba refiriendo a que busca un lugar en el que no deba preocuparse por si sobrevive. >>

Le comentó privadamente, ya que aparentemente la había malinterpretado.

Entonces Ocho saltó por la ventana y subió hasta el techo del carro. Hitomi se asustó un poco por lo imprudente de la acción, pero decidió no decir nada... Ocho parecía ser de los que disfrutaban de vivir al límite.

Uzume saltó poco después y trepó al techo. ¿Es que no se daban cuenta de lo peligroso que era aquello?

La pequeña Hitomi se quedó en su lugar, tambaleándose al ritmo del carruaje. Miró de reojo al espadachín. ¿Él también les seguiría o tendría mayor sentido común?

- Muchas gracias por el consejo- le digo al joven de la melena plateada. - Iré con más cautela por ese sitio. No obstante, no venía específicamente al gremio de combate, sino quería visitar el sector Este en general. No me gustaría ser un incordio, pero además de este lugar, ¿qué otras zonas me recomendarías visitar de este sector?- No podía decirlo con certeza, pero seguramente aquella pareja me podría dar información valiosa sobre aquella zona y su entorno. Además, debía hacer tiempo mientras esperaba, así que un paseo no me vendía mal. - Por cierto, me llamo Kalirath. Kalirath Gail. Un placer conoceros. -

-La verdad es que no tengo ni idea, he llegado a la academia hace unas horas.-Dijo el muchacho encogiéndose de hombros.-Lo que si que se es mi nombre, me llamo Luca, encantado.

Desde luego, la charla banal no es la especialidad de Luca, ya ha gastado la carta del nombre y no sabe que mas decirle al joven peliblanco... que hacer... que hacer...

Definitivamente, Ocho e Hitomi eran dos personas parecidas y diferentes: Ocho parecía ser el mayor pero actuaba de manera infantil, mientras que Hitomi parecía una niña que actuaba con madurez. Creo que lo que mas diferenciaba a ambos es que era fácil saber el genero de la niña.

El peliverde malinterpreto la respuesta de Uzume, pero al menos Hitomi estuvo allí para corregirlo. Luego le vino la idea a Ocho de salir por la ventana y subir al techo, invitandonos a subir con él para disfrutar de la vista. Uzume no tuvo problemas en seguirle, pero Hitomi mostró de nuevo cierta madurez al quedarse en su lugar; Igualmente no pude evitar imaginarme por un momento a alguien como Hitomi intentando subir al techo del carruaje, seria MUY cómico de ver.

-No se preocupen por nosotros, nos quedaremos adentro.- Respondí a los dos que subieron al techo desde dentro.

Una vez quedamos la chica pequeña y yo "solos", recosté la espalda en la pared y esperé pacientemente a terminar de llegar.

Hay un largo silencio mental. Y le responde dentro de su cabeza.

-Sigo sin entenderlo-sentencia- Pero da igual-cambia de tema- oye Hitomi, puedes usar de vez en cuando tu voz ¿eh? yo puedo ir corriendo a todas partes, pero creo que es bueno caminar, no se si tu me entiendes ahora, seguro que si, eres más lista que yo, jeje- le dice con descaro. Ocho tiende a moverse en el engaño y el despiste casi siempre, alguien tan directo y franca como Hitomi le choca.

-Que bueno el fresco aquí fuera, lo que te estás perdiendo- le dice con felicidad, una vez dentro serán separados por zonas, por rangos, por edades, por poderes, por dinero, por clases... pero allí arriba, en el techo de la caravana, Ocho puede ser quien quiera.

     - Pues mira - Empieza Shael a entonar una voz de sabelotodo - como obviamente sabrás, este es el sector Este o también llamado Seiryuu. - Ahora nuestro albino guía-aventurero-joven hambriento, va a ir señalando las direcciones mientras le redacta al joven Kalirath lo que el "considera" puntos de interés. - por este camino, todo recto, verás que habrá unas caravanas montadas. No es muy buen barrio, raro es el día que no se estén saltando a la yugular, pero más de una vez algún mercader ha traído cosas valiosas. Luego está el barrio de posadas - La tripa de Shael dice brrrrrrrrrrr - Es una zona muy pequeña por así decirlo, pero desde luego hay muchísima variedad, creo que son dos o tres manzanas llenas de tabernas... y si tienes problemas, siempre suele haber guardias rondando. Y por esta zona solo nos queda - Añade, señalando hacia atrás suya con su pulgar - El gremio de combate.

     Casi veinte segundos se toma Shael para recobrar el aliento, aunque después de tamaña chapa, es bastante lógico. Aunque iba a retomarla enseguida...

    - Esto hablo de la zona rural obviamente. Ahora, la zona industrial, no estoy muy familiarizado con esta, salvo el mercado. Es una de las zonas más grandes del sector. Luego tenemos el gremio de interpretación y consecuentemente, los teatros. Siento no darte mucha información sobre esto pero no he pisado nunca algo parecido a un teatro, salvo el coliseo, pero ese ofrece otro tipo de espectáculo.

     Cuando el cerebro de nuestro guía a media jornada no remunerada deja de ser un mapamundi, recae en un dato muy importante que habia pasado por alto...

     - ¡OH! por cierto. Me llamo Shael, encantado. - levanta la mano preparando un fuerte apretón de manos - 

Llegó un sentimiento de diversión junto al mensaje de Hitomi.

<< En realidad la comparación correcta es entre volar como un ave y arrastrarse como un recién nacido. >> no se notaba orgullo en su mensaje, sino una afirmación convencida y contundente << Por eso prefiero continuar comunicándome así. Es más fácil, cómodo y completo. >>

Cuando Ocho trató de convencerla para que subiese, no llegó un mensaje sino que simplemente supo que la joven no iba a ceder. Luego recibió un nuevo mensaje. Era una imagen de un tablón. Las vetas de la madera. El paso de largos años que representaba cada una de aquellas líneas. Imaginar el árbol que una vez fue, cómo creció, dónde creció. El viento en sus hojas. El olor de la humedad. La belleza de un tablón no por su estética, sino por aquello que es y era. Por supuesto, la sensación duró el tiempo de un pensamiento.

<< Lo que te estás perdiendo... >> respondió Hitomi divertida. No había burla en su mensaje, era sincero.

El conductor se sobresalta un poco al notar dos presencia encima de la caravana, pero no parece hacer tener intenciones de impediros seguir ahi. Lo unico, murmura algo que suena similar a "como rompan algo, lo van a pagar", pero se limita a seguir manejando el vehiculo.

Al rato, cruzais la muralla exterior, entrando en los territorios de Academia. A primera vista no hay mucha diferencia con el exterior, a fin de cuentas, la zona rural se llama asi por algo: varias hectareas de campo cultivado se extendian a ambos lados, con algunas modestas casas a ciertos intervalos, lugar donde probablemente vivan los dueños de las fincas

Se puede ver mas adelante la zona de caravanas, lugar donde termina este viaje. Al parecer, hay bastante actividad zona, lo cual es logico, por las mañanas es cuando llegan nuevas mercancias a los mercados y, obviamente, tienen que llegar de algun lado, cubriendo el lugar designado para los vehiculos. Lo extraño es lo que comenta el conductor:

-Vaya, cuanta actividad hay hoy ¿Habra sucedido algo recientemente? No suele estar esto tan lleno a estas horas...-mientras habla, recorre varios carriles de la zona de caravanas, buscando un hueco libre para aparcar

Observando con curiosidad las cosas que me decía el joven Shael, puedo distinguir todas las posibilidades que puedo tomar para investigar el sector Este. Había mucha variedad, de eso no había duda, pero algo me había picado la curiosidad. - Shael, has comentado antes una cosa que me ha interesado. Has comentado algo de aceptar un encargo del gremio de combate.- tras decir esto pongo mi mano sobre la barbilla, pensativo - ¿ha qué te referías con eso? ¿Qué tipo de encargos son los que puedo aceptar ahí dentro?

Si los encargos que podía escoger de ahí dentro eran interesantes, a lo mejor podía equilibrar mi aprendizaje en la Academia con los encargos del gremio. Y si ganaba dinero con esto, mejor para mí.

Luca tampoco lo sabía, no de primera mano al menos, sin embargo, sentía que se estaba quedando fuera de la conversación y bueno... unas cuantas conjeturas nunca hacen daño a nadie.

-Bueno... Es el gremio de combate, cualquier cosa en el estará relacionada con, eso, con el combate.

Como parecía que su explicación de por si misma no servía, aliñó su vaga explicación con unos cuantos puñetazos al aire.

El día del joven ha estado por el momento, lleno de silencios incómodos, no es que le gusten especialmente. O que le disgusten, pero es que parecen seguirle. Y justo en este momento, uno de los que le iban persiguiendo alcanzó la conversación. Y la placó de lleno. Como un camión lleno de rinocerontes, como una metáfora sin ninguna clase de sentido aparente, como... Quedémonos con el camión, que por alguna misteriosa razón está lleno de rinocerontes.

Tras esta estampida verbal metafórica, Luca intentó reconstruir la conversación. Vio que no se le ocurría como hacerlo y siguiendo un ejemplo inexistente, comenzó su carga (metafórica también porque no reventó la puerta del gremio, solo la abrió. O abrirá mas bien... Esto de las acotaciones es difícil.) hacia la puerta. 

-Bueno, ¿Entramos?-Dijo Luca. Y después de una pequeña pausa calculada para dar énfasis de menor duración que esta descripción en pleno diálogo continuó.-Es una tontería describir el gremio con palabras si lo tenemos al lado. La mejor de describir el color azul es verlo.

Una vez dentro, observe por la ventana el interior de las murallas. Realmente no había mucha diferencia, pero si que se podía sentir cierto cambio en el ambiente, tal vez fuese la sensación de seguridad por estar adentro de Academia. Igualmente no había mucho que ver, por lo que esperaba a que el conductor se detuviese para poder bajarme, despedirme, y tomar mi camino de exploración. Mas el comentario del conductor llamó un poco mi atención.

-Hm...- No tenía ni idea del horario de este lugar, ni mucho menos como lo usaba la gente, pero no me parecía tan extraño que las personas esperasen a las carretas para poder estar antes que los demás y así comprar productos de mejor calidad.-Seguramente habrá llegado buena mercancía y las personas del lugar se enteraron rápido.- Fue mi explicación, aunque realmente no era quien para opinar, pues no tenía ni treinta minutos en ese lugar.

Luego de comentar sobre el tema de la actividad en el lugar, pase a ver de nuevo a quien me acompañaba en el interior de la carabana.

-¿Podrás bajarte sola o prefieres que alguien te ayude?- No pude evitar imaginar otra de esas escenas donde alguien del tamaño de la niña intentaba bajarse sola; Normalmente era alguien grande quien subía y bajaba a los pequeños. También llegue a imaginarme a Hitomi perdiendose entre toda la gente que había afuera, simplemente cómico de ver, aunque no estaba seguro de que tanto luego de pensarlo.

Dando un rodeo visual sobre los dos personajes frente a Shael, este decide intervenir.

- Pues los encargos son muy, pero que muy variados. Pueden necesitar ayuda de gente fuerte a arreglar un techo, acabar con unos matones que causen problemas, etc. También depende del número de encargos que estén disponibles en el momento, puede que el tablón este llenísimo, o por el contrario, que no haya ninguno colgado. De todas maneras apoyo la decisión de Luca de entrar. Se está haciendo tarde, nosotros tenemos que comer y hablar de nuestras cosas... ¡Y así puedes comprobar el tablón!. Dos pájaros de un tiro.

Dice mientras camina hacia el interior del recinto.

Tras escuchar loss comentarios de los dos jovenes y contento por lo que había escuchado, me propongo a entrar decidido al gremio. - Bien ¿pues a qué esperamos? Estoy ansioso por ver las ofertas disponibles.-

Mentalizado para comprobar todos los encargos y trabajos disponibles, voy haciendo camino al gremio de combate.

Hitomi continuó mirando por la ventana en silencio durante el resto del viaje. Aparentemente concentrada en observar el paisaje.

Cuando llegaron, la joven bajó de su asiento de un salto y se preparó para salir, pero en cuanto el conductor expresó su sorpresa ante el gentío, Hitomi respondió a todos los presentes.

<< Academia ha sido atacada y la población aún está algo inquieta. Pero en realidad no hay nada que temer, el ataque ha sido detenido y controlado. >> dijo mentalmente con tranquilidad y seguridad.

No obstante, la seguridad desapareció de su rostro cuando Lok le propuso el ayudarla a bajar. Se puso completamente roja y no supo muy bien qué decir... al final le tendió el brazo para que la ayudase a tener un punto de apoyo al bajar.

Al pasar por debajo la inmensa puerta, estiro el brazo para tocar la muralla que da suerte, aunque no llego ni de cerca, me doy por satisfecho. Después me quedo de pie usando la mano de visera queriendo ver más lejos, siempre más de lo que veo, esa ansia que tengo por dentro y que estoy demostrando sin tapujos todo el rato. La hiperactividad es mi lema.

-Se lo que estás pensado, no es muy impactante, pero dentro las cosas son mejores- tengo cierto orgullo al presentar mi ciudad a otro, aunque una vez dentro le veo mil cosas odiosas- dentro, me refiero a la segunda muralla- por su mirada creo que me ha entendido a la primera, mierda es la segunda vez que parezco tonto delante de esta chica- ¿Necesitas una visita guiada? cobro poco- le miro a los ojos inexpresivos que parecen dos pozos de oscuridad- muy poco- pausa, trago saliva- bueno, con una comida me conformo.

Cuando llegamos le aferro el hombro al conductor y señalo por encima de su hombro.

-¡Allí! ¡Allí hay un hueco!- por si no había visto el sitio para aparcar- ¿Que habrá pasado?- se pone las manos como bocinas y se dispone a llamar a otro de los conductores que están en la caravana cuando le llega el mensaje mental de Hitomi, así que aprovecha a que las tiene así para contestarle berreando para el interior.

-GRACIAS HITOMI, ERES LA MEJOR- ¿como demonios se ha enterado tan rápido? piensa mientras se encoje los hombros. Lee la mente claro, ¿la está leyendo ahora? piensa en cerezas, dos cerezas que se besan con lengua, toma, por si acaso me la estás leyendo- Jajajaja
 

Llegados al otro lado de la puerta y ya dentro de la ciudad me dejo caer con ligereza al suelo, donde aterrizo sin levantar demasiado polvo y amortiguando el impacto con las piernas.

Supongo que tendremos que presentarnos ante alguien para que sepa que hemos llegado- comento a los demás, sin tener claro como continuar con la aventura-. ¿Alguna idea?

Avanzais entre las mesas, buscando una libre. Pese a ser de noche, el suceso del meteoro desperto a todo el mundo y multitud de musculosos hombres se encontraban en las mesas, hablando sobre posibles guerras, monstruos enormes y... muchas chicas hermosas que proteger. A todo esto, una muy linda se acerca al grupo

-Bienvenidos ¿venis a tomar algo? Actualmente la cocina esta cerrada, pero podemos serviros bebidas-os dice con una amable voz

-Venga mujer, despierta al Brasas y que nos haga un cerdo, que el estres del meteoro nos ha dado hambre-le grita un hombre cercano, al tiempo que agita su jarra de cerveza y derrama un poco sobre el mas cercano, alias Luca

-Todos en la ciudad sabe lo bien que cocina Brasas bajo presion, echale un cubo de agua por encima y que baje a trabajar-

Varias vocas se unen, aunque la mujer, tras resoplar, cansada, como si llevara oyendo la misma cancion toda la noche, decide ignorarles.

-Como decia, podemos servirles algo de beber, aunque no creo que pueda hacer mucho por el ambiente...-los hombres rompen a reir, parece que se divierten a su manera

En la pared, el tablon de anuncios esta en este momento vacio, tal vez sea por eso por el "alegre" ambiente: esperan que alguien ponga algo en relacion a los ultimos eventos y asi poder tomarlo en el acto, que con un evento como el sucedido, lo raro seria que no pasara nada... aunque, para su desgracia, realmente no sucedio ningun incidente, pero eso no lo descubriran antes del alba.

Luca había visto a muchos tipos como estos en casa. Obviamente a la gente de la aldea les faltaban varios de los músculos (los cuales parecían ser inventados porque no es normal que tu biceps tenga un biceps y en la taberna parecían haber varios ejemplos.) pero la mentalidad era parecida. 

Cuando le derramaron media jarra de cerveza encima, Luca decidió que era mejor tomárselo con humor.

-Ul Vest Ai.-Susurró el muchacho.

La cerveza que había sobre su ropa, decidió libremente apartarse de ella y como no sabía que mas hacer, se fue flotando para formar una pelota sobre la mano del ya-no-mojado chico. 

-Hey, creo que esto es tuyo.

Y tras esa frase, la pelota rebotó desde la mano de Luca a la jarra, cayendo en ella con un satisfactorio "Shploop".