Partida Rol por web

El V'Sori que acababa de llegar miró a los Omegas y luego, levantando las manos para que pudieran verlas, fue contestando a las preguntas de del grupo mientras avanzaba a un lateral del laboratorio.

Sí. Tengo que coger un par de cositas y podemos irnos. No tardaré nada.

Los otros Ardeen lo miraron extrañados. Alguno incluso le preguntó.

*Pero Omen...¿Conoces a estos terroristas humanos? ¿Cómo es eso?*

Aunque cuando el tipo dijo lo de terroristas miró aprensivamente a Templario por si este hacía alguna cosa violenta.

Por favor Delt. No nos pongamos melodramáticos queréis. Era algo que tenía que pasar tarde o temprano.

– Vámonos ya, que tampoco es cuestión de perder el tiempo con presentaciones. Por cierto, señor doctor, ¿tiene usted algún miembro que apenas use? Uno que no le importe dejar atrás y eso.

Omen, así parecía llamarse el científicio que quería desertar, enarcó una ceja y luego sonrió.

Oh. ¿Por lo de ...? Claro, claro. Bien pensado. Pero un miembro sólo no iba a ser suficiente, podrían sospechar. Tengo algo mejor. De hecho lo tengo todo preparado. No se preocupen.

Activó un panel en una de las mesas que había donde estaba y esta empezó a abrirse soltado toda una nube de condesanción. Al parecer aquello no era una mesa, si no una especie de capsula. Dentró había un V'Sori conectado a ella. Alguien con talento para la fisionomía alienígena podría darse cuenta de que se parecía mucho a los seis que estaban allí.

Lo único. Si tienen la amabilidad de encargarse de estos bocazas mientras termino de recoger. Les estaría muy agradecido.

Si antes los aliens parecían asustados, ahora tenían una cara de terror absoluto.

Todo estaba arreglado, Templario sonrió debajo del casco. 

—Se nota que eres un hombre de recursos. Bueno, un hombre no, un alien, pero tú me entiendes —dijo a su objetivo, que se había buscado un doble. 

Luegos e acercó al que había hablado de más. 

—Tú, en esta habitación sólo hay sitio para un bocazas, y ese soy yo. Afortunadamente tengo una pastilla para curarte. 

Templario sacó una granada y se la metió en la fuerza por la boca al alien, con saña. Apretó fuerte y tiró de la anilla para luego arrojarlo contra una pared lejana. 

—¡Confetti! —dijo dándose la vuelta y mirando al resto —Pacificando el planeta. Menudos cabrones. 

La retahíla de Templario y las bombas me dejó haciéndome una idea de lo sicópata que era, pero vamos, si había alguno normal en este grupo era simplemente por curiosidad, nada más. Seguro que todos teníamos un curriculum de lo más extenso. 

Ante las palabras de Worm tuve que soltar una carcajada, pues cuando lo propuse me había dado la sensación de que no le había parecido una buena idea, de todas formas, no añadí nada más a aquello. 

Me sorprendió la sangre fría de aquel alien, pero esto lo facilitaba muchísimo. 

- Bien jugado. - Fue toda la respuesta que le di. 

Claro que la cosa dejó de estar bien en el momento en el que vi a Templario con una granada. 

- ¿Pero...? - No pude decir mucho más porque vi que el zumbado de nuestro compañero estaba tirando de la anilla de aquella granada. 

Miré a Templario con cara de pocos amigos y le di una colleja sin tocarle, lo suficiente como para que se le moviera la cabeza dentro del casco. 

- ¡¿Estás tonto o qué te pasa?! Lo del sigilo no es lo tuyo ¿no? 

Ya por mucho que nos lamentáramos no íbamos a hacer nada, aunque era mejor salir de allí cuando antes. 

- Deberíamos salir cagando leches. 

La explosión de la granada que Templario había hecho tragar a uno de los científicos había sido algo digno de ver. Una auténtica delicia para los sentidos. Pero por desgracia había atraído la atención de los seguratas antes de tiempo. Eso complicaría algo la salida del grupo de Omegas, mas Worm no se dejo llevar por los nervios. Tenía una idea que ya había usado en el pasado con éxito y que podría también funcionar en esta ocasión.

Dejó que uno de sus clones surgiera de su cuerpo y lo envió a que se encargara del resto de doctorcitos, haciéndoles tragar unos supositorios de plomo por la boca y eliminando así posibles futuros dolores de cabeza de raíz.

– ¿Hay alguna salida por ahí? –preguntó al V´Sori desertor que iban a llevar al Dr. Destrucción–. Si es así, vamos todos para allá cagando leches. Dejemos a este tío tan bueno sacrificarse por nosotros¹. Que crean que todo esto es solo la obra de un loco solitario.

Esperó a ver que decía el Ardeen que aún quedaba en pie, el bueno, y la reacción de sus compañeros. Además probó la dureza del suelo, pensando en hacer un túnel de huida² si las cosas se ponían muy tontas.

El doctor preparó algunas cosas para su huida. Roxanne lo miró con desconfianza, pensando que eso podía ser una trampa y acabar encerrados rodeados de enemigos.  Al menos nos dan vía libre para matar- pensó ella, dispuesta a vengarse del cabrón que había hablado, pero Templario se le adelantó. Vaya si se le adelantó.

Videshee explicó a la perfección los pensamientos que a ella se le pasaban por la cabeza después de ver la explosión. Era realmente gracioso que se le hubiese ocurrido una locura como esa, pero joder, la “discreción” tenía que formar parte del plan. Asintió a las palabras de la rubia mientras Wormy terminaba de cargarse a todos los científicos del lugar.

-¿Podríais pensaros dejarme algo de diversión para la próxima?- preguntó, cruzándose de brazos mientras volvía a posar su atención sobre el doctor. En fin, vámonos.  Hemos llegado hasta aquí sin hacer ruido, pero el listo de la armadura ha querido hacerlo todo más difícil. ¿Algún plan de evacuación o matamos a todo lo que nos encontremos y ya?- preguntó, encogiéndose de hombros. Lo mismo le daba una cosa que otra.

Por un momento la confianza del Dr.Aarden que había presentado hasta el momento pareció flaquear un poco, pero sólo por un momento. Luego sacó un cuerpo como el suyo del recipiente, le puso su bata, y lo dejó en el suelo al lado de los demás cuerpos que acababan de despachar. Después fue a una consola y tecleó algo.

El suelo de metal, preparado para aguantar bien las profundidades, parecí demasiado fuerte para que Worm pudiera atravesarlo con su poder. Aunque si lograban llegar a una exclus el suelo oceánico era mucho más manejable. Cuando sacó su clon el V'Sori lo miró muy interesado.

Caramba. Un poder interesante el suyo. No obstante el laboratorio lo tengo preparado para arder y explotar. No puedo dejar que mis investigaciones caigan en manos del Overlord. Eso sí me gustaría estar lejos de aquí cuando eso pase. Así que si tienen la amabilidad de llevarme a donde tengan su vehículo esperando será un placer.

– Bien, pues yo diría de dejar a mi clon aquí, esperando al comité de bienvenida, y que les reciba con fuegos artificiales. Mientras tanto nosotros nos largamos por el otro lado y dejamos una carga de detonación para que bloqueé el pasillo¹ y no nos puedan seguir.

Dijo a sus compañeros, esperando oír su opinión. Seguía siendo el novato del grupo y aún era demasiado pronto para ponerse a dar instrucciones. A pesar de que templario se las daba de líder, el feo del traje de látex tenía claro que las dos mujeres eran quienes daban las ordenes allí, así que se dirigió a ellas principalmente con su propuesta.

Luego habló con el doctorcito.

– ¿Cómo funciona el sistema ese de autodestrucción? explícaselo aquí a mi hermano gemelo y ya se encargará él de darle un final adecuado. No te preocupes, que los únicos libros que le interesan son los que tienen muchos dibujitos. No se va a leer tus apuntes.

—¡Eh, yo pensé que su cuerpo amortiguaría la explosión! —dijo Templario recibiendo la colleja de Videshee—Yo soy todo sigilo ¡No es culpa mía!

—Garritas, no son nada divertidos. Es como quitare un caramelo a un niño. Aunque igual eso es difícil porque nunca he quitado uno a ninguno... en fin, que es muy fácil y nada divertido —Worm o más bien "gusanito segundo" había matado a los científicos que no habían explosionado. 

 No obstante el laboratorio lo tengo preparado para arder y explotar. No puedo dejar que mis investigaciones caigan en manos del Overlord. Eso sí me gustaría estar lejos de aquí cuando eso pase. Así que si tienen la amabilidad de llevarme a donde tengan su vehículo esperando será un placer.

—Es decir, que al final va usted a matar a todo el laboratorio ¿No querría unirse al equipo? Encajaría bien. Sigamos el plan de Gusanito y huyamos mientra su doble se sacrifica por la causa... antes de eso...

Arrancó un trozo de la ropa de Roxanne, una tira de un hombro —No te preocupes, Garritas, es tradición —y le puso un antifaz al V'sori.

—Así no te reconocerán en las cámaras y, si cuentan los cuerpos, pensarán que es el que explotó el que se fugó. ¡Lo tenia todo pensado! ¡Soy un genio! 

A Roxanne también le parecía interesante el poder de Wormy, pero sería aún mejor si su compañero tuviese la apariencia de Jason Momoa y no un aspecto violáceo.  El doctor parecía tenerlo absolutamente todo controlado, por lo que solo quedaba marcharse con todos los combates que tuvieran por delante.

El hombre morado dijo de dejar su clon allí y eso no terminaba de gustarle. La idea de desaparecer y poner un artefacto explosivo sí que era mejor. –Yo no dejaría aquí tu clon, por si acaso. Todo esto va a explotar igual, este tío ya lo tiene todo pensado. Que min-wormy se venga con nosotros.  Templario, por su parte, sí prefería que se quedara allí. Roxanne acabó encogiéndose de hombros.

De pronto notó que el hombre con armadura le arrancó una tira de ropa de su último uniforme e instintivamente sacó las garras. Pienso hacerte la cera en los huevos cuando lleguemos al refugio. ¡Este traje era nuevo!  Además, un antifaz no tapa una mierda. Supongo que el plan incluye destrozar las cámaras, porque sino sabrán que nos llevamos a un rehén sí o sí- dijo mirando a sus compañeros y al doctor.

-Cuando estemos listos, Templario irá primero. Que esa armadura sin cerebro valga para parar balas, que yo estoy cansada de tanto piercing.

Finalmente el grupo de Omegas salió del laboratorio antes de que este explotara. El clon de Worm no dijo nada, pero la mirada triste y suplicante casi daba lastima. Casi, aunque eso no impidió que lo dejaráis allí para que palmara.
El labo está en un lateral del edificio central, y si querían volver por donde habían venido no lo iban a tener tan fácil como la última vez.

No se preocupen. En cuanto el labotario explote dejará desactivadas las cámaras de esta sección unos minutos. Lo suficiente como para que lleguemos a su nave. Está todo controlado.

Tres minutos después escucharon la explosión y Worm notó como su clom desaparecía. Ese era el momento que tenían para moverse. Y eso hicieron.

¿Lo ven? Ya les dije que estaba todo controlado. Ahora podemos ir más rápido ya que no hay que preocuparse de que nos vean. Lo único es que nos encontremos con alguna patrulla.

Justo en ese momento, cuando casi estaban llegando a la esclusa por donde entraron, giraron una esquina y vieron cuatro figuras que se les quedaron mirando.

Maldita sea. Son los nuevos drones.

Los drones son las fuerzas menores de los V'Sori, la carne de cañón. No había tantos como de las War Spheres, pero eran más peligrosos que estas. Además, sabían que los V'Sori los creaban con cuerpos (vivos) de los habitantes del planeta que conquistaban. Y la tierra no había sido la excepción. Aunque estos eran a todas luces diferentes. Desde luego parecían más peligrosos.

Estaba claro que aquella misión no iba a ser un paseo por el campo. Habían tenido demasiada suerte hasta ahora, sin haberse topado con ningún guardia. Y ahora que estaban a punto de largarse de allí con su presa, tenían que aparecer esos guardas de hojalata. Bueno, lo mejor sería tratar de disfrutar de la situación.

Dos pistolas aparecieron en las manos de Worm y comenzaron a escupir plomo. No tenía el mejor ángulo, por lo que uno de sus disparos se perdió demasiado alto, sin alcanzar su blanco. Pero el otro fue mucho mejor colocado y el villano supo que había acertado en un punto débil del cyborg, que uno ya había caído antes siquiera de poder darse cuenta de que estaba ocurriendo.

Vale, sí que lo tiene todo preparado- pensó para sus adentros Roxanne, poco antes de escuchar la explosión en la distancia. Ahora todos esos cabrones irán a investigar y nosotros nos iremos tranquil…- delante de ellos había cuatro drones, o eso decía el Doctor que eran, pero no se parecían a los que se habían enfrentado antes.

-Vaya puta mierda. Todo controlado, ¿eh? Los cojones de Templario.

Los drones no sangraban, así que no eran divertidos. No obstante, al menos podía despedazar tecnología y acabar con todo lo que tuviera delante. Después de ver que Wormy disparaba a uno de ellos, la guerrera se lanzó a por otro diferente con la intención de terminar esa pelea rápido.  –Ey, espera, quizá sí que sangran. Vamos a comprobarlo…- sonrió antes de intentar hundir sus garras en él.

Pese a la sorpresa inicial de haberse encontrado con aquellos nuevos soldados de los V'Sori, los Omegas reaccionaron rápidamente.
Worm le voló la cabeza a uno de ellos, aunque otro al que apuntaba logró evitar el disparo. Más no le sirvió de mucho porque Roxanne se lanzó contra él y lo despedazó de la manera que a ella le gustaba. En cachitos pequeños.

En menos de un segundo dos de los cuatro Hyper Drones habían caido, quedaban dos.

Todo hubiera salido bastante bien de no ser porque Templario había sido igual que colgar un cartel de neón en la ventana más alta de nuestro edificio y que en él pusiera: ¡Eh señores alien! ¡Estamos aquí!. La colleja que le había dado me había sabido a poco, la verdad. 

Ahora teníamos delante esos drones nuevos, que seguro que lo de nuevos significaba que de alguna manera nos iba a escocer lo que podía hacer, así que casi era mejor no darles la oportunidad de hacernos pupita. 

Sin ni siquiera llegar a moverme, levanté en el aire uno de aquellos drones y me dispuse a tratar de hacerle todo el daño que pudiera de aquella forma, aunque desde luego, no creía que pudiera ser tan efectiva como lo acababa de ser Roxanne momentos antes. 

Uno a uno los Drones mejorados iban cayendo, el último gracias a Videshee el cuál convirtió una figura de casi dos metros en una bola de medio metro. O no eran tán buenos, o los Omegas eran mejores.
Eso sí, no eran cobardes. No estaban programados para serlo, por lo que el último de ellos en lugar de huir, como habría hecho cualquier persona de carne y huesos normal, se quedó allí a pelear.

El Hyper Drone levantó su brazo derecho y este se transformó en un cañón el cuál empezó a zumbar chisporroteando energía. Tenía toda la pinta de doler, mucho. Apuntó a Roxanne como el que no quiere la cosa y disparó.

La explosión de energía siguiente no dejó nada para revisar. Había sido concentrada, por suerte para el grupo de Omegas, y el radio de la misma sólo chamuscó un poco la pared. Una pared que por fortuna aguantó, ya que un agujero en la misma seguramente habría sido un pequeño problema para los presentes debido a la cantidad de agua que había fuera. Desde luego había algo raro en aquellos drones que hasta explotaban solos.

Con el paso libre de gente que tratara de matarles la cosa estaba fácil.

—Vaya vaya, que se jode el robotito —dijo Templario al ver el explotar al último de los drones antes de que lo liquidara él mismo.

Un poco insatisfecho por haber reaccionado tan tarde, siguió a sus compañeros preparado para... para huir, porque estaban ya casi fuera. 

– Vaya. Lo bueno siempre se acaba rápido.

Worm guardó sus pistolas y miró al resto.

– ¿Y bien? Aquí no nos queda más que hacer. ¿Seguimos?

-Vaya aburrimiento- dijo Roxanne al ver que los enemigos se desmontaban casi con mayor facilidad que otros drones con los que habían peleado en el pasado. Entre su trabajo y el de sus compañeros –quitando a Templario, que debía haber estado mirándoles el culo a ellas dos- lograron eliminar la amenaza. Creo que el último se ha suicidado para no pelear con nosotros.

Las preguntas de Wormy provocaron que la mujer asintiera y mirase al doctor para comprobar que seguía vivo. Sí, venga. Vámonos ya. Eso está siendo tan fácil que solo estoy a la espera de cuando nos la vayan a meter doblada- comentó, convencida de que en algún momento eso explotaría –esperaba que no literalmente- por algún lado.