Partida Rol por web

A pesar de la rareza de aquellos seres, al ser acuáticos quizás Orin tendría capacidad de influirles. 

¡Deteneos ahora mismo, criaturas. El Rey de Altantis os lo ordena!- con suerte realizarían su orden y tendría tiempo de sobra para intentar escapar.

A pesar de sus heridas la Slig estaba sonriendo al ver venir a los "peces", pero cuando Aquaman trato de controlarlos su cara se tornó sería. Mortalmente sería.

Enseguida empezó a concentrarse él también. Si no hubiese estado bajo el agua estaría sudando a mares.

Los "peces" se detuvieron en seco, y Orín pudo notar cómo la influencia de Slig luchaba contra la suya. De momento estaban empatados, pero alguno de los dos podría ceder en cualquier momento.

Podía tener control sobre aquellas criaturas. Así que ya no era un combate de fuerza, sino de voluntades. 

Peces, el Rey de Atlantis os lo ordena, atacad a mi enemigo. Acabad con él- gritó con furia Orin esperando que la orden surtiera efecto. 

La cara de Slig estaba surcada de arrugas de concentración, la cual se volvió de repente en miedo y finalmente en terror. Los "peces" obedecieron al Rey de Atlantis y ,debido a sus héridas, Slig no pudo escapar, le envolvieron totalmente. Orin no pudo ni verle debido a la masa de animales, pero sí que pudo ver como la sanfre de su enemigo se diluía en el agua, y sobretodo podía escuchar sus gritos. Gritos que acabaron por acallarse.

Una vez saciados, los "peces" estaban quietos. Esperando sin hacer nada.
 

Un enemigo menos- pensó el Rey de Atlantis mientras observaba a aquellos extraños peces. Al menos tenía el control de ellos, y podría servirle de algo en caso de mas problemas en el agua. 

Vigilad la zona- ordenó mientras se dirigía hacia la superficie. Ahora tocaba el turno de avanzar hacia donde se encontraba sus dos compañeros.

Dejando a los seres acuáticos aquellos acabando de devorar los restos de Slig y vigilando la zona, Aquaman salió del agua y subió a la plataforma donde había dejado a sus compañeros.
La puerta estaba abierta, por lo que era de suponer que Batman y Scott habían seguido por allí. No escuchaba ningún ruido o algo parecido a una alarma, lo que parecía significar que su lucha contra la criatura no había alertado a nadie. Lo cual era una buena noticia de ser así.

Orin avanzó con rapidez por la plataforma, esperando poder unirse con Batman y Scott lo más rápido posible.

Orin avanzó con cautela por la puerta. La leve oscuridad de dentro no le molestaba pues estaba acostumbrado a nadar por las fosas abisales sin luz. No obstante no encontraba a sus compañeros. En un principio pudo seguir el rastro de agua que habían dejado, pero este desapareció de repente.
Siguió caminando, pues al fondo podía ver luz. Cuando llegó hasta ella pudo observar unas enorme máquinas en forma de medio arco que chisporroteaban de energia. Y había gente trabajando cerca de ellas, controlando y vigilando.

El Rey de Atlantis iba a avanzar más cuando vio a Scott a un lado haciéndole señas. Con gran sigilo se acercó hacia él.

Me alegra verte de una pieza. Batman ha dado un rodeo para empezar a colocar explosivos por el otro lado. Yo iba a hacerlo por aquí, pero vi a Deesad. Es el científico jefe de Darkseid. Hemos de tener cuidado de que no nos vea, o podría estropear nuestros planes.

Asiente ante las palabras de Scott:

Vayamos en sigilo entonces para colocar las cargas. En cualquier caso, sino es factible puedo llamar la atención de Deesad y así darte margen para que hagas tu el trabajo. Al fin y al cabo, lo importante es cumplir la misión.

Scott asintió a Orin.

Es una buena idea. Iremos más rápidos si están pendientes de ti, lo que seguramente beneficiará a quienes estén peleando contra Darkseid.
No obstante ten cuidado. Deesad no es de los más poderosos dentro de la Élite de Darkseid, pero tiene recursos. No se llega a ser su científico y torturador jefe así sin más. Subestimarlo puede ser letal.

Suerte.

Una vez dicho esto, Scott se movió en silencio por un lado mientras sacaba unos aparatos pequeños de su cinturon. El Rey de Atlantis vio como había gente controlando las máquinas, pero parecian más operarios que soldados. Entonces apareció una figura en una túnica violeta.

Atención. Vigilad bien las mediciones. Los graviabsorvedores están a punto de llegar a su fase más delicada. No sé qué pasa pero nuestro amo está absorbiendo ya la energia de reserva. Tal vez tengamos que adelantar la activación en el nuevo mundo conquistado.

Orin esperaba en silencio, vigilando todo el lugar con atención. Por el momento solo veía a operarios que no tenían pinta de combatientes. Deesad era el único que debía preocuparle. Espero un poco a que el hombre de la túnica se diera la vuelta para poder realizar un ataque desprevenido. 

Orin se mueve con suma rapidez pero intentando poder pillar desapercibido a su rival. Sin pensárselo dos veces, lanza un golpe con su tridente esperando poder atravesar el pecho de su enemigo. 

El Rey de Atlantis se acercó con la cautela de un tiburón acechando su presa. Los operarios de las maquinas no se percataron de su presencia. Seguramente Batman era más hábil en aquella habilidad, pero él también podía ser sigilosos cuando lo requería la situación.
Llegó ante Desaad, y sin pensarselo dos veces atacó con su tridente esperando atravesarlo por la mitad.

No obstante, en el último momento el cruel vasallo de Darkseid se giró hacia él. No es que le sirviera de mucho, pues la cara de asombro dejó paso enseguida a una de terror. Y el tridente dorado de Aquaman alcanzó el costado de Desaad. Aun así pudo haber sido peor, si no se hubiera dado cuenta de que estaba allí seguramente la herida habría sido peor.

Estaba claro que iba a dar la voz de alarma, pero la sorpresa y el dolor no le habían dejado reaccionar a tiempo.

Había logrado una ventaja en su primer ataque, pillando desprevenido al enemigo, y eso debía aprovecharlo al máximo. Lanzó de nuevo un segundo golpe con su tridente, esperando poder tener suerte y poder acabar con aquel enemigo rapidamente. 

Aquaman había sabido aprovechar su oportunidad, y continuó presionando a Desaad. Su tridente volvió a clavarse en el delgado cuerpo del científico jefe de Darkseid. Y no había ningún rastro de aquella sonrisa macabra que mostraba cuando lo vió por primera vez en Gotham. Parecia ya una eternidad.

No obstante, aunque herido, Desaad no había caido.

Arrrgh. Mortal. Moriras por esto. Por la gloria de mi amo que disfrutaré cuando te ponga en el trono del terror.

No se movió de su lado, pero Orin vio como activaba algo en su cinturon y en su muñeca.

Protegedme esclavos. Protocolo Gammadosdoscinco.

Alrededor de Desaad pareció reverberar el aire. Lo cual indicaba que había activado algún tipo de defensa. Pero lo más extraño fue lo que le sucedía a los ciéntíficos. Empezaron a brillar, todos ellos, mientras eran atraidos unos con otros. Estaban transformandose en algo, algo grande.