Partida Rol por web

Recojo el corazón que Templario ha tirado a un lado y lo levanto reverencialmente musitando:

- A ti te lo entrego Madre Muerte, el primero de muchos que te daremos traídos de otros mundos.

Luego lo aplasto y lo dejo caer sobre el cadáver sin ojos del V'sori.

- Vamos, antes de que desaparezcan las baldosas amarillas.

El cuerpo del V'Sori hace compañia al que ya estaba en la habitación. Y de ambos surjen charcos de sangre verde que están prácticamente llenando la estancia.

Obscure se alisa el traje y se adelanta a la puerta, la abre en silencia y se asoma por ella. Al parecer no habéis hecho el ruido suficiente como para que venga alguien más a mirar.

No parece haber moros en la costa. Y en las cámaras no he visto a nadie más aparte de los grupos de soldados y las pelotas voladoras.

El inútil del V’Sori no terminaba de comunicarse y, aprovechando el tiempo, uno de ellos se transformó en una copia del alien que tenían secuestrado. Entonces el tío oscuro se lo cargó y ella se encogió de hombros; preferiría haberlo hecho ella, pero había oído que tenían más enemigos por delante y podría desquitarse con ellos. Lo demás no importaba demasiado. Por fin iban a empezar a moverse.

-No tengo ni idea de lo que me estás hablando- respondió a Templario sobre el león y otras cosas que no terminaba de cuadrar en su cabeza.

-Tú sabes dónde está, así que te seguimos- esperó a que Obscure les indicara hacia dónde debían ir entonces empezó a avanzar intentando no hacer mucho ruido, prestando atención a la presencia de posibles enemigos. 

—¿No has visto el mago de Oz? Vaya, creo que no has tenido infancia —respondo a Roxanne—, te recomiendo que la veas un día de estos. 

Esperó a su vez a que Obscure les guiara. 

Todo el mundo andaba a lo suyo y yo aún no había levantado el culo de la silla. Eso sí, me estaba divirtiendo viendo lo que hacía la gente. El pobre alienígena no iba a llegar vivo al siguiente día, eso estaba claro y bueno, había cosas que estaban por ver.

Obscure se convirtió en una criatura como el alien, una copia exacta al menos así a simple vista.

- Curioso. - Al menos a mí eso me gustaba. - ¿Y si hablas ahora lo haces como ellos o hablas como siempre?

Lo de no tener nada que hacer hasta que nos moviéramos me hacía sentir cierta curiosidad hasta las cosas.

- ¿Rinde pleitesía a la madre muerte? - Cuando Siniestro dijo aquello levanté una ceja. - Ya tenemos un pirado fanático. Siempre tiene que haber uno en todas las reuniones de gente malvada. ¿De qué clase de secta lo habrán sacado a este?

Eso sí, en cuanto el hombre de hojalata dijo aquello, sonreí divertida y me puse a cantar de nuevo.

Eso sí, estaba claro que los que le conocían y sabían donde hallarlo eran ellos, así que como no quisieran que yo les guiara a mitad de alguna parte, estaba claro que lo decía por la película en cuestión.

- ¿Entonces por el camino de baldosas amarillas hasta Ciudad Esmeralda?

Obacure ni se inmutó por lo que le hizo Siniestro al alien. No le preocupaba lo más mínimo lo que le pasase. Mientras no descubrieran los cadaveres no darían la alarma.

Sí. Puedo entender su idioma, y hablarlo también. Es parte de mi encanto.

Dijo en contestación a Videshee.

De todas formas no acabo de ver que salgáis por la puerta principal conmigo. Recordad que hay un grupo justo a la salida. Mejor volved por el tubo afuera, y me seguís desde el aire.
Sería demasiado sospechoso que estuviera con todos vosotros.

Dicho esto abrió la puerta y se dispuso a salir.

- Os espero arriba.

Dicho lo cual me teleporto a la zona superior donde estuvimos antes. No pienso arrastrarme de nuevo vilmente por ese tubo de ventilación.

Siniestro desaparece de la sala. Si le habéis entendido bien debería estar arriba esperando. Ajora tan solo quedaban Roxane, Templario y Videshee que miraban una puerta cerrada y un tubo de ventilación.

Pocas opciones más tenían para salir.

Solté una carcajada cuando dijo aquello de que era parte de su encanto, pues la verdad es que desde que lo había visto me había parecido de todo menos encantador, pero bueno, eso tampoco tenía por qué decírselo ¿no?

- ¿Y puedes ir usando ese encanto para hablarme en su idioma e ir traduciéndolo? - Así incluso encontraría la manera de aprender ese maldito idioma infernal.

En cuanto nos quedamos los tres solos me encogí de hombros.

- Este Calaveras me pone los pelos de punta. - Dije murmurando antes de girarme hacia los demás. - ¿Os ayudo a subir por el conducto?

A mí levantarme a mí misma no me costaba nada, al menos no para subirme por el conducto de nuevo.

Obscure guiñó un ojo a Videshee y dijo.

Claro.

Y luego unas cuantas palabras que no entendió.

¿Cómo crees que he podido entender lo que pone en el ordenador, o su teclado?

Después de eso salió. Siniestro se teleportó y Videshee subió a Roxanne y a Templario hasta la azotea. Allí el doctor estaba mirando hacia abajo. Cuando se acercaron pudieron ver como un alienígena, supuestamente Obscure, salia del edificio. Los cuatro drones que estaban haciendo guardia abajo se giraron. Parecieron entablar una breve conversación y luego siguieron a Obscure en dirección a la zona de celdas.

Si se juntaban con los otros drones que había en la zona de celdas eso ya serían 8 soldados en total. Y al contrario que los aliens que ya os habíais encargado, estos iban armados y algo más blindados.

Entrecerré los ojos cuando Obscure dijo aquello pues no sabía si se estaba cachondeando de mí o no, pero desde luego no me había gustado aquel tonillo. Bueno, en realidad tampoco me gustaba que aquel tipo supiera hablar y leer el puto idioma alienígena, por no decir que se podía transformar en uno y yo aún no hubiera conseguido pillar ninguna palabra.

- ¡Qué gracioso el gi...! - Decidí que era mejor dejarlo estar por el momento, a fin de cuentas, pelearme con alguien no era lo mejor que podía hacer en aquella situación.

Una vez estuvimos arriba, pudimos observar como el listillo hacía de las suyas, por lo que ahora era nuestro turno de movernos.

- Tendremos que seguirlo por aquí arriba ¿no? - Pregunté a los demás antes de moverme, no fueran a tener algún otro plan en mente.

Rusita cantarina Dorothy nos ayudó a subir al piso de arriba sin montar demasiado ruido. Estaba siendo demasiado útil para soltarle alguna tontería más. Igual me dejaba caer. 

—Gracias, ¿Cómo se dice taxista en Ruso? Buena taxista más bien... —no podía evitarlo. 

—Sí, sigámosle desde arriba, yo diría de matar a esos cabrones si los pillamos a todos por sorpresa, pero si queréis seguir sigilosos... vosotros mismos. 

Al final, yo lo veía. Tendríamos que matarlos a todos. Pero avancé con muchísimo cuidado, sin hacer un ruido. También era más fácil matarlos con emboscada. 

La mujer apretó ligeramente la mandíbula cuando su compañero le hizo un comentario sobre su infancia. Le habría roto la nariz allí mismo por meterse donde no le llamaban, pero sabía lo que estaba haciendo y lo que podría costarle el fallar. Prefirió no responder nada porque su paciencia tenía un límite. 

Roxanne subió hasta arriba con la ayuda de la otra mujer del grupo. Gracias. Estás siendo muy útil aquí- en realidad su amabilidad se debía a lo mucho que le recordaba a una de sus pocas amigas que ahora podía estar en cualquier lugar. Recordar lo único bueno de su pasado la puso de mejor humor, aunque eso no significaba que no quisiera arrancarle la cabeza a cualquier enemigo que se encontrara. 

-Si los pillamos por sorpresa mejor que nos los quitemos de encima. Vamos a tener que matarlos antes o después- respondió a Templario. 

Una vez arriba miró a su alrededor para hacerse una idea de lo que estaba ocurriendo y comenzó a moverse junto a los demás. Esperaba que el rescate durase poco. 

Obscure parecia avanzar confiado pese a que le seguían cuatro drones. Nisiquiera se inmutó cuando llegó a donde estaban los otros cuatro. Al parecer la celda que buscaban estaba justo en la zona vigilada. Que maldita casualidad.

No obstante el grupo tenía sus propios problemas. Si bien gracias a las habilidades de Videshee podían seguir a su "compañero" por el aire. Templario podía volar por su cuenta, y eso quizás le salvó. Ya que todos pudieron ver como dos de lo que llamaban esferas de guerra se acercaban desde el edificio que habían salido.
Al haberlas visto podrían haberse escondido y dejarlas pasar. Pero lo cierto es que la cantarina "compañera" pareció ponerse un poco nerviosa y al tratar de esconderse de su vista golpeó una antena. Haciendo que el sonido no solo llamara la atención de las esferas, si no también la de los dos drones que iban más retrasados. Videshee y Roxane estaban expuestas. Siniestro no se había percatado de las esferas, pero al ir teletransportandose de tejado en tejado estaba algo separado de las dos chicas, al igual que Templario.

Lo primero que se escuchó fue el sonido que hizo la antena cuando choqué contra ella. Eso me pasaba por mirar a otra parte mientras caminaba, aunque detrás se pudo escuchar mi voz.

- ¡Ups! ¡Lo siento, no lo había visto!

Y tras ello claramente empezaron los problemas. A parte de aquellas dos esferas que era lo que me había quedado mirando, aparecieron dos drones. Había que reconocer que eran más feos que el culo de un mono.

- Joder... la que acabo de liar... - Dije sin poder contenerme. A fin de cuentas, ya me habían visto. Casi como si llevara un cartel de neón sobre la cabeza que tuviera una flecha enorme que dijera "Estoy aquíiii".

Eso sí, tampoco me iba a dejar acobardar tan rápido así que mi reacción fue la de apartar aquellas cosas, lo más lejos posible. Eso sí, ya que estaba, decidí que iba a tratar de lanzar una de aquellas bolas sobre uno de los drones, a ver si de la hostia se quedaban inconscientes o algo así.

Cantarina se las apañó para llamar la atención de los aliens. ¡Bien! Así desentumeceríamos los músculos y no había sido yo el ruidoso. Me tiré sobre uno de los enemigos. Ahora eran ellos o nosotros. Como siempre. 

—Toma, bombilla de alto consumo, mira que tienes aditamento, serías el deseo de los ecolojetas...

No me salió demasiado bien ni la broma ni el ataque, pero menos era nada. 

Avanzar de esa forma era aburrido, aunque práctico. Los observaba desde lo alto deseando que dejaran de volar para poder enfrentase ya a algún peligro, y casi que el mundo pareció escucharla cuando su compañera chocó contra algo provocando que esas máquinas lo mirasen. Bien, eso ha estado bien- sonrió. 

Lamentablemente, desde su posición podía hacer poco o nada. Ahora que la habían visto podía entretenerse, pero para ello necesitaba algo de libertad. 

-Eh, preciosa. ¿Te importaría dejarme en algún sitio para poder pelear? 

Avanzar de esa forma era aburrido, aunque práctico. Los observaba desde lo alto deseando que dejaran de volar para poder enfrentase ya a algún peligro, y casi que el mundo pareció escucharla cuando su compañera chocó contra algo provocando que esas máquinas lo mirasen. Bien, eso ha estado bien- sonrió. 

Lamentablemente, desde su posición podía hacer poco o nada. Ahora que la habían visto podía entretenerse, pero para ello necesitaba algo de libertad. 

-Eh, preciosa. ¿Te importaría dejarme en algún sitio para poder pelear?

La mujer le hizo caso y, haciendo una pirueta, se las ingenió para atacar a uno de las esferas que las estaban mirando. 

La situación era seria, pero no desesperada, al menos de momento.
Videshee había llamado la atención de las esferas y los drones, pero a cambio reaccionó rapidamente y atrapó a una de ellas para acto seguido lanzarla contra uno de los dos que se habían acercado a mirar, mientras a su vez soltaba a Roxanne en el tejado.
Ambos cuerpos chocaron, y saltaron chispas y trozos metalicos por ambos lados. Parecían un poco destartalados, pero todavía se movían.

Por su parte Templario parecia contento con lo que había sucedido, y se lanzó contra la otra esfera destrozandola con las cuchillas que salían de sus atebrazos. La pobre cosa alienígena no tuvo ninguna oportunidad.

Roxanne saltó del tejado al suelo con gran facilidad, y una vez en el suelo desgarró el pecho del otro drone que se había acercado. Sus manos atravesaron la armadura que lo protegía como si ésta no existiese.

Eso sí. Los otros drones se habían percatado de lo sucedido. Lo que empezaba ahora era una batalla algo más peliaguda.