Partida Rol por web

Parece que hay algo mas interesante en la celda de al lado. Medio cierro la puerta celda desde dentro, no quiero que los drones me vean hablando y digo mientras me acerco al que está tendido en el suelo.

-¿Resistencia?, bueeeno si, algo así. ¿Tienes nombre?

Cuando Obscure escuchó aquella voz, algo en su interior que no pudo evitar le hizo acercarse a la otra puerta. Dejando de lado la que tenía abierta delante suyo con su premio a la vista.
Cuando se asomó a la ventanilla de la celda continua pudo ver a una mujer, de bastante buen ver, con extrañas manchas en los brazos y la cara. A todas luces parecía ser algún tipo de mutante o parecido. El acento era como latino, y en cuanto vió que era un aliénigena el que aparecía se echó atrás.

Mierda. Eres uno de ellos. Creía que serías algún omega o algo parecido.

El grupo lo iba haciendo más o menos bien. Algunos mejor que otros, pero los drones iban cayendo, que era lo importante. Además Obscure ya había abierto la celda, por lo que podría entrar a por su premio.
O eso es lo que debería haber hecho, pero en su lugar vistéis como se acercaba a la siguiente puerta y se ponía a hablar con alguien. Todos estabáis muy lejos para poder escuchar bien la conversación, pero estaba claro que no había atendido a la celda abierta.

Templario continuó sus destrozos entre los cabezahuevos aquellos.

—Humm, a tí no, que te has pasado a nuestro bando. ¿Sabes que son diecisiete años de beca y no pagamos en ninguno de ellos? ¿Y que luego el contrato es temporal y por obra y servicio? ¿Y que no pagamos Seguro médico? ¿Si? —el Drone siguió disparando a los demás— Ese es mi chico. Al por el resto, muchachos... ¿No sabréis de un taller donde pueda vender vuestros restos. En plan inmigrantes que recojan metal y lo vendan al peso, o mafias chinas que compren vuestros órganos. 

—Porque tenéis órganos, ¿No? —terminó la frase rajando a uno con las cuchillas metálicas que generaba su armadura y mirándolo por dentro. 

El combate seguía, y las heridas hacían poco más que seguir molestando a Roxanne. ¿Por qué demonios no podían enfrentarse a seres humanos -o extraterrestres que hablaran su lengua- para poder oírles gritar de dolor? No, debían ponerles máquinas que ni sentían ni padecían, tan solo se dedicaban a pegar disparos sin importar a quiénes iban dirigidos. 

Para colmo, uno de los de su equipo no dejaba de hablar, ¡y encima parecía útil el tío! Aunque claro, las máquinas parecían darle tan poca importancia que ni se molestaban en atacarle. ¿Sería cuestión de suerte lo que estaba haciendo, o quizá es que las máquinas tenían alguna especie de sensor integrado que les valía para ver quiénes eran los más peligrosos entre ellos? Porque eso explicaría muchas cosas. 

Sea como fuere, la mujer apartó esos pensamientos de la cabeza y se lanzó al ataque contra otro enemigo. Sus garras, esta vez sí, rasgaron la protección metálica de los seres como si o le costara absolutamente nada romper cualquier tipo de protección. 

-No es divertido cuando no sangran-  se limitó a responder con una ligera sonrisa en el rostro. Luego se echó el cabello hacia atrás con su otra mano y buscó si quedaban víctimas a las que atacar. 

Aunque tengo la tentación de teleportarme hasta la celda abierta y ver que demonios está pasando decido que es mejor mantener la concentración sobre mi nuevo esclavo para que termine su tarea matando a sus compañeros o sea destruido. Cualquiera de las dos opciones me parece más que aceptable.

-¿Un omega?, ¿eso qué es?,¿se come? -Digo mientras sonrío por el ventanal de la puerta de la celda. -Y ahora hablando de cosas más serias... ¿Que gano yo dejándote salir?

Tanto Templario como Roxanne acabaron con dos de los tres drones que quedaban. A pesar de su aspecto robótico dentro parecían haber seres vivos. Y ambos estaban cubiertos de sangre y restos debido a los salvajes ataques que hicieron. Tan sólo quedaba el que estaba controlado por Siniestro, el cual estaba quieto sin hacer nada esperando ordenes.

Viendo que la cosa estaba más o menos calmada, el villano de aspecto cadavérico se teleportó justo delante de la puerta que había abierto Obscure. Allí se pudo fijar como había una figura en el suelo de la celda, parecía inconsciente pues se le notaba respirar. O también podría estar durmiendo, aunque con el jaleo montado al lado de su celda era dificil. También se fijó que Obcure, que seguía transformado en alien, estaba hablando con alguien justo en la celda de al lado.

El combate parecía haber acabado, pero una alarma empezó a sonar por la prisión. Aunque sabíais que no había más guardias patrullando las instalaciones. Por lo menos las cámaras no habían visto más.
 

- Vigila la retaguardia.- le digo al drone que queda en pie bajo mi control.

Dejando que los demás se encarguen de comprobar si el bello durmiente es el paquete que tenemos que recoger me acerco a Obscure para poder escuchar la conversación pero manteniéndome fuera del ángulo de visión del interlocutor que está en la celda. Mientras no sepa de que va la cosa no sé si Obscure tiene que permanecer disfrazada de alien por algún motivo.

La mujer miró extrañada a Obcure, pero enseguida sacudió la cabeza y habló con bastante mala leche.

Vete a tomar por culo, jodido alien de mierda. Creía que era algún tipo de rescate, pero no me vas a sacar información por mucho que me tortures.

Se había alejado otro paso más de la puerta. Visiblemente molesta con el alien. Pero el tono era enfadado, no asustado.

Templario se agachó al lado de uno de los cadáveres de Drones.

—Hmmm, no tengo nada en contra de matar por diversión o los daños colaterales, al infierno voy a ir igual, pero me jode matar a gente controlada. No es deportivo. Igual ellos quieren adorarme como su dios... ¿Son humanos lo de dentro?

Doy un paso al frente.

- Esto es un rescate pero estás en la celda equivocada. ¿Tienes algo que puedas ofrecernos para que nos interese sacarte de aquí?

Mientras Siniestro se unía a la conversación que mantenía Obscure con alguien de la otra celda, Templario se dedicó a hacer un repaso rápido de anatomía alienígena.
No es que fuera un experto, pero la sangre azul, y lo que parecían dos corazones en el mismo pecho no era algo muy humano. Aunque eso era sólo uno de ellos. Otros en cambio sí que tenían una sangre más rojiza, y si le quitaban el casco hasta parecían tener una cara humana. Junto con los que tenía Roxanne tanto en el cuerpo como en el suelo pudieron ver que de los siete derribados, tres eran aliens y cuatro humanos. O muy parecidos.
Videshee se dedicó a observar en el techo. No parecía venir nadie, aunque la alarma seguía sonando.

La mujer parecía valiente ante el alien, pero cuando Siniestro se asomó no pudo evitar dar un saltito. La mujer tenía unas extrañas manchas en brazos y cara, y seguramente en el resto del cuerpo. Cuando se le pasó el susto, que nunca admitiría haber sufrido, se acercó un poco.

¿Entonces sois una célula Omega? Ayudadme. Sacadme de aquí y os enseñaré como podéis salir del campamento.

- Mala suerte. Ya sabemos como salir. 

Viendo que nadie más parece preocuparse del paquete dejo a la mujer tatuada y entro en la celda de nuestro objetivo para comprobar, con cautela, si sigue vivo o que le pasa. Nadie tiene un sueño tan profundo.

Cuando ve que Siniestro se marcha. La mujer se acerca a la puerta y lo llama. Ahora todos pueden oirla.

Esperad, esperad.
Me llamo Valerie Rodríguez. Y soy un importante miembro de la Resistencia, bajo Star City. Somos muchos, y podemos ayudaros. Pero tenéis que sacarme de aquí. Tan sólo tenéis que abrirme la puerta, nada más.

Me detengo un momento.

- ¿Ayudarnos a qué? - miro fijamente a la mujer - No sé si te has dado cuenta pero estás en una celda y no veo que tu gente haya acudido al rescate. No sabes quienes somos ni lo que queremos y te ofreces a ayudarnos desde el interior de una celda de la que no puedes salir. Estoy seguro de que tienes grandes habilidades pero la negociación desde luego no está entre ellas. Necesitarás algo más concreto si quieres abrir esta puerta. 

Me acerco en un movimiento a mi compañero forzoso y no sin cierto asquillo por tener que acercarme a su "cara" para evitar que la mujer de la celda me pueda oir, le digo en voz baja.

_{-Querido y siniestro compañero, como supongo que escuchas, la alarma ha saltado. Creo que los refuerzos que salieron para nuestra fuga darán la vuelta y volverán aquí y necesitamos con urgencia alguien que reciba las tortas por nosotros. Seguro que se pone a rescatar presos y harán suficiente jaleo como para llamar más la atención que un pequeño grupo que en vez de intentar salir se dirige al patio central. ¿Tú qué opinas?}

Lo que me dice mi compañero de pronto tiene cierto sentido. No valdría la pena rescatar a alguien sin obtener nada a cambio, pero la carne de cañón en estos momentos es una oferta tan buena como cualquier otra.

- Visto de ese modo no perdemos nada y puede que ganemos algo. Viva la resistencia. 

Miro hacia la paisana:

- Estás de suerte. Mi compañera tiene un corazón más beningo que el mío. Tendrás que darle las gracias a ella por esto.

Y asiento para que Obscure abra la celda mientras voy a ver, de una vez, como le va a nuestro paquete.