Partida Rol por web

- No hace falta que nos deis las gracias por haber salvado a algunos de los vuestros en la cárcel. ¿Está con vosotros Valerie?

Al final hasta iba a ser útil el haber rescatado a aquella niñata. El mundo es un pañuelo. Lleno de flema y sangre, pero un pañuelo. A ver que se cuenta la tortuga ninja.

A Rox no le hacía ni puta gracia eso de sentirse observada continuamente, pero sabía que era una de esas mierdas con las que había que tragar –más que nada porque no era capaz de localizar el punto exacto donde estaba quien le estuviera mirando el culo- para poder llegar hasta el final. Al menos había puesto en sobreaviso al que había demostrado ser el más mortífero de sus compañeros –después de ella, claro-.

Sus sentidos captaron cuando Templario se alejó que alguien los esperaba a la lejanía. No quieren atacarnos, sino lo habrían hecho ya. O tienen curiosidad o saben quiénes somos. O nos han visto derrotar a esa basura de la entrada y están acojonados. Le daba igual la teoría que fuese correcta siempre que al final ellos acabasen con lo que estaban buscando y hubiera un poco de acción por el camino.

Sus dos compañeros no tardaron en hablar y ella, sabiendo que uno de sus posibles enemigos estaba siendo observado, buscó con la mirada a otros posibles acechadores en medio de la zona que sus ojos alcanzaban a ver.

-Yo esperaba flores y bombones, la verdad- dijo mientras alzaba la cabeza y sonreía. Esto no era nada comparado con lo que ya había superado.  He visto que eso lo hacen en algunas películas. 

El tipo que tenían delante sonreía con suficiencia ante la pregunta de Obscure.

Aquí las preguntas las hago yo. ¿Qui..?

El comentario como casual de Sinietro pareció pillarlo con la guardia baja. Apenas prestó atención a las chanzas de Roxanne.

Ejem. Os estamos apuntando. Así que no hagáis ningún movimiento extraño. Algunos son de gatillo fácil. Seguidme y os llevaré ante nuestro lider.
Si de verdad sois vosotros los que hicistéis el destrozo en el campo de prisioneros, seguro que querrá hablar con vosotros.

Se giró, un tanto nervioso, y empezó a caminar. Como estaba oscuro, como el resto de los túneles, sacó una linterna para alumbrar el camino.

Algunos del grupo ya estaban sobre aviso de que había más gente vigilandoles. Aunque no podían saber exactamente cuantos.

—Os aseguro que ninguno de vosotros tiene el gatillo tan flojo como yo —dijo Templario con voz amistosa— y mi armadura puede parar todas vuestras armas. 

—Así que por cada disparo que nos hagáis mataré a diez de los vuestros... —rió— os diría que mantuvierais las manos lejos del gatillo, porque en principio vengo en son de paz, multiculturalidad, y todas esas mierdas. 

Llevaba un rato notándome un poco extraña y aunque trataba de averiguar qué era lo que no me cuadraba en aquel lugar, para cuando apareció el tío de la katana me di cuenta.

- Claro, nos están observando desde que hemos atravesado el agujero.

Me hizo reír aquello de que nos estaban apuntando y que no hiciéramos ningún movimiento extraño, aunque por si había alguno de gatillo fácil me volví a activar la armadura.

- Siempre que hay algún tiroteo me llueve alguna bala...

- Oye, en serio. No necesitamos movernos para atacar y llevamos un rato sabiendo que nos observabais...

Las palabras sobre lo de la prisión parecieron serle suficientes como para darnos la oportunidad de hablar sin tener que liarnos de nuevo a golpes.

Comencé a seguirle tranquilamente.

- No sé cuánta peña quedará viva en el planeta, pero son muy poco agradables todos. Creo que los simpáticos fueron los primeros en morir. - Comenté a mis compañeros.

Las palabras de Templario hicieron que el tipo de la katana se girase, pero las de Videshee fueron las que le pusieron algo más nervioso. Después siguió nuevamente el camino haciendo un gesto con la mano para que le siguiérais.

Al cabo de una media hora caminando por túeneles y cavernas os dísteis cuenta de que os estaba haciendo dar un rodeo, seguramente para que no averiguárais el camino al campamento secreto. Pero finalmente hizo un alto en el camino.

Muy bien. Ya estamos. Pero os lo advierto. Si no sois quienes decís, lo lamentaréis.

Al fondo podía verse una gran caverna iluminada. Dentro había literalmente un campamento. Habría como unas treinta o cuarenta tiendas grandes, junto con varios edificios de madera, e incluso huecos excavados en la propia roca.
Había bastante actividad también. gente trabajando en una especie de campos de cultivos. Gente entrenando en un lado, algunos peleando entre ellos, otros disparando. Incluso había algunos niños correteando por ahí.

El tipo de la katana os dirigió a la zona de entrenamiento. Allí había una mujer dirigiendo una de las peleas. El tipo se dirigió directamente a ella.

Hey jefa. Alguien quiere verte. Dice que os conocéis.

La mujer se giró y todos pudisteis ver como tenía unas extrañas manchas en los brazos y la cara. Aún así estaba de muy buen ver.

Vaya. Vaya. Vaya. Mirad lo que ha traido el gato. ¿Cómo estáis chicos?

Obviamente, era Valerie Rodríguez.

Malditos imbéciles, que manera de hacernos perder el tiempo. Y lo peor es que me he desorientado totalmente, como un maldito novato.

- La familia se reúne de nuevo para la navidad ¿eh? - saludo levantando una de mis esqueléticas manos - Pues mira, pasábamos por aquí y pensábamos que igual podíamos hacer algo contra nuestros enemigos comunes. Igual estás interesada porque he leído en Trip Advisor que el alojamiento que te dieron no era de tu agrado. Pero necesitamos cierto aparato que hay por aquí abajo... Igual os suena.
 

Templario pensó en dar un cursillo de amenazas al tipo. Se quedó en un —No está mal, pero "lo lamentaréis" se queda corto. Un "vuestros hijos tendrán problemas en reconocer vuestros cachitos es mucho mejor", confía en mí. Luego hay que ser extra-cuidadoso al despedazar, pero merece la pena por cumplir la palabra dada.

Era un consejo amistoso. 

Luego nos llevó a ver a Valerie, todo se estaba desarrollando según lo planeado. Cara calavera habló con la tipa, pero Templario se llevó al esbirro a un lado. Ya se había hecho amigo suyo. O lo creía. Que fuera un heroico combatiente por la libertad de la Tierra, parte del movimiento subterráneo clandestino, luchador antialienígenas y noble centinela no se le había pasado por la cabeza. Para él era un esbirro más. 

—Vaya, niños correteando y al lado tipos disparando fusiles. Este es mi tipo de campamento de Boys-Scouts. ¿Cómo lo hacéis para que no os pillen? 

Valerie encarcó una ceja ante el comentario de Siniestro. Y luego sonrió.

Siempre tan simpatico. Te diría que te he echado de menos, pero no sería cierto. En cuanto a lo del aparato no estoy segura de lo que queréis decir. Pero venid hablemos en un lugar más comodo, y sobretodo privado.

La mujer os señaló una tienda de campaña bastante amplia y os precidió en dirección a ella confiando en que la siguieráis.

Por su parte el tio de la katana estaba visiblemente nervioso con Templario tan cerca suyo.

Em. Bueno, estamos bastante abajo. Y los a aliens no parece gustarles mucho bajar por aquí. Por no hablar de que hay muchos túneles y es fácil perderse.
Lo malo es que han metido en las alcantarillas a unos bichos muy raros y duros. Hemos perdido a varios hombres en enfrentamientos con ellos. Menos mal que no han pasado de las cloacas. Y hemos sellado todos los accesos de las mismas a los túneles.

Siniestro siguió a Valerie en silencio. Que no quisiera que les oyeran hablar allí indicaba que la mujer sabía algo más de lo que pretendía ocultar sobre el aparato.

Templario dio unas palmaditas en el hombro al tipo de la Katana. Era buen material de esbirro. —Humm, sí. Nos encontramos a tres de ellos, creo. Maté a dos y mis compañeros a otro. Pero luego abrimos un túnel, así que quizá os merezca la pena ir y cerrar la entrada. O disimularla. Marcamos el sitio con tres palos con las cabezas de los bichos clavadas, no tiene pérdida. 

Probablemente las criaturas eran parte del plan maestro de control V'sori sobre la Tierra y sus características y propósito llenarían libros de esos que vendían antes, como los de la Guerra de las Galaxias. Además de que su análisis podría ayudar al esfuerzo de guerra, pero para Templario eran "Bichos divertidos para matar" y ya. 

—Me voy a jugar con los mayores. Aseguraté que todos esos niños aprenden a disparar, y enseñales todas las normas de seguridad de las armas. No queremos que se maten entre ellos por accidente antes de servir de carne de cañón contra los aliens... es muy buena idea usar niños, son pequeños y blancos difíciles, además de que aprenden temprano y te dan la lealtad pronto —terminó con su último consejo amable. 

Una vez hecho esto, se metió en la tienda grande con el resto. —Joder, menudo campamento y lugar. Me siento un Boy-Scout. Bueno, Valeria —dijo mencionando su nombre mal— como te ha comentado el Señor Sonrisas aquí presente, necesitamos encontrar una cosa aquí abajo para conectarla a un aparato... ¿Una semilla mágica energética? Una mierda mecánica... Joder, ¿Qué era? Estas mierdas se me olvidan. —Miró a sus compañeros. Para eso los tenía, ¿no?

Levanté el pulgar de la mano como diciendo "ok" al hombre que nos había llevado hasta allí. En realidad, la otra opción hubiera sido rascarle un poco detrás de las orejas, pero tampoco quería que se sintiera ¿del todo? insultado.

- ¡Nos volvemos a encontrar. Hola! - Saludé a Valerie en español haciéndole a ella también un gesto con la mano, pero a modo de "hola".

Entonces Valerie nos contó todo aquello sobre los bichos y entendí por qué nos lo contaba, tampoco hacía falta ser el más listo de la clase.

- Pues tú nos dices donde encontrar nuestro trasto y nosotros hacemos limpieza a nuestro paso. Sabes que eras mierdas son duras de matar y perderías menos hombres. Eso sí, un mapa sería algo que te agradeceríamos un montón, que en papel duran más que respirando o... puede que las dos cosas estén bien, un guía y por si el guía fallece, un mapa.

A mí me parecía un trato justo.

En la tienda había una mesa y algunas sillas. Al parecer se solía usar como sala de reunión, o simplemente comía allí mucha gente. Cualquiera sabía.
Lo cierto es que Valerie se sentó en una de las sillas en invitó a los demás a que hicieran lo mismo mientras les escuchaba.

Mmmm. No tengo muy claro de lo que estáis hablando. Pero quería deciros algunas cosas en privado. Lo primero es que aunque ya no haya tantas noticias como antes, siguen habiendo medios para informarse. Y alguno de vosotros soir, o eráis, algo conocidos hace un tiempo.

Miró en especial a Siniestro y Templario.

Sois lo que se dice supervillanos. O por lo menos lo eráis, y eso me preocupa un poco. Y aunque es cierto que me salvastéis la vida, y a más gente de aquí, y puedo entender que éste sea vuestro planeta también. Me gustaría que me dierais alguna garantia de que lo que buscais servirá para acabar con esos cabrones azules.

Cuando Videshee habló de los seres aquellos la mujer se lo pensó un poco.

Las cucarachas no han llegado a bajar tanto, al menos de momento. Aunque si os habéis cargado a algunas mejor, y no me quejaré si os cargais más.
En cuanto a mapas, en realidad no tenemos. Lo que tenemos son exploradores. Y algunos han llegado bastante lejos y encontrado cosas extrañas, supongo que alguna de esas es la que estáis buscando.

Eso es lo que pasa cuando uno es un profesional del sigilo que no consigue la misma fama que otros que son más llamativos.

- Que más da lo que fuéramos antes, esos cabrones azules no te preguntan cuándo te disparan, así que a mí no me importa mientras podamos acabar con ellos. Estamos buscando una especie de generador. Pertenecía a un tal Terran, por lo visto tenía una base por aqui cerca, ahora es momento de darle un buen uso. ¿nos ayudaras?

Levanté las manos cuando dijo aquello de que si no teníamos buena fama, pero vamos, ya dijo los nombres del calaveras y del hombre de hojalata, que desde luego, sí que tenían pintas de no haber sido demasiado buenas personas. A uno le gustaba demasiado la sangre y al otro bueno... yo le veía más rollo rituales satánicos, pero seguro que era porque eso de que fuera una calavera con patas no le favorecía demasiado.

- Oye, que yo sólo era traductora... - Sonreí tan tranquilamente, como si traducir las reuniones entre las distintas mafias no fuera un delito. A fin de cuentas, cuando has crecido en una de ellas para ti ya son como pequeñas familias con malas pulgas y negocios de los que es mejor no hablar. - Los chinos eran un poco cabrones y había que vigilarlos, pero por lo demás, no eran tan mala gente... - Entonces recordé al que me dejó tirada ahí para que me cogieran. - Bueno, la mayoría, que alguno sí que era un poco cabrón.

Claro que estábamos de nuevo con eso que estábamos buscando y teníamos que convencerla, así que me volví a centrar al menos un poco, antes de que volviera a darme por divagar no tardando mucho.

- Ahora todos estamos en el mismo bando Valerie, son ellos o nosotros. Y no, no pienso dejar que me vuelvan a coger para que experimenten conmigo, que me parecía que era lo que querían hacer. - Eso me puso hasta la piel de gallina. - Sólo hay dos bandos y vendría bien que nos ayudáramos mutuamente.

Templario asintió a las palabras de Valerie —Claro que sí, Valeria. Pero, además de los buenos argumentos expresados por mis compañeros más locuaces, piensa que haremos un buen "Equipo a la Fuerza", como cuando Champion se alió con el Dr. Destruction contra los Asesinos Estelares o Webwalker con Tremor contra el Senador Perkins y su Ley para eutanasiar a los Mutantes... —se inventó Templario, sin recordar si sus argumentos venían de historias reales o de comics inventados por algunos autores flipados que leía, o programas de radio de locutores conspiranoicos. 

—Tú puedes tener angustia existencial por tener que trabajar con gentuza como nosotros y a su vez, por nuestra parte haremos chistes malos sobre que te toque hacer eso. Pero al final utilizaremos nuestras capacidades combinadas para terminar el trabajo y liberar la Tierra de los invasores. Luego podemos seguir caminos separados y enfrentarnos si hace falta. 

Se encogió de hombros —De todas formas, yo soy un Super-héroe, no un supervillano, todo lo que has escuchado son infundios y propaganda negativa del estado fascista que teníamos antes. 

Valerie se mordió el labio pensativa. Estaba claro que la idea de acabar con aquellos cabrones espaciales le podía más que cualquier otra cosa. Finalmente asintió, no podía dejar pasar aquella oportunidad.

Sí, tenéis razón. Os ayudaremos.
Creo que sé a que guarida de Terran os referís. O por lo menos no hay muchas cuarteles abandonados con cachivaches por aquí abajo. Está en uno de los niveles aún más inferiores, y por lo poco que vimos había cosas aún enchufadas, o por lo menos tenían lucecitas.
No obstante me dió mala espina y no investigamos mucho, aparte de que había un grupo algo grnade de esas cucarachas cabronas.
En fin. Prepararé un grupo para que os acompañe. Pero procurad que vuelvan de una pieza.

- Fuéramos quienes fuéramos en el antiguo mundo que conocimos ahora tenemos un enemigo común del que queramos librarnos. Me alegro que lo comprendas. Y también que nos ofrezcas ayuda, pero si nos entregas a un grupo de soldados no pretenderás que vengan como observadores ¿no? Si hay riesgos los correrán con nosotros. Si eso crees que puede ser un problema mejor que no venga nadie con nosotros. Esto no será una excursión en el campo.

Mi primera reacción habría sido rechazar a los acompañantes pero, que demonios, así tendremos carne de cañón si las cosas se complican. Eso sí: que la chica se olvide de asegurar su mercancía. O vienen asumiendo el riesgo o mejor que se queden aquí.