Por una parte Ireth y Jordan caminan hacia el pueblo, parecen hablar tramquilos y no prestan mucha atencion a la gente que sale dle pueblo preocupadas por el sonido de la nave de este.
Por otro Bellis y Cat salen del pueblo en dirección a estos, en la inmediaciones del pueblo hay un grupo de aldeanos reunidos que parecen preguntarse que demonios abra sido eso.
Podeis ver a Ireth y Jordan caminar tramquilamente, con total claridad, nada os impide su visión.
Sobra decir que Ireth la reconoces, su imagen es lo poco que recordabas, sabes que ela es la que se supone que es tu mujer, o por lo menos eso recuerdas, lo que no sabes es su nombre ni nada mas.
Seguí charlando con Jordan hasta llegar al pueblo, sin prestar atención a mi alrededor ni escuchar lo que se sucedía. Tan sólo sentía, por fin, tras tanto tiempo, un poco de paz, tranquilidad y desasosiego.
Por ello, ni me di cuenta en que Bellis, mi Bellis, estaba tan cerca de mí.
¿Cómo imaginarlo? ¿Cómo iba a pensar que lo iba encontrar allí después de todo lo que habíamos pasado? Por ello, me quedé con los ojos como platos y sin pestañear al verlo.
-¿Be...Bellis?- conseguí articular con un hilo de voz.
Ni me fije en la chica con la que iba, tan solo tenía ojos para él.
Me quedé mirando a aquella mujer extrañado, con una sombra de anhelo, la reconocía...diría que había sido alguien muy especial para mi...pero ni siquiera recordaba su nombre.
¿Bellis?¿Quien es Bellis y quien es ella?
Decidí preguntar...a fin de cuentas, ella era la única que recordaba...aunque sólo fuera el rostro -¿Quiene sois?- Pregunté extrañadao -¿Y quien es Bellis?-
Se me paró el corazón. Efectivamente, ¡era él! Cuánto había anhelado ese momento. Me parecía que habían pasado siglos desde que lo vi por última vez.
-Bellis, eres tú- dije, abrazándolo con fuerza-. Oh, gracias, gracias, estás bien- noté que lágrimas de felicidad brotaban a mis ojos-. No sabes cuánto te he echado de menos.
Dejé que me abrazara, estaba asombrado...no conocía a ningún Bellis...aunque sí recordaba el rostro de la mujer que me había abrazado -Yo...- Dije torpemente -Pero...no conozco a ningún Bellis- Dije con sinceridad -Y no te conozo- Dije a la mujer en mitad del abrazo.
Me quedé asombrada de lo que estaba pasando, aquella desconocida lo abrazaba afectuosamente, y parecía reconocerlo, así que.. me figuré que mi forastero por fin conocería su nombre y su pasado.
Me aparté ligeramente a un lado, para dejarles. Él no parecía molesto.
¿Quién será ella? ¿Su pareja?
Se me heló la sangre al escuchar las palabras de Bellis. Me separé de él y me quedé mirándolo, confusa.
-Be... Bellis- murmuré-. ¿Qué dices? ¿Cómo que no sabes quién soy?
Aquello me empezaba a agobiar y sentí una presión en el pecho. Un ligero temblor comenzó a aparecer en mis manos y me las llevé a la frente, intentando controlarme.
-Bellis, ¿qué diablos te pasa? ¿Por qué no recuerdas nada?
Ví que la mujer estaba muy nerviosa, intenté tranquilizarla -No lo sé, si supiera la razón por la que he perdido la memoria...supongo que no sería una pérdida de memoria- Sonreí intentando parecer seguro de mí mismo y de transmitir confianza.
-Tan solo recordaba tu rostro pero...nada más- Dije algo cohibido
Me tapé la cara con la manos, sintiéndome totalmente desgraciada.
-No... No, no entiendo nada- murmuré, notando que el temblor me pasaba a las piernas-. ¿Qué es lo que te ha pasado? ¿Por qué...?- me corté a mitad de la pregunta sin saber cómo continuar.
Me dieron ganas de gritar, de romper algo y de maldecir a todo ser viviente. Fue entonces cuando me fijé en la chica que venía con Bellis.
-Dime- me acerqué a ella y la tomé de las manos-. ¿Sabes qué le ha pasado? ¿Por qué no recuerda nada?
-Pues.. Yo lo conocí ya así, poco puedo decirte. Me llamo Cat, y al que tú llamas Bellis lo conocí hace un día, en mi ciudad. Vagaba perdido, y sin saber de dónde procedía ni a dónde iba..¿Quién eres tú? ¿Realmente le conoces? -pregunté a la desconocida.
Fruncí el entrecejo ante la respuesta de la mujer y miré a Bellis, aún sin creerme todo aquello.
-Claro que lo conozco- respondí, totalmente mísera y desafortunada-. Se supone que nos íbamos a casar y es el padre de mi hija- señalé con el pulgar hacia la nave de Jordan donde estaba el bebé, apaciblemente dormido la última vez que lo vi en su cuna.
Abrí la boca de par en par -¿Lo dices en serio?- Pregunté mirando a la mujer que decía iba a ser mi esposa.
-¿Y qué pasó exactamente para que no me quedase junto a alguien tan importante para mí?-
Agaché la cabeza y miré hacia el suelo, consternada.
-Fuimos a tu pueblo y allí, bueno... Digamos que te encontraste con una antigua conocida tuya- respondí, abochornada-. Por otro lado... Mira, Bellis- me acerqué a él y le cogí de las manos-. Tienes que acordarte. No puedes haber olvidado todo lo que hemos vivido juntos... No puedo haber desaparecido de tu recuerdo tan pronto- añadí con un hilo de voz.
Miré las manos que me cogía, la ahora extraña que estaba frente a mí y dije simplemente -Lo siento pero...solo recordaba tu rostro-
Cerré los ojos, pero no me iba a rendir tan pronto.
-¿Y qué has recordado al ver mi rostro?- pregunté-. ¿Qué has sentido aquí?- llevé mi mano hacia su pecho y la posé en su corazón-. Dime.
-No lo sé exactamente...yo- La miré a los ojos -Sé que dices la verdad cuando aseguras que íbamos a casarnos y que tenemos una hija- Dije finalmente.
Suspiré. No servía de nada darle más vueltas al asunto.
-Mira, Bellis, no sé qué demonios te ha pasado, pero, sinceramente, no me importa con tal de volver a estar juntos- confesé-. Lo importante es que te he encontrado y ahora podemos irnos de aquí.
-Pero ¿Donde?- Pregunto -¿Y quién es ese?- Digo señalando a Jordan con la cabeza.
Negué con la cabeza.
-El dónde da igual. De hecho, este pueblo parece estar bien- dije, quitándole importancia el asunto-. La cuestión es que tú estás bien y haré lo que sea con tal de que recuerdes todo- aseguré.
Miré a Jordan y me encogí de hombros.
-Oh, él es Jordan Green. Un amigo- presenté, sintiéndome un poco estúpida por ello-. No te preocupes, es buena gente.